Disclaimer. Kingdom Hearts no me pertenece, a estas alturas eso es más que claro.

Bien, esta es la tercera parte de mi saga de Kingdom Hearts, Re: 358/2 Days. Es bastante emocionante dado que aquí no tengo, digamos, un guion basado en el juego, aquí puedo inventar tanto como quiera, con cabeza claro. No puedo desmadrarme demasiado pero si hay algunas partes que creo que son algo locas. Esta historia no está basada ni en el lado de la Organización XIII, es decir Roxas, ni en la historia de Riku, aunque este si tendrá mucha relevancia a partir de un determinado momento en la historia.

-Personaje hablando-

-Personaje pensando-

-Personaje hablando en otro idioma-

"Informe Ansem, carta o recuerdo"

Hay cambios menores en el capítulo, simplemente para intentar que las explicaciones de Yen Sid se entiendan mejor y las reacciones de Hibiki sean más realistas.

Nota. Voy a cambiar unas pequeñas cosas, sobre todo es cambiar a español todos los términos en inglés, que como un amigo me señalo pierde un poco el significado si todo lo demás está escrito en español. Dejare el nombre de los Noise en ingles dado que así es como se llaman en el anime, Noise.


-¡Otra más!-

-¡Queremos otra!-

-¡No dejes el escenario todavía!-

-¡Canta una más!-

Al contrario de lo habitual el club estaba lleno esa noche, había muchísimos más clientes de lo usual y eso al dueño le encantaba, había sido una buena idea seguir su consejo y hacer una gala especial, "celebración de seis meses". No era normal que se celebrasen seis meses en vez de un año, pero dado que hacía seis meses ya desde que ella había comenzado a cantar en la ciudad no lo cuestiono mucho, no si era posible que con ello consiguieran muchísimos más clientes.

No se equivocó.

El club estaba hasta arriba, y aparte de los tres asientos que ella había reservado, uno para Hayner, para Pence y para Olette, no quedaba ni un solo sitio en todo el local.

Ella estaba en el escenario, con la guitarra en las manos tocando algunos acordes, pero dado que se acababa de limpiar el sudor denotaba que estaba cansada.

-¡Lo siento chicos! ¡Pero mañana es el torneo de struggle y no quiero faltar!- cuando hablo sacudió intencionadamente su cabello de color crema -¡Espero que vengáis a animarnos a Hayner y a mí!-

Entre el público un chico de cabello rubio escupió el refresco que estaba bebiendo, pero los demás asintieron con grandes gritos.

-¡Eso dadlo por echo!-

-¡Os apoyaremos Hibiki, Hayner!-

La chica solo sonrió cerrando sus ojos naranjas unos segundos antes de hacer una reverencia y bajar del escenario improvisado para reunirse con el dueño del local.

-¿Qué te ha parecido?-

El dueño la sonrió. No era una persona especialmente alta, o flaca. Tenía cabello negro y un interesante bigote a dos piezas bajo su nariz. Vestía pantalones marrones y un jersey verde, sobre el un chaleco amarillo.

Hibiki se sentía enormemente agradecida con él, dado que fue la primera persona que acepto que cantara en su local. Si no hubiera aceptado las cosas habrían sido muy diferentes dado que conseguir dinero no era algo a lo que hubiera estado muy acostumbrada cuando llego, aunque había probado una amplia gama de trabajos para recaudarlo. En la calle del mercado que conducía a la estación había trabajado mucho como cartera, transportando mercancía a un pequeño taller cuesta arriba y montando un espectáculo callejero. Había recorrido mucho la plazoleta del tranvía en monopatín pegando carteles, deshaciéndose de la basura o incluso intentando espantar abejas. Por desgracia esos trabajos rara vez la reportaban más de quince o veinte platines, y dado que necesitaba un mínimo de dos mil platines al mes necesito un trabajo. No era algo que pudiera evitar.

Cuando pudo comenzar a cantar comenzó a ganar casi cien platines, era un gran aumento, pero no lo bastante para cubrir gastos. Por lo menos podía comer gratis, lo que era mejor que nada.

-Aquí tienes- Hibiki hizo un recuento rápido y conto casi doscientos cincuenta platines –Considera el extra una propina-

Hibiki sonrió -¡Hai!-

Tras despedirse de él se acercó a la mesa donde estaban sus amigos y se dejó caer en una silla.

-Estoy reventada- Hibiki apoyo la mejilla en la mesa, sintiendo el frio de esta muy refrescante.

-Aquí- Olette le tendió un vaso de jugo y Hibiki casi se lo arrebato de las manos para echar un largo trago. Olette era una joven con cabello castaño y ojos verdes, con una perpetua sonrisa amable. Vestía una camiseta sin mangas naranja y un pantalón claro. Sus zapatos también eran naranjas.

-¿Por qué has dicho eso?- la queja venia del chico que estaba sentado frente a ella, uno rubio. Tenía una camiseta con una calavera y sobre esta un chaleco gris claro. Sus pantalones y zapatillas eran de camuflaje –Ahora me verán perder contra ti-

-Al menos ganaras a Seifer- Hayner se giró hacia el ultimo integrante del grupo, un muchacho corpulento con cabello castaño y ojos marrones. Tenía pantalones azules y una camiseta blanca, sobre esta una sudadera sin mangas roja con el dibujo de un robot.

-También podrías vencerme- Hibiki vacío el vaso de jugo en unos segundos y tras agradecerle a Olette llamo al camarero para pedir otro. Su vestimenta era bastante simple, una camiseta sin mangas amarillo claro y un pantalón cortó beis, con unas zapatillas blancas.

-¿De que estas hablando? ¿Cuándo he estado siquiera cerca de ganarte en un torneo de struggle?- Hibiki miro a Hayner, pero pronto aparto la mirada, no era su culpa que tuviera más experiencia luchando, ¿verdad? Aunque por otra parte quien usaba una espada era Tsubasa, no ella… ella solo intentaba replicar algunos movimientos que la vio con distinto grado de acierto.

-Tienes que practicar más- dijo Olette –Hibiki ya ha ganado más de diez veces en el struggle, ahora todos quieren ganarla-

Hibiki solo aparto la mirada, si ganaba solo era porque tenía mucha fuerza resultado de las peleas con los noise.

-Y hablando del struggle, Hibiki, ¿has hecho los deberes?-

Esta no respondió, solo aparto la mirada fingiendo ignorancia, ninguno de los tres se la creía.

-Si no haces los deberes nunca aprenderás a escribir-

-¡Si ya se escribir!- reclamo Hibiki, pero se calló al ver la mirada de Olette -¿Se escribir japonés?-

Olette asintió apesadumbrada –Ni siquiera sabía que eso fuera un idioma…

-Soy de muy lejos, ya os lo dije- Hibiki aparto la vista de ellos nerviosa. No quería tener que decir exactamente qué TAN lejos, sabía que no la creerían.

-Sí, de… ¿Japón era?-

Hibiki asintió a la pregunta de Hayner.

-Sí, pero ya sabéis que me marche hace tiempo-

-Sí, nos lo contaste- Hibiki suspiro, les había contado lo primero que pensó, la verdad era algo que no podía decir.

-Chicos, estoy algo cansada, si no os importa me voy ya-

-No claro, después de cantar tanto estarás agotada- Hibiki les sonrió para despedirse y tras guardar la guitarra en su funda salió del pequeño club.

Este se hallaba en las terrazas del atardecer, cerca de un gran callejón oscuro. Para volver hasta su casa en la plazoleta del tranvía podía coger el tranvía, pero sería más rápido tirar por la derecha y atravesar el túnel. Este no era especialmente largo, pero sí que tenía que dar varios giros, uno a la izquierda uno a la derecha y tras algunos minutos llegaba a una sala grande que se encargaba de evacuar el agua. Tras esto podía llegar a la explanada subterránea, donde era bastante sencillo seguir las indicaciones para llegar a la plazoleta.

-¿¡Hola!?- Hibiki se detuvo en una encrucijada y miro a su alrededor -¿Hay alguien hay?-

Los túneles estaban silencioso, sin embargo a ella le parecía haber odio algo, un extraño sonido, como de algo arrastrándose. Inconscientemente dirigió su mando izquierda hacia su pecho, al pequeño colgante rojo que hay descansaba, pero tras unos segundos bajo el brazo y soltó un suspiro.

-Tan cansada que escucho cosas- Hibiki salió rápidamente de los túneles y llego a la plazoleta. Una vez allí paro a comprar una hamburguesa "¿Diez platines? ¡Muy cara!" y llego a su casa. Una pequeña casa alquilada en el primer nivel de unas escaleras a mano derecha según entrabas en la plaza. Con cuidado ingreso la llave y abrió la puerta.

La casa no era nada especial, un salón pequeño, una habitación aún más pequeña y una cocina con pocos electrodomésticos. Por esto pagaba quinientos platines al mes. Lo triste, para ella al menos, es que era lo más barato que encontró en su día. En aquella época aun creía que volvería pronto a casa, ahora tampoco iba a buscar más, si algún día conseguía un flujo de ingresos más estable podría buscar algo mejor, pero por ahora tendría que aguantarse con lo que tenía.

-No puedo deprimirme- Hibiki se palmeo la cara y se acercó a la mesa, dejando encima la bolsa y sacando la hamburguesa. Tras calentarla la sirvió en la mesa y en poco tiempo la comió enterita, recogió los trastos sucios y tras lavarlos y dejarlos secar en la pila se fue ya a la cama, en preparación para el torneo del día siguiente.


-¿Una canción del cisne?

-¡No!-

-¡Kirika-chan!-

-Kiri-chan, ¡¿puedes escucharme?!-

-Si quieres el poder de dios para ti, entonces eres el opresor que debo enfrentar-

-Eres bastante obstinada, ¿eh? Es por eso que me irritas tanto-

-El poder de Dios debería ser usado para el futuro de la humanidad. ¡No es para que una persona lo use en su beneficio!-

-Porque soy egoísta, o eso es lo que me dijo mi amiga-

-¿Cómo puede juntar sus manos con alguien contra quien estaba peleando a muerte hace un momento?-

-Estoy segura que puedes recordar lo natural que eso se siente, Yukine-

-Me temo que no puedo dejarte hacer eso... ¡Cada centímetro de Tiki esta exclusivamente reservado para mí!-

-¡Me está llamando!-

-¿El maestro que lidera a los Iluminados de Bavarian...

-es un muñeco?-

-Y el poder de Dios se manifiesta. A pesar de que solo pensaba llevárnoslo con nosotros el día de hoy-

-¿Podrá realmente nuestro Symphogear detener un poder tan destructivo como ese?-

-Porque nunca fui un humano desde el comienzo-

-"Ellos" me crearon para servir como su representante-

-¡¿Por un poder como este Cagliosto... Prelati...!?-

-¡Lo de antes era lo mismo que Yohualtepoztli!-

-Una ofensiva abrumadora y una defensa perfecta-

-Yo personalmente, cuidadosamente, pasaré la estaca por tu corazón-

-¡¿Gungnir!?-

-Esas son buenas noticias, ¿eh?-

-Ya veo, todo cuadra ahora. Aquella chrysopoeia tuya no era para destruir el Symphogear. Estabas intentando enterrar toda información que pudiera frustrar tu plan-

-¡Me distraje mucho!-

-¡Por todo lo que he sacrificado, todos los pecados que debo soportar, no fallare aquí! ¡No me puedo dar el lujo de perder!-

-¡No dejes que se te acerque!-

-¡Rhaaaaaaaaaa!-

-Está funcionando... ¡¿En serio es verdad?!-

-¡Ella tiene el arma conceptual Asesino de Dioses!-

-¡Kiri-chan!-

-¿Con esto será el final?-

-¡Tachibana Hibiki!-

-¡Detente, Asesina de Dioses!-

-¡Este puño, impulsado por las ocho extremidades, destruirá cualquier puerta!-

-Vamos, ¡suelta el Poder de Dios y salta a mis brazos!-

-¡Siempre llega cuando es necesario!-

-¡Un final impecable"-

-Una muñeca, algo para poder soportar el Poder de Dios... ¡La mejor opción es claramente... esta! Tendré el poder de dios con este brazo mío-

-¿Qué significa esto?-

-¿Que está pasando? ¿Qué pasa? Agh... Gha... Aaaaaaaaaaaa


-Aaaaaaa- Hibiki se levantó de golpe de la cama, empapada en sudor –Arf….Haaaaaa… haaaaa- volvió a echarse en la cama para calmar su respiración, intentando tranquilizarse –Hacia… hacia mucho desde la última vez que soñaba con el pasado-

Hibiki se quedó en la cama unos minutos más, acompasando su respiración para terminar de tranquilizarse. Cuando se levantó finalmente cayó en un detalle, el torneo comenzaba en veinte minutos.

-¡Llego tarde!- cambiarse, desayunar, lavarse los dientes, asearse, todo ello en el tiempo record de 15 minutos. Habrían sido menos si no se hubiera golpeado la cabeza contra la pared cuando intentaba cambiarse los pantalones mientras comía una tostada, pero no pudo ser. Antes de salir cogió un gran estuche y se dirigió a la puerta.

Tras salir de su casa subió de un salto al techo del tranvía y poco después se bajó cuando este pasó por delante del callejón que la dirigía hasta el solar deportivo. Cuando entro en este noto las grandes pancartas colgadas de los edificios y que decoraban la plaza. En esta habían montado el tradicional escenario donde se llevarían a cabo las batallas del torneo. La plaza estaba bastante concurrida, y quienes no habían podido coger sitio en la plaza estaban mirando desde los edificios.

-¿A quién vas a animar?-

Olette no tardó en responder –Animaría a Hibiki, pero cuando participa gana siempre, así que supongo que animare a Hayner-

Pence la miro –Bueno, Hibiki nunca ha perdido-

Eso era algo que todos sabían, cuando Hibiki participaba ya casi era costumbre que ganara, desde que comenzó a participar desde hace cinco meses nadie había podido derrotarla, ni Hayner, Setzer o Seifer, por eso no solía participar muy a menudo.

-Supongo que a estas alturas el torneo es en realidad ver si alguien la gana- Pence tenía razón, desde Hayner hasta Seifer pasando por Trueno, Vivi, Viento, Setzer… Hibiki era la campeona invicta que nunca había perdido una batalla de struggle.

Hibiki fue llamada por el presentador, quien también era el dueño del club, y se colocó a su lado luciendo el cinturón de campeón atado alrededor de su cintura, aunque era algo incómodo.

-¡Damas y caballeros! ¡Ha llegado el momento que todos esperaban! ¡Asi es! ¡Hoy finalmente comienza un nuevo torneo por el título de…. STRUGGLE! ¿Quién será capaz de dar la campanada y vencer a la invicta campeona, Hibiki?- el público ovaciono y Hibiki silbo con ello, desde luego sabia como tocar la fibra del público, aunque eso de "invicta"… era un poco vergonzoso.

-¡Seifer!- proclamo orgullosamente un joven entre el público. Cuando lo vio Hibiki lo reconoció fácilmente, Trueno. Era fácilmente reconocible, siempre seguía a Seifer y tenía colores muy llamativos con esa camiseta roja anaranjada. Tenía cabello negro y ojos marones remarcado con una expresión aventurera.

-¡¿Lograra algún contendiente hoy derrotar a la campeona y coronarse como el nuevo campeón de struggle?!-

-¡Hayner!- el grito de Olette y Pence resonó por la plaza, seguido de uno más -¡Setzerrrrrrr!-

Ese grito si le puso a Hibiki los pelos de punta –No me digas que "ESE" va a participar- eso le había quitado las ganas de participar, ese hombre le daba repelús de muchas maneras distintas –Quiero irme a casa…

-¿Ya sabéis lo que viene ahora?- los gritos del público resonaron por toda la plaza -¡STRUGGLE!-

Sobre la plaza unos pocos fuegos artificiales anunciaron la apertura del torneo, y con ello un nuevo joven subió al escenario mientras Hibiki y el presentador bajaban.

-¡Hoy comenzaremos con las preliminares, y mañana será el final del torneo!- el joven anuncio mirando a los múltiples participantes que veía, todos tenían algo en común, un extraño traje de color negro con multitud de esferas de colores pegadas en ellos –Para las semifinales las reglas serán las habituales, cada participante comienza con veinte esferas y cada golpe que le acierten hará que estas se desprenden. Cuando acabe el tiempo quien tenga más esferas gana. ¡Si un participante gana teniendo cuarenta esferas pasara directamente a las finales!-

-Que Setzer no gane, que Setzer no gane, que Setzer no gane que Setzer no gane, que Setzer no gane, que Setzer no gane, que Setzer no gane, que Setzer no gane…- Hibiki repetía las cuatro palabras en su mente cual mantra, deseando que ese individuo no ganara, no soportaba tenerlo cerca.

-Hola, mi hermosa flor-

-¡Hiii!- Hibiki dio un gran salto maldiciendo a los cielos, Setzer la había visto y se acercaba a ella para "hablar" –Hoy estas aún más deslumbrante que la última vez que te vi-

El corro habitual de admiradoras que Setzer tenía en Villa Crepúsculo la estaba fulminando, ¡como si ella tuviera la culpa de que Setzer la hablara!

Cuando Hibiki lo miro noto que vestía igual que siempre que lo veía -¿Es que acaso tiene varios trajes iguales?- vale que ella repitiera mucho la ropa dado que lavarla no era algo que se diese muy bien, pero lo de Setzer era ya exagerado. Su traje se componía de una camisa celeste con un pantalón negro con un pañuelo por debajo de su cintura con un chaleco negro y dorado que actuaba como una capa. Tenía cabello plateado peinado hacia atrás con ojos violáceos.

-Ha debido ser el destino quien me ha permitido volver a verte- como siempre usaba multitud de gestos y aspavientos para hablar, y a Hibiki como siempre la ponía nerviosa, principalmente por su manía de invadir su espacio personal.

-Haaa, si este ha venido- Hayner se acercó a ellos desmotivado cuando vio a Setzer. Si Hibiki recordaba bien hubo una época en que lo admiraba como un guerrero del struggle. Eso termino cuando vio como era -¿Qué quieres esta vez? ¿No ves que estamos ocupados?-

Setzer lo miro sin darle mucha importancia antes de girarse para seguir hablando con Hibiki –Espero que veas mis batallas, he entrenado mucho para impresionarte, mi hermosa flor-

-Tras ver a Tsubasa, a Maria, a Kirika… da la sensación de que eres bastante malo con el bate de struggle… ¿Y qué es eso de "mi hermosa flor"? La última vez no me llamaba así- Hibiki quería decirle varias cosas, pero por educación prefirió no decir nada, pero se inventó una excusa y salió corriendo. Estar cerca de él la ponía mala.

Cuando estuvo lo bastante alejada de él pudo respirar tranquila, desde que lo derroto hace cuatro meses Setzer siempre tenía tendencia a perseguirla cuando la veía. En su defensa esperaba que dado que era el campeón del torneo y estaban en las semifinales iría completamente en serio contra ella. No fue así. Fue completamente en serio y antes de seis segundos ya había ganado.

Echando la vista atrás a lo mejor podría haber supuesto que no iría en serio contra una novata a la que nunca había visto, pero ya había ganado dos torneos, así que no debería haber ido suave. Lo fue, y perdió de forma magistral, antes siquiera de que terminara de hablar ella ya estaba cargando y atacando.

Ahora se arrepentía de ello, pero ya no podía hacer nada, y dado que esa victoria sirvió para que recibiera invitaciones a torneos en otras ciudades no se quejaba mucho. Ahora había pasado tiempo y en retrospectiva veía que había sido un tanto inútil, tardo en comprender que sin importar lo que intentara no podría regresar a casa, que nunca volvería a ver a sus amigos, a su familia...

-Me toca- Hayner sostuvo su bate de struggle, el modelo de "espada" y subió al escenario. Su rival era Viento, una de los seguidores de Seifer. Vestía una chaqueta sin manas de cuero azul y pantalones claros, con unas zapatillas azules pálidas.

-No pierdas- Hibiki lo despidió con una seña de mano, sabiendo que era muy poco probable que viera algo de acción hoy.

La batalla comenzó con un ataque de Hayner dirigido a quitarle esferas a Viento, pero esta le hizo una finta y le arrebato unas pocas. Hayner se revolvió y lanzo una embestida, esta vez si la dio y pudo recuperar las esferas que había perdido junto con alguna que otra más. Las esferas debían tener algún tinte especial o algo, dado que cuando se adherían al chaleco del contrario cambiaban de color.

Los dos siguieron así un tiempo, y aunque hacían un gran trabajo a los ojos de los espectadores con Hibiki era ya otra historia –Muy lentos- para ella, acostumbrada a usar el Symphogear para pelear contra los noise y algunos enemigos ocasionales, Hayner y Viento eran demasiado lentos, lo que los volvía predecibles. A la larga esa era la razón por la que ganaba tanto, dado que había peleado mucho contra los noise había ganado fuerza, resistencia, velocidad, reflejos… cosas con las que era fácil superar a sus rivales.

Al principio se sentía mal, dado que era casi como jugar con ventaja, pero con el tiempo se vio obligada a participar por varios motivos, siendo el principal el premio de doscientos platines. Un premio que ella que vivía sola y tenía que pagar todos sus gastos no podía dejar pasar. Lo sentía por los demás, pero tenía muchos gastos y había meses en que no le llegaba solo con lo que reunía del club y algún trabajo ocasional.

Por eso comenzó a participar, y para desgracia de los demás no había realmente quien pudiera con ella, incluso aunque solo tuviera el entrenamiento que Genjuro la hizo pasar ya era más de lo que la gran mayoría habían hecho.

Si a todo eso le añadía la imitación de algunos movimientos de Tsubasa, de Maria y de Kirika…

-¡El ganador es….. Trueno!-

Hibiki volvió a prestar atención a los encuentros del torneo, dándose cuenta de que sin que ella lo notara habían pasado ya algunos encuentros. Los ganadores habían sido: Hayner, Seifer, Trueno y… Setzer. Hibiki realmente esperaba que no ganara.

Después fueron varias batallas más, pero Hibiki ya no les presto mucha atención, estando más ocupada en charlar con Olette. Los preliminares del torneo acabaron poco después, con unos diez participantes para el día siguiente contándola a ella.

-Bueno, mañana será un mejor día- Hibiki abandono la plaza tras despedirse de Hayner, Pence y Olette –Solo espero que no me toque luchar con…

-¡Mi hermosa flor!-

Hibiki tosió y salió corriendo. De verdad que no quería estar cerca de ese hombre. Con velocidad cruzo la salida del solar hacia la callejuela, dirigiéndose al lugar secreto que Hayner y los demás la enseñaron para esconderse de Setzer. Era un lugar pequeño, más bien angosto, pero dado que estaba bastante refugiado y era difícil de verlo desde la calle era perfecto para esconderse.

-Aquí podre estar tranquila- Hibiki recordaba la primera vez que había entrado en "El lugar de siempre", era uno de sus recuerdos más preciado. En aquel entonces esos tres estaban ahorrando para ir a la playa, por lo que la extraño mucho que la llamaran el día en que iban a irse.

"Hibiki caminaba lentamente por las calles, en camino a donde debía encontrarse con Olette y los demás. Se iban en algunas horas a la playa, a estas horas ya debían tener incluso los billetes para el tranvía.

-¡Por aquí Hibiki!- Pence la llamaba desde la entrada de la callejuela.

-¿No vais a la estación?- Hibiki se acercó a él extrañada, pero Pence solo sonrió y la indico que la siguiera. La callejuela era pequeña, aparentemente lo único que tenía era una entrada a los túneles a mano izquierda.

-Por aquí- Olette los esperaba sentada sobre una pila de cajas, cerca de una verja de dos o más metros de altura –Habéis tardado-

Hibiki se extrañó, Olette estaba emocionada, era fácil notarlo, pero, ¿exactamente por qué? Se iban a la playa en breves y sin embargo estaban aquí.

-Perdona el retraso, he tardado en localizarla-

-¡Venga entrad ya!- la voz de Hayner vino desde el interior del callejón, más exactamente desde un cuarto tras una cortina.

Hibiki los miro interrogante, pero estos solo se quedaron callados y entraron. Tras seguirlos al interior noto que habían colocado una mesa improvisada y sobre esta un gran paquete envuelto en papel de regalo.

-¿Y esto?-

-Para ti- dijeron Hayner Pence y Olette al unísono, cada uno de forma distinta. Olette la miraba emocionada, con una gran sonrisa. Pence estaba observando con interés y Hayner rehuía su mirada, como si estuviera avergonzado.

-¡¿Qué!?- grito Hibiki mirándolos sin habla, completamente sorprendida -¿de qué estáis hablando? ¿Cómo que para mí?-

-Un regalo por tu duro trabajo- dijo Hayner rascándose la cabeza algo avergonzado –Siempre estás trabajando para ganar platines, tanto que sin importar en que momento te busquemos estarás liada con alguna cosa. Así al menos podrás impresionar al dueño del bar y te dejara cantar más a menudo en el club-

-Pero… es decir… ¿Qué pasa con…

-Casi todo el dinero se nos ha ido en la guitarra- respondió Pence –Pero fue un acuerdo en común-

-¿Eh?-

-Todos vimos cuanto te esfuerzas Hibiki- Olette dio un paso adelante –Por ello cuando dijimos que te queremos conseguir un regalo muchos habitantes de Villa Crepúsculo nos ayudaron, ni siquiera lo dudaron-

-Tu siempre estas tomando los trabajos para ayudar a la gente, por lo que esta vez ellos colaboraron para ayudarte-

-¿Y qué pasa con la playa?- Hibiki tenía la cabeza gacha, y hablo en un susurro –Llevabais mucho tiempo esperando iros-

-Ya iremos otro año- Hayner cogió el paquete y se lo tendió –No nos vas a hacer el feo, ¿verdad?-

Hibiki cogió el paquete envuelto, viendo cómo se mojaba, debía estar llorando… –Gracias chicos… yo… no se… que decir-

Los chicos solo sonrieron antes de apresurarla para abrir el paquete, cuando lo abrió Hibiki vio un gran estuche, y dentro una hermosa guitarra clásica. Tenía un barniz que la hacía brillar y las cuerdas brillaban como nuevas, estaba increíblemente cuidada.

-Gracias… gracias…"

-Aquel día apenas dormí, pase casi toda la noche cantando y bailando en el solar deportivo… ¡Si hasta vinieron Seifer y su pandilla!- realmente nunca se habían llevado mal, no aunque ella prácticamente formara parte de la pandilla de Hayner –Bueno, debería pensar en comprar algo para cenar- Hibiki guardo silencio unos minutos –O directamente en hacer la compra, ya me va tocando rellenar el frigo… ¿Hm?-

Fue en ese momento cuando noto un sobre encima de la mesa improvisada. El sello de la carta mostraba una torre, pero no había remitente, solo destinatario, Tachibana Hibiki.

-¿Pero qué?- quien le habría mandado una carta, y encima quien se la habría dejado en este lugar, se suponía que solo ella, Hayner, Pence y Olette sabían de él. Y ese sello, una torre… ¿quién la enviaba? –Vacía, a excepción de…

Un billete de tren. No aparecía hora de salida ni de llegada, ¿exactamente que era esto? Según leía salía desde la estación.

-Podría echar un vistazo- eso no haría ningún daño. Tardo pocos minutos en llegar a la plaza de la estación, esta como siempre estaba bañada en la luz del crepúsculo. Aun recordaba lo que le costó acostumbrarse a que siempre fuera crepúsculo, que nuca fuera completamente de día o de noche, siempre con ese cielo crepuscular.

Cuando pregunto en la taquilla le dijeron que salía por el primer arcén.

Y allí estaba el tren.

Un tren azul con la forma más extraña que hubiera visto nunca, y para alguien que había visto anime eso ya era decir algo.

El tren era completamente azul, con decoraciones doradas. La chimenea tenia forma de sombrero de brujo, eso sí se podía considerar chimenea. Las puertas tenían sobre ellas unas estrellas fugaces doradas. Ambas caras también estaban adornadas con dibujos de estrellas y lunas.

-¿Este es el tren? Parece algún tipo de broma- la puerta se abrió cuando se acercó a examinarlo. No había nada en su interior, nada –Por probar…

No estaba del todo segura de que esto fuera seguro, pero… ¿qué era lo peor que podía pasar? Al principio el viaje pintaba normal, el tren salió de la estación con dirección a un pequeño pueblo a dos horas de distancia, pero en un momento eso cambio.

-¡¿Pero qué!?- Hibiki salto del asiento y se dirigió a la ventana. Su vista no la engañaba.

Ya nada quedaba de Villa Crepúsculo a la vista. En su lugar podía ver unas vías del tren hechas de energía verde que cruzaban una inmensa aurora que parecía estar… en el espacio.

-¿Dónde me he metido?- ahora sí que estaba preocupada, incluso con su tiempo en S.O.N.G. nunca había visto nada como eso, y eso que la frontera y el poder divino eran difíciles de superar.

La aurora se extendía hasta donde le alcanzaba la vista, y a lo lejos podía ver como la vía se creaba según avanzaba el tren. Detrás de ella desaparecía a varios metros de distancia. Para cuando pensó que se quedaría en ese tren por el resto de su vida el paisaje cambio ante sus ojos, había llegado a su destino.

Lo primero que veía era el mar de nubes anaranjadas que parecía haber bajo ella, aunque realmente no supiera si lo eran. Y en una solitaria colina que parecía flotar en la inmensidad, una gran torre torcida.

-Jejejejeje…- Hibiki sintió ganas de llorar al ver como el tren tras ella desaparecía en luz –Genial…

Lo único aparte de la torre eran árboles, por lo que ya sabía a donde debía dirigirse primero. Las puertas tenían símbolos de una media luna y una estrella, y la sala en su interior era bastante amplia, una larga escalera de caracol nacía allí y continuaba subiendo hasta donde le alcanzaba la vista.

-Habrá que subir- Hibiki no lo pensó mucho, no en la actual situación, y comenzó a subir escalones. Y subir y subir sin descanso. Continúo así un buen rato hasta que finalmente llego a una gran puerta. Con cuidado llamo y espero.

-Adelante-

Hibiki inspiro profundamente y entro.

-Con permiso- tras entrar cerró la puerta y se dio varios segundos para examinar la estancia donde se encontraba. Era un desván, con ventanas que daban al exterior con la forma de estrellas y medias lunas de diferentes tamaños, una pizarra estaba colocada cerca de una puerta. Había muchas estanterías de diferentes tamaños y sobre ellas muchos libros. En el centro de la sala veía una gran mesa con un libro abierto sobre ella y una cera con forma de cráneo.

En la silla de enorme respaldo había un hombre anciano sentado, con una larga barba de color gris. Su vestimenta era en su mayor parte azul, y su sombrero parecía la inspiración para la chimenea del tren.

-Tachibana Hibiki, gracias por venir- su voz era profunda, cargada de sabiduría –Lamento haberte llamado de forma tan ambigua, pero la situación lo ameritaba-

-No pasa nada- Hibiki trago saliva, no sabía de ninguna situación que la requiriera a ella, ya no quedaban noise ni más enemigos.

-Mi nombre, es Yen Sid. Y la razón de que te haya llamado aquí es que necesito tu ayuda-

-¿Mi ayuda? ¿Para qué?- Hibiki sabía que podía haber sido algo ofensiva, pero esta situación la traía recuerdos, recuerdos que quería olvidar.

Yen Sid no se ofendió –Para restaurar los mundos que continúan dormidos, incluyendo el tuyo-

-¡¿Qué mundos dormidos?! ¡¿Cómo que restaurarlos!? ¡¿Le paso algo a mi mundo!?- la cabeza de Hibiki estaba llena de cientos de preguntas e ideas, cada cual más extraña y surrealista que la anterior.

-Permíteme empezar desde el principio- Yen Sid hizo un ligero movimiento y una silla apareció en la mesa ante él. Hibiki se sentó sin dudarlo –Hace siete meses llegaste a Villa Crepúsculo, e imagino que ya te habrás percatado de que es un mundo distinto al tuyo- Hibiki asintió –¿Sabes cómo llegaste aquí?-

-Estábamos peleando con Adam, entonces esa cosa dorada me rodeo, después fui tragada por una gran luz y cuando desperté estaba aquí-

Yen Sid escucho en silencio, después hablo –Normalmente, sin importar que evento sucediera, habrías despertado en tu mundo, pero no pudo ser. La razón es que no había mundo donde despertar-

-¿Dices que fue destruido?- pregunto con un hilo de voz. Durante siete meses había buscado cualquier pista, cualquier rastro de conectara Villa Crepúsculo con su antiguo mundo, cualquier cosa que la dijera que no estaba loca, que sus recuerdos eran reales, que su mundo era real. Lo intento todo, todo. Pero con el tiempo se rindió, nunca encontraría a nadie que conociera, nunca sabría lo que ocurrió aquel día.

-No exactamente. El corazón de tu mundo fue consumido por la oscuridad, y para protegerse el mundo descendió al reino de los sueños, junto con aquellos que lo habitan-

-¿Quieres decir que Miku y las demás están vivas?- Hibiki no estaba del todo segura de entender eso del corazón del mundo consumido por la oscuridad y el mundo descendiendo al reino de los sueños, pero si entendía que todos podían estar bien.

-En efecto-

Hibiki casi se cae de la silla del alivio, un inmenso peso se levantó de sus hombros en ese momento, uno que llevaba allí desde hace más de medio año.

-¿Cómo ocurrió? es decir… ¿cómo se durmió?- Ahora que ya sabía que estaban bien quería saber exactamente qué había ocurrido. No estaba segura de que el anciano estuviera diciendo la verdad, pero quería creer que así era.

-Todos los mundos poseen un corazón, como tú y como yo. En estos siempre existe un equilibrio entre luz y oscuridad. Y existen seres que nacen de la oscuridad presente en todos los corazones-

Yen Sid extendió una mano y en una cortina de humo creo un holograma, o por lo menos Hibiki creía que lo era, de ella misma, mostrando una segunda Hibiki –Si alguien como tú, Hibiki, cede a la oscuridad de su corazón, se convertirá en un sincorazón- el holograma se transformó para dar paso a un ser negro de ojos amarillos –Los sincorazón siempre andan al acecho, intentando capturar nuevos corazones. ¡Nunca bajes la guardia!-

Hibiki asintió, por lo que había entendido los sincorazón eran seres que nacían cuando uno se rendía a la oscuridad en su corazón.

-Ahora bien, existe un segundo tipo de enemigo que encontraras si decides luchar- un segundo holograma revelo a un nuevo ser, uno diferente. Este era totalmente blanco y gris, con forma humanoide pero con extremidades finas. Parecía ser recorrido en algunos puntos por energía –En ocasiones, cuando alguien de corazón y voluntad fuertes, ya sea bueno o malo, se convierte en sincorazón, el cascaron vacío que deja tras de sí actúa con voluntad propia. Un recipiente vacío cuyo corazón ha sido robado… Un espíritu que sigue viviendo, aun cuando su cuerpo abandona la existencia… ya que… los incorpóreos "son" pero no existen. Puede parecer que los incorpóreos tienen sentimientos, pero es un engaño... Fingen tener corazón. ¡No permitas que te engañen!-

-Entiendo que debo tener cuidado con ellos, pero en que se relaciona con que los mundos fueran destruidos- Hibiki entendía, hasta cierto punto, que de un ser humano que cedía a la oscuridad podía nacer un sincorazón y de su cuerpo un incorpóreo, pero no veía en que se relacionaba con su mundo.

-Los mundos fueron destruidos cuando sus corazones sucumbieron a la oscuridad, esto lleva ocurriendo ya nueve años. Pero algo ocurrió, hace no mucho. Sora y sus compañeros libaron una batalla y liberaron los corazones de los mundos, restaurando muchos de ellos. Sin embargo, hay otros que permanecieron dormidos, y permanecerán así hasta que no se liberen de su sueño, para ello se requerirá viajar hasta el reino de los sueños y despertarlos. Algo que ahora no podemos hacer-

-¿Por qué?- Hibiki le miro furiosamente, esperaba que tuviera una muy buena razón para decir eso.

-Por qué solo un elegido de la llave espada tiene el poder de atravesar las barreras que protegen el reino de los sueños, y ahora tan solo quedan dos, ambos peleando con la Organización XIII-

-¿Organización XIII?- pregunto Hibiki augurando un dolor de cabeza, eran demasiadas cosas las que estaba aprendiendo en poco tiempo.

-El incorpóreo común es llamado "umbrío", la forma más común de los incorpóreos. Pero hay otros, algunos más grandes, otros con poderes aterradores y singulares… mas no dejan de ser cascarones vacíos destinados a regresar a la oscuridad. No son ellos de quienes deberás cuidarte- el holograma cambio por completo, ahora ya no mostraba a seres blancos, sino a humanos envueltos en abrigos negros –Estos seres son otra cosa. Son los incorpóreos más poderosos, aquellos que componen la Organización XIII y lideran a los más débiles-

-¿Quiere que pelee con los elegidos de la llave espada contra la Organización XIII?- pregunto Hibiki esperanzada, pero Yen Sid negó.

-No, hay un tercer elegido, Sora. Él ahora está sumido en un profundo sueño. Necesitamos despertarlo, solo con la fuerza combinada de los tres podremos derrotar a la Organización XIII- Hibiki reconoció el nombre, era el mismo que libero los corazones de los mundos, ¿no?

-Tengo que asegurarme de que despierte- dijo entendiendo por donde iban los tiros.

-En realidad bastara con que te asegures de que la Organización XIII no lo encuentre-

-¿Cómo lo hago? ¿Y dónde está Sora?- un castillo embrujado, o una base secreta en un lugar recóndito vinieron a su mente, pero eran muy improbables, si Sora era tan importante como Yen Sid decía debería estar en un lugar muy importante.

-En la mansión abandonada de Villa Crepúsculo- Hibiki abrió los ojos como platos casi cayéndose de la impresión. Había estado en ese mismo bosque varias veces, había visto la mansión otras tantas… ¿Allí había alguien que podría despertar su mundo? ¿Y ella no lo sabía? Como podía no haberse dado cuenta –En cuanto a la forma… la Organización XIII está derrotando sincorazón, con que los obstaculices por ahora debería bastar-

-Por ahora- Hibiki suspiro. Todo esto, los mundos dormidos, llaves espada, sincorazón, incorpóreos, la Organización XIII… sonaba a fantasía. Había muchas cosas que no entendía, pero la idea principal la tenía. Debía obstaculizar los planes de la Organización XIII para que Sora pudiera despertar –Cuando empiezo-

-Cuando reúnas a un equipo- dijo Yen Sid con voz grave –Enfrentar a la Organización XIII es demasiado peligroso para ti sola, no debes subestimarlos-

Hibiki dio una sonrisa triste, ella ya pertenecía a un equipo, con las chicas, con Miku…

-La primera a quien debes buscar es una amiga de la infancia de uno de los compañeros de Sora, Noctis. Su nombre es Ruby Rose, la encontraras en otro mundo-

-Entend… ¿Ha dicho mundo?-

-En efecto- Yen Sid asintió –Existen cientos de mundos allí fuera, y al que tú te diriges lo nombraron como "Agrabah-

Bien pues, tal y como dije en el fic anterior esta parte tendrá nuevos protagonistas, siendo la principal Tachibana Hibiki, del anime Symphogear. Ella viene desde el final del episodio 11 de AXZ, pero antes del 12. Aunque al principio puede parecer un poco Ooc se entiende que dado que han pasado siete meses desde que llegara a Villa Crepúsculo y tuviera que apañarse por su cuenta eso la forzó a madurar bastante rápido, dado que no es lo mismo estar viviendo en la academia a estar en la calle completamente sola sin tener dinero ni para comer. Una pequeña aclaración respecto a ella sería decir que si bien usara Gungnir (que es su arma para quienes no lo sepan) y lo activara con la canción, no escribiré cada canción que use cuando pelee, solo en los momentos más importantes pondré canciones la única que pondré siempre es la de activación de la reliquia. Esto lo digo porque no voy a poner canciones cada vez que luche con heartless, nobodies o cualquier otra cosa.

A partir de aquí comenzara la primera, digamos, "saga" del fic, que sería la reunión, donde se reúnen todos los personajes, siendo como Yen Sid ha dicho que Hibiki necesita reunir un equipo para enfrentar a la Organización XIII.

En el capítulo siguiente aparecerá la siguiente incorporación, hasta entonces un saludo.