Titulo: Time to pretend

Resumen: Este es un fic en Universo Alterno. No hay poderes sobrenaturales, ni misiones, ni Reikai o Makai como tales, ni demonios. Varios de los personajes de YYH asisten a la escuela Meiou. Botan está enamorada de Kurama, el chico por el que muchos mueren en su clase, mientras que él...parece ser que no tiene interés particular en alguien... ó quizás si. Por su lado, la chica del cabello azul pondrá de su parte para hacer que el codiciado chico se fije en ella, siendo que el pelirrojo tiene a muchos admiradores detrás suyo. Peor se pone todo cuando San Valentín está cerca, y pequeños contratiempos se aparecen en su camino. ¿Botan tendrá suerte con Kurama? ¿Logrará hacer que él se enamore de ella y no se fije en nadie mas? ¿Quien será uno de los posibles rivales que tendrá la chica? Sólo leyendo sabrán lo que sucederá. Por cierto, NO es fic de San Valentín, a pesar de que se hace mención de dicha fecha.

Advertencia: Este fic contendrá toques de Yaoi, comenzando porque me encanta el genero, aunque eso no define a la pareja principal de esta historia. Los toques yaoi serán principalmente de parte de algunas parejas secundarias en la trama, más que nada por 'fan service' para todos los yaoistas presentes, así que se sugiere a todos los lectores tener la mente abierta, por lo menos para éste fic.

Disclaimer: Yu Yu Hakusho y sus personajes pertenecen a su autor, Yoshihiro Togashi. Yo solo los utilizo con fines de entretenimiento sin lucro alguno. El titulo del fic esta basado/tomado del titulo de una canción de un grupo llamado The Management (también conocido como Mgmt). No es songfic, solo hice uso del titulo de la canción.

Nota: Solo como pequeño dato, en ésta historia, Youko y Kurama/Shuuichi (el pelirrojo) son dos personas distintas e, incluso, son amigos. Para que no se vayan a confundir. Ah, y como todo sucede en un Universo donde no hay demonios ni nada por el estilo, todas las características demoníacas de personajes como Yomi, Kuronue, Youko, etc. desaparecerán, aunque supongo que eso se sobreentiende por "sentido común". Encima, sé que el "Jaganshi" NO es un apellido, sin embargo, en ésta historia será utilizado como tal para Hiei. Espero éso no cree confusiones de ningún tipo.

Pequeña aclaración (pecando de hacer esto casi tan largo como el fic xD): No soy fan del KxB. En éste fic, más que KxB, es una especie de BxK. De cualquier manera, para mis lectores yaoistas, debo decir que ya tengo planeado el final de ésta historia, y casi puedo apostar que no los defraudará. Para los lectores que no sean yaoistas y que quieran un final de acuerdo a lo que les gusta, favor de hacer sus sugerencias. ¿Quién quita que puedan cambiar la idea original? Nada mas denme buenas opciones y nada cursi, por favor.

Bien, dicho todo lo anterior, comencemos con la historia, éso si no se han aburrido ya con toda la habladuría del inicio...

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Capitulo 1

Los primeros intentos...

'Escuela Meiou' se podía leer en una placa situada al lado derecho de la entrada principal de aquel lugar, anunciando el nombre de la institución. Eran aproximadamente las 8 de la mañana de una fresca mañana, y bastantes estudiantes seguían llegando al lugar, entre ellos, un bello chico pelirrojo. Alto, esbelto, de facciones muy finas y delicadas. De no ser por su uniforme de chico, fácilmente podría confundirse con una chica. No por nada era el chico mas codiciado entre la mayoría de sus compañeros de clase. Tenía todo lo que a muchos gusta: Era inteligente, responsable, poseía belleza y un cierto aire de elegancia. Podía decirse que lo tenía todo. Todo...excepto alguien que estuviese con él pues, aunque su ser atraía a muchas personas, sólo contadas le conocían "bien" y se interesaban en él más allá que solo por su cara bonita. Estaba un poco cansado de eso, pero realmente no le daba mucha importancia, aunque esa quizá era la razón por la que no tenía pareja alguna. No encontraba a la persona indicada para él...aún.

Poco a poco, los estudiantes que ingresaban por la puerta de la escuela, iban llegando a sus respectivos salones, mientras el pelirrojo se cambiaba tranquilamente sus zapatos por los reglamentarios de la escuela. Poco mas tarde, ya estaba entrando a su salón. Abrió la puerta corrediza, encontrándose con el acostumbrado cuadro de sus compañeros de clase platicando y haciendo su habitual escándalo. Allí estaban todos: Yusuke, Hiei, Kuwabara, Botan, Keiko, Koenma, Yomi, Hinageshi, Karasu y bastantes mas. Apenas si había puesto un pie adentro, cuando una voz lo llamó.

—¡Eeeeeehhhh! ¡Kuramaaaa! —gritó Yuusuke enérgicamente, saludando al recién llegado —¡Ven! Te he reservado un lugar aquí. Toma asiento... —sonrió y señaló el pupitre que estaba adelante del suyo.

—Gracias por reservarme el lugar pero...¿no será que lo que quieres es "ayuda" para la prueba de hoy? —respondió.

—Ahh...ajajaja. ¿Cómo crees? Vamos, siéntate. Aunque, ya que lo mencionas, no me vendría mal una pequeñísima ayuda con la prueba...—

—Mejor ponte a estudiar en vez de estar copiándole todo, Urameshi —dijo Kuwabara, quien estaba sentado justo detrás del pelinegro, al oír todo aquello.

—Me encantaría hacerlo, pero he estado muy ocupado... — respondió mientras se picaba el oído inconscientemente.

—¿Haciendo qué?

—Pues... pues... ¡Bah! ¿Qué te importa? Ésta conversación es entre Kurama y yo solamente. —añadió, cortando la conversación con Kuwabara. —Entonces, ¿qué dices, Kurama? ¿Dejarás vacío el lugar que con tanto esfuerzo te reservé? ¿De verdad eres tan mal amigo? —

—Bien, bien. Lo tomaré, pero deja de llamarme Kurama mientras estemos en la escuela... —decía el pelirrojo, dado que ese nombre era el apodo que le habían puesto sus amigos mas cercanos hace ya un tiempo. No le molestaba que lo llamaran así, pero no deseaba que alguien fuera de su círculo de amigos le llamara de ésa forma.—

—Ah... está bien. No lo volveré a hacer, jefe.

—Solo llámame por mi nombre y ya...—

—Bien, ya entendí.—

Transcurría la mañana y, con ella, las clases. Pasó la hora de la prueba. Yuusuke recibió la "ayuda" que tanto había pedido y, mas tarde, tocó el momento de la clase de historia. Después de la acostumbrada reverencia para saludar al profesor, los alumnos tomaron asiento y esperaron a aquel hombre les asignara a sus compañeros de equipo para el trabajo que iban a hacer y, como siempre, muchos cruzaban los dedos para que les tocara estar en el equipo del pelirrojo.

—Bien. El siguiente equipo, son ustedes.— anunció el profesor, señalando a Botan, Yusuke, Hiei y Kurama. Al terminar de hacer los equipos, añadió —Quiero que éste trabajo esté listo para la próxima semana. Empiecen lo mas pronto posible, para que lo tengan listo a tiempo ya que valdrá varios puntos de su calificación del mes.—

Entre todos se habían puesto de acuerdo. Irían a casa de Kurama al salir de clases, ya que era la casa que les quedaba mas cerca de todos y no les era tan difícil coincidir allí. Al pelirrojo no le molestaba tenerlos en casa. Después de todo, conocía bien a Yuusuke y Hiei, y sabía que por Botan no habría mucho problema por lo que era un hecho que no habría molestia alguna si los llevaba a su casa durante algunos días.

Poco después, llegó el momento del receso.

—¡Vaya suerte que tienes, Botan! Te ha tocado en el mismo equipo que Minamino —decía Hinageshi, mirando de reojo al mencionado, quien estaba sentado plácidamente en su pupitre, leyendo un libro.

—¡Waahh! ¡Siii! ¡Aún no lo puedo creer! ¡Me pondré a trabajar y a estudiar para que vea lo aplicada que puedo ser! —respondió entusiasta —Es una lastima que a ti te haya tocado en otro equipo... —añadió cambiando un poco el tono de su voz.

—No te apures —sonrió un poco— A mi no me gusta Minamino-san, especialmente desde que supe que a ti te gusta.

—¡Qué buena amiga eres! ¡Deséame suerte con Minamino-san!

—¡Si! ¡Suerte! —decía, estrechando las manos de Botan.

—¡Gracias!—

Por la tarde, después de salir de la escuela, los cuatro chicos se fueron juntos a casa de Kurama. Yusuke con cara de pereza total y pesadez, pues lo habían forzado a ir; Hiei mirando hacia los locales de las calles, bastante pensativo; Botan sonriendo, sin poder creer aún que iba camino a la casa del chico que le gustaba y sonrojándose ante la idea de que la suerte deseada por parte de su amiga fuese a surtir efecto; y Minamino...sólo iba como de costumbre, con una expresión neutra y sumergido en sus pensamientos.

Recorrieron varias cuadras, cruzaron algunas calles, dando vuelta en la esquina de vez en cuando, para poco después, encontrarse a las afueras de la modesta casa del chico. Entraron allí y se acomodaron en la sala de estar. Tomaron los libros que ocuparían de sus mochilas y portafolios y comenzaron a trabajar.

Llevaban ya casi dos horas de haber comenzado a trabajar. Iban avanzando, aunque no precisamente gracias a Yuusuke, pues la mayor parte del tiempo había estado 'ocupado' leyendo una revista que traía entre sus cosas, y los demás, al ver que todo intento por hacerlo trabajar era un fracaso, mejor lo habían dejado seguir en lo suyo y hacer el trabajo ellos.

—¿Eh? ¿Qué es lo que dice aquí, Minamino-san? —preguntó, señalando una palabra de su libro, haciendo un intento para cruzar palabra alguna con el anfitrión y tratar de sacar un poco de plática.

—Dice...—

—Uhm... Son blancos. —se oyó la voz de Urameshi, interrumpiendo el intento de Botan para socializar con el chico.

—¿Eh? ¿De qué hablas?... ¡AHHHHH, YUUSUKEEEEE! —gritó la peliazul, soltándole tremendo coscorrón al pelinegro, quien había estado husmeando debajo de la falda de la chica, a falta de algo con qué entretenerse.

—Jeh. Deberías considerar lavarlos de vez en cuando... —decía con tono burlón solo para hacerla enfadar.

—¡Ya cállate! —gritó furiosa.

—Tranquilos. No hagan tanto escándalo, por favor... —dijo el pelirrojo, tomando el papel del referee en la discusión.

—Ah, si. Perdón... —añadió, algo apenada.

—Kuuuuramaaaaa. Ya dejen éso y vamos a descansar...—

—Pero si no has hecho nada aún...—

—Precisamente. Ya me cansé de éso. ¿Qué tal si vamos a los videojuegos?—

—Eres incorregible...—

—¡Ponte a hacer algo, maldita sea! —dijo Hiei de forma violenta, asustando un poco a los demás. No había dicho palabra alguna en todo el rato, y ahora que lo hacía, parecía estar molesto por todo el jaleo de minutos atrás. Hiei volvió a lo que hacía, mientras los demás retomaban el trabajo, Yuusuke también, todos sin decir nada mas.

Al cabo de unas dos horas más, todos estaban cansados. Ya habían logrado adelantar bastante del trabajo, por lo que ya podían descansar mas tranquilos.

—Bien. Yo me voy. Estoy harto de la escuela y las tareas... —Yuusuke se levantó y puso sus brazos atrás de su cabeza —Jeh. Quiero ir al pachinko. Desde en la mañana que he querido ir para allá.—

—Keiko no te lo permitió, ¿verdad?— preguntó Kurama con una ligera sonrisilla.

—¡Qué fastidiosa se ha vuelto! Se la pasa regañándome todo el tiempo. Hasta parece que fuera mi madre...y ni siquiera mi madre es así...— Yuusuke bufó.

—Tranquilo...—

—Vale. ¡Nos vemos después! —respondió, cambiando totalmente su semblante por uno totalmente distinto, sólo para salir casi volando del lugar.

Ahora ya sólo quedaban tres personas ahí. Sin Yuusuke estaba todo muy callado, y éso resultaba un poco incomodo de alguna manera. Kurama tomó uno de los libros que habían estado utilizando y continuó leyendo desde donde se había quedado mientras los dos chicos restantes lo veían extrañados.

—¿Qué sucede? —preguntó con cara de incertidumbre.

—¿Qué demonios haces?— preguntó Hiei ésta vez.

—Ah... Solo trataba de adelantar un poco más el trabajo. Ya saben, para acabar mas rápido.—

—¡Qué buena idea! ¡Haré lo mismo! —dijo la chica, tomando otro de los libros y comensó a leerlo, aún en su afán de llamar la atención de Kurama.

—Hn... —fue lo que se oyó de parte del pelinegro restante, limitándose sólo a mirarlos mientras trabajaban.

—Toma —dijo el anfitrión, tendiéndole un control remoto— Si quieres puedes ver televisión para que te distraigas un poco. —Hiei no respondió. Sólo tomó el control que le había sido ofrecido y encendió el televisor.

Transcurrió un rato mas. Botan estaba exhausta, pero no quería dejar de trabajar, al menos no mientras Kurama estuviera ahí.

—¡Por Inari! Ya es tarde... —dijo finalmente el pelirrojo, echando un vistazo al reloj que estaba en la pared de la habitación, mismo que marcaba las 10 de la noche. Habían pasado casi 5 horas trabajando desde que habían salido de la escuela. Dio un pequeño bostezo discreto y dejó a un lado el libro que había estado leyendo —Estoy cansado... —Botan, al ver aquello, suspiró aliviada, mientras Hiei solo volteaba a mirar al que había tomado la palabra.

—Si, yo también estoy un poco cansada. —añadió, mientras pensaba que, si Hiei se marchaba, quizás se armaría de valor para decirle a Minamino lo que sentía. Después de todo, en ocasiones pasadas ya había cruzado palabras con él, por lo que no era algo así como una 'total desconocida' para el chico, y quizá hasta tendría una oportunidad para que salieran. "¡¿Por qué no se va y nos deja solos de una vez por todas!?" pensaba, mirando de reojo al pelinegro que seguía mirando la televisión como si nada. No se le veía intención alguna de querer marcharse. De pronto, se oyó la voz de la madre de Kurama, quien acababa de entrar a la habitación.

—Chicos, me parece que ya es un poco tarde. Deberían irse a sus casas antes de que se haga aún mas tarde, además de que necesitan descansar después de tanto trabajar. —dijo, obsequiando una sonrisa a los presentes. Hiei, por su parte, no dijo más allá que un simple monosílabo y apagó aquel aparato, levantándose del sofá después.

—Ehm. Si, debo irme o me regañarán mis padres... —dijo la peliazul algo desilusionada por haber perdido su oportunidad.

.:.:.:.

Un par de minutos mas tarde, tanto Botan como Hiei estaban ya afuera de la casa de Kurama.

—Oye, Hiei...—

— ... —

—¿Me podrías acompañar aunque sea algunas calles hacía mi casa, por favor? Se lo iba a pedir a Minamino pero creí que sería demasiado después de que estuvimos toda la tarde en su casa.

—Hn... Vete sola. No soy tu niñera. —respondió fríamente y sin pensárselo dos veces, yéndose por el camino opuesto al que Botan debía tomar.

—¡Éso me pasa por pedirle favores a gente como él...! —gruñó y apretó puños y dientes, dando media vuelta y yendo por el camino que la llevaría a su casa.

.:. Al día siguiente en la escuela .:.

—¡Botan-san! ¡Hola! —Hinageshi la saludó de forma enérgica.

—¡Hola, Hinageshi-san! —respondió con una sonrisa.

—¿Y bien? ¿Cómo te fue ayer? ¿Pudiste decirle a Minamino lo que querías decirle?

—No... —soltó un suspiro— No pude... —

—¿Qué sucedió?

—Pues...me dio un poco de pena y nervios, aunque ese no fue el problema. El verdadero problema fue... —miró de reojo a Hiei, quien siempre se sentaba hasta el fondo del salón, en la última fila —...Fue Jaganshi. En todo el día no se alejó de nosotros ni un segundo. Sólo estuvo trabajando y después se quedó mirando la televisión. No quise decir nada enfrente de él... —

—Debiste esperar a que se marchara a su casa. —

—Éso hice, pero la madre de Minamino vino a decirnos que ya era un poco tarde y pues...tuvimos que irnos. —

—Bueno... por lo menos tendrás mas oportunidades para hacerlo. —

—Si. Creo que por eso no me molestó mucho el no haber podido hacerlo ayer. —y sonriendo grandemente, añadió— ¡Hoy volveremos a ir a su casa, y hoy mismo se lo diré! —

—Te deseo mucha suerte. —dijo, sonriendo amistosamente.

.:. A la hora del almuerzo .:.

—¡Kurama! ¡Qué buena pinta tiene tu almuerzo! —dijo Yuusuke mientras echaba un vistazo al obento(1) de su amigo.

—¿Gustas un poco? —le tendió la cajita a su amigo. —A decir verdad, hoy no tengo mucha hambre y... —no terminó de hablar, pues fue interrumpido bruscamente por Urameshi, que tomó aquel almuerzo y comenzó a devorarlo sin avisar. —...Buen provecho... —sonrió con una gotita de sudor sobre su cabeza, mientras que, pocos asientos mas atrás de ellos, unas chicas platicaban.

—¿Ya viste?— Dijo una de ellas.

—Si, que envidia me da ese Urameshi...—

—Ojalá yo estuviera en su lugar...—

—Oye, ¿tú crees que a Minamino le gusten las chicas?—

—¿Eh?

—Si, recientemente me he dado cuenta de que casi nunca habla con chicas, y los pocos amigos que tiene son todos chicos.—

—En éso tienes razón... Espero que le gusten las chicas, para así poder salir con él.—

—...Sería bastante extraño que estuviese saliendo con Urameshi, ¿no crees? —ambas rieron nerviosamente, se detuvieron en seco, y de forma casi sincronizada, se miraron la una a la otra para luego mirar atenta pero discretamente a los dos chicos en cuestión.

(...continuará...)

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(1) Un Obento es el típico almuerzo japonés que vemos en muchos animes, especialmente cuando son animes 'escolares'. Ya saben, aquella típica cajita muy mona que siempre viene envuelta en un pañuelo decorado con motivos de acuerdo al personaje que la posee (lo típico, una niña tierna: Pañuelo rosa con dibujitos y etc...). Así se le llama a ese típico y particular tipo de almuerzo.

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Éso ha sido todo por ahora. Empieza algo floja la historia pero prometo que se irá poniendo mejor conforme avanza. No tengo mucho que decir sobre ella, solo que me he tardado en pasarla a la pc.

Ojala les vaya gustando, y espero poder contar con su apoyo para el siguiente capitulo, pues aún les deparan muchas cosas a estos chicos...

Gracias por leer.