El trailer se estacionó con un chirrido.
-Bien, chicos, como prometí, cada dos locaciones "naturales" toca una más "popular" -dijo el abuelo Max, mirando por la ventana. Ben y Gwen, que habían estado sentados en la mesa, se levantaron hacia la cabina.
-¿Dónde nos has traído, abuelo? -dijo Gwen-. ¡Oh¡¡Un Mall!!
-¡Excelente! -exclamó Ben-. ¡Hoy sale a la venta el Super Sumo 300!
El abuelo abrió la puerta, y los chicos salieron corriendo hacia el edificio.
-¡Recuerden, sólo hasta las 6! -exclamó el abuelo, pero ni Ben ni Gwen parecieron escucharlo. El abuelo Max puso una cara de resignación.
--
Dentro del Mall, Ben corrió a la tienda de videojuegos más cercana, mientras Gwen iba hacia una tienda de computadores. Ben se llevó una mala sorpresa: Super Sumo 300 estaba agotado. Probó otras tres tiendas, pero sin suerte. Finalmente se resignó a chequear un escaparate de juegos viejos. Un chico de su edad, de pelo y ojos negros, llegó a su lado.
-Que reloj más genial -le dijo. Ben rápidamente se cubrió con la mano el Omnitrix.
-Eh, gracias.
El chico cogió uno de los juegos y miró la carátula, con una cara algo triste.
-Chico, si sólo me hubiese levantado más temprano, podría estar en mi casa jugando Super Sumo 300.
-¡¿Tampoco lo conseguiste?! -preguntó Ben emocionado.
-Sí, debí suponer que toda la ciudad estaría tras una copia. Bien, supongo que tendré que llevarme uno de estos.
Pasaron unos momentos frente al estante.
-¿Ves algo bueno? -preguntó Ben.
-La verdad, no -dijo el chico-. ¿Tú?
-Mmm, este tiene buen nombre -Ben hizo una mueca rara-. "Devoradores de Sesos del Espacio Terror".
-Jajaja -rió el chico-. Eres gracioso. ¿Puedo verlo?
Ben le pasó la caratula.
-Ah, dice que es para dos jugadores. ¿Tienes a alguien que juegue contigo?
-Mmm, la verdad, no. Aunque consiga que mi prima me preste el notebook para jugar, nunca quiere jugar conmigo. Y mi abuelo pierde de inmediato, no sirve de desafío. Estoy de vacaciones con ellos, verás.
-Ya veo... pues yo tengo la consola. Mi casa está a la vuelta de la esquina, si quieres...
-¡Suena muy bien! -dijo Ben con su entusiasmo típico.
-A propósito, mi nombre es Carl.
-Ben -respondió éste y se dieron la mano-. Oh, antes tengo que encontrar a mi abuelo, para avisarle.
-Bien, vamos.
--
Recorrieron el Mall, pero antes de encontrar al abuelo se toparon con Gwen, que iba con una bolsa.
-¡Gwen! -exclamó Ben-. Escucha¿puedes avisarle al abuelo que estaré fuera del Mall por un par de horas?
-Está bien¿pero dónde piensas ir?
-Iré a jugar a la casa de mi amigo.
-Hola, mi nombre es Carl.
-Yo soy Gwen. Espero que mi primo no esté siendo una molestia.
-Oh, no. Siempre es bueno tener una víctima dispuesta.
Gwen pareció extrañada por el comentario, pero Ben se rió.
-Ya veremos quién llora, una vez que demuestre mis habilidades con el control.
-Ah, videojugadores. Ya veo -dijo Gwen-. Bien, diviertanse con la pantalla.
-¡Lo harémos! -exclamó Ben agitando el brazo en despedida.
--
Ben y Carl entraron en el departamento de éste, que se hallaba en completo silencio.
-¿Tus padres? -preguntó Ben.
-Oh, verás... estoy viviendo sólo -dijo Carl-. Mi papá viaja mucho de negocios.
-Ah -dijo Ben, que no se atrevió a preguntar por su madre.
-Por aquí está la Tv.
Se sentaron en el suelo, y Carl encendió la consola. Probaron el juego que habían comprado, y luego varios que Carl tenía. Carl ganaba casi siempre.
-Eres muy bueno -dijo Ben-. Estás arrasando conmigo.
-Nah, es sólo porque siempre practico con estos. Tú recién comienzas y ya te defiendes bastante bien. Un poco más y seguramente me humillarías.
Ben miró la hora.
-Creo que mi abuelo dijo a las 7. Debo irme.
-Está bien. Escucha, pagamos el juego a medias. Puedo pagarte tu parte, o si quieres puedes dejármelo y llevarte uno de los míos.
-Oh, no es necesario. Ambos lo jugamos, así que no hay problema. Además, falta bastate para que llegue a casa a mi consola.
-No, insisto -dijo Carl-. Llámalo un símbolo de amistad. Yo me quedo con "Devoradores de Sesos del Espacio Terror" y tú llévate este, "Realidad Mágica". Tienes que probarlo. Muchas veces deseé entrar a este juego¿sabes?. Tan sólo fusionarme con el cartucho y... jaja, bueno, ideas locas.
Ben miró el cartucho y sonrió. Eso le había dado una idea. Una idea llamada "Upgrade".
-Entonces lo acepto. La pasé muy bien, nos vemos, Carl.
Carl se despidió desde la puerta.
-Si, Ben... nos vemos.
La puerta se cerró suavemente, sin que Carl la tocara, mientras Ben bajaba las escaleras.
--
De vuelta al Mall, Ben se encontró con Gwen y el abuelo Max, que lo esperaban en el trailer.
-Dije a las 6, Ben. No quería llegar de noche a la siguiente ciudad.
-Lo siento, abuelo -se disculpó-. Hice un amigo y...
-Entonces, está bien... me alegra que puedas hacer amigos tan rápido. Sobretodo durante las vacaciones, es bueno conocer lugares, pero las personas que viven en aquellos lugares son aún más importantes.
Ben sonrió. El trío subió al trailer, y partieron hacia la carretera.
-¿Ganaste? -preguntó Gwen.
-Ni preguntes. Carl era un jugador experto. Por un momento pensé ir XLR8 para parar sus ataques. Pero de todos modos me defendí con dignidad.
Gwen hizo una media sonrisa.
-Oye¿que traes allí?
-Un juego que me dió Carl. "Realidad Mágica".
-¿Y por qué lo aceptaste? Ni siquiera tienes la consola...
-Es un "símbolo de amistad". No lo entederías. De todas formas, tal vez no necesite la consola. Carl me dió una idea.
Ben miró hacia la cabina, y le hizo un gesto de complicidad a Gwen. Fue hacia las literas y comenzó a manipular la Omnitrix sigilosamente. El abuelo no aprobaba muchos de los usos más divertidos de la herramienta extraterrestre.
-¿Qué es...? -comenzó a preguntar Gwen, pero fue interrumpida por un destello verde. Frente a ella ahora se encontraba Upgrade, la forma alienígena que podía combinarse con todo tipo de tecnología. En sus manos, el cartucho de juego comenzó a brillar. En un momento, el cartucho estaba cubierto con el patrón negro-verde de Upgrade, y este había desaparecido.
-Genial -dijo Gwen-. Sabía que los juegos eran muy buenos para absorberte, pero nunca pensé que pudiera funcionar al revés.
--
Ben abrió los ojos. Se encontraba en otro lugar. Parecía un paisaje medieval, pero visto a través de un filtro especial. Si se fijaba bien, en algunas partes podía ver diseños electrónicos. De todas formas el mundo era increíblemente real. Se miró a sí mismo. Extrañanamente, se encontraba en su forma humana, pero llevaba una ligera armadura y una espada. La blandió en el aire.
-¡Funciona! -exclamó emocionado-. Ahora sólo tengo que encontrar a los enemigos. ¡Esto será muy genial!
-Así es -dijo una voz conocida detrás suyo, y Ben se dio vuelta. Carl estaba allí, con un traje de mago.
