He hecho algo muy malo.

Disclaimer: Los personajes no son míos, solo invento un universo paralelo.

Este es mi segundo Fic, espero que lo disfruten. Gracias por agregar mi historia anterior a sus favoritos. En verdad me alegré mucho de que les haya gustado.

Lemons y lenguaje un poco fuertecillo (no mucho) mas adelante.

Capítulo 1: Como todo comenzó.

BPOV

-Te he dicho que no!!!

-No me hables en ese tono! No me grites!

-Entonces deja de ser tan terca, Diablos! Y Deja de gritarme a .

-La verdad no te entiendo. Tu eres el que no me comprende! Nunca me entiendes!

-Maldita sea!!! Eres increíble!!! No te soporto mas!!! – me dijo luego de dar un suspiro de frustración.

Me quedé en una pieza, nunca habíamos discutido tan fuerte y nunca me había dicho algo así.

-Entonces no tiene caso que siga aquí.

Tomé mi chaqueta de la silla y me dirigí a la puerta cerrándola con un fuerte golpe al salir. Escuché que me llamaba desde adentro pero no me detuve, salí del edificio y me dirigí a mi auto. Diablos! Hoy tendría que dormir en mi propio apartamento.

No era normal que discutiera con mi novio, pero esta vez se había sobrepasado, me sentía completamente cabreada, sentía que la cabeza me iba a estallar. Sentí mi celular vibrar en la bolsa trasera de mis jeans, sabía que era él, pero no estaba dispuesta a contestarle, todavía no, tal vez mañana o dentro de un par de días.

El teléfono dejó de vibrar para reiniciar de nuevo. Lo tomé y lo lancé al asiento del copiloto.

"Edward, no voy a contestarte!" dije hablándole al aparato. La pantalla seguía iluminando, así que decidí ignorarlo. Aceleré un poco mas y me dirigí hacia el bar cercano al campus, donde muchos de los estudiantes nos reuníamos para divagarnos los fines de semana y bueno, entre semana también, ya éramos grandecitos para salir a tomar unas copas teniendo que asistir a clases al día siguiente. Hoy, por suerte era viernes, así que el lugar estaría atestado, lleno de humo y con la música muy alta.

Genial! Eso era lo que necesitaba para no pensar en el asunto, mucho ruido, un cigarrillo y mucho alcohol. A Edward no le gustaba que fuera allí sola, el era demasiado celoso y pensaba que habían muchos lobos intentando poner sus garras sobre mí, eso era frustrante, pues yo sabía que solamente en su sicótica cabecita podía pasar eso, no es que yo no fuera bonita, pero vamos! Hay muchísimas otras chicas muy hermosas y solteras.

Además, estoy muy enojada, Edward! Así que no me importa que no te guste porque voy a ir al bar s-o-l-a!!!

Casi grité dentro del auto. Definitivamente necesitaba esos tragos. Por suerte el teléfono dejó de vibrar, así que me relajé un poco mientras aparcaba el auto en las afueras del bar.

Era una noche calurosa, demasiado calurosa. Dejé la chaqueta dentro para no tener que preocuparme por ella, en el estado en que pensaba salir, dudaba mucho que me hubiera acordado de recogerla.

No me equivoqué al pensar en el ruido y la gente, el sitio estaba a reventar; como pude, me dirigí al bar.

-Bella? Que tal?

-Hola, Joe, que hay? Podrías darme una cerveza?

-Claro! No vino Edward?

Su cara amable cambió cuando vio la expresión de mi rostro. Creo que eso contestó a su pregunta.

-Ehhh… enseguida traigo tu cerveza…

Me tomé la cerveza de una, estaba fría y eso era lo que necesitaba. Así que me limité a pedir otra mientras encendía el tercer cigarrillo.

-Sabes que la nicotina es mala para la salud, no?

Alguien habló muy cerca de mi oído. Me giré pasa saber quien estaba molestándome.

-Jacob! Hola!- Mi cara cambió para mostrar una gran sonrisa.

-Hola, preciosa.-Me dijo al tiempo que me abrazaba.

-Cielos! Hace mucho que no te veía! Como estas?

-Eh… por allí, ocupado con las clases, tu sabes… Oye, es un milagro que estés aquí sola, no vino el troglodita de tu novio?

Eso me hizo reír, ni Edward ni Jake se simpatizaban mutuamente, eso era difícil teniendo en cuenta que Jake era mi novio antes de conocer a Edward. Nunca intenté hacer que se llevaran bien, en realidad, era mejor que conservaran la distancia, ambos eran muy impulsivos, en más de alguna ocasión estuvieron a punto de llegar a los golpes.

-No, el no vino.

-Creí que nunca te quitaba el grillete- me dijo con una risa maliciosa.

Ordenó un whisky y se lo bebió de un trago.

-Problemas amorosos?- me preguntó de repente.

Dudé si contarle lo que había sucedido entre Edward y yo esa noche, lo consideraba mi amigo, pero no quería hablar del tema, estaba en ese bar justamente para olvidar nuestra pelea y a decir verdad ya me sentía más tranquila, no demasiado para llamarlo, pero si menos enojada.

-Es una larga historia y no quiero hablar de eso.

-No te preocupes, tampoco quiero escucharla porque soy capaz de ir a tumbarle la puerta y molerlo a golpes si te ha tratado mal.- me dijo muy serio, sabía que era capaz de hacerlo.

-No es nada de eso, solamente hemos discutido, nada mas, no necesitas buscar problemas.

-Bueno, voy a tener que creerte pero si el desgraciado te ha hecho algo, te aseguro que…

-Jake!- le corté.-Ya déjalo, no ha sido nada. Mejor tómate una cerveza conmigo.

-Una cerveza? Tendría que tomarme… digamos… unas 20 para llegar a sentirme mareado. Mejor, porque no me acompañas con un whisky? Me parece que necesitas algo mas fuerte que una cerveza.

-Si, tienes razón, pero cambiaré el whisky por un tequila.

-Joe, dame un tequila y otro whisky.

Joe nos regaló una mirada fría.

-Conduces hoy, Bella?

-Yo la llevaré- le contestó Jake muy seriamente antes de que yo pudiera siquiera abrir la boca.

Joe nos sirvió los tragos no muy convencido. Yo levanté el mio lista para beberlo cuando la mano de Jake me tomó por el antebrazo y me detuvo; lo miré confundida.

-No vamos a brindar?

-Cierto! Y porque vamos a brindar?

-Por la amistad.- me dijo viéndome a los ojos.

-O-okay, por la amistad entonces! – le dije sonriendo, chocando nuestros vasos sonoramente y bebí mi tequila de un solo trago, enseguida sentí el calor característico del alcohol recorrer mi garganta y llegar a mi estomago, no estaba muy acostumbrada a tragos tan fuertes.

-Joe otra ronda!- gritó Jake.

-Quieres embriagarme?- le dije en tono bromista.

El dio una sonora carcajada y luego tocó la punta de mi nariz con su dedo índice.

-No, tontita, solo intento que te sientas mejor, además debo aprovechar la oportunidad de poder platicar contigo ahora que el ogro de tu novio no está y…

-Jake, no empieces -lo corté a manera de regaño.

-Bueno, bueno, si ya se. Pero que quieres que te diga? Ya sabes que lo adoro- me dijo con sarcasmo.

Me sentí incómoda con el comentario. Si, Jake odiaba a Edward porque según él, Edward le había robado a su novia,de una manera vil y traicionera, pero lo cierto es que (y aunque había tratado de que Jacob lo entendiera una y mil veces) yo habría terminado con él de todas maneras, antes incluso de conocer a Edward y terminar perdidamente enamorada de él. Preferí obviar el tema y tomé el trago que nos acaban de servir.

Jacob comenzó a moverse al ritmo de la música. La verdad tenía un cuerpo increíble, atractivo y era un buen amante, durante el tiempo en que estuvimos juntos, se preocupó por mantenerme satisfecha, pero en nuestra relación faltaba algo, al final, no me sentía bien del todo.

El colocó sus manos en mi cintura y me ofreció ir a la pista de baile, no sin antes ordenar un tercer tequila para mí. Aunque yo no era muy buena bailando, debía reconocer que Jake sabía como guiarme, así que no me negué a su invitación.

La noche transcurrió de la misma manera, baile-trago-trago-baile. No volví a acordarme de mi celular ni de las llamadas perdidas ni mensajes de voz, me la estaba pasando realmente bien.

Mi poca tolerancia al alcohol comenzó a pasarme factura, me sentía mareada, un poco desorientada y con poco equilibrio, así que le pedí a Jake que me llevara a casa mientras bailábamos muy juntos.

-Dame las llaves de tu auto.

-Porque no las buscas tu mismo? Están en mi bolsillo trasero- le dije con picardía. El jueguito del coqueteo que había mantenido con Jacob durante la toda la noche en cierta manera me gustaba, no que yo fuera una ofrecida pero me gustaba sentir que todavía le atraía, al menos físicamente.

El deslizó lentamente su mano por mi trasero hasta encontrar las llaves, sonriendo de medio lado.

-Eres una niña traviesa, sabías?- me dijo acercando su boca a mi oído. Subió la mano por mi espalda y luego la llevó hasta mi cuello. Sentí un escalofrío cuando besó el espacio entre mi oreja y el cuello, separando los mechones de cabello que tenia pegados por el sudor.

Oh-oh, este era un juego peligroso, yo no estaba en mis cabales, pero debía permitir que me llevara a mi apartamento, de lo contrario terminaría estrellando el auto en algún árbol durante el camino.

Me tomó de la mano y me sacó del bar. Caminamos hasta mi auto, el me ayudó a subirme en el asiento del copiloto, pues yo, de naturaleza, muy torpe, y con tal cantidad de alcohol ingerido corría el riesgo de sufrir un accidente mortal.

-Duerme si quieres, te despertaré cuando lleguemos.-me ofreció. Se lo agradecí sinceramente, la verdad, sentía mucho sueño y estaba segura de que el día de mañana no iba a ser nada agradable.

No sentí el auto detenerse ni a Jake bajarse y abrir mi puerta para ayudarme a salir.

-Bella, hemos llegado. Dios! Si que estas ebria.- me dijo riendo.

-No te rías… mejor ayúdame a llegar hasta la puerta…

Me tomó por la cintura y me ayudó a bajar. Pero cuando salí del auto no me soltó. Me apoyó contra el auto y se acercó peligrosamente a mis labios.

-Jake- protesté con poca fuerza.

-Shhh… Bella, tu sabes que todavía te deseo…

No dijo nada mas, estampó sus carnosos y sensuales labios contra los míos; inmediatamente una corriente recorrió mi cuerpo y no pude pensar mas. Sabía que estaba actuando mal, pero en ese momento no me importó demasiado, mi cabeza daba vueltas y mi cuerpo exigía algo. Me dejé llevar.

Subimos a mi apartamento y él me guió hasta mi cama. Conocía muy bien el lugar. Cerró la puerta con seguro. Me recostó en la cama y comenzó a levantar mi blusa mientras me besaba apasionadamente.

-Jake…

-Dime que no lo deseas también, Bella. Dímelo y me iré…

Pero no tuve voluntad para hacerlo, me incorporé para atrapar de nuevo sus labios contra los míos y en ese momento me olvidé de todo.

***

Abrí mis ojos, aun desorientada. Tuve la sensación de que acababa de tener un sueño muy raro. Sentí que mi cama se movía. Volteé a la ventana, todavía era de noche. Vi hacia el otro lado y pude distinguir la silueta de Jake, sentado mientras se ponía su ropa.

-Jake?

-Vuelve a dormirte- me dijo secamente.

-Te vas?

-No esperarás que me quede a pasar la noche.

-Pero…

-Bella, espero que no hayas mal interpretado esto. Tu sabes, una noche de copas, dos buenos amigos pasándola bien… nada personal.

Me quedé muda, justo en ese momento toda la realidad me golpeó como un bate de baseball.

Se acercó a mi y me dio un beso en la frente, caminó hasta la puerta de la habitación y antes de salir me dijo con una sonrisa de lo mas altanera:

-Dale mis saludos a Edward. Dile que ahora sabrá lo que se siente que le roben a tu chica.

Me quedé petrificada. Que acababa de hacer? Dios!

Abrió la puerta y dijo antes de retirarse definitivamente.

-Y si le sirve de consuelo, dile también que susurraste su nombre al final.

Y me dejó allí, desnuda sobre mi cama, sintiéndome como una verdadera cucaracha. Acababa de serle infiel a mi novio.

Lo que restaba de la noche me sirvió para llorar amargamente, no podía creer que acabara de acostarme con mi ex.

Que iba a hacer? Que le iba a decir a Edward? Cómo se lo iba a decir? Es mas, se lo iba a decir? Nunca he podido mentir y el me conocía tan bien que dudaba poder guardarme un secreto tan grave.

Dios mío! Me sentía una total y completa idiota. Una cualquiera que era capaz de ir a un bar y acostarse con otro solo por haber peleado con su novio. Como pude ser tan imbécil?

Edward va a matarme! Pero primero va a matar a Jake!

Porqué? Porqué? Porqué?

El dolor punzante en mi cabeza y el malestar en mi estomago eran fuertes recordatorios de que lo que había pasado no lo había imaginado, que había sido real, que fui una golfa de lo peor.

Unos golpes en mi puerta a media mañana me hicieron sobresaltarme. Será posible que Edward haya venido a buscarme? Esperaba que no, no podría verlo a la cara después de lo de anoche, todavía no había asimilado lo que había hecho. Pero afortunadamente era mi compañera Ángela que preguntaba del otro lado de la puerta si me encontraba bien. No acostumbraba dormir hasta tarde por lo que mi querida amiga se había preocupado.

-Estoy bien- le dije como pude.

-Estas resfriada? Tu vos suena rara.

-No, estoy bien.-le repetí.

-Ok. Voy a salir ahora, si necesitas algo me llamas al celular, esta bien?

Celular? Ahora que recuerdo, que pasó con mi celular? Donde lo habré dejado?

-Muy bien, no te preocupes. Muchas gracias.

Esperé un largo rato luego de que escuché la puerta de enfrente cerrarse, Ángela se había marchado ya. Me vestí con lo primero que encontré y bajé hasta el estacionamiento. Mi celular estaba en el asiento del copiloto, justo donde yo lo había dejado.

Lo saqué y le di una ojeada. 27 llamadas perdidas! Edward seguro estaba muy enojado y preocupado.

Volví a mi habitación arrastrándome como una zombi. No tuve valor de probar nada durante el día. Traté de dormirme para que el malestar físico pasara; el malestar emocional iba a durarme durante muchísimo mas tiempo.

Ya estaba oscuro cuando volvieron a tocar mi puerta.

-Bella? Puedo pasar?

Tenía que hablar con alguien, sino iba a reventar allí mismo.

-Pasa, Ángela.

-Te encuentras bien?

-Si… bueno, la verdad no…

-Que te pasa? Bella, has estado llorando.

No lo soporté mas y dejé que el mar de lagrimas corriera de nuevo, sollozando desconsoladamente. Vi lo alarmada que estaba Ángela cuando se acercó a mi y me abrazó con fuerza.

-Bella, que pasa? Que tienes?

-Ay, Ángela! He hecho algo muy malo! Algo terrible! Me merezco todo lo malo que pueda pasarme!

-Bella, no me asustes! Cuéntame que tienes.

Como pude le expliqué que había tenido una fuerte pelea con Edward, que había decido ir al bar, que quería olvidarme del asunto y calmarme, que encontré a Jacob en el bar y que una cosa llevo a la otra y luego había dormido con él.

-Que tu queeee???

Me lancé a llorar nuevamente cuando la escuché pronunciar aquellas palabras.

-Bella, contrólate.

-No puedo, Ángela. Soy una idiota, una cualquiera.

-Terminaste con Edward anoche?

-No, solo discutimos…

Ella no supo que decirme, y es que no había nada que nadie pudiera decirme, había mandado automáticamente mi relación a la mierda por una estupidez, ni siquiera recordaba porqué habíamos comenzado a discutir. Ahora aquí estaba yo, llorando como una magdalena en mi cama por haber traicionado la confianza que Edward me había dado, por haberle sido infiel a la primera oportunidad que se me presentó. Edward jamás me perdonaría una traición.

-Bella voy a prepararte algo de comer y un té para que te calmes.- Pobre Ángela, estaba muy preocupada.

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No iba a incluir un lemon entre Bella y Jacob, no quiero traicionar también a Edward.

Que les ha parecido? No sean malitos y déjenme un review!!!