—… so damn quiet

—Me supongo.

—Llevamos meses sin trabajar en lo más mínimo.

—Yo más bien diría que va para el año.

—¿En realidad importa?

—Nah.

—Pensé que la ociosidad me gustaría.

—La ociosidad te gusta, indudablemente. Tanto como a mí.

—¿Entonces porqué sentimos este vacío, eh?

—Por ególatras. No podemos vivir sin el aplauso del público, sin que se reconozca nuestro inmenso talento.

—Y yo que pensé que era porque no percibimos ningún sueldo por no hacer nada.

—Seh, eso también. Ya sabes, hay que comer.

—¡Dejen esas caras largas!

—No grites, que causas eco.

—¡Pues no por mucho! Pronto este lugar volverá a estar lleno de gente a la que gritarle órdenes irracionales.

—¿Ah, sí?

—La gente de Yakutsk…

—Salud.

—No estornudé, así se llama el lugar.

—Santas Enchiladas Suizas.

—Bueno, les decía que la gente de Yakutsk se enteró de que existe una película de beyblade y se han indignado de que no exista una de yoblade.

—No puede ser. ¿Y eso a qué cuernos viene?

—A los nuestros, mis estimados, porque produciré, y dirigirás, y escribirás, esa película.

—… ¿No resulta mejor si lo hacemos en el orden contrario? Ya sabes, ella escribe, yo dirijo y entonces tú produces.

—No, no. Si yo no produzco tú no puedes dirigir.

—… Pues comienza a producir, entonces. Tendré ese guión escrito tan rápido que no tendrás tiempo de que el café para el director esté listo.

—¡Pues comencemos!


(Dos años después)

—¡Ya acabé!

—… ¿acabar qué?

—El guión.

—¿Cuál guión?

—El de la película.

—¿Cuál película?

—La de Yoblade.

—¿Yoblade…? Ah, Yoblade. Ya ni me acordaba.

—¡Oh, si no me tardé tanto! ¿El Narrador sigue vivo?

—Supongo…

—Bien, prepararé todo. Menos mal, porque la gente de Yakutsk empezaba a ponerse molesta.

—¿De dónde?

—Déjense de payasadas.


Disclaimer: Yoblade, la peliscula: nomás por el gusto de batallar es propiedad de Chafamex Productions, idea original parodiada por unos seres malévolos sin imaginación alguna, que produjeron una cosa llamada Beyblade The Movie: The Fierce Battle con unos 4 años de anticipación, los muy bellacos. Desde aquí se le conmina a esos pre-imitadores que cesen de una vez, o serán demandados. "En repetición" es una canción interpretada y probablemente compuesta por los chicos de Jumbo.


Siempre caminas detrás
Sigues la triste confusión
Siempre te dejas llevar en repetición… otra vez
La luna es black and white
El sol es technicolor
Debajo todo es lo mismo
Y aquí estamos, otra vez

En repetición
Quema la televisión
El mundo entero está equivocado
Entiéndelo

—Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana… alguien se había pirateado la frase introductoria más pirateada de la historia. Así que finjamos que eso nunca ocurrió.

"Cuenta la leyenda que en los tiempos antiguos (es decir, ya eran antiguos cuando la leyenda fue inventada) existían poderosos seres que iban por el mundo peleando entre sí. Normalmente, sus peleas traían como corolario que los humanos adyacentes sufrieran consecuencias severas, como pérdida de miembros, muerte, o jaqueca. O cáncer, claro, pero el cáncer es causado por cualquier cosa.

"El caso es que estas… cosas, de inteligencia dudable e intenciones siempre sospechosas causaban gran desastre porque tenían un lado oscuro, como todos. Lo malo es que, como Kami-Sama/Piccolo Dai Maku, lo tenían fuera de sí, o sea que su lucha interna era todo,menos interna.

"Tras un rato (es decir, un titipuchal de años), todos derrotaron a sus lados oscuros y los encerraron en un lugar conveniente, donde nadie los liberara ni pudieran seguir causando daño.

"Pero claro, siempre hay que dejar una salida para que puedan escapar, en caso de que se les necesite en un futuro. Así pues, quedó establecido que cuando "el dragón dorado" (o algo igualmente trillado) despertara, la puerta se abriría y esas criaturas maléficas volverían a andar libres por el mundo, y seguramente lo primero que harían sería buscar venganza. Es lo típico en esta clase de leyendas.

"Pero esta leyenda es real.

—… ¿en serio? —preguntó Enata.

—Por supuesto —sonrió Brooklyn—. ¿Por qué te mentiríamos en el trasfondo de tu primera misión?

—No es que diga que mienten, pero… suena demasiado estúpido… y está lleno de lugares comunes.

C'est la vie, mon ami —suspiró Flint—. Y ya sé que eso también fue un lugar común. ¿Puedo seguir?

—Por favor —asintió Brooklyn.

—El tiempo de que estos seres de la oscuridad despierten ha llegado. No es bueno que ellos olviden que tienen un lado oscuro, por muy lejos que lo mantengan. Pero, claro, tampoco podemos permitir que esos lados oscuros vayan y hagan algo innecesario como adelantar el ARAGOCSLOL. Tu misión, aunque te niegues a aceptarla, es ir a guiar a los "guerreros" —marcó las comillas con los dedos— que se enfrentarán a estos malévolos seres.

—¿Y esos guerreros son…? —preguntó Enata, determinado.

—Lo descubrirás al llegar allá —sonrió Brooklyn—. ¡Feregrak!

—¡Comienza la cuenta regresiva! —anunció el tal Feregrak—. ¡Lanzamiento en 10… 9… 8…!

—… pft —bufó Flint, y presionó el botón rojo que hizo que el suelo se abriera bajo Enata y lo dejara caer en el mundo de los humanos. Brooklyn rió de buena gana al ver la cara del novato.

—¿Por-por qué hiciste eso? —balbució Feregrak.

—Mucho suspenso para mí. ¿No querrás que le dé un infarto a mi pobre corazoncito, eh, Fere-chan?

Feregrak se puso rojo y se fue.

—¿Algún día me dirás por qué los fastidias tanto? —siguió riendo Brooklyn.

—Ah, sólo para divertirlo a asté, mi estimado jefecito.


Todos se quieren subir
Aunque manejen despacio
Es sólo el mismo juego,

Nuevos bolos,
A color

En repetición
Quema la televisión
El mundo entero está equivocado
Entiéndelo

Un muchachito llamado Tyson, Kori para los amigos, Bachoco para todos los demás, se enfrentaba a un PERFECTO DESCONOCIDO en un combate de yoblade, en el que se disputaba el título de Campeón Nacional (de Japón, se entiende). Sorprendentemente, Tyson ganó. Estupefactos por el acontecimiento, los asistentes al estadio no podían articular palabra alguna.

—Ty… Tyson acaba de ganar su primera yo-batalla importante en la vida —acertó a decir DJ Jazzman, finalmente.

En esas estaban, cuando un niño horroroso, con un pantalón que no sólo le quedaba corto sino que además estaba roto entró como un psicópata y atacó a Tyson con su yoblade. El del niño horroroso, no el de Tyson.

—¡Tyson! .¡Te reto por el título de campeón de Japón! —gritó el… ¿desconocido?

—Je, rimó —sonrió Max.

—No salgas con eso otra vez, Daichi —dijo Tyson, incómodo. Rei, que estaba entre los espectadores con Kai, Max, Kenny y Hilary, le arrojó una bola de papel—. ¡Ouch!

—¡Tyson, por favor! .¡Se supone que nunca lo hemos visto antes!

—Oh, es verdad —coincidió Bachoco—. Bueno, seas quien seas, yo acabé por hoy, así que… —hizo ademán de irse.

—¡Un momento! —dijo el desconocido—. ¿Cómo está eso de que no me conoces?

Pero Kori no lo escuchaba. El extraño siguió vociferando y casi se lanza sobre él, pero Jazzman lo detuvo. No por mucho, ya que al parecer el pequeño gritón tenía más fuerza de la correspondiente a su estatura, edad, complexión y raza: lo arrojó con una sola mano a más de 5 metros de distancia. Hacia atrás.

Entretanto, Max se acercó a Daichi y le dio una palmada en el hombro.

—Relájate. Todo tiene una explicación lógica y coherente, muchachito.

—¡Max! .¡Tú me recuerdas!

—No, nunca te había visto antes.

—Mmf —bufó Kai, que llevaba escrito en la camisa "Fanservice meal", y se dispuso a irse. Sin embargo, se vio impedido para hacerlo. Un casco de soldado cayó del techo (sí, del techo).

Después del casco, lo que cayó fue un sujetillo sin nada de extraordinario. Sí, del techo. Milagrosamente, su cabeza cayó en el casco y no sufrió ningún daño.

Todo se cae… y aparece… y sigues sin entender…

Lejos de ahí, sonó una alarma bastante escandalosa. Sonaba como una gallina clueca. Frente a un megáfono. En medio de un carnaval.

—Ah, conque ya regresó. Bueno, hora de acabar con esto.

—¿Seguro que te toca ir a ti? Porque… parece que no es tu asignación.

—Eso pensaba yo, pero después de ver las coordenadas, no me queda duda.

—De todos modos, nadie te va a odiar por que le quites el trabajo.

Esa última meditación quedó perdida en el espacio, porque no quedó nadie que la oyera.


Así como tampoco quedó quien oyera, muy lejos de ahí, a un anciano profesor que guiaba a cuatro inocentes niños en unas "ruinas misteriosas", que de misterioso tenían lo que cualquier cosa en el Triángulo de las Bermudas: nadie podía hallarlas.

Pero eso era porque nadie, al parecer, se había decidido a buscar dentro de la Cueva Sin Retorno. Hasta el día de hoy, en que los niños, por no escuchar la misma leyenda que se tuvo que tragar Enata anteriormente, entraron en ella y decidieron llegar hasta la más profunda de sus entrañas. Y en el fondo de la Misteriosa Cueva Sin Retorno se encontraron con la más terrible… y poderosa… y costosa

… tienda de regalos de la Isla.

Vas avanzando despacio
Debajo todo es lo mismo
En repetición

En repetición
Quema la televisión
El mundo entero está equivocado
Entiéndelo

Días después, Bachoco, Hilary, Rei, Kenny y Max tomaban un barco (solos, sin supervisión adulta, se entiende) hacia la misma isla donde a) estaba la Cueva Sin Retorno, b) había nacido la maestra de Tyson, Hilary y Kenny, y c) los niños que habían entrado a la tienda de regalo se habían comprado sombreros horribles que se posesionaron de ellos, convirtiéndolos en marionetas de los lados oscuros mencionados en la leyenda. O algo así. La cosa es que parecen Mimos-Emo. O algo así.

Parece que tenemos un gigantesco agujero en la historia que llenar, .¿eh?

Regresemos al punto donde cae un casco del techo y luego alguien llega para llenarlo. El casco, no el agujero (no es albur). Mientras eso ocurría, el desconocido que decía llamarse Daichi insistió para yo-batallar con Tyson. Recordó entonces que en los tiempos antiguos se acostumbraba arrojar el guante a la cara del caballero a quien se quería desafiar.

Pero como ya sabemos, Kori no es un caballero, por lo cual puede arrojársele un objeto más ofensivo a la cara, como un yoblade.

Sorprendentemente, Tyson hizo ademán de lanzar su yoblade y logró efectivamente salvarse de una contusión severa… porque el que cayó en el casco se interpuso entre ambos, tomó a Tyson, y salió corriendo del lugar.

Intrigados, los demás bladefixers (sí, Kai incluido) siguieron al raptor de Tyson, que llevo a su secuestrado de regreso al adorado y por todos conocido Dojo del abuelo. ¡Qué útil es en estos casos! El Dojo, no el abuelo.

—Ah… este trabajo es difícil —murmuró el del casco. Cuando todos estuvieron reunidos, se cuadró militarmente y saludó—. ¡Enata, Ejecutor en Entrenamiento de la Primera División de Caos, clave de registro 036282-RDSDRC, reportándose!

—Oh —sonrió Max.

—¿Qué? —preguntó Rei por fin.

—¡Mi misión es guiarlos en su batalla, señor, le pese a quien le pese, señor!


—Dios, este chico exagera —soltó Flint, dándose una palmada en la frente.

—Es el más serio de por aquí —asintió Brooklyn.


—¿Tiene esto algo que ver con el niño mono de hace rato? —preguntó Tyson, severo.

—Mmmh… sí —respondió Enata, tras meditarlo por un momento—. Por desgracia para él.

—No, no. El único desgraciado aquí eres tú —intervino una figura envuelta en un manto con capucha—. ¿Para quién trabajas?

—Ah… acabo de decirlo hace rato.

—… ejem, sí, eso es cierto. ¿Podrías repetir tu clave de registro, por favor?

—063282-RDSDRC.

—Lo supuse. ¡Y por eso mismo vas a morir!

La figura encapuchada adelantó un paso hacia Enata, alzando en el aire un cuchillo. Tropezó con el manto y el cuchillo quedó clavado en el suelo de madera.


—Estuvo cerca —notó Feregrak.

—Enata no tiene todavía el entrenamiento suficiente. Déjame ir a sustituirlo —espetó Flint.

—Solicitud denegada —respondió Brooklyn.

—… lo va a arruinar.


—¿Te ayudo? —sonrió Max, liberando del manto enrollado al casi asesino.

—¡Alto! —intervino Enata—. ¡Este sujeto es una amenaza a su seguridad!

—Este no es amenaza ni para un sidoso con huesos de cristal —bufó Kai.

—Pero… pero…

—Gracias, Max —Rogran inclinó la cabeza ligeramente, sacudiéndose el polvo (misteriosamente, también llevaba "Fanservice meal" escrito en la playera) y pateando el manto, efectivamente cubriendo a Kenny con él—. Créeme, RDSDRC, no es de mi interés lesionar a estos mortales. A ti, por otro lado…

Enata retrocedió un paso.


—Te digo que lo está arruinando.

—Supongo que un poco de intervención no hará mal —suspiró Brooklyn, resignado, y tomó un teléfono.


El teléfono sonó. El abuelo de Tyson, solícito como es él, contestó a pesar de que los dolores reumáticos le molestaban terriblemente.

—¿Sí? Oh, claro. Sí, yo le comunico.

Y, solícito como es él, llevó el teléfono hasta el dojo. Lo cual es admirable, por que no es inalámbrico, de modo que tuvo que jalar los cables, rompiendo las frágiles paredes de madera y papel arroz. Hay veces en que sale más caro el caldo que las albóndigas.

—Tyson, llamada para cualquiera de ustedes —anunció el senescente caballero, dejó el teléfono, y se retiró.

Bachoco tomó el auricular.

—¿Bueno?


—… ¿y bien?

—Está ocupado.


—Mmmh, sólo se escucha una musiquita simpática —comentó Kori con sus acompañantes.

—Permíteme —sonrió Max, tomó el auricular, silbó algo y colgó.

El teléfono volvió a sonar.

—¡Hola, Brooklyn! —saludó Max alegremente, tras descolgar rápidamente—. Sí, aquí están los dos. Ajá. Ajá. Te lo paso —extendió el auricular hacia Enata—. Es para ti.

Enata asintió, tomó el teléfono y volvió a cuadrarse.

—¡Enata reportándose!


Brooklyn mantenía el auricular a una distancia prudencial de su oído.

—El tipo que acaba de llegar es un Oficial de la AC, clave 764726-FCSSRPNT.


—¡ENTERADO, SEÑOR!


—A ti no te tendrá consideración alguna, a menos que le reveles la naturaleza de tu misión. No importa que vaya contra todos los estatutos, hazlo.


—¡SÍ, SEÑOR, OBEDECERÉ O MORIRÉ, SEÑOR!


—Mantén esos ánimos —sonrió Brooklyn—. Cambio y fuera.

Colgó el teléfono.

—El chico tiene buenos pulmones. Excelentes para volar.

—Me imagino.


Enata colgó el teléfono.

—764726-FCSSRPNT, estoy aquí para evitar que se adelante el ARAGOCSLOL.

—Ah, haberlo dicho antes. Eso extiende tu periodo de vida hasta que me digas quién lo va a adelantar.

—¡Basta! —explotó Rei de súbito—. ¡Siempre quedamos en medio de discusiones extrañas!

Tras lo cual, con una espada de bambú del abuelo, arrojó al demonio y al dulce Enata a distancias insospechadas. Para mayor referencia, aterrizaron en la isla hacia la cual los bladefixers, días después, se dirigían en el barco, sin recordar en absoluto la gravedad de la situación en la que se encontraban.

En repetición
Quema la televisión
El mundo entero está equivocado
Entiéndelo

—Lo arruinó —suspiró Flint.

—Eso sólo significa que ahora tendrá que poner todo su empeño en resolverlo —señaló Brooklyn con una sonrisa.

—Estará bien —comentó Feregrak—. Después de todo, es tu aprendiz.

—Eso es lo que me preocupa —respondió Flint con negligencia—. Hasta ahora sólo lo he usado como recadero.

—¿QUÉ? —exclamaron sus interlocutores, incrédulos. ¿Es que acababan de confiar el destino del mundo a un recadero?

—Bueno, no importa —siguió Flint, con la misma negligencia—. El bueno de Rograncín está con él.

—Ah, es verdad —sonrió Brooklyn.

—… está muerto —murmuró Feregrak por lo bajo.