¡Hola a todos de nuevo!
Aquí les tengo este nuevo reto para presentarles.
Espero que les guste como mis anteriores historias, esta historia es mía de mí para ustedes.
Los personajes pertenecen a S. Meyer, yo solo juego con ellos. Por favor pasen, lean y dejen sus reviews, ya que eso me motiva para seguir escribiendo. Gracias.
La canción es "Este Corazón" de Horoscopos de Durango.
ATTE: *Little Saturnito*
Este Corazón
Dos años atrás:
- ¿Isabella?¿Isabella Swan? - escuche mi nombre ser dicho por una dulce voz por lo que me di la vuelta para encarar a la persona pero me encontré con una figura femenina. Iba vestida con un vestido floral que le llegaba a centímetros arriba de sus rodillas con un suéter blanco, tenia puestas unos tacones color durazno y su lindo cabello rubio adornaba su rostro con rizos ordenados, pero aun así no podía recordar quien era y pareció darse cuenta - Soy yo, Tania Denali fuimos juntas al internado de niñas cuando eramos adolescentes.
Y ahí está la razón por la cual no la recuerdo ya que desde que nos graduamos de ese internado había decidido olvidar mi pasado por completo para empezar de nuevo lejos de todo y todos pero recordé tantos años de modales por lo que una sonrisa se formó en mis labios poniendo un gesto de sorpresa.
- Oh claro Tania, que gusto ¿Como has estado? - pregunte más por educación que porque de verdad me importara pero en el mundo donde había sido criada todo lo que importaba eran las aparecías.
- Bien gracias pero que sorpresa encontrarte de nuevo en París, desde que nos graduamos del internado desapareciste por completo - la forma en que sonrió me hizo recordar la niña que había conocido desde la infancia.
El ser hija única de un importante empresario y una actriz no ayudaba para nada a ser una niña normal, ya que las personas se acercaban a mí para obtener algún beneficio y eso hacía que muchos padres quisieran que sus hijas fueran mis amigas. La familia Denali era de las pocos excepciones ya que estaban casi en el mismo bote.
- Si, bueno... - no pude evitar jugar con mi corto cabello castaño, gesto que hacía cada que no sabía que decir - ¿Y tú? Escuche que te habías casado hace algunos años con el hijo de un reconocido neurocirujano.
Esa clase de noticias eran muy común en el mundo en el que antes vivía pero desde que escape trataba de mantenerme lo más alejada de eso.
- Si, con Edward Cullen ya tenemos cerca de cinco años casados - wow, eso quiere decir que su compromiso fue establecido cuando aún estábamos en el internado, ya que si bien recordaba ambas íbamos a cumplir veinticuatro años en los próximos meses - ¿Y tú?¿Te casaste? No he escuchado mucho de ti en los periódicos de sociales.
- Tal vez sea porque ahora me dedico a escribir y no uso mi nombre familiar - sonreí con orgullo por lo que había logrado por mi misma - Y no, no me case.
- Oh es una lastima - iba a agregar otra cosa cuando una figura masculina apareció detrás de ella.
- ¿Tania? - el hombre sin duda era más guapo en persona que en las fotos que se mostraban en el periódico o en televisión, alto, tez clara, cabello cobrizo y llamativos ojos verdes pero mostraba una mueca de fastidio pero pronto cambio a un de sorpresa y confusión.
- Oh Edward, ella es Isabella Swan fuimos juntas al internado para señoritas en Canadá - pude notar como ella también ponía una mueca de enfado pero la cambio a una sonrisa en un instante.
"Las señoritas bien y de familia no tienen permitido mostrar sus sentimientos en público - solía decir la profesora Stanley"
- Mucho gusto, Edward Cullen - me tendió su mano dándome una sonrisa sincera.
Y ese fue el punto de inicio
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Amor
sé que muy tarde es
sé que debo de aprender
a controlar mis emociones...
- ¿Hola? - la voz al otro lado de la línea hizo mi cuerpo estremecer igual que lo ha hecho desde el inicio.
- Lo siento, sé que no debo hacer esto pero no pude evitarlo - fue lo único que pude decirle.
Amor se que muy tarde es
sé que debo de aprender
a controlar mis emociones
Perdón no quise interrumpir
sé que ella esta ahí
y se también que no la quieres
- Te dije que mañana te llamaría - su voz se volvió un susurro pero aun así no perdió el tono de dulzura con el que solía hablarme.
- ¿Ella está ahí, no?¿Estas con ella? - sentí como algo en mi interior se encogía cuando se quedo el silencio.
- Edward ¿Con quien hablas? Es muy tarde - escuche el dulce tono de su voz, lo que aumento la presión en mi pecho.
Te llame
por que quiero que te enteres
que no pienso
renunciar a esta locura
- Es un paciente Tania - le escuche decirle - Bella por favor, hablaremos mañana - su voz se convirtió en una suplica.
- Eddy, apurate te espero en la cama - sentí mis ojos comenzar a arder ante sus palabras.
Te llame
por que también me duele
imaginar
que tus manos la desnudan
mientras tanto yo
me trago este dolor.
%%
Desde ese primer día, solía encontrarme a Tania más seguido de lo que quería pero era un riesgo que asumí cuando regrese y en el campo de trabajo donde estaba tenia que asistir a algunas reuniones sociales a la que ella y su esposo también tenían que asistir.
Nuestra primera conversación sucedió después de que mi mánager nos presentara formalmente, él al igual que su padre era neurocirujano y al parecer uno de sus pasatiempos era la lectura de fantasía antigua por lo que era gran fan de mis libros.
Y en cada reunión no podíamos evitar terminar conversando, al principio solamente eran temas acerca de mi trabajo o del suyo pero poco a poco se adentraron a nuestras vidas privadas y así fue como supe la realidad detrás de su matrimonio.
Él y Tania se conocieron cuando esta tenia diecisiete años durante una de las fiestas navideñas del hospital de su padre pero al parecer Tania se encaprichó con él y como su padre era uno de los socios importantes le sugirió a los Cullen una unión entre ambas familias, así fue como se acordó el compromiso y cuando Tania se graduó se casaron.
La amistad que al principio establecimos no tardo en convertirse en algo más confidencial, algo más intimo.
Durante mí estadía pude escuchar varios rumores acerca del matrimonio de Tania y Edward, en muchos se hablaba sobre las aventuras amorosas que solía tener Tania, al principio trataba de ser discreta pero al ver como a su esposo no le importaba dejo de ser cuidadosa y dejarse ver en público con diferentes hombres.
Fue una noche de lluvia cuando se apareció en mi departamento casi a media noche.
- ¿Edward?¿Que haces aquí?¿Sucedió algo? - pregunte confundida y preocupada pero lo próximo de lo que fui consiente fue que me estaba besando con una pasión que nunca había sentido.
En ese momento me convertí en su amante.
Justo un año después de conocerlo.
Y este corazón
que jamas se rinde
no le basta ya
con tus ratos libres.
Este corazón me tendió una trampa
y se enamoró
sin preguntarme nada
Este corazón
dueño de tus migajas
no entra en razón
quiere todo o nada.
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- Por favor no cuelgues - suplique aferrándome al teléfono mirando a la nada mientras recuerdos atacaban mi mente.
Sus besos.
Sus caricias.
Su calor.
Su piel.
Nuestros cuerpos unidos cuando haciamos el amor.
Perdón no quise interrumpir
sé que ella esta ahí
y se también que no la quieres
- Solo quiero saber tu respuesta - logre decir, comenzaba a sentirme rota por dentro.
- Bella, no puedes hacerme esto - pude notar un tono de dolor en su voz - Necesitamos hablar tranquilamente pero dame algo de tiempo.
- No puedo más Edward, te amo - me sorprendió la firmeza de mi voz.
- También te amo nena pero sabes que todo es muy complicado - había dolor y frustración, podía imaginármelo pasando su mano por su cabello.
Te llame
por que quiero que te enteres
que no pienso
renunciar a esta locura
- Me amas pero le haces el amor cada noche a ella - sentía algo cálido recorrer mis mejillas pero me negué a limpiarlas.
- Eso no es verdad, no la he tocado desde la primera vez que te hice el amor - juró.
Yo llame
por que también me duele
imaginar
que tus manos la desnudan
mientras tanto yo
me trago este dolor.
%%
Después de un año nuestra relación clandestina seguía.
Había veces en que lo tenia metido en mi apartamento todo el día mientras ambos trabajábamos en silencio o haciendo en amor en mi cama, en otras ocasiones nos encontrábamos en algún restaurante con cuartos privados o pedíamos comida para llevar y cenábamos en mi departamento.
El que se había convertido en nuestro refugio y único testigo del amor que nos teníamos.
Poco a poco me enamore de él y tenia la esperanza que él también sintiera lo mismo.
Lo único que me dolía y a la vez me daba envidia era donde pasaba las noches.
Él seguía siendo esposo de Tania.
Ella seguía siendo a la que vieran de su brazo en cada reunión y evento social.
Mientras que yo me quedaba a un lado.
Robando los pocos momentos libres que tenia.
Y este corazón
que jamas se rinde
no le basta ya
con tus ratos libres
Pero todo cambio hace un par de meses atrás.
- El próximo destino para la ambientación de tu nuevo libro ha sido aprobada - dijo Rose, mi mánager y amiga, ella había estado conmigo desde el principio de mi carrera y la que más confió y creyó en mi potencial - Llevare los papeles a tu departamento una vez que me lleguen - cuando me levante para despedirme me sentí algo mareada por lo que tuve que apoyarme en la mesa - ¿Bella?¿Te sientes bien? Ven toma asiento aquí - me ayudo a tomar asiento en el sillón de la que se había vuelto su oficina.
- Gracias, me siento mejor - suspire sintiendo como el mareo pasaba.
- ¿Sabes? Desde hace algunos días te he notado extraña, te vez pálida, casi no comes y cuando lo haces no permanece en tu estomago por más de un par de minutos - su comentario hizo que mi corazón casi se detuviera y pude sentir su mirada seria - Bella ¿No estarás embarazada verdad?
Rose sabía de mi relación con Edward y aunque no estaba feliz por ello, sabía que no podía meterse en mi vida privada.
Pero su comentario disparó las alarmas en mi cerebro.
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- Tania me ha dicho que quieren tener un bebé - dije casi con rencor, a la distancia pude ver como Rose me hacía señas de que era tiempo - Solo dame tu respuesta.
- No puedo hacerlo así, sabes que necesito hablar primero con ella - sus palabras hacen que las lágrimas aumenten - Por favor darme algo de tiempo Bella, prometo que resolveré todo pronto.
- Pero yo no tengo tiempo Edward - susurre con voz rota.
Este corazón me tendió una trampa
y se enamoró
sin preguntarme nada
- Dame una semana, solo una y arreglare todo - podía escuchar la desesperación en su voz.
- Mi amor por ti era sincero Edward, yo misma acepte ser tu amante pero ha llegado un punto donde no puedo más - susurre derramando aún más lágrimas - Merezco algo más.
- Lo sé amor, pero por favor solo una semana y estaremos juntos: tu, el bebé y yo, seremos una familia - escuchaba su voz rota.
- Adiós Edward - simplemente deje caer el teléfono sin importarme colocarlo en su lugar, podía escuchar los gritos de Edward pero no hice nada más que seguir mi camino.
Mi nuevo destino.
Este corazón
dueño de tus migajas
no entra en razón
quiere todo o nada
* ¿Que les pareció esta pequeña historia? Llego a mi mente escuchando música mientras hacia mis quehaceres en casa, me han llegado a la mente otras más pero aún no las he organizado pero espero que algún día las pueda escribir... Muchas gracias por leer mis locas historias.
