Nota de autora: Hola gente. Se acerca esa fecha, la que las forever alone (como yo), odiamos (por distintas razones). Como sea, ahora trabajo en algunas historias que, si bien no son muy románticas, son dulces.
Pero como tenía un rato libre y esta idea en mi cabeza, me puse a escribir este fic. Espero les guste.
Faldas
Butch amaba las faldas. Esa prenda que le permitía una generosa vista de las piernas femeninas. A veces tan generosa que le permitía ver un poco más.
No le importara que fuese con estampados, recta o de tablones, lo importante era lo que dejaba a la vista. Las piernas. A veces las bragas.
Oh sí, estaba eternamente agradecido con aquel que haya inventado tal cosa, y también con las mujeres que las usaban. Las faldas eran sus amigas.
Y además de dejarle una buena vista a él, las faldas hacían que las mujeres se viesen más delicadas y femeninas. A veces las hacía ver unas regaladas y putas. Pero él no se quejaba, solo disfrutaba.
Pero no le parecieron tan grandiosas cuando vio a Kaoru vistiendo una.
Vale, que no era una mala vista, ¡No, no, no!, ¡no era eso! el problema radicaba en los mirones (como él), que le daban a la chica miradas pervertidas.
Largas, delgadas y torneadas, agregando que su piel era casi tostada, ¡Esa sí eran unas piernas!
—Kaoru—le llamó Butch—, se te ve el trasero —su voz había salido tranquila, sin una pisca de perversión o burla—. Cámbiate, por favor.
Kaoru no dijo nada, demasiado sorprendida y sonrojada como para decir palabra alguna, solo asintió y se metió de nuevo a la casa. Butch se quedó ahí, esperándola en la calle.
[Que lindas piernas, que lindas bragas ¡Y que trasero!
Se ve adorable y hermosa con falda, pero si quiere volver a usar una de nuevo, solo serán aquellas que le lleguen a los tobillos.]
