Cap. I. "El inicio de todo"
-bueno pueden dar inicio a su trabajo…- la maestra de cabello pelirrojo se fue a sentar al pupitre de una de las alumnas que estaban frente al pizarrón- Higurashi, Taijiya pueden comenzar…
- bueno, este trabajo consiste en una narración basada en hechos reales… esta historia se remonta a Venecia, Italia…- una joven castaña miraba fijamente a la maestra y se desenvolvía bien a la hora de hablara.
- pero partiremos con la siguiente pregunta en la cual consistía se centraba este trabajo… pueden las personas cambiar?... la mayoría de los presentes diría, "claro, el querer es poder… y si quiere cambiar lo hace"… pero que pasa cuando es casi imposible hacerlo?- la joven de largo cabello azabache se dirigió a todos los presentes mientras hablaba- que pasa cuando creciste para convertirte en algo malo?... esta historia habla acerca de eso… de cómo su vida se formo, como la lealtad esta ante todo y el cambio no era una opción…
- esta historia trata de dos niños que aunque los unía su nacionalidad, crecieron con diferentes costumbres, pero se unirían a pesar de todas sus diferencias- la castaña encendió el reflector de imágenes donde aparecieron calles de Venecia-todo comenzó en una de las calles de Venecia…
Venecia, Italia hace 22 años.
Un jovencito de no más de 6 años, de nacionalidad japonesa, se encuentra trabajando en las calles más concurridas de Venecia. ¿En qué trabaja? Estudia a los visitantes y a los más descuidados y más elegantes les roba su billetera y todo a su paso.
Trabaja junto a su padre, un hombre de ojos azul marino, quien se encarga de las personas más difíciles, pasándole el botín a su hijo para que se vaya a toda velocidad. Luego se encuentran bajo el puente que hay en un barrio humilde y se van a casa a cuidar de una niña, quien es muy enfermiza.
Ellos no siempre fueron unos buenos ladrones. Vinieron a Venecia con sueños de prosperidad y trabajo. Vinieron con la ilusión de que su familia saldría adelante, que su hijo se convertiría en un abogado y su hija sería una gran bailarina. El padre de la familia conseguiría un trabajo que le daría lo necesario a su familia, que no tenía una madre, pues esta había muerto en Japón al dar a luz a su última hija.
Pero lo que encontraron fue desgracia y hambre, apenas llegaron fueron asaltados y humillados por alguno de los pobladores por sus humildes vestimentas.
Al poco tiempo el hambre era pan de cada día, y su pequeña hija de 2 años había pescado una gripe fuerte de la cual no salía. A pesar de buscar trabajo, todos le cerraban las puertas en la cara, haciendo como único medio de vida el robo.
El otro niño, de la misma edad que el anterior, tenia de todo en la vida, nacido en Japón, pero criado en Italia con todos los lujos que un padre le podía dar debido a su "trabajo".
Este niño de rasgos únicos y de belleza innata como el otro, creció jugando con armas, conociendo el mundo del tráfico y mercancía ilícita. Su canción de arrullo eran las múltiples balaceras en las cuales, había estado presente, ya que al ser hijo de quien era, su vida siempre estaba en constante peligro.
Cuando tenía 4 años, había sido secuestrado por uno de los de la banda contraria, conociendo torturas horribles, que casi le cuestan la vida, a no ser porque su padre y su hermano mayor, lo encontraron a tiempo para evitar otras mayores desgracias.
En el mundo en el que se rodeaba, la palabra piedad era desconocida y la lealtad era una ley que se respetaba con sangre.
Este niño, se convirtió en uno astuto, y perverso. Pero con las leyes que se había forjado el imperio de su padre- lealtad o muerte- no conoció el amor de una madre, ya que ella había sido asesinada por el eterno enemigo de su familia.
Tokio, Japón- en la actualidad-
-se ve que han trabajado para hacer esta presentación… los valores siempre han sido importantes jovencitas…- la maestra les sonrió con cariño a sus mejores alumnas- lo dejaremos para después la continuación ya que el termino de clases ya llego… bueno chicas nos vemos el lunes.
- Kagome estás segura de narrar esta historia?- la castaña junto sus cosas y las acomodo en su mochila, mirando atentamente a su amiga de la infancia- es demasiado fresca…
- Sango… es solo una historia para mostrar "valores"… no tiene por que saber que existen en la vida real…- la muchacha de cabello azabache le sonrió a su amiga con cariño- y no es tan fresca… ha pasado un año entero…
- pero aun es reciente… yo todavía no lo olvido… por qué tu si?- le pregunto de forma suspicaz al salir del salón junto a su amiga quien miraba el piso.
- porque me mintió… por eso no lo voy a perdonar y lo único que se merece por lo que me dio es el completo olvido…- Kagome arreglo su uniforme y se acomodo su corbata en forma de moño. Sango y Kagome iban a un instituto de chicas. Siempre fueron juntas a la escuela, ya que sus padres eran amigos desde la secundaria, ellas siempre iban juntas a todos lados y compartían más de un secreto.
- siempre he pensado que te queda perfecto el uniforme Kag-chan – el uniforme contaba con una falda azul marino, una blusa blanca con el moño que era la corbata de la escuela, una chaqueta a juego con la falda, los calcetines eran azul marino y los zapatos eran cafés- te ves bien con el cintillo, lo bueno es que ya no tienes la loca idea de cortarte el cabello… con todo lo que costó a que creciera…
- tú también te ves bien con el informe… pero me gustaría que ya no llevaras una coleta tan alta todos los días… me gustaba cuando te hacías la coleta bien bajita… te veías encantadora…- Kagome tenía el cabello hasta las caderas, con ondulaciones en las puntas. Era una chica bien hecha, pechos grandes, piel blanca, piernas largas, caderas anchas y cintura estrecha, ojos azules y una sonrisa encantadora con un rostro de ángel.
- ya sabes porque ya no uso el cabello así…- Sango tenía el mismo largo de cabello que su amiga, solo que era completamente liso y castaño. Ambas tenían un físico similar, solo que Sango era más alta que Kagome por unos cinco centímetros y sus ojos eran de un color marrón muy brillante que le daba una sensación de misterio a su mirada- no quiero nada que me recuerde… el pasado…
- ves?... si sigues así jamás olvidaras… - aunque Kagome sonrió, su mirada reflejaba tristeza, la tristeza de una jovencita enamorada que sufrió una decepción- ya debemos dejar el pasado…
- ni tú te crees eso- le dijo la castaña de manera burlona.
- pero yo lo intento zorra!- le dijo bromeando. Sango sonrió y se puso a correr persiguiendo a su amiga.
- ven aquí perra!- le grito muerta de la risa al ver como la gente las miraba como si estuvieran locas- no te escaparas!...
- claro que sí!- le dijo cuando llego a los pies del templo donde vivía sonrió victoriosa- ya no me atraparas!- comenzó a subir las escaleras corriendo. Y no eran cinco peldaños, eran más de 80 a los cuales, ella sabía que Sango jamás se acostumbraría.
- oh no!- exclamo Sango derrotada viendo a su amiga ya en la mitad de las escaleras- eso no se vale Kagome! Yo no estoy acostumbrada! Ni menos a subirlas corriendo! Es injusto!...- le reprocho su amiga sentándose en el quinto escalón.
- bueno, bueno- le dijo Kagome sentándose junto a ella- en casa te compensare… pero eres tú la injusta! Me hiciste bajarlas de nuevo!- le reclamo con una sonrisa- tu también debes compensarme…
- bueno- las dos se sacaron la lengua y se dieron un abrazo.
- vamos, vamos! Que subir escaleras y bajarlas me dio mucha hambre!- Kagome se puso de pie y tomo del brazo a su amiga con una sonrisa entusiasta- rica comida haya vamos!
- no sé cómo eres tan delgada si comes como una verdadera cerda- le dijo en una risita Sango tratando de seguir subiendo las interminables escaleras.
- y yo no sé cómo no eres puro hueso si comes como si fueras un pajarito- cuando llegaron al final de las escaleras, Sango se veía agotada y apoyo sus manos en sus rodillas para recuperar el aire- oh vamos ni que fueras una anciana! Ni mi abuelo que tiene casi 90 años se cansa tanto como tú!
- no te burles…- le dijo en un jadeo- no puedo acostumbrarme a esto…- vio como su amiga hacia sentadillas solo para molestarla por su condición física- ahora entiendo cómo es que no engordas… subes y bajas esas infinitas escaleras todos los días… y además tienes tanta energía que jamás te quedas quieta…- Kagome solo le sonrió y siguió haciendo sentadillas para molestarla- ya para! Me haces sentir como si fuera…
- una anciana!- Kagome se lanzo a los brazos de su amiga y las dos cayeron al suelo, una sobre su trasero y otra sobre su amiga- ríndete!- le dijo cuando empezó a hacerle cosquillas a su amiga.
- para ya! Por favor Kag! Se me levanta la falda!- le grito en medio de sus carcajadas.
- di que te rindes!
- me rindo!- le dijo tomando su estomago con ambas manos.
- nadie puede vencer a Kagome Higurashi cuando se trata de torturas…- se levanto del suelo rápidamente y alzo su puño en señal de triunfo- soy la mejor! Todos inclínense ante Kag-chan!- grito con voz de hombre riéndose luego.
- salve o soberana de las cosquillas!- grito Sango desde el suelo levantando sus brazos y luego los bajo, repitiendo la acción- la reina de energía inagotable!
- soy como una central eléctrica!- se grito. Sango estallo en carcajadas por las ridiculeces de su amiga, siendo acompañada por Kagome quien le tenía un brazo para levantarla.
- bienvenidas a casa- le dijo la señora Higurashi a las chicas. Había salido por los gritos y se sorprendió gratamente al ver a su hija y a su amiga riendo a carcajadas limpias- "hace tiempo y no se las veía tan sonrientes"- pensó estrechando a su hiperquinética hija. Para luego abrazar a su ahijada- como estas cielo?- le pregunto a Sango de forma cariñosa.
- muy bien tía- le respondió dándole una sonrisa.
- no seas tan buena con ella mamá! O me pondré celosa de Sango!- les dijo en broma Kagome agarrando a su madre de la cintura como si tuviera miedo de que se la quitaran- es mía!
- bueno una vez que me toque a mi no? Cuando estás en mi casa siempre acaparas la atención de mi madre- Sango le saco la lengua y Kagome la abrazo- ya Kag! Me dejas sin aire!- Kagome se separo de su amiga y le saco la lengua, cerrando un ojo en el proceso y dándose un golpecito en la cabeza.
- es que Tarzán no medir su fuerza- dijo hablando como un incivilizado.
- puedes! y debes aprender- le dijo su madre acariciando la cabeza de su hija de 17 años- pronto será tu cumpleaños Sango… que harán tus padres para celebrar los 18 de su hija? Es el evento del año…- la señora Higurashi se dirigió a la cocina de la casa siendo seguida por las jovencitas.
- ni idea… creo que quieren hacer una "sorpresa"- hiso las comillas con las manos y sonrió- es un secreto a voces…
- no arruines la fiesta!- le espeto Kagome- se han esforzado…
- ve lo que le digo?... Kagome acaba de confirmármelo- la señora Higurashi miro a su hija levantando una ceja y ella se encogió en su asiento. La señora solo agito la cabeza con una sonrisa.
- perdón por arruinar la sorpresa- se disculpo Kagome con las mejillas enrojecidas.
- no importa… siempre puedo decir… "wow! No me lo esperaba" o "gracias es hermoso y no pensé que me harían algo" o tal vez "me dejan sin palabras es más de lo que pude esperar… gracias por la sorpresa me encanta"- Sango se encogió de hombros y le quito importancia al asunto- no debes preocuparte… ya me lo temía…
- bueno vasta de tanto hablar… se que tienen hambre- la señora Naomi miro a su hija quien miraba fijamente el plato de comida que tenía en sus manos- sobre todo ella…- Kagome asintió sin quitar la vista del plato y se saboreo los labios- bueno a comer…- la señora Higurashi le dio un plato de ramen a Sango, una ración moderada y a su hija le dio un plato grande- buen provecho…
- itadakimazu!- exclamaron las jovencitas al unísono.
- "tu comida favorita… perro embustero"- pensó Kagome comiendo su ramen. Una mirada triste paso por sus ojos, pero la borro rápidamente. Ese gesto no paso desapercibido para su amiga quien la miraba atentamente desde que vio que era ramen lo que comerían.
-"todavía no lo olvida… y lo peor es que no puedo ni ayudarla… estoy en las mismas condiciones que ella"- pensó Sango comiendo en silencio su ramen- vamos al cine mañana?- le pregunto para romper el silencio. Era extraño no hablar mientras comían ya que Kagome siempre hablaba hasta por los codos debido a su exceso de energía- hay buenos estrenos en el cine…
- si! Quiero ver enredados! Supe que Chayanne le hace la voz al protagonista!- Kagome recupero su habitual entusiasmo haciendo que su amiga sonriera.
- "me gusta más cuando Kagome esta sonriendo… sé que soy egoísta, pero ella es la única que puede hacer que este feliz… no se qué haría el día que Kag ya no esté…"- Sango se limpio los labios con la servilleta y le sonrió- claro! Veremos la que tú quieras! En total tu invitas!
- eso es injusto!- Kagome hiso un puchero y sorbió sus fideos ensuciando su nariz- tu propusiste la idea…
- pero no dije que te iba a invitar…
- mala…- Sango le hiso un gesto con la mano para que se limpiara la sopa del ramen que había en sus labios y su nariz- pero entonces tu invitas la comida…
- estoy en la ruina entonces- Sango agacho la cabeza en señal de derrota- pagar tu comida significa que no tendré dinero hasta el mes próximo…
- entonces tu paga la entrada… y yo llevo la comida! – Kagome sonrió tontamente al pensar en la comida que podría disfrutar.
- eso dalo por hecho!...
Continuara…
