Hace frio, pero ya Caitlin no lo nota. Ella esta helada, todo su cuerpo es un cubo de hielo.

¿Hace frio?

Se pregunta.

Al parecer.

Se responde en su mente.

Suspira y ve como se forma el vaho.

De pronto siente una mirada en su nuca. Gira su cuello y nota que es Barry, su corazón se salta un latido y sonríe mientras toma el café que le ofrece, rozando las puntas de sus dedos con la suyas.

Las manos de Caitlin son frías.

— Está caliente —Le avisa con una sonrisa al ver que ella toma un sorbo.

Necesita calor, pero el café no se lo da, no se lo puede dar...

Alza la mirada y ve sus bellos ojos observándola, siente un calor extenderse por su cuerpo, momentáneo, menos que el efecto de la anestesia, pero mucho más relajante.

La mirada de Barry es cálida.

Sonríe.

— Es lo que necesitaba —Le dice— Gracias.

El sonríe, pensando que se lo agradece por el café.

Porque Barry no lo sabe, los sentimientos de Caitlin Snow, pero tampoco lo sabrá porque el corazón de ella está congelado desde que decidió amarlo en silencio.

Su calidez no la salvara, pero por ahora –al menos– la aliviara.