La desgracia del príncipe.

esta historia es sobre los origenes del príncipe, paralela en algunos momentos con "cuando las estrellas dictan otro destino" y con muchas sorpresas mas...

Introducción: Lily, Hermione y Severus.

"Érase una vez un príncipe sin caballo blanco, con menos dinero que un mendigo, con un padre ebrio y maltratador, una madre abnegada pero tonta al negarse a abandonarlo, una princesa pelirroja y de hermosa mirada esmeralda como las de los cuentos muggles, el creía en el amor y eso le costaría caro, pues sería traicionado una vez y obligado a abandonar a una hermosa castaña que conocería después y seria obligado a renunciar a su amor una y otra vez, la historia de un gato negro, un basilisco y una chica de ojos negros que guardaría su secreto de vida en vida las veces que fuera necesario mientras la princesa castaña de ojos color miel vivía recordando a su príncipe de piel pálida y ojos negros, este sin derecho a una tumba, recorrería la frontera entre este mundo y el otro, cuidando a la castaña que anhelaba su contacto, sus palabras y su amor, un hechizo de éxtasis y una bebe de ojos negros más allá de todo tiempo, mas allá de todo amor…"

El príncipe esta triste, su boca ha perdido la alegría, su corazón la esperanza, su cabeza la entereza y su piel el color.

Su princesa de cabello rojo y emblemas color carmesí con dorado, lo abandono por el canalla del emblema del ciervo, robándole la paz, la serenidad y quitándole toda aquella esperanza por su amor que él había anhelado.

La pelirroja no sonríe, pues en lugar de sonrisa tiene una mueca cadavérica, descansa o es atormentada en su tumba acompañada del canalla con el que se casó, su hijo vaga por un mundo lleno de peligros, pues a ella su falsa seguridad le jugo en contra, pues un amigo y su anciano maestro los traicionaron, causando su muerte, la orfandad de su hijo, la esclavitud de un príncipe, el dolor de una castaña y todo por no saber dar su perdón.

Las palabras se las lleva el viento, la pelirroja nunca eso entendió, abandono a su amado amigo, por unas palabras dichas por la furia del momento, aunque ella sabía que no habían salido del corazón, ella prefirió a los matones amigos de su amado canalla, olvidando al príncipe que siempre la apoyo y le amo, a cambio de su falsa seguridad económica, de sus amigos inútiles y de su canalla amado ella condeno a un niño, su amigo, una hermosa castaña y a un príncipe herido a una vida de odios, secretos y heridas de amor.

Un día en su vida, el príncipe, encontró una hermosa niña castaña, en un principio para él no era más que alguien insignificante en esta vida, pero la fuerza del destino lo convenció de lo contrario, ella se volvió su anhelo, se volvió su vida y ella pudo curar esa pelirroja herida que su corazón cargaba desde su época de estudiante, pero su papel en la guerra de su mundo, fue lo que de ella lo separo, un anciano manipulador compro su alma y su lealtad dejando morir a la traidora y haciéndolo creerse culpable, un lord oscuro ofreciéndole poder y todo lo humanamente deseable, corrompió su vida y lo llevo a la frontera de los mundos, de la que volvería en forma de sombra, para cuidar a la castaña que le ofreció su amor, su anhelada paz aguardaría ser encontrada el día que su amada encontrara un nuevo amor…

En sus habitaciones aguarda en un vaso con agua, una ya marchita flor, regalo de esa castaña, aguardando el día que se junten de nuevo, princesa y príncipe, león y serpiente, dos pedazos de un mismo corazón…

Dicen que no hay amor más grande que el de aquel corazón que renuncia a su felicidad, a cambio de la felicidad de la persona que ama, así fue este príncipe, robando los recuerdos a su amada, para que esta no le recordara y por su ausencia ella no fuera infeliz, pero Oh! Caprichoso destino, que cuando más grande fue el olvido, entre sus recuerdos, renació el amor; una amor innegable, un amor puro, un amor lastimado, pero a fin de cuentas amor…

La princesa castaña no es feliz, la castaña no sonríe, no se alegra, no siente ánimos para seguir adelante, ella vaga tras la vaga locura de una vaga ilusión, de encontrarle con vida, herido o sano, no importa, solo le importa recuperar el amor.

Ojos color miel, que fueron un hermoso tesoro llenos de anhelos de paz y amor, y ahora solo son un tesoro truncado, lloran por unos ojos negros como túneles sin final, por una nariz ganchuda, una pálida piel y una boca que ya no podrá besar, por un amor perdido que nunca ha olvidado.

En una habitación llena de calderos, mágicos ingredientes, balanzas y cuchillos de plata, ella lleno su vida de propósitos, de anhelos y motivos para seguir adelante, enamorándose de su protector, su maestro y ahora su secreto amor, pero un día, el descubre a la niña, suspirando por su amor, accede a regalarle un beso, puro, sin mancha ni malicia y por única caricia la promesa de permitirle ser a ella la artífice de su redención…

Pero destino cruel, anciano majadero, insensible y manipulador; el príncipe murió en la guerra y ella quedo sola sin quien pudiera consolarle, sin poder darle sepultura, sin poder darle su amor…

Destino cruel, parca indeseable que ahora eres deseada, ella busca la muerte y ella no se deja encontrar, encuentra a una sombra del otro mundo, un gato de negro mirar, una niña de mirar profundo, oscura como ese amor que jamás podrá olvidar, escondido un secreto, un hechizo de olvido, un pasado ignorado y la oportunidad latente de una princesa castaña para volver a brillar…

En este fic se encontrara información que no detallare en los otros fic´s, pero que los complementara, este fic detallara desde el nacimiento de Snape, su vida en Hogwarts como estudiante, su papel en la primera guerra civil mágica del reino unido, su papel de maestro en Hogwarts, su relación con Lily, con Potter y por supuesto con mi amada castaña, Hermione, ahhhh y las misiones que el desarrollara alrededor del mundo antes de conocer a la castaña.

Gracias por leer y tengan un hermoso día (no importa la fecha, siempre les deseo lo mejor)

Se aceptan críticas, no importa si son groseras o amables, media vez sepa que leyeron mi fic, son bienvenidas.

Atte. Isaías Portillo ( 503)