Convertirte En Cometa.

Estaba acostado en su cama, mirando por la ventana, deseando que todo siguiera igual.

A solas miraba el cielo, una estrella fugaz pasó. Podría jurar que se veía como un cometa.

Pensó en ella y paso una mano por su pecho, le dolía, quería verla en ese instante, desearía poder volar por los cielos, para poder verla. Era una lástima no poder.

Si pudiera convertirse en un cometa, saldría rápidamente volando por el cielo. No le importaría que apareciera mañana, ese sentimiento era fuerte, su cometa sería indestructible.

De un momento a otro se nublo, comenzó a llover, ahora si que estaba infeliz. Lluvia de verano ¿A quien se le ocurría? Apenas aparecía y ya no estaba. Y en efecto, una hora, y la lluvia terminó.

Al despejarse las nubes. Ichigo recordó lo que la enana le dijo:

- Cuando es de noche, después de la lluvia, recuerda que una estrella siempre saldrá de una manera hermosa.

Aprendió rápido en ese tiempo que paso junto a el en Karakura. Parecía irónico, el toda su vida viviendo en el mundo humano y nunca contemplo el cielo. Ella apenas aparecía se enamoraba del cielo de la ciudad y le aconseja que lo mire después de la lluvia.

Después de pensar eso, sonrió, la lluvia le comenzaba a gustar.

Algo hizo que se sentara de golpe, una voz en su cabeza, no cualquiera, esa, indudablemente, era Su voz.

Si yo pudiese convertirme en un cometa, brillaría y esparciría luz todo el tiempo. Así, cuando estés triste y mires el cielo por la noche, logres que brille más y te haga sonreír.

Siempre luchas solo, yo no puedo hacer eso a tu lado pero… Si pudiese convertirme en un cometa… Seguramente me apresuraría a caer desde el cielo, más aya de toda duda, en el momento en el que la luz te alcance, nos envolveríamos con este cielo brillante.

Si yo, pudiese convertirme en un cometa, definitivamente, estaría a tu lado para siempre.

Asomo su cabeza por la ventana, bajo su vista a la calle y la vio voltear, sonreírle de esa manera que solo ella sabe y desaparecer nuevamente.

También sonrió. Estaba claro que Rukia volvería algún día. Por ahora bastaba con esperar, y rogar convertirse en cometa para volar hasta ella y poder verla.

- Ichigo… Cuando te sientas solo mira el cielo… Así al menos no me extrañaras – dijo divertida y tono burlón.

- Ya cállate enana – dijo sin ánimos de pelear.

En ese momento, ya sabía que un tiempo después estaría pensando incoherencias y extrañándola más que nada.

Buenas! Mi primer Ichiruki

Espero que les guste.

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