Nota: Bleach no es de mi propiedad.
Autor: Ari Wills
Título: Cambios.
Había causado gran revuelo en toda la Sociedad de Almas, tal vez no intencionalmente, pero lo había hecho.
Claro que esto no fue instantáneo, primero empezó con su adopción en el clan Kuchiki, y su ingreso –no debido- a uno de los 13 escuadrones del Gotei 13. Pero después, aquellos que aún no conocían su nombre, lo hicieron: cuando se le sentenció a muerte y fue salvada por unos ryokas… unos humanos. Después de eso, ahora que la guerra, las peleas y los momentos de mayor crisis estaban en el pasado -que los tiempos de paz estaban nuevamente reinando-, no era cosa extraña que tuviera algo de fama entre los shinigamis y que, cuando la noticia se dio al mundo, no sorprendiera como era debido -ya que la gente había aprendido que cuando un Kuchiki estaba de por medio, las sorpresas podían suceder en cualquier momento-… pero lo realmente importante, era que aquellas personas con las que Rukia se había involucrado en su vida, no podían dejar de notar las diferencias que habían tenido lugar en ella, ahora que se le había promovido al rango de capitán…
El primero fue Renji, siendo que era quien hablaba más con ella después de reforzar su amistad cuando lo de la ejecución. Si bien, Rukia no era una persona que hablara mucho, o en su defecto, tuviera muchas amistades, sí era alguien que no temía decir lo que pensaba o quería, cuando estaba con personas de confianza.; ahora, en cambio, rara vez decía algo o, por decirlo mejor, rara vez se le veía puesto que ocupaba casi todo su tiempo en el trabajo. A esto, Renji no pudo dejar de empezar a compararla con su ex capitán Kuchiki Byakuya. No es que lo hiciera a propósito o mucho menos, era sólo que realmente se parecían: la forma en como caminaban con la cabeza en alto y la expresión sería, el silencio que parecían traer consigo, los aires de solemnidad e intimidación con que llenaban cualquier lugar en el que se encontraran… pero más que nada, la sensación de que carecían de sentimientos mientras su apariencia desbordaba palabras silenciosas de que pertenecían a otro nivel, de que no eran simples shinigamis como la mayoría. ¡Diablos!, incluso Renji podría jurar que la ropa que usaba Rukia era increíblemente cara y fina, aún cuando era la misma que todos los demás shinigamis usaban. Sin duda, era en esos momentos cuando el nerviosismo afloraba en él siempre que intentaba hablar con ella o hacerla sonreír… era casi como si estuviera hablando con el mismo Kuchiki Byakuya. Renji, por primera vez en su vida, llegó a pensar en que realmente eran hermanos –Rukia y Byakuya-, y el sólo pensamiento siempre le provocaba escalofríos por todo su cuerpo…
El segundo fue Ichigo –siendo que había muerto años atrás y ahora ocupaba un cargo de capitán; además que su familia y amigos vivían en Rukongai-. Todo mundo sabía que él y Rukia tenían una relación… honesta, por falta de una palabra mejor. No eran los mejores amigos (ese puesto aún lo conservaba Renji), pero se entendían muy bien y no había nunca reservas o falsas imágenes entre ellos, además de que si alguno cometía un error, el otro no dudaba nunca en hacérselo notar. Así pues, no pudo dejar de notar cuando Rukia cambio… no eran cambios enormes, más bien parecía que se había estancado en su modo 'serio', pero él sabía que eso no significaba que fuera infeliz, y es, precisamente por eso, que no podía dejar de compararla con Tōshirō. ¡Oh, sí!, después de algo de tiempo conociéndole, parecía que las similitudes aparecían en su mente tan solo verla pasar… y no es como si fueran imposibles de notar; casi podía asegurar que si se les dejaba en una habitación solos, cualquiera podría notarlo: ambos pequeños, ambos obsesionados con el trabajo, las formalidades y los títulos, ambos de poca paciencia y con tendencias agresivas –esto último lo descubrió en Tōshirō después de una pequeña discusión que tuvieron en donde la palabra 'niño' surgió varias veces… además de que Matsumoto se unió a la conversación… y Hinamori… y Ukitake… y Kyoraku… y Urahara… y Yoruichi…; está demás decir que se le acabó la paciencia a Tōshirō (y sí que tenía mucha paciencia)-, pero más que nada, con esa actitud de 'soy un adulto responsable –independientemente de mi aspecto-, así que ¡trátenme como tal!'
La tercera persona, o personas por decirlo mejor, fueron Ukitake, Byakuya e Inoue; siendo personas que eran cercanas a Rukia, pero no 'grandes amigos'. Todos ellos no pudieron fingir el no ver nada… Para Ukitake, la similitud entre ella y Tōshirō era… curiosa: parecían niños jugando a los adultos –y que, habían olvidado que se trataba de un juego-, siendo su deber recordarles lo que eran realmente. Para Byakuya, el compromiso que tenía Rukia para con el trabajo le recordaba un poco a si mismo, pero al mismo tiempo con la flexibilidad de carácter de Ukitake –que podía pasar de relajación a modo serio en segundos-… sólo deseaba que ella no terminara cayendo enferma. Para Inoue, que no conocía muy bien a todos –pero que sí conocía a todos-, sólo pudo preguntarse si era una cosa de los Kuchiki el ser tan serios, o si era cosa de los que tenían una zanpakutou de hielo y nieve, el trabajar de forma tan entregada y ordenada –que si mal no recordaba, Isane-san era del mismo tipo-… o si, ese era el resultado de llegar hasta la posición de capitán. Por alguna razón, la última opción no parecía la correcta… al menos no cuando Kyoraku-san acababa de salir de la división 4 por un golpe que le dio su vice-capitán después de haber bebido demasiado, o si era porque Kenpachi-san estaba tratando de provocar una pelea con Kuchiki Byakuya-san, o tal vez, porque Ichigo acababa de pasar corriendo para evitar pagarle a Renji-san… o tal vez… tal vez y sólo debía esperar y estar ahí para cuando Rukia-san la necesitara, porque ella pediría ayuda si la llegase a necesitar… ¿no?
Las demás personas, como Kiyone o Sentaro, e incluso Chad e Ishida –que seguían intentando encontrar un sentido a su nueva 'vida'-, junto con muchos más, preferían guardarse sus opiniones en silencio, mientras observaban cada vez que podían, las nuevas facetas de la capitán Kuchiki Rukia… en especial cuando escuchaba a Ichigo hablar mal de ella y -sin remordimiento y a velocidad extrema-, le pateaba el trasero antes de irse caminando como si nada… sin duda, las nuevas facetas de la capitán, que-estaban seguros- en otros tiempos habría hecho más que eso.
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