Como siempre y lo de siempre, sailor moon no me pertenece, Naoko los creo y me permití generar una historia a partir de estos personajes.
Si no puedes contra el enemigo, únete a él.
Michiru se encontraba acomodando su peinado, hoy era una cena importante Hotaru cumpliría 18 años y harían un gran festejo, la pequeña Dama había venido desde Tokio de cristal solo para pasar este día a su lado.
Una voz masculina la saco de sus pensamientos -Te ves hermosa -
-Gracias pero no es para tanto. – Respondió sonriente mientras se colocaba los aretes.
-Me gustaría que lo usaras hoy.- Dijo el caballero mientras posicionaba la sortija en el dedo anular de la chica de cabellos turquesa.
-Haruka estará ahí y no quiero que lo vea…- Su voz era tan suave casi como un suspiro.
-Nunca entenderé la relación que tienes con ella, es solo tu mejor amiga y yo soy tu prometido.-La voz era demandante, se acomodo la corbata y camino al vestíbulo. – Te estaré esperando.
Michiru solo suspiro, si bien nunca le había confesado a su novio la relación que había tenido con la rubia no era por vergüenza, ella aun amaba a Haruka solo que no de esa manera. Esa historia era suya, así como el misterio de ser una Sailor Scout.
Haruka se encontraba frente a la gran mansión de Darién y Serena, acomodaba por última vez su corbatín.
-Haruka que elegante por favor pasa, las chicas están en el jardín.- Atendió la puerta Darién
-Gracias Darién ¿Ya han llegado todas? –Pregunto casualmente, aunque sabía que su disimulación era en vano.
-Michiru no debe de tardar en llegar, acaba de hablar hace unos minutos con Serena.- Respondió Darién mientras palmeaba la espalda de la Sailor del viento, si bien nadie "sabía nada" él entendía lo que debía de estar sufriendo Haruka.
Haruka camino al jardín y saludo a cada una de las chicas, al llegar con Hotaru le entrego una pequeña cajita que contenía su regalo.
-Haruka-papá no tenias por qué molestarte, con que estés aquí conmigo ¡soy la más afortunada de las chicas!-Abrazo a su papá y le deposito un beso en la mejilla.
-Haruka no te apropies a Hotaru.- Al escuchar esa voz la rubia sintió escalofríos, su sirena tenía ese tono juguetón que solía tener solo cuando estaban a solas.
Haruka rompió el abrazo con Hotaru y volteo lentamente para encontrarse con el Ángel más hermoso que había visto, vestía un elegante vestido negro que resaltaba su silueta. Por su parte Michiru no se contenía la mirada que Haruka le regalaba la dejaba sin aliento, conocía a la perfección a su diosa del viento, sus mejillas se sonrojaron en respuesta.
-Michiru-mamá – Hotaru se encontraba abrazándola mientras ella salía de su ensoñación.
-Pequeña Hotaru aquí está tu regalo.-Le entrego una caja un poco más grande pero igual de elegante. – Recuerda que ahora eres completamente responsable de ti, y espero siempre seas tan perfecta como lo has sido todos estos años. Feliz cumpleaños mi niña.
Haruka carraspeo un poco, al notar la presencia de Yukito, un joven bien parecido sus ojos eran grises y su cabello de un azul oscuro que a veces se podía confundir por negro.
-Haruka, el es Yukito, ya lo habías conocido pero bueno el es…
-Su prometido.-Termino la frase Yukito mientras extendía su mano hacía Haruka.-Un gusto conocerte formalmente.
Haruka tomo la mano y sonrio.- El gusto es mío.-
Michiru sentía sus mejillas arder, ella aun no le había presentado a Yukito, en realidad siempre había mantenido esa distancia entre sus dos amores
-Flash back-
Eran las 3:00 de la mañana y el celular no dejaba de sonar, perezosa Haruka tomo el artefacto y comenzó la lectura de los mensajes.
M-Estas despierta?
H-Si, estaba terminando unos papeleos, estas bien? –Mintió la rubia, camino al baño y lavó su cara.
M-Perdón por la hora pero no sabía a quien más recurrir.
La rubia leyó el mensaje y no pudo evitar preocuparse.
H-Estas bien? Necesitas que vaya a tu casa?
M-No, es decir estoy bien es solo que tuve una discusión con alguien.
Haruka sabía que Michiru tenía una relación con un chico, Serena se lo había comentado hacía poco tiempo, pero no se sentía completamente preparada para afrontarlo.
H-Quieres contarme que paso?
Y esa fue la pregunta que genero la respuesta que ella no se sentía capaz de entender, pero como podría ella darle la espalda a esa mujer que había amado tanto, corrección por la que seguiría dando su vida sin pensarlo dos veces.
Y esa noche ella generó la reconciliación entre el famoso Yukito, quien no sonaba como una mala persona, y el amor de su vida.
-Fin del Flasback-
La fiesta transcurría tranquilamente Haruka se encontraba con Darién platicando de banalidades, mientras las chicas se encontraban alrededor de Michiru y Yukito, por momentos sus miradas se encontraban y esas miradas decían tanto como callaban.
-Chicas les encargo a Yukito tengo que ir al tocador.-Se excuso Michiru mientras observaba como Haruka entraba a la casa.
-Michiru-mamá.-La pequeña Hotaru la intercepto mientras intentaba seguir a la rubia. –En cinco
Entro a la casa sigilosa, está se encontraba a oscuras a excepción por el pasillo que llevaba al sanitario y la cocina.
Sintió como una mano familiar le tomaba por el antebrazo y la arrastraba a una de las habitaciones que reconoció como el estudio.
-Lo siento.-La voz de su viento era suave y casi imperceptible a comparación del latido de su corazón.
La joven de cabellos turquesa no pudo hacer nada más que abrazar a esa rubia que siempre estaba ahí para ella, a la que no le importaba la hora el lugar ni la situación ella se encontraba ahí, tan fiel como el viento.
Sus labios se encontraron mientras sus manos se entrelazaban, sabían que eso no era correcto y el peso de ese anillo en el dedo anular era indescriptible.
-No, Haruka no podemos.-Exclamo entre gemidos Michiru, pero su cuerpo respondía gustoso cada roce que la rubia le proporcionaba. Las manos de la sailor del viento delineaban suavemente su cadera mientras sus labios descendían por su cuello.
-Es tu despedida, no volverá a suceder, lo prometo.- Haruka acariciaba el rostro de su ángel mientras se perdía en esos ojos. – Una última vez, es todo lo que pido….-Su voz era una súplica, esperaba la respuesta negativa de parte de Michiru y sin embargo recibió el más suave de los besos. Sus labios eran tan dulces como los recordaba y odiaba que ahora le pertenecieran a alguien que no fuese ella. Con un movimiento hábil se deshizo del anillo anular que tenía su sirena y lo guardo en el bolsillo de su pantalón. Sabía que esta despedida debía de ser rápida, la adrenalina corría por sus venas como en las mejores carreras.
Michiru se encontraba contra la pared a merced de Haruka, quien con la habilidad que le caracteriza se deshizo de su vestido, sus manos delineaban cada parte de ese cuerpo que conocía de memoria. Michiru mordía sus labios mientras disfrutaba de cada roce que le entregaba su diosa.
Sus manos se entregaron a una danza pasional, el compas de sus latidos marcaba el ritmo, sus gemidos eran suaves como el canto de los ángeles.
El tiempo se había detenido dentro de esa habitación, todo había sido tan perfecto que temía que terminara. La joven de cabellos turquesa se encontraba acomodando su cabello, pero ahora tenía en los ojos esa mirada traviesa que le volvía loca.
-No sé porque me empeño en usar estas cosas.- Haruka intentaba arreglar su corbatín pero parecía un intento fallido y antes de que se pudiera quejar Michiru lo tomo en sus manos y lo dejo en perfecto estado. La rubia aprovechando la cercanía la beso suavemente una vez más, esos besos que había intentado olvidar en otros labios sin éxito alguno.
-¿Que haré sin ti? – Una sonrisa llena de tristeza apareció en el rostro de Michiru. Esa pregunta la estaba atormentando desde que había aceptado la propuesta de matrimonio de Yukito, ¿Qué haría sin Haruka? ¿Sin su viento? ¿Sin su aire? ¿Cómo podría vivir?
Haruka había esperado ese momento tanto tiempo, ella sabía que su sirena la extrañaba pero está se había mostrado fría desde la separación y ahora sé encontraba frente a ella con esa frase que necesitaba oír.
-No…-Alguien tocó la puerta.
-¿Sí? –Pregunto la sailor de los mares.
-Chicas si están ahí es buen momento para salir Yukito esta comenzando a sospechar, la voz de Setsuna era una advertencia.
Michiru tomó su bolso y salió de la habitación, dejando a Haruka a solas con su respuesta.
"Que cruel eres, te encierras en tu propio mundo...no me abandones"
Gracias por leer esta historia, aun no se si la continuaré o sera solo un Shot! espero us reviews.
