DISCLAIMER: Todos los personajes retratados en esta historia pertenecen al 100% a J.K Rowling, a la excepción de un par de personajes originales de la autora original de esta brillante trama: mltrefry. Yo sólo les brindo una traducción, ni buena ni mala, sino que siempre mejorable.
Sumario.
Los giratiempos son artefactos peligrosos, y cosas horribles les suceden a los magos que se meten con el tiempo. ¿Verdad? Un accidente que lleva a Hermione atrás en el tiempo cambia el curso de cerca de 12 vidas, incluyendo la suya propia. Amor donde no había antes, esperanza donde estaba perdida, confianza donde antes había sido siempre sospechoso. Una joven Gryffindor que no habría existido antes.
Prólogo.
1 de Septiembre, 1992.
"Snape, Aurora" llamó la profesora McGonagall. El Gran Comedor estuvo silencioso por sólo un momento antes de que susurros rudos y vergonzosos llenaran el vacío. La niña de once años con cabello negro rizado y profundos ojos marrones miró hacia donde estaba sentado su padre, en la mesa alta. Le dio un asentimiento casi imperceptible, mientras ella se dirigía hacia el taburete y el Sombrero Seleccionador. La charla sobre ese tema la tuvieron antes de que él se fuera la semana anterior.
Él le había advertido que su vida en Hogwarts no sería tan divertida como ella habría pensado, debido a su reputación. Su doble, a veces triple vida significaba que él tenía que pretender ser la peor de las personas. Él inspiraba miedo porque era mejor asegurar que nadie cometía errores en su salón de clases, él favorecía a su Casa por más que sólo la lealtad que le tenía. Ella a veces escuchaba a sus padres arrojar los nombres de las Casas como si fueran insultos, siempre con una sonrisa o una suave agravación.
Pero su padre también le había advertido que él tenía que pretender ser de la forma que era por muchas razones, unas cuales ella estaba considerada muy joven para comprender completamente. Razones que tuvieron a él y a su madre tan asustados durante el verano que hubo una ligera conversación sobre enviarla a Beauxbatons, o incluso Ilvermoney. No estaba segura de quién los convenció de no hacerlo, pero le agradecería después.
Sentándose en el taburete, ella se aferró del asiento de madera hasta que sus nudillos se tornaron blancos, y deseó que su ritmo cardíaco disminuyera.
"Ah, ahora, tú eres interesante." Dijo el Sombrero Seleccionador en su mente. "Un padre de Slytherin, y una madre de Gryffindor. No comentaré sobre la última, ya conoces la historia. También sobre el primero. Pero eres tú de quien debemos preocuparnos ahora, ¿no? Así que veamos, ¿a quién te pareces más? ¿Padre? ¿O madre? Oh, y ahí está la respuesta, profunda, dentro de tu corazón. Eres tan joven, pero sabes exactamente que se necesita, para que se haga. Puedo ver dónde serás más necesitada." Y entonces, en voz alta para que todo el comedor lo escuchara, gritó con absoluta certeza, "¡Gryffindor!"
El sombrero fue quitado de su cabeza, y ella miró de nuevo hacia su padre.
Severus Snape dio un asentimiento resignado, con una sombra de una sonrisa orgullosa en sus labios, y fue, extrañamente, el primero en toda la habitación, incluyendo al personal, en aplaudir por su hija mayor.
Fue como si su primer aplauso fuera una orden, e instantáneamente la habitación entera estaba aplaudiendo como lo hicieron con los otros seleccionados antes de ella.
Bajó hasta la mesa, observando a los pocos estudiantes que quedaban en esperanza de encontrar a la pequeña pelirroja con quien se sentó en el tren. Ginny no la estaba mirando. Entonces, Aurora notó que más o menos todo el mundo en su mesa estaba evitando mirarla. Mordiendo su labio, en un hábito que desarrolló de su madre, miró el resto de la habitación esperando que alguien, cualquiera, le ofreciera una sonrisa amable.
Dos pares de ojos se conectaron a través de la multitud de estudiantes en las mesas, gris encontrando sus marrones, y su corazón se hundió.
Draco parecía resignado, incluso más que su padre, como todo lo que él creía que sabía estaba vuelto de cabeza. Ella ya podía sentirlo alejándose, preparándose para ignorar una amistad de una vida entera, sólo porque ella estaría vistiendo rojo y dorado en vez de verde y plateado.
"Bienvenida a Gryffindor, Aurora," dijo una voz aguda y bastante esnob. "Y no te preocupes por lo que te digan, yo y mis amigos cuidaremos de ti. O bueno, estoy segura de que lo harán en cuanto lleguen."
Aurora se dio la vuelta, en dirección a la voz, y se encontró un poco sorprendida al ver a quién le estaba hablando.
"Wow," dijo un chico con cara redonda sentado frente a ellas, con los ojos como platos. "Ustedes dos se parecen un poco."
"Quizás somos familia." Dijo Aurora con suficiente facilidad.
"No, soy nacida de muggles." Dijo la chica con el pelo rizado, levantando su barbilla, como si desafiara a Aurora a decir algo sobre eso.
Aurora se encogió de hombros. "No significa nada." Dijo con una sonrisa ladeada. Miró mientras una sonrisa iluminaba las facciones que compartía con esta versión joven de su madre, agradecida de que el pelo oscuro y fino de su padre la ayudara con la mayoría de los rizos que heredó, y que sus ojos ónix oscurecían sus marrones, y así no eran tan parecidos a los de Hermione Granger.
Y así comenzó lo que Aurora vendría a entender como una compleja vida en las estancias de Hogwarts, sabiendo que al menos estaba sólo este año y el siguiente para que no tuviera que preocuparse tanto sobre soltarle algo a la chica a su lado sobre todo lo que vendría.
-H-
9 de Junio, 1994.
"Tenemos exactamente diez minutos para volver a la enfermería sin que nadie nos vea. Antes de que Dumbledore cierre las puertas." Hermione advirtió a Harry, y con eso, ambos se dirigieron hasta la Enfermería.
En el camino, tuvieron que meterse en un nicho mientras que Fudge y el profesor Snape les pasaban cerca.
"¿El Beso será realizado inmediatamente?" preguntó el profesor Snape. Hermione notó que a pesar de todo lo que quería atrapar a Sirius y tenerlo custodiado, él en realidad no parecía desear que pasara lo peor. Fudge continuó mascullando sus tonterías, y mientras pasaban, Hermione juró que los ojos del profesor Snape encontraron los suyos en las sombras. Había sido así desde que ella llegó a Hogwarts, y con cada comentario mordaz, cada insulto despreciante, había algo de remordimiento en sus infinitos ojos negros. Disculpas silenciosas que ella no comprendía y nadie más parecía ver. Ella lo tenía justificado con que era una de las pocas Gryffindors que era amable con Rory, pero no eso no explicaba del todo su primer año.
Cuando él y Fudge finalmente pasaron de largo, continuaron con su misión. Evitaron a Peeves al esconderse en un salón de clase, y después corrieron hacia la Enfermería.
Hubo un momento de pánico cuando el profesor Dumbledore cerró las puertas, pero cuando se volvió y sonrió, Hermione estaba segura de que estaría todo bien.
"¿Y bien?" preguntó él, silenciosamente.
"¡Lo hicimos!" sonrió Harry, feliz, sin aliento. "Sirius huyó en Buckbeak…"
Dumbledore sonrió nuevamente, y entonces movió su varita. Su patronus se disparó desde la punta y flotó en el aire frente a él. "Los eventos se han desenvuelto como debían, ve al refugio, él te encontrará allí." Dijo, y entonces el fénix se fue volando. Dumbledore los miró. "Todo como debería ser." Dijo. "Ahora, entren, los encerraré."
Una vez dentro, Hermione y Harry retornaron a sus camas, permitiendo que Madam Pomfrey se preocupara por ellos y les diera de comer chocolate, algo necesitado en cantidades mucho más grandes que en horas anteriores.
"¡¿Qué quieres decir con que se ha ido?!" la voz de Fudge resonó desde la estancia tras la puerta, y Madam Pomfrey frunció el ceño.
"¿Qué se creen que están haciendo?" gruñó ella.
"Le puedo asegurar, Ministro," el tono burlón de Snape se hizo más fuerte. "Si alguien sabe qué sucedió, ese será Potter."
Un momento después, las puertas de la Enfermería fueron abiertas bruscamente, y un molesto Ministro entró siendo seguido por un bastante disgustado profesor de Pociones.
El último pudo haber acusado a Harry de saber algo, pero sus ojos negros se fijaron en Hermione como si fuese ella a quien le iban a caer todas las acusaciones encima. Ella sintió como se hundía en la cama, sacando su giratiempo de forma inconsciente, pero teniendo mucho cuidado de no manipularlo mucho.
"Has causado problemas antes," le dijo Fudge a Harry. "Te perdoné ese asunto con tu tía, y sabíamos perfectamente que estaba pasando algo el verano pasado. Sabemos que Sirius Black era tu padrino, chico, parecería que…"
"Cornelius, creo que estás olvidando un hecho muy importante." Dijo el profesor Dumbledore, con los ojos brillantes. "La puerta estaba cerrada cuando llegamos aquí. Desde afuera, ni más ni menos. ¿Cómo podría ser que Harry ayudó a Sirius Black si estaba aquí bajo el cuidado de Madam Pomfrey?"
El profesor Snape resopló, y el Ministro frunció el ceño, confundido.
Hermione apretó el giratiempo con más fuerza dentro su puño, para evitar que alguien lo viera y descubriera todo el asunto.
"El Profeta tendrá un gran día de trabajo." Comenzó el Ministro, sacudiendo su cabeza. "Teníamos a Black rodeado, y se escapó de entre nuestros dedos una vez más…"
Dumbledore posó su mano gentilmente sobre el hombro del Ministro, y lo guió hacia la puerta. Hermione captó algunos trocitos de la conversación: retirar a los Dementores del colegio, contemplar la idea de reemplazarlos con dragones. Era algo bastante descabellado, realmente.
"No piensen ni por un momento que yo creo que una puerta con seguro evitaría que ustedes ayudaran a Black a escapar." Dijo Snape en un tono amenazante. "Y créanme," les dijo, sosteniendo la mirada de Hermione mientras estaba principalmente de frente a Harry. "Habrá una extensa conversación sobre esto después."
Se volvió, envolviéndose en un remolino de túnicas oscuras, y siguió a Dumbledore y al Ministro fuera. Madam Pomfrey negó con la cabeza, con una especie de sonrisa melancólica tirando de las esquinas de su boca, antes de negar nuevamente, y dirigirse de vuelta a su oficina.
Cuando se estableció el silencio, Harry se levantó de su cama y fue a sentarse junto a Hermione. "¿Por qué crees que…?" comenzó, y después se interrumpió abruptamente. Miró sus manos, sacando el giratiempo de su agarre y examinándolo. Esta vez, no como la anterior, ella no apartó sus manos, y más bien lo dejó observar el objeto que le permitió salvar a su padrino.
"¿Por qué creo qué?" Preguntó ella, mirando a sus dedos, que ahora reposaban en su regazo.
Hubo otra pausa, y un suave zumbido. "¿Por qué crees que Sirius estaba tan atemorizado por ti?"
Hermione mordisqueó su labio, insegura sobre qué responder, tan confundida con eso como lo había estado durante su primera interacción con Lupin.
"Granger, Her…Hermione." El profesor Lupin llamó a la primera de su lista, y él levantó la mirada hacia Hermione con grandes, y neblinosos ojos. Su boca se abrió y cerró por unos pocos momentos mientras parecía que tenía problemas encontrando algo qué decir. "Pensé que lucías demasiado familiar en el tren. ¿Te llamas así por tu madre, no?"
Hermione frunció el ceño. "No, señor." Respondió. "El nombre de mi madre es Helen."
Lupin frunció el ceño, igualmente, pareciendo estudiarla más de cerca. "¿Adoptada, entonces?" Ella negó. El asintió una vez más, frunció el ceño, y entonces continuó pasando lista.
Hermione alguna vez había escuchado a Malfoy decir algo sobre que ella desearía ser adoptada, generando unas cuantas risitas en los Slytherins, pero lo ignoró. El profesor Lupin no preguntó sobre sus padres o su nombre otra vez, a pesar de que durante las primeras dos semanas él lucía como melancólico y con el corazón roto a la vez. A veces, cuando pasaba junto a él cuando volvía a la Torre desde la Biblioteca con los chicos, él se detendría y luciría como si quisiera decirle algo. Hermione pararía, esperaría, pero al final, él sólo le desearía unas buenas tardes, o cualquier momento del día que fuera, y continuaba caminando.
Ella casi olvidaba su extraño comportamiento más temprano, hasta que se encontraron a Sirius Black en la Casa de los Gritos.
"Harry," advirtió Hermione, cuando él comenzó a retar a un hombre que había estado en Azkaban por más de una década, por asesinato. Un hombre que tenía la varita de su amigo, y probablemente era más poderoso que ellos dos juntos, incluso si estaba desentrenado. "Cállate."
Por su voz, Black se dio la vuelta y la miró, sus cejas alzándose hasta la línea de su cabello.
"¿Gatita?" susurró. "No, no puede ser. Me he vuelto loco, solo, en la oscuridad, durante todo esos años, con mis culpas y mi venganza. Ahora lo veo… ¿Realmente está Cornamenta frente a mí? ¿Lo estoy imaginando todo?" Le echó una mirada a Ron. "Pero si me he vuelto loco… ¿Por qué razón vería a Lily como un chico?" les fulminó con la mirada, y dio un paso hacia delante.
La puerta se había abierto entonces, y Remus entró, observando la escena frente a él, y después volviéndose hacia Sirius.
"Si verdaderamente me hubiera vuelto loco," dijo Black, con su voz bastante más fuerte esta vez. "Entonces tú serías mucho más joven, Lunático."
"Sé la verdad, Sirius." Dijo Lupin calmadamente. "Lo vi, en el mapa, y entonces llamé por Flu." Le tiró una ligera mirada a Hermione. "Alguien que sabría. Lo confirmó."
Sirius la miró. "¿Entonces, quién…?"
Fueron interrumpidos por el profesor Snape. Él inmediatamente se movió para interponerse entre ellos y los otros dos adultos.
Hubo una discusión entre ellos tres. Todo fue sobre si Sirius fue o no fue la verdadera razón por la que los padres de Harry fueron asesinados. Remus intentaba desesperadamente que el profesor Snape viera razón, que juntara las piezas de la misma forma que él lo hizo al descubrir a Peter Pettigrew en el mapa. El profesor Snape declaró que no habría nada que Black no dijese o hiciese para salirse con la suya, incluido matar. Sirius contraatacó expresando que no era él quien haría lo que sea por lo que fuera. Remus había empezado a decir algo que el profesor Snape inmediatamente cortó con un siseo, algo sobre dónde las lealtades recaen.
Antes de que Hermione pudiese detenerlo, Harry apuntó su varita hacia Snape y le arrojó un Expelliarmus. Incidentalmente, Sirius también lo hizo. Eso lanzó al profesor Snape hacia un lado, contra la pared, inconsciente.
La verdad, finalmente, fue como Sirius había explicado. Se suponía que él sería el Guardián Secreto, había intentado convencer a los Potter de usar a alguien más, alguien que todos sabían que no sólo los mantendría seguros, pero sería capaz de esconder la información de cualquier que intentara lo suficiente como para encontrarla. Al final, escogieron a Peter, ya que era el que tenía menos probabilidades de tener contacto con ningún Mortífago, se podía confiar en él, y era su querido amigo. Y se habían equivocado.
Hubo un hechizo inmovilizante, una conversación, el profesor Snape despertándose de su inconsciencia, evitando que Sirius matara a Pettigrew. Abandonaron la cabaña, saliendo hacia los terrenos del colegio. Allí hubo otra pequeña discusión entre los adultos. Esta vez era sobre la sentencia de Sirius, y sobre si se debía o no mantener captivo al menos hasta que pudieran limpiar su nombre propiamente. El profesor Snape afirmó que sería lo mejor si entregaran a Sirius y lo retuvieran, abogar por su caso con el Ministro.
Entonces Lupin se puso rígido, y el caos empezó nuevamente.
"No sé por qué me miraba así, Harry," respondió Hermione, con el sonido zumbante muy tranquilizante e hipnótico, arrastrándola en la noche una vez más. "O por qué lo hacen Lupin o Pettigrew, de igual forma."
Harry resopló. "Snape nunca lo hace."
"Profesor Snape," corrigió ella automáticamente. "Y hablando del tema, si esta noche te enseñó algo, es que deberías ser capaz de confiar en él, Harry."
"¿Porque abrió los ojos de verdad?" contrarrestó Harry con un bufido.
"Porque se interpuso entre el peligro y nosotros no una vez, sino dos. Él creyó a Sirius un asesino tanto como tú cuando se puso frente a nosotros. Y nuevamente cuando Lupin se transformó. Si no hubieses ido tras Sirius…"
"Lo sé." Coincidió él.
"De hecho, no lo haces. No viste el pánico y el miedo en sus ojos. Era duro con nosotros, sí, pero por una razón."
Harry no dijo nada, y cuando ella lo miró, notó que el zumbido que escuchaba era él sacudiendo el giratiempo y haciéndolo girar.
Resopló. "¿Qué tan atrás planeas enviarme?" Bromeó.
Él sonrió tristemente. "¿Qué tan atrás puedes ir?"
"Me dijeron que sólo era seguro volver atrás unas pocas horas. Magos que se meten con el tiempo, y todo eso. No se activará solo, de todas formas. Y aparte, creo que ya estoy harta de esta cosa. De hecho." Lo tomó gentilmente de las manos de Harry. "Debería ver si la profesora McGonagall estaría dispuesta a tomarlo antes de que acabe el término. Si me pierdo clases, que sea así." Saltó fuera de la cama y se dirigió a las puertas. "Sólo será un momento."
Hermione sostuvo el artefacto en dos dedos frente a su cara, estudiando el brillo del oro y los granos de arena mágicos. Una cosa tan hermosa. La mayoría de las cosas peligrosas lo son.
Escuchó un aullido de advertencia, y sólo tuvo el tiempo suficiente de ver hacia el suelo para ver a la Señora Norris frente a sus pies. Se tropezó sobre sus propios pies y el maldito gato, en un intento de esquivar al animal y fracasando. Mientras caía hacia delante, ella sintió otro de sus dedos tocar el giratiempo, activando el mismo objeto que Harry Potter había estado agitando y girando, por quién sabe cuánto.
"¿Qué tan atrás puedes ir?" había preguntado él.
Antes de que el mundo se desvaneciera completamente, Hermione captó una fracción de Filch girando la esquina y preguntándose cómo le explicaría esto al Director antes de que todo se girara.
Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Mi nombre es (bueno, pueden llamarme así) Gema. No soy nada nueva en esta plataforma y no es la primera vez que publico una historia (pero si la primera que traduzco algo y que soy medianamente competente en ello). Esta vez presento una especie de au de un viaje en el tiempo, que como pueden ver, es muy ridícula la forma en la que se desarrolló xd, y qué puedo decir sin spoilear? Uh, la cosa es que yo, siendo el ser casi 100% dramione o harryxhermione (y lpm no recuerdo nunca el nombre de ese ship), me quedé enamorada de esta historia :p
Un like y un comentario por ahí siempre están lindos eh.
