N.A.

Resubido en partes más pequeñas para comodidad de los lectores.

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Desde el inicio era una lucha perdida, y el lo sabia.

El Guren SEITEN simplemente era demasiado poderoso para el Lancelot Conquista.

El que se hubiera despachado a Luciano y sus Valkirias con una vergonzosa facilidad era un indicio. El que su velocidad fuera tal que prácticamente se convertía en una línea de luz cuando volaba lo asombraría… si no estuviera demasiado ocupado tratando de sobrevivir.

Y era lo gracioso. El NO quería sobrevivir.

Tuvo la oportunidad de formar una alianza con su mas odiado enemigo (e irónicamente su mas grande amigo) para poder terminar con la guerra entre Britannia y la UFN, pero de alguna forma el destino se divertía jodiéndole la vida. Kannon interrumpió el momento de dicha alianza y ahora Lelouch no solo piensa que el lo traicionó (como si el no hubiera hecho eso antes) sino ordenó tajantemente a Kallen que lo matara.

Lindo.

Tomo toda su habilidad, sus reflejos, su experiencia y la poca suerte que le quedaba para durar al menos 5 minutos más que Luciano, aunque perdía una extremidad del Lancelot cada 2 minutos.

"Usa el FLEIA" le gritaba Nina, pero eso era imposible. Había visto el cráter que esa cosa había hecho en Texas donde lo probaron y de ninguna manera iba a permitir que eso pasara en Tokio. Donde estaba la poca gente que conocía. Donde estaba la lapida de Euphy. Donde estaba Nunnally.

Había apostado y para variar, había perdido. FLEIA seria su bloffeo. Una simple amenaza con la esperanza de que Zero reconsiderara y al menos retrocediera.

Error. Lelouch cuando esta enojado deja de pensar claramente y solo se enfoca en remover el motivo de su enojo.

Él.

Y al final todo se reducía a eso. Después de una lucha lastimera, el Guren se disponía a freírlo de forma rápida y dolorosa con la onda de radiación (reforzada gracias al trabajo de Cecile y Lloyd) y todo acabaría.

¿Y era tan malo?

¿Después de todo que había logrado hasta ese momento?

Ha traicionado, mentido, asesinado. Ha servido al mismo imperio que violó y tiranizó a su gente con la esperanza de que podría cambiarlo desde dentro, y cuando encontró a una persona que no solo le daría su sueño cumplido, sino le dio su corazón y le permitió amarla… el karma de sus pecados encontraba el momento justo para cobrárselas, quitándole a Euphemia frente a sus ojos.

Logro ser Round. Muchos pensarían que vendiendo y traicionando a su mejor amigo… pero Lelouch dejo de ser eso cuando le disparó a Euphy. Cuando la acusó de la masacre. Cuando la uso como catalizador para la rebelión hace un año. Si sacaban cuentas, Lelouch solo recibió un pequeño manazo y su condena la cubrió en una jaula de oro.

Y mientras tanto, ¿que hizo el? Pelear. Pelear y pelear. Durante un año. Tratando de destacarse mediante las armas. Pintando su camino de rojo con tal de obtener su objetivo de ser el Knight of One y poder al final gobernar el Área 11 y AL FIN, traer cambios a su gente.

Pero de nuevo el destino sentía que era la hora de hacer cuentas y demostrarle que al final, su colección de resultados, de éxitos, sumaba cero.

Zero.

La ironía de las cosas casi lo hace reír.

"Después de todo, soy un fracaso. Así ha sido siempre." Se dijo mientras cerraba los ojos y trataba de resignarse a su destino. "Esto también es un pago por lo que he hecho."

Irónico. Durante años vivió deseando encontrar la muerte y, si los hados eran generosos, que esa muerte tuviera algo de significado.

Y ahora que justo tendría lo que deseaba. Una muerte en el campo de batalla, con la esperanza de que muriendo las cosas serian mejores al final; el destino decidía que tal vez merecía algo mas.

Ni siquiera escucho el grito de victoria de Kallen cuando la garra de Radiación estaba a centímetros de la cabeza del Lancelot.

Ni las palabras de aliento de Lelouch para que acabara con la lucha.

O los gritos de Nina para que usara el FLEIA.

No. Lo único que escucho con una fuerza ensordecedora en el fondo de su mente fue una orden. Una palabra que se había convertido en la forma de castigo mas efectiva para alguien como el.

VIVE.

Su cuerpo reaccionó mientras su mente se apagaba, cediendo por completo sus reflejos a esa instrucción marcada con el hierro candente del Geass en su alma.

Desvió el ataque de Kallen con la patada de la única pierna que le quedaba y usando la explosión de la extremidad como distracción se alejo rápidamente mientras con el brazo restante sacaba el infernal dispositivo, apuntando a su eterno rival.

Con una calma desesperante abrió el seguro del disparador y apretó el pequeño botón rojo.

Y el infierno se desato.

*Mi sirviente que existe en algún lugar del universo.*

La pequeña ojiva de Uranio y Sakuradite se alejo con gran velocidad hasta la distancia mínima programada y la extraña reacción de sus componentes inició con un suspiro.

Al principio solo se quedo allí, flotando en el aire. Las fuerzas de su reacción buscando supremacía entre ellas mientras eran amplificadas hasta el hastío y empezaron a crecer.

Quienes conocían el arma, ordenaron la retirada por la radio de inmediato, acción imitada por los enemigos.

4 de ellos en cambio, solo miraban horrorizados la esfera rosada que crecía tragándose todo a su paso.

*Oh, divino, hermoso y poderoso familiar.*

Suzaku creyó escuchar a Lelouch gritar el nombre de Nunnally sobre el caos de la radio. Aunque tal vez fue su propio grito. El Geass, al percibir que el peligro de muerte del ataque de Kallen había terminado, dejo de funcionar, dejándolo a él lidiar con las consecuencias de sus acciones.

No pudo decir nada al ver que la torre de la oficina de gobierno desaparecía en un mar de partículas.

Un Vincent pasó a su lado, tacleando al Shinkiro de Zero para alejarlo del FLEIA, sacando de su estupor a Kallen quien se empezaba a alejar.

Cuando el Geass de nuevo entro en acción, viendo el inminente peligro de morir tragado por la luz, el Lancelot trato de escapar en la misma dirección que los demás, pero de nuevo la ironía de las ironías, Kallen no se lo permitió.

Con una poderosa patada (aún se dio el tiempo de atacar) cortó el impulso de escape y daño el torso del frame blanco provocando una falla de energía.

El Lancelot comenzó a caer.

*¡Lo deseo y lo pido desde el fondo de mi corazón!*

Suzaku comenzó a reír.

Al final la muerte lo reclamaría en el momento más inesperado. En las circunstancias más bizarras posibles.

Moriría destruyendo aquello que tanto deseaba proteger. Destruyendo aquello por lo que había trabajado. Dejando detrás de si un legado de fracasos, destrucción y muerte.

Adecuado. Adecuado para alguien como el.

Llevó una de sus manos al emblema de Euphemia, algo que siempre cargaba consigo y le servia de doloroso recuerdo de su fracaso mas grande.

- Lo siento Euphy. Nunnally… perdóname.

Cerró los ojos.

La muerte era tan inminente que el Geass ni siquiera se activo.

*Por favor, ¡responde mi llamado!*

Aun ante el horror del FLEIA, testigos de esa catástrofe jurarían que existió un desello verde, visible aun frente a la intensidad de la luz de la explosión.

Al extinguirse, sin embargo, no quedo nada.

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Zero no Naito

The Knight of the Zero.

Un Crossover de: Dexter Keppler

Con la colaboración de Nivek123, Aeretr y Lia_

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Libro 01 "La Ley del Caos."

"En un proceso dinámico la mas mínima diferencia de los datos iniciales puede proporcionar un resultado totalmente diferente. Por lo tanto, en teoría, una mariposa aleteando en el Atlántico podría crear un huracán en el Pacífico."

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Turn 0.95 "Summoning"

"En este mundo no existen las coincidencias. Solo existe el Destino."

- Ichihara Yuuko – La Bruja de las Dimensiones (de xxxHOLIC) -

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Cuando Louise Francoise de La Baume Le Blanc de La Valiere despertó ese día en la mañana, jamás pensó que haría historia.

En otro universo ella podría ser prácticamente la estudiante perfecta. Estudiosa, investigadora, capaz de razonar las teorías detrás de su campo de estudio… pero en su escuela, esos estudios no servían de nada si la parte práctica no era… efectiva.

Y la parte practica era la mas vital e importante para La Academia de Magia de Tristain (que agradecidamente no se llamaba Hogwarts) en donde los nobles, que necesariamente eran magos, aprendían no solo a controlar el poder con el que nacieron, sino prácticamente decidían lo que seria de ellos el resto de sus vidas.

Era una perfectamente saludable señorita, con una condición física perfecta para alguien de 13 años… lo cual no le quedaba tan perfecto a ella siendo que cumplía los 16 pero esos eran detalles sin importancia.

Cabello rosa largo hasta la cintura y ojos del mismo color que resultaba perfectamente normal para un lugar donde las mujeres tenían cabellos que iban desde el azul al rojo, cubriendo todo el rango visible del espectro electromagnético. En otro lugar su apariencia recibiría el mote de "loli" e incluso las palabras "Kawaii" y "Moe" brotarían de las bocas de quienes la miraran… pero para sus compañeros de clases había solo una palabra que la definía.

Zero.

Louise the Zero.

En una sociedad y en una escuela, donde la magia era lo más importante especialmente para alguien de la nobleza; Louise era algo así como una de las excepciones a la regla. 16 años de vida, 10 años de educación particular (como todo noble) entre tutores, sus hermanas mayores y su madre (cuyo nombre aun le sacaba escalofríos tan solo de pensar en ella) y 1 año de educación especializada en la academia; le permitieron alcanzar el record increíble de cero éxitos en su magia.

Por algo era llamada Louise la Zero.

En donde muchos (y muchas) se habrían deprimido ante las circunstancias, huido o rendido; la tasa de éxitos de Louise y las burlas de sus compañeros y la poca fe de sus maestros solo había galvanizado su determinación a demostrarles que estaban equivocados. Que ella podría hacer al menos un hechizo y demostrar que no era un fracaso.

Donde otros optarían en esconderse en sus cuartos y vivir de botanas y red bull (algo un tanto difícil en Halkenia), o resignarse a freír hamburguesas en una franquicia de Burger King (aún mas difícil en un lugar que desconocía las bendiciones de la comida rápida); Louise Francoise le Blanc de la Valiere persistía en su asistencia a clases, persistía en sus investigaciones, persistía en sus estudios y persistía en sus intentos.

Seria loable su persistencia, si no fuera porque muchos la confundían con terquedad.

Sin embargo Brimir esta en el cielo, todo esta bien en el mundo. El día empezaba. Aun mientras complementaba su rutina de cepillar su cabello, vestirse con un uniforme limpio (para una sociedad que parecía sacada de la época medieval de otro universo, tenían el gran beneficio de promover las miniskirts y las medias largas en los uniformes escolares… bendito sea Brimir); Louise tomo su varita determinada a tener éxito en la ceremonia de invocación. Tal vez con su familiar, determinando su especialidad de magia, sería capaz de enfocarse aun más y tal vez conservar ese "cero" solo que con algún otro numero a su izquierda.

Louise the Ten… no tendría el mismo "feeling"… pero cualquier cosa es mejor que Zero.

Sin duda.

Mucho mejor que ZERO.

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En otro universo, un rebelde terrorista enmascarado estornudo… para su horror, dándose cuenta de lo desagradable que es estornudar mientras tienes una mascara que cubre por completo tu rostro.

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Si Louise recibiría las palabras descriptivas por parte de los otakus (en otro universo una especie de amplia y rápida propagación… como bacterias en LCL): Moe, Kawaii y en algunos casos Loli; Kirche von Zerbst no recibiría ningún apelativo. Dichos otakus simplemente experimentarían una hemorragia masiva nasal y perderían el conocimiento y tal vez la vida, de no aplicarles una transfusión de emergencia y solución salina para conservar la presión arterial.

Y Kirche lo sabía. (No lo de los otakus, por supuesto) Y estaba orgullosa de eso.

Alta, mas que la media en la academia, irónicamente de la misma edad que Louise… o unos meses mayor tal vez; con la piel color bronce de alguien que pasa mucho tiempo en el sol, obteniendo un bronceado natural que incrementaba su apariencia exótica. Coronada con una melena de cabello rojo, enmarcaba un rostro hermoso, digno de una femme fatale de las películas de Bond. (no era como si se conociera en ese lugar, después de todo). Y como es tradición entre las pelirrojas de apariencia exótica, poseía un busto impresionante que, como es tradición entre las pelirrojas de apariencia exótica de busto grande, no se preocupaba en ocultar. Usando una blusa de uniforme un par de tallas menor y los 3 botones superiores abiertos, llamando invariablemente la atención de todo adolescente masculino con hormonas.

Como cualquier pelirroja de exótica apariencia de busto grande.

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En otro universo, una piloto as pelirroja de apariencia exótica y busto grande, quien ayudaba a su enmascarado líder a limpiar el desastre que dejo en dicha mascara al estornudar… estornudó a su vez, sin aparente razón… obligándola a limpiar de nuevo la mascara que acababa de asear.

Tal vez estaba resfriada.

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A su lado estaba su entrañable amiga Tabitha de Norfaul, quien entraba aún MAS en los estereotipos de Loli, Kawaii y Moe que Louise; solo que las gafas y la falta de expresión, apoyada por el libro que permanentemente estaba frente a su nariz; la colocaba en el lado de los nerds y ratones de biblioteca.

Ah si, y curiosamente se parecía a uno de los clones perdidos de Rei Ayanami.

Ambas, Kirche y Tabitha, se encontraban en el patio de la Academia, presenciando el ritual de invocación de sus compañeros con sumo interés. (O al menos Kirche ya que Tabitha consideraba mas productivo seguir leyendo)

Gatos, pericos, águilas, búhos eran los mas comunes.

Otros eran más… peculiares.

Por ejemplo, Montmorency Margarita de la Fère de Montmorency, una rubia de cabello elaboradamente peinado en forma de rulos, invoco una pequeña ranita, señalando que su elemento era el agua.

Guice de Garmont, el típico Don Juan conquistador narcisista, invoco un ENORME topo, señalando que su elemento era la tierra.

En el caso de Kirche, invoco a Charmander… er… a una Salamandra de Fuego creativamente llamada "Flame"; digna compañera de alguien que creativamente se hacia llamar "La Ardiente"; y que obviamente su elemento era el fuego.

Tabitha en cambio sorprendió a todos, lo cual era su costumbre, con su invocación al llamar a un DRAGON de viento llamada Sylphid que sin duda era la sensación hasta ese momento.

Y entonces llego el turno de Louise.

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El Profesor Colbert, un pobre hombre delgado con un triste caso de calvicie prematura, era el encargado de supervisar los rituales y registrar los familiares que eran invocados. Al igual que las afinidades para cada mago en particular, que posteriormente servirían para instrucción especializada una vez que llagaran a tercer año del curso.

Muchos de los familiares eran comunes, normales o ya vistos. Algunos eran grandes sorpresas que incluso merecían alabanzas de su parte como cierto dragón y cierta salamandra de fuego.

Otros en cambio…

Conocía a Louise desde primer grado. La tenia como una estudiante dedicada… aunque su problema de terminar cada encantamiento con una explosión lo intrigaba, era de la creencia que todo estudiante tenía un talento y solo debía descubrirlo.

Pero en esta ocasión…

A su alrededor, los compañeros de Louise reían desvergonzadamente. No tenia caso pedirles que no lo hicieran, simplemente no hacían caso.

Comúnmente el ritual de Invocación era algo sagrado. Único en si. Cada mago solo podía invocar a un familiar y ese familiar lo acompañaría hasta el final de su vida (unos pocos años para un ratón, por ejemplo; décadas para un dragón o grifo) y, si el mago lo deseaban invocaría otro.

Louise, como siempre, demostraba ser un caso muy especial.

Su primer intento no fue muy… exitoso.

Curioso que haya invocado una momia. La momia seca de un hombre envuelto en vendajes de cuero negro… incluso si la obligo a terminar el ritual besando los labios acartonados de dicha momia… simplemente no paso nada. Aun si era extraño que dicha momia usara guantes blancos y en el guante derecho se encontrara un pentagrama con símbolos extraños.

Dicha momia fue retirada por los sirvientes para ser quemada… o enterrada, lo que pasar primero.

Sintiendo pena por la pobre chica, considero que si ella era la excepción a la regla de Nobleza = Magia; Brimir podría mirar a otro lado y perdonar la trasgresión al ritual y tolerar otro intento.

El cual tuvo los mismos curiosos e hilarantes resultados (tenia que reconocerlo, fue gracioso), cuando al disiparse el humo de la persistente explosión una libreta negra con un raro titulo escrito en Albionés cayo del cielo.

Con un tic en la ceja, Louise la beso… sin que pasara nada.

En medio de risas, bullas y uno que otro insulto moderado, Colbert permitió un último, ULTIMO intento.

De fallar, Louise Francoise de La Baume Le Blanc de La Valiere, debería reconocer que era un fracaso.

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Louise ignoro las voces de sus compañeros. Aparto de su mente la mezcla de sentimientos que la asaltaban. Coraje, tristeza, miedo, vergüenza; nada de eso la afectaría. Ella era como el acero, no se doblaría.

Tan solo el día anterior, había prometido a sus molestas compañeras que invocaría al mas hermoso y poderoso familiar. Un familiar que las obligaría a cerrar sus molestas bocas y callar sus irritantes burlas.

Louise le demostraría al mundo que ella no era ningún Zero. Que era una noble, una maga, una Valiere.

- Mi sirviente que existe en algún lugar del universo.

Recitó Louise en voz alta, cerrando los ojos y levantando su varita por encima de su cabeza. Esas no eran las palabras precisas del hechizo de invocación… pero a esas alturas Louise no podía ser exigente. En algún lugar de Tristain, de Halkenia, del planeta, oh Fundador, de cualquier universo debía existir un familiar para ella.

- Oh, divino, hermoso y poderoso familiar.

Un familiar digno. Un familiar que hiciera callar de una vez por todas las burlas de aquellos que sin cesar se mofaban de sus esfuerzos. Algo que la destacara en el buen sentido, de los demás. Oh, a una pequeña vocecita en su cabeza, aquella que expresaba sus miedos y temores; no le importaba realmente que fuera poderoso como un dragón, o hermoso como un hada… tan solo un familiar que existiera para ella, que la acompañara, aun si jamás en su vida podía hacer otro hechizo.

- ¡Lo deseo y lo pido, desde el fondo de mi corazón!

Aun si no lo expresaba en voz alta, tenía miedo. Realmente tenía miedo. Otro fracaso seria imperdonable. Tendría que abandonar la escuela y resignarse a ser educada para ser una buena esposa, lista para casarse con cualquier extraño que aumentara el prestigio de su familia y ponerse a parir hijos… no. No. NO NO NO. NO. Eso JAMAS. No se rendiría, nunca se rendiría. Tendría un familiar, aun si… tuviera que suplicarlo.

- ¡Por favor, responde a mi llamado!

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El efecto de la magia, podría explicarse como una clase de energía psíquica que es capaz de alterar el estado de la materia y la energía (e incluso joderse al espacio-tiempo) mediante la violación en primer grado de las constantes universales como la Incertidumbre de Heisenberg, o la Relatividad de Einstein. Obligando a la constante de Plank a fumar hierba mientras le inyectaba esteroides a la Velocidad de la Luz. Usando LSD en los quarks y cocaína en los bosones. Alterando las probabilidades con éxtasis y causando efectos del espacio cuántico a macroescalas potenciados con crack (pasando por una patada en las gónadas a la ley de la gravedad) respondiendo siempre a la fuerza de voluntad del mago.

Solo eso explicaría la alteración de las moléculas y átomos del aire, convirtiendo a los protones, neutrones y electrones en anti-protones, anti-neutrones y positrones. Transformando un puñado de millonésimas de gramo de aire en antimateria.

Y todos sabemos el resultado que se obtiene cuando la materia y la antimateria tratan de cortejar.

El Señor Spock, de forma sencilla lo explicaría con un:

BOOOOMMMM!

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Fue bueno que el humo fuera abundante, espeso y oscuro. Le dio algo de tiempo de reprimir las lágrimas de frustración y derrota.

Claro, el que la explosión hubiera tumbado sobre sus traseros a la mayor parte de los estudiantes no evito que los comentarios hirientes llegaran.

- ¡Lo sabía! Ni siquiera con 3 oportunidades.

- ¿Qué quieres hacer Louise the Zero, matarnos a todos?

- Tenia que ser, otro fracaso más.

- ¿Alguien ha visto a mi familiar?

- ¡Picachu!, ¿Dónde estas?

La pequeña maga frustrada, estuvo a punto de girar hacia el profesor Colbert para rogar por una oportunidad más cuando un estruendo (que claramente NO era una explosión) hizo temblar el suelo.

Sonó como algo pesado, metálico, cayendo desde una gran altura y broto desde el centro mismo del humo, provocando corrientes de aire que arrastraban polvo también.

Colbert agitó su báculo, invocando una corriente de viento que despejó el humo para revelar lo que había aparecido… y se quedo sin habla.

Al igual que todos los demás.

En el centro de la explosión, los despojos de un golem metálico de más de 3 metros de altura, yacían boca abajo. Dañado, o incompleto. Majestuoso incluso con los daños y las fracturas en su piel metálica. Ningún metal conocido en Halkenia tenía ese color y lustre. Mucho menos el oro era usado en los golems, ni siquiera como adorno. La definición de sus ángulos, el detalle, incluso el rostro lo hacían único en todo sentido.

Le faltaban las piernas. Le faltaba el brazo derecho, un líquido rosado brillante escurría de su torso cuarteado como sangre, derramándose en el suelo y marchitando en segundos el césped del patio.

Pero al menos Louise Francoise de La Baume Le Blanc de La Valiere, había invocado un familiar.

O parte de él.

- ¿Qué es eso, un golem?

- Ja. Ni siquiera pudo invocar un golem completo.

- Louise the Zero, siempre cero será

- Bueno, esto es algo… inusual. – Dijo Colbert, ya pasado la primera impresión. – Pero, al parecer tiene cierta afinidad con el elemento tierra.

- En ese caso, puedo intentar de nuevo. Parece que voy mejorando… - Louise no estaba razonando rectamente… apenas dijo esas palabras se arrepintió de hacerlo, puesto que las risas de nuevo se incrementaron mientras eran repetidas entre sus compañeros con distintas variaciones en el tono y forma.

Incluso por allí, alguien dijo que era Louise la 0.5…

- Miss Valiere creo que ya fue suficiente. Se han hecho muchas indulgencias con usted y esta ha sido su invocación más exitosa. Ese golem será su familiar.

- ¡Pero ni siquiera esta completo! ¿Como me va a servir?

- Pues supongo que tendrá que estudiar mucho para completarlo Miss Valiere. Ha invocado ese objeto, completo o no, y será su familiar. Fin del asunto. – Usualmente Colbert era un maestro paciente, hay quienes lo llamarían taimado. Pero hasta el tenía su limite.

Louise en cambio se mordió el labio de frustración.

- Termine el ritual Miss Valiere, aun tiene que regresar a cla…

Se movió.

El Golem Blanco y Dorado se había MOVIDO, provocando un silencio sepulcral entre todos.

Con sonidos extraños, movió su único brazo hacia delante usándolo como apoyo para tratar de enderezarse. Los ojos verdes brillaban intermitentemente mientras los servos (no es que supieran que es lo que era un "servo", pero es mas fácil de explicarlo así) se lamentaban mientras el golem usaba su ultima energía en colocarse en una pose de sentado… o lo mejor que pudo al carecer de piernas.

Y se abrió.

En la espalda tenia una especie de caja cuadrada, con unas extrañas alas azules rectas. Sin embargo la caja de atrás se abrió, como una tapa.

Un nuevo crujido y una silla brotó hacia atrás, extrayéndose a si misma de los interiores de la caja. Y encima de ella, un hombre vestido de blanco, dorado y negro.

Hasta los familiares guardaron silencio, imitando a sus amos.

El hombre, un joven tal vez uno o dos años mayor que la mayoría trato de saltar de su asiento, para fracasar miserablemente cayendo con dureza al suelo.

Lamentándose, gimiendo de dolor y sujetándose uno de los costados, se sentó recargándose al metal del golem mientras jadeaba.

Colbert rasco su calva tratando de razonar lo que veía… pero una cosa era clara.

El Golem en si NO era el familiar (no era como si un golem incompleto servirá de algo…), sino el extraño joven de extraña prenda ajustada que se lamentaba sentado en el suelo.

Ah si, y parecía que estaba herido.

- Miss Valiere, debe cerrar el contrato.

- Eh? ¿Pero con… con… con él? – No fue la única sorprendida. No había risas, pero si un murmullo de voces preguntándose lo mismo.

- Ese hombre estaba dentro del Golem. No se que significa, pero parece que el tiene mas oportunidades de servirle de familiar… además no podemos retrasar mas las clases. Ah si, y debemos llevarlo a la enfermería pues parece herido.

Era bueno saber donde estaban las prioridades del personal docente de la Academia.

Louise apretó los dientes y trato de ver el lado positivo del asunto…

Al menos había invocado algo… no seria divino, ni hermoso y tal vez ni poderoso… pero ya era algo.

Entre murmullos que cada vez se volvían mas y mas burlones, Louise Francoise tragó duro y caminó hacia su futuro familiar para terminar el ritual.

Oh, por Brimir.

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Lo primero que supo Kururugi Suzaku al apagarse el Geass de "Vivir" fue que aparentemente no estaba muerto,

No estaban frente las puertas doradas del cielo… ni las puertas de fuego del infierno. Izanami no lo esperaba para guiarlo al Yomi, ni Caronte le exigía sus dos monedas para cruzar el Estigia.

Deba estarlo, pero no. No estaba muerto.

Al menos no había luz rosada del FLEIA para convertirlo en polvo, ni tampoco el calor calcinante de la natural explosión del sakuradite del Lancelot al ser dañado.

Lo primero que supo Kururugi Suzaku fue que no estaba muerto.

Lo segundo es que su pantalla le decía que el piso estaba a 2 metros de distancia.

Aun cuando el preguntarse "¿Cómo es eso posible?" sería razonable, simplemente no había tiempo. 2 metros de distancia de un choque a la mitad de la velocidad Terminal que el Lancelot podía alcanzar en caída libre…

Lo segundo que supo Kururugi Suzaku fue que le iba a doler.

Y dolió.

Por alguna razón Lloyd seguía aplazando el instalar arneses al asiento del Lancelot (no se diga una bolsa de aire) y justo cuando la instalación estaba planeada; a Lel… a Ese Sujeto se le ocurrió hacerle la guerra al Área 11.

Lo tercero que supo Kururugi Suzaku fue que no estaba muerto.

Si. Estaba golpeado. Su cabeza sangraba cuando tuvo un encuentro cercano con la pantalla principal del frame. Sus costillas derechas tal vez estaban rotas por culpa de los controles y tal vez, para rematar, tenia un desgarre en la pierna izquierda al tratar de usarla para frenar su movimiento.

Pero seguía sin morir.

Confundido por el golpe, el cambio de gravedad y mas que nada, por el "bajon" biológico natural que sigue a una descarga de adrenalina, Suzaku trató de enderezar al Lancelot para poder salir con menos problemas de la cabina y tratar de revisar sus alrededores.

La luz del sol le quemó en los ojos. De no haber estado tan golpeado se habría preguntado porque hacia sol, si en Tokio era la madrugada.

Forcejeando, trato de usar el marco de la cabina para soportar su peso y poder usar el cable para descender al suelo… fallando y tropezando; visitando el suelo demasiado rápido y soltando el aire de sus pulmones por la caída.

Trato de forzar su mente a saber donde estaba. Sus ojos veían borroso por las heridas y la conmoción; pero era claro que estaba rodeado de personas y, a juzgar por los sonidos, de hombres y mujeres.

No hablaban Britanno, mucho menos japonés. Cosa que debió de haber despertado alarmas en su mente… si no estuviera conmocionada. Las figuras mas cercanas parecían hablar entre ellas y después de un par de palabras, la figura mas pequeña se separó y se acercó a el.

- Dokko ni… ore no… - Trato de hablar, pero le pesaba tanto la lengua… mmhh parece que japonés no servia mucho - Where I… Where…

¿Por qué nadie lo ayudaba? ¿O de perdido hacia algo?

Si cayó en terreno amigo, seguramente reconocerían su traje de piloto de los Rounds. Si cayó en terreno enemigo, seguramente reconocerían su traje de piloto de los Rounds. Sea que lo ayudaran, lo arrestaran u otras opciones buenas o malas… pero algo debía de pasar.

Pero tan solo la figura mas pequeña, una niña ahora que estaba mas cerca, se acerco hasta queda de rodillas frente a el.

- Siéntete afortunado. Usualmente tendrías que esperar toda una vida para tener la suerte de experimentar esto de parte de un noble como yo. – Dijo la… ¿niña? ¿Joven?… su cara se hacia borrosa a momentos. Solo estaba conciente de que tenía algo rosa en la cabeza (¿era su cabello?) y hablaba muy rápido. ¿Que idioma era… italiano… francés? ¿Algún idioma de EU?

Deseó que su cabeza dejara de retumbar y alguien le ofreciera ayuda, o lo noqueara para dejarlo inconciente.

- Mi nombre es Louise Francoise de La Baume Le Blanc de La Valiere, Pentágono que gobierna los cinco poderes, bendice a este humilde individuo y conviértelo en mi familiar. – o eso habría entendido de recordar las lecciones de francés que le forzaron a tener al comienzo de la Guerra con EU hacia casi un año.

Solo pudo forzar la vista mientras rogaba para encontrar la palabra francesa para "ayuda" o "un medico" o "dispárame".

De pronto la cara entera de la niña-jovencita llenó su campo visual al acercarse a su rostro. Con los ojos cerrados y sus labios apuntando justo a los suyos.

Si su mente estuviera funcionando un poco mejor, trataría de deducir quien era ella, que estaba haciendo y porque lo estaba besando.

Al no funcionar correctamente solo se le ocurrió pensar: "Bueno, si Anya esta de humor…" y colocó su mano derecha en la parte trasera de la cabeza de Anya (que no era Anya, por supuesto) causando que ella se sorprendiera y abriera la boca para protestar.

Que terminó siendo un error porque, en completo piloto automático, Suzaku simplemente deslizó su lengua entre los labios de ella profundizando el beso. "Solo espero que Gino no nos atrape de nuevo…" Rogó adormilado.

Al separarse sus labios, con un húmedo tronido, la expresión de Suzaku no había cambiado. En cambio la expresión de Anya… un momento.

- You… You're not Anya, right?

Ella no necesito contestar. No verbalmente, claro.

Las acciones eran más efectivas que las palabras.

(-Line-)

- ¿Cómo te atreves? – Gritó mientras lo abofeteó tan fuerte que lo tumbo al suelo, mientras ella se levantaba indignada. Completamente roja de la cara y forzándose a ignorar las carcajadas de sus compañeros y los silbidos de apreciación.

- ¿Qué pasa Louise? ¿Besa bien? – La voz de Zerbst dominó por un momento el bullicio provocando una oleada fresca de risas.

Louise se permitió temblar de ira, al menos hasta que el... el… ese tipo comenzó a brillar.

Literalmente.

Un aura blanca se manifestó en su cuerpo, intensificándose en su mano izquierda.

El extraño traje que vestía, cubriéndolo por completo no permitió ver las runas del contrato tatuarse en el dorso de esa mano. Eso no evito que gritara de dolor.

Causo sorpresa, puesto que jamás habían viso una reacción similar con los otros familiares anteriormente invocados. De estar en el lugar de ese familiar, habrían sentido como si decenas de agujas incandescentes se clavaran una tras otra, de forma lenta y tortuosa en su mano.

Sin embargo, tan rápido como el aura y el dolor se manifestaron, desaparecieron. Pero fue demasiado para el herido y nuevo familiar que terminó por desmayarse, sucumbido al dolor y a sus heridas.

- Bueno, aun si falló en sus primeros intentos, parece que logró hacer el ritual del Contrato a la primera. Felicidades Miss Valiere. Ahora, todos regresen al Aula. Miss Cheveruse esta esperándolos y ya nos hemos retrasado bastante. – Cerró Colbert con la clase, prácticamente empujando a los curiosos estudiantes que trataban de mirar mas de cerca al golem, al extraño nuevo familiar y su ahora Ama. – Ah si, Miss Valiere, le recomiendo que lleve a su familiar a la enfermería. No se vería bien de usted que lo dejara morir apenas habiéndolo invocado.

Si. Colbert era un profesor que tenia muy en claro sus prioridades.

Dando los últimos toques a sus notas, miró con apreciación el trabajo de moldeo de ese peculiar Golem, saboreando por un momento lo que podría aprender de el al examinarlo.

Casi ni noto la forma en como Louise reclutó la ayuda de uno de sus compañeros para hacer flotar al familiar y llevarlo a la enfermería para ser curado.

En lo que cabe, todo terminó de la manera más normal posible.

(-Line-)

Pobre iluso.