Disclaimer: sólo la historia me pertenece, los personajes son de J. K. Rowling ;)
Advertencias: Angustia, Romance, Intento de suicidio (pero no teman ;)), Draco, Harry, Sev, Lucius y Narcisa OOC. Ron, Hermione y Dumbledore malos XD.
HEYYYYYY! ESTOY DE VUELTA CON UNA NUEVA HISTORIA. ES UN DRARRY :3 Y SERÁ UN FIC CORTO, NO ALCANZARÁ LOS 24 CAPÍTULOS QUE TUVO "RECUPERANDO EL TIEMPO PERDIDO" (O ESO CREO XD). BIEN, UNA ÚLTIMA ADVERTENCIA, LA HISTORIA NO ES LO QUE PARECE, NO SE ASUSTEN CUANDO COMIENCEN A LEER ;) SÓLO SIGAN LEYENDO :3.
OTRA COSA, ESTE FIC ES UN AU, NO HAY HORROCRUXES.
NADA ES LO QUE PARECE!
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Capítulo 1:
"Todo comenzó con…"
5 DE JUNIO 1997.
Nubes de tormenta cubrían el lúgubre cielo sobre él. Parecía que el firmamento le acompañaba en su dolor, en su tristeza. Extendió el brazo y posó su mano sobre la fría lápida frente a él.
-Hace dos meses que ya no estás junto a mí y no sabes cuánto te extraño, amor.- ¿Por qué me dejaste Dragón? ¿Por qué?
Lágrimas cristalinas caían por sus pálidas mejillas acompañadas por finas gotas de lluvia, el cielo lloraba junto a él… no, no el cielo… su Dragón, su Dragón lloraba junto a él.
-No te preocupes amor, pronto estaré junto a ti…- susurró acariciando con ternura las elegantes letras plateadas talladas en la tumba.
"Draco Lucius Malfoy Black"
1980 – 1997
"Conocí el bien y el mal, pecado y virtud, justicia e infamia; juzgué y fui juzgado, pasé por el nacimiento y la muerte, por la alegría y el dolor, el cielo y el infierno; y al fin reconocí que yo estoy en todo y todo está en mi" Hazrat Inayat Khan
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2 DE SEPTIEMBRE DE 1996, EXPRESO HOGWARTS.
El gran tren escarlata avanzaba raudo por los rieles en dirección a Hogwarts. Dentro de él el ambiente era de completa alegría y ansiedad. Los adolescentes felices de volver a ver a sus amigos, comentando sus vacaciones y expectativas para el nuevo año. Mientras, los pequeños de primer año no podían más con sus nervios.
Sin embargo, no todo era felicidad para cierta persona… no, para él todas aquellas risas y conversaciones animosas eran una completa tortura.
Harry suspiró con tristeza, mientras avanzaba por los atestados pasillos del tren en busca de un vagón vacío. Necesitaba estar solo, lo único que anhelaba en esos momentos era poder desahogarse; sacar toda esa frustración, rabia y tristeza que pesaban en su dolido corazón… llorar, llorar hasta quedar seco, claramente un comportamiento prohibido para le "Salvador del mundo mágico", no obstante, después de todo lo ocurrido en los últimos meses… ¿Qué más se podría esperar?
Finalmente, luego de otros 20 minutos de búsqueda, lo encontró. Casi al final del tren, un vagón vacío. Con agilidad y delicadeza ingresó al compartimiento y cerró la puerta tras de sí. Con algo de dificultad logró ubicar su baúl en la rejilla superior del lugar y tomó asiento un lado de la ventana. Sin nada que pudiese detenerlas ya, finas lágrimas empezaron a deslizarse por sus demacradas y pálidas mejillas a la vez que el poderoso Glamourque hasta el momento usaba, dejaba de funcionar rebelando un cuerpo casi en huesos y cubierto por cicatrices y heridas abiertas; unas más graves que otras. Las ropas de segunda mano del Gryffindor estaban manchadas de sangre y bailaban sobre su desnutrido cuerpo. Su rostro no estaba mejor, sangre seca cubría parte de su frente y cicatriz, su nariz estaba aparentemente rota mientras que el pómulo derecho lo tenía completamente negro y oscuras ojeras adornaban sus opacos ojos esmeraldas. Fuertes sollozos estremecían su frágil y pequeño cuerpo.
Todo comenzó desde su llegada a casa de sus tíos ahora, no sólo eran las visiones de Voldemort le acosaban, sino también, pesadillas sobre la muerte de Cedric y Sirius. Su tío comenzó a golpearlo sin excusa alguna, algo que todos los veranos hacía, pero debido a las desveladas provocadas por sus gritos al despertar de una pesadilla, todo empeoró. Ya no solo era su correa; también sus puños y pies, y a veces la varilla de Smeltings de Dudley. Además a las constantes palizas se le añadió los periodos extensos de privación de comida a los que su tía lo sometía, a veces eran semanas.
No obstante, el dolor físico no se comparaba al dolor emocional. La culpa lo consumía cada día más… Sirius, él fue el culpable de su muerte… por su orgullo la única persona que lo amaba, la persona que lo libraría del infierno que era vivir con sus tíos estaba muerta. Su amado padrino…
Sin parar de llorar, se acurrucó en posición fetal abrazando sus rodillas al pecho intentando contener los temblores que estremecían su cuerpo. Sólo una palabra escapaba de sus sonrosados labios tras cada sollozo. "Sirius", repetía como una mantra.
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Draco Malfoy caminaba a paso lento y seguro por los pasillos del expreso Hogwarts. Su mente lejos en otro lugar, todos los eventos ocurridos durante el verano. Primero, el encarcelamiento y posterior liberación de su padre; segundo, la marca tenebrosa que descansa sobre su antebrazo izquierdo, marca que se vio obligado a aceptar a cambio de la seguridad de su madre y por último… Pansy Parkinson, razón por la cual en esos momentos se encontraba en búsqueda de un compartimiento vacío.
¡Esa chica me saca de quicio! Gritó internamente para luego suspirar. De improviso se detuvo frente a un compartimiento ocupado sólo por una persona, aparentemente una chica de cuarto o quinto año. Con resignación ingresó al vagón, acomodó su baúl en la rejilla que quedaba desocupada y tomó asiento frente a la chica.
Sus ojos plateados escanearon a la persona delante de él, contextura fina y muy delgada, piel pálida y cabello negro azabache largo hasta tocar sus hombros. Achicó la mirada con sospecha, algo no estaba bien con ella. Sospecha corroborada al ver como el frágil cuerpo de la joven se estremecía a causa de un sollozo. Con un poco de reluctancia tomó asiento a un lado de ella y posó su mano sobre su hombro y sus ojos se abrieron desmesuradamente al sentir que ésta se humedecía, con rapidez la retiró y jadeó al ver el líquido bermellón escurrir por sus dedos.
-¡Hey!- le gritó tomándola del hombro nuevamente.- ¡¿Qué te ocurre, dime dónde estás herida?!
-N-No s-soy una chi-chica.- murmuró entrecortadamente el joven.- e-estoy b-bien, déjame s-solo…
-¿Q-Qué? ¿un chico?- observándolo nuevamente se percató de su error, su pecho plano como una tabla. Sin embargo, era innegable que el cuerpo del chico era un tanto afeminado. Un quejido le trajo de vuelta a la realidad.- ¿Qué ocurre?
-N-no puedo r-respira.- gimió el chico.
-Okey, recuéstate, tengo conocimientos básicos de medimagia, te ayudaré.- le indicó el rubio. El joven de cabellos negros procedió a recostarse; con dificultad, sobre el sillón. Nuevamente un jadeo de sorpresa escapó de los finos labios del Slytherin, aquellos expresivos ojos esmeraldas pertenecían solo a una persona.- ¿P-Potter?
-¿M-Malfoy?- susurró el Gryffindor.- Y-Yo… p-por f-favor no le digas a nadie.- rogó, dejando completamente de lado sus orgullo.
-Déjame ayudarte, luego hablaremos.- murmuró el ojigris aún un tanto shockeado.
-P-Por f-favor.- insistió Harry.
-Bien, no le diré nada nadie, ahora déjame realizar un hechizo diagnóstico.- aceptó el príncipe de hielo.- ¡No cierres los ojos!- le ordenó cuando se percató que Harry comenzaba quedarse dormido.- déjame curarte y luego podrás dormir.
-B-Bien… lo intentaré…- Draco asintió.
Al ser menor de edad no tenía permitido realizar magia fuera del colegio por lo que extrajo de entre su túnica una varita no registrada (cortesía de su padre) y la apuntó al cuerpo del moreno. Con suavidad, recorrió el cuerpo del ojiverde de pies a cabeza con la varita mientras frente a él, un extenso pergamino comenzaba a aparecer. Luego de unos cinco minutos el hechizo terminó y el Slytherin procedió a revisar el pergamino.
-¡MERLÍN!- Exclamó al ver la extensión de las heridas del menor. Tres costillas rotas y 2 trizadas, un pulmón perforado, tabique roto, contusión, tobillo fracturado, más del 50% del cuerpo cubierto por moretones, anemia y desnutrición.- Bien, intentaré acomodar tus costillas para así poder reparar tu pulmón para que puedas respirar, sin embargo, no podré repararlas completamente. Una vez en Hogwarts te llevaré con Madame Pomfrey para que tome constancia de todas tus lesiones y pueda curarte.
-N-No p-por favor, no quiero que n-nadie s-se entere…- rogó el león.
-Bien, esto haremos, lanzaré un hechizo desilusionador sobre ti para que nadie pueda verte y te llevaré a la enfermería y le pediré a la matrona que realice un juramento inquebrantable jurando que no divulgará la información.- dijo el rubio no tan convencido.
-Está b-bien.
El Slytherin apuntó su varita al pecho del ojiverde y murmuró un hechizo, una luz blanca cubrió el tórax del moreno quien soltó un suave quejido de dolor. Poco a poco el sonido de huesos acomodándose llenó el cuarto provocando que un escalofrío recorriera la espalda del ojigris. El efecto fue instantáneo, la respiración del Gryffindor ya no era rasposa, si un poco laboriosa, pero al menos sus pulmones recibían oxígeno.
-G-Gracias, y-ya puedo respirar mejor.- comentó el menor dedicándole una mirada llena de gratitud a su "enemigo".
-N-No hay de que…- murmuró el rubio desviando la mirada. ¡¿Por qué me estoy sonrojando?! Chilló mentalmente.- será mejor que descanses un poco… te despertaré cuando lleguemos a Hogwarts.
-Ok, gracias por todo, Draco…- murmuró somnoliento.
-¡¿D-Draco?!- exclamó el Slytherin.- ¡Yo no te he dad…- sin embargo el moreno ya estaba completamente dormido.-… No hay de qué… Harry…- murmuró acariciándole el cabello.
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¡LISTO! HE AQUÍ EL PRIMER CAPÍTULO DE ESTA HISTORIA ;) ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO.
:3
POR FAVOR, DEJEN SUS REVIEWS PARA SABER SI LES GUSTÓ O NO ;)
BESOS, ALE.
