Disclaimer: Naruto sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto.
Después de todo ha sido mi culpa.
Mis ojos intentaban contener las lágrimas y la tristeza era hipócritamente ocultada con una falsa sonrisa muy parecida a las que siempre mostraba. Me dolió ya que fui yo quien los hizo conocerse.
Mis labios querían torcerse y deformarse a una mueca de pena y dolor, pero los obligué a no inmutarse.
Sus rostros llenos de felicidad me hacían sentir un poco mejor ya que a ambos los apreciaba mucho. Era evidente que mis ojos estaban rojizos a causa de las gotas que amenazaban mis orbes, pero no me quedaba más que estar esperanzada a que mi fingida sonrisa lo disimulara.
Mi lugar en la primera banca me permitía ver y escuchar claramente todo lo que las personas al frente decían y hacían. Ellos se miraron con ternura, ella parpadeó con dulzura y le sonrió amorosamente al hombre a su lado, mi primo le correspondió con un gesto que aparentaba ser una sonrisa pero que yo y mi mejor amiga sabíamos perfectamente que representaba dulzura, e iba llena del amor que se tenían el uno al otro.
Sentí mis mejillas humedecerse y mis ojos se desaguaron, como un par de ríos comenzaron a correr sin piedad por mi rostro, mantuve mi sonrosa, con todo el pesar de mi corazón, para aparentar llanto de felicidad.
Neji giró su mirada hacia mí y le correspondí con hipocresía. Tenten me sonrió y me agradeció con la mirada todo lo que yo había hecho para que su relación perdurara, todos los conflictos que resolví, todas las veces que los hice volver. Ahora era mi culpa que estuvieran en el altar y, aunque me doliera el corazón por perder a la persona que más amaba en este mundo me sentía alegre por ellos, porque el sueño que tenían desde que comenzaron a salir se cumplía en esos instantes.
—Acepto —pronunció Neji con orgullo.
—Ahora, los declaro marido y mujer. —Mi garganta se carraspeó y las lágrimas se volvieron más abundantes. Se miraron y sus labios fueron unidos en un tierno beso. Las lágrimas corrían en demasía a causa de la tristeza y del dolor, pero al mismo tiempo estaba muy feliz por su futuro juntos y mi sonrisa era ahora sincera.
