Konnichiwa! Aqui, con mi primer FrUk, la verdad, nunca he hecho uno pero la pareja me gusta, es que simplemente adoro a Arthur y Francis me mata de risa (además que es mi vecino y lo visito bastante) :) Pues la verdad es que estoy chalada, ¿porque? Por que tengo la tira de fics empezadas y voy yo y empiezo otra, pero bueno, soy asi de especial y guay (no, para nada). En fin, a lo que estabamos, aqui os dejo, con la historia :) Perdón si tardo en actualizar o algo, es por eso de las fics y bloqueos, pero la verdad es que tengo bastanta inspiración para esto :) Este capitulo es cortito, pero lo siento, no espereis que sena muchos mas largos :S
Disclaimer: Hetalia no es mío, ni París (Ya me gustaría tener las dos cosas, snif)
Warnings: Yaoi, AU (Tiempos actuales). Puede que me invente algunos lugares de París, lo siento, he estado unas tres o cuatro veces pero la verdad es que no soy muy buena recordando cosas :S
Capitulo 1
POV: Francis
Las calles de París nunca le habían parecido aburridas a aquel francés, Hacía tiempo que Francis no conseguía pareja, y no le atraía la idea de ir de chico en chico cada noche. Si, chico, Francis se consideraba bisexual, como lo debía ser un buen francés romántico pero Francis era mas homo que bi.
Hacía tiempo que había pasado la etapa de los rollos de una noche, estaba cansado, buscaba el amor, pero parecía que este se escondía muy bien. Quizás alguna francesa, aquellas chicas tan hermosas de su país parecían estar hechas a medida para él. ¿O un francés? Uno de esos tan delicados y extrovertidos que se dejan pintar desnudos en el sofá de su casa.
Se sentó en un banco, admirando el parque en el que estaba. Se tocó suavemente los labios con la punta de los dedos, notando que estaban resecos por el frío cortante que hacía en la capital francesa. Se sacó un pintalabios para los labios resecos y dañados de uno de los bolsillos de su abrigo y se lo puso lentamente, analizando la gente que pasaba por ahí.
Miro su reloj después de guardar el pintalabios, las cinco y media de la tarde. Era invierno así que pronto sería oscuro. Frunció los labios y se levantó, tenía que irse si quería llegar a casa antes de que fuera oscuro del todo y todavía hiciese mas frío. Dio un vuelta en el parque antes de irse, y justo cuando se dirigía a la puerta de salida algo captó su atención. Bueno, mas bien alguien.
Era un chico rubio, sus cabellos desordenados y mal peinados, tenía unas cejas grandes, pobladas las cuales fruncía. Sus ojos eran de un verde vibrante, seguramente los ojos mas verdes que el francés había visto, un color extraño, aún así, hermoso. Se lamía ligeramente los dedos sacando la lengua lo mínimo para que se enfriase y pasaba una página. Las puntas de sus finos dedos estaban enrojecidas por el frío, intentando encontrar calor mientras escondía sus manos en las mangas del abrigo. El chico juntó los labios haciendo que formasen una fina linea, pasó de página y escondió su rostro en la bufanda a cuadros que llevaba.
El francés dejo ir una risilla. No sabía porque, ni tan solo le conocía, pero ya le parecía adorable. Francis no tenía ningún pudor en ir y presentarse ante un desconocido, no conocía la vergüenza y en ocasiones era demasiado extrovertido, así que no tuvo problema en ir hasta aquel chico, que tenía apariencia de extranjero y sentarse a su lado.
El francés miro de reojo las páginas del libro, intentando ver en que idioma eran. Inglés, así que podía ser británico o americano. El chico no tenía pinta de americano, no, en absoluto, de hecho, Francis podía jurar que era de la Gran Bretaña. El desconocido arrufó las cejas y miro de reojo al francés que se había sentado a su lado y le estaba observando, pero el gesto no pasó desapercibido por Francis.
-Bonjour.- saludó el francés con una sonrisa. Él otro le volvió a mirar de reojo y escondió un poco más su rostro en la bufanda.
-Lo siento, no hablo francés.- le contestó en voz baja. Francis alzó una ceja y sonrió más.
-Entonces ¿Que haces en Francia? ¿De vacaciones?- le interrogó. El chico bufó, rindiéndose sabiendo que con aquel al lado no podría continuar el libro guardó la página y puso el libro en su regazo.
-No, vivo aquí.- le contestó cortante.
-Oh... Entonces si es extraño que no sepas francés. ¿De dónde eres?- el chico empezaba a irritarse. ¿Quien era aquel tipo? ¿Que derecho tenía en preguntarle tantas cosas?
-¿Te importa?- le espetó.
-No, me interesa. Tengo curiosidad.- le contestó Francis con sinceridad.- ¿Me lo dirás?
-¡De Inglaterra! ¡Soy de Inglaterra!- exclamó levantándose. A paso rápido empezó a caminar, alejándose del francés pero este le siguió ágil.
-¿De Inglaterra? Vaya, nunca he estado, me han dicho que es hermoso, pero claro, no más hermoso que Francia. ¿No es así?- Francis lo estaba haciendo aposta, quizás con provocaciones el inglés respondería. Y lo hizo, se giro con cara de enfado y le gruñó.
-Inglaterra es mucho mas bonito que este estúpido país.- le espetó.
-¿Entonces porque estás aquí?- le preguntó con una sonrisa.
-¡Porque me da la gana! ¡¿Y quien cojones eres tu?!- le espetó el inglés. El francés alzó una ceja y sonrió.
-Me llamo Francis Bonnefoy, perdón por no haberme presentado antes. - tomó la mano libre del inglés, ya que con la otra sujetaba el libro, y se la besó ligeramente. El inglés, enrojecido, sacó la mano rápidamente y tragó saliva. - ¿Y tu eres...?
-Arthur Kirkland.- le contestó.
-Encantado de conocerte Arthur.- canturreó el francés.
-¿Que coño quieres?- le gruñó Arthur. Francis sonrió.
-Nada, hablar contigo.
-¿Por? No me conoces.- dicho aquello, el inglés se giró y ando de nuevo.- Tendrás cosas mejores que hacer. - Francis lo atrapó y caminó a su lado.
-La verdad es que no, me aburró mucho. Me pareciste atractivo, eso es todo.- le contestó Francis con una sonrisa atractiva. El inglés se volvió a sonrojar y apretó los puños.
-¿Es normal decir este tipo de cosas a la gente en Francia?- le preguntó retóricamente caminando más rápido. Francis sonrió.
-Para mí, sí.- tomó el brazo del inglés.- Estoy cansado, ¿Por que no nos sentamos en un café?- le propuso el francés. El inglés alzó una ceja.
-O mejor, ¿Por que no me dejas en paz?- le dijo Arthur con cinismo. El francés río y negó con la cabeza.
-Eres duro ¿eh? Cheri, yo invito.- insistió el francés.
-Que no, dejame en paz... Estúpido francés.- musitó Arthur. Francis le sonrió, haciendo que Arthur se sonrojase.
-¿Te gustan los hombres?- le preguntó el francés, totalmente extrovertido. El inglés abrió los ojos como platos.
-¡Los franceses me dais asco! ¡¿Que clase de preguntas son esas?!- le espetó mientras resumía su paso. El francés se sintió un poco ofendido pero aún así río.
-Oh vamos, no te pongas así amour...- le susurró caminando a su lado.
-No me llames cosas raras. - murmuró el inglés.
-¿Que leías? - le preguntó, cambiando el tema de conversación.
-Un libro.
-¿No me digas? - contestó el francés con ironía. El inglés no pudo evitar sonreír con aquello. - Lo ves, te he hecho sonreír, te gusto.- el inglés paró en seco ante aquellas palabras.
-Que me hayas hecho reír no significa que me gustes, idiot. - le espetó dándole un empujón. El inglés caminó más rápido hacía la puerta del parque, dejando el francés allí. Francis observó como Arthur se marchaba, una sonrisa de idiota en su rostro.
-Tranquilo cheri, nos volveremos a encontrar.
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Sayonaraa
