Universo Alterno: No hay quirks.

Ah, y Shouta es padre soltero.


Ir en tren no solía ser una tarea tan ardua, no obstante esta vez estaba resultando en una verdadera travesía. Shouta y su bebé de tan sólo dos años de edad iban de camino a casa de sus padres pues habían insistido en querer ver al pequeño Hitoshi, que por lo general era un bebé tranquilo pero ese día estaba inusualmente inquieto.

El pequeño de cabellos morados pataleaba y se movía entre sus brazos, balbuceando un montón de cosas. Y entonces sucedió, el bebé comenzó a llorar. Y Shouta intentó de todo, lo meció, intentó darle un poco de jugo y también se aseguró que no había ocurrido un accidente en su pañal. Y nada, el camino de dos horas sería aparentemente terrible, sin embargo de un momento a otro Hitoshi dejó de llorar y en cambio soltó una risita.

Shouta visiblemente sorprendido por el cambio en su hijo lo miró intrigado, su bebé observaba por sobre su hombro algo en el asiento trasero. De reojo, el pelinegro vio hacia atrás, encontrando a un hombre haciéndole gestos divertidos al pequeño.

El hombre, algunos años mayor que él, cabello rubio alborotado y dos mechones cayendo de cada lado de sus mejillas y unos brillantes ojos azules, éste sacaba la lengua o simplemente le sonreía a su pequeño, haciendo que este dejase de llorar. Hitoshi dio pequeños saltitos recargado en el hombro de su padre, emocionado y riendo cada que el hombre hacia algún gesto. Y después de debatirse mentalmente sí tenía que decir algo, sonreírle, invitarle un trago o cualquier cosa al hombre el otro se le adelantó, haciéndose hacia al frente extendiendo su mano hasta el bebé, que inmediatamente tomó su mano y comenzó a moverla.

― Tu bebé es adorable ―exclamó el hombre como cumplido―, Mi nombre es Yagi, ¿y el tuyo? ―la pregunta la dirigió como broma al pequeño, aprovechando que lo tenía tomado de la mano, haciendo una pequeña broma como si se tratase de un saludo formal.

― Hitoshi... y yo soy Shouta ―respondió a la pregunta, bastante agradecido de que fuese el otro el que inició la conversación―, Mucho gusto Yagi. Y gracias, no suele ser tan inquieto, no sé porque se ha puesto así hoy.

― ¿Lo fue? Me parece que el pequeño Hitoshi sólo necesitaba un poco de entretenimiento. Me alegra al menos hacerte sonreír, uh ―dijo Yagi, dirigiendo éstas últimas palabras al pequeño, quién comenzó a balbucear moviendo su cabecita.

Toshinori utilizó su pulgar para acariciar la pequeña manita del bebé y con su mano libre la movió, haciendo saludos y demás. Hitoshi sonreía, había sido cautivado por el natural carisma del rubio. Shouta por su parte no sabía sí sentirse incómodo o algo avergonzado de no haber sido capaz de controlar a su hijo por sí sólo. Ya tenía alrededor de un año que había convertido en padre soltero y aun así había cosas que le costaba manejar. Soltó un suspiro que no pasó desapercibido para Yagi, al parecer el bebé no era el único que necesitaba una distracción.

― Y dime, Shouta. ¿A dónde se dirigen? Sólo sí no te molesta la pregunta ―comenzó, al tiempo que se levantaba de su lugar y se sentaba en el que estaba frente a ambos.

― A casa de mis padres. Parece ser que ya extrañaban a su nieto ―respondió por inercia, Yagi no parecía ser una mala persona y bueno, no podía comportarse grosero con el hombre había tranquilizado a su hijo.

― Hitoshi es adorable, así que entiendo a sus abuelos. ¿Y tú esposa los alcanzará allá? ―un par de preguntas no venían mal, ¿no es así? Aunque inmediatamente se dio cuenta que tocó un tema sensible por el rostro en el pelinegro.

― Ella... Murió ―exclamó con una pequeña sonrisa melancólica en su rostro, e inmediatamente estrujo un poco a su bebé en brazos.

― Disculpa, de verdad.

― No hay problema ―pronunció negando un poco con la cabeza―, Hitoshi y yo nos las arreglaremos.

― Estoy seguro que sí. Es admirable lo que haces. No te angusties demasiado, lo harás bien.

Las palabras aunque producidas por un "extraño" tocaron a Aizawa. Pues había estado tan metido en olvidar unas cosas y criar a su pequeño que no se había tomado el tiempo ni siquiera de pensar de más, hablar con alguien.

― Gracias.

En ese momento Hitoshi había extendido sus dos brazos hacia Yagi y lo miraba con una sonrisita.

― ¿Qué pasa? ¿Quieres ir con él? Traidor ―moduló Shouta, al tiempo que lo acomodó y se estiró al frente, ofreciendo cargar al bebé. Yagi lo miró algo sorprendido, sin embargo no lo rechazó, sino que lo tomó con firmeza en sus brazos y lo meció un poco. No lucia primerizo y asustado, lo hacía con experiencia, más bien― ¿Tienes hijos?

― Sí, un pequeño. Quizás de la misma edad que Hitoshi. El divorcio no salió muy bien pero, puedo verlo cuando quiera. Se llama Izuku.

Exclamó el rubio, mirando con cierta devoción al pequeño en sus brazos quien aprovechando que estaba a su alcance, tomó de los mechones que caían por el rostro de Yagi.

― Entiendo, lo siento.

― Sí, parece que no nos ha ido muy bien, eh ―dijo Toshinori, quien ahora sostenía al bebé con un brazo y con el otro le acomodaba sus morados cabellos. Y ese gesto simplemente enterneció a Shouta. No había visto a nadie tener esas atenciones con él que no fueran de su familia.

― Oh, ¡demonios! Esta es nuestra bajada ―exclamó el pelinegro, viendo cómo iban llegando a la estación. Se colgó la maletilla a su lado por el cuello y se estiró para tomar con cuidado a Hitoshi. Corriendo así por el pasillo, dejando a un atónito Yagi sentado en su silla. Pensando. No reaccionando aún.

Shouta salió justo cuando abrieron las puertas. Meció un poco a su bebé y miró a los lados. Mierda, eso había sido grosero, y ni siquiera se molestó en decirle algo, un adiós o tal vez su teléfono. Qué tonto. Entonces la risa de Hitoshi lo sacó de su ensimismamiento, se giró y justo antes de que las puertas del tren cerraran, Yagi salió del vagón, más despeinado que antes, con su gabardina mal puesta y una pequeña maleta en su mano.

― Tal vez... Podría acompañarte por la estación ―exclamó como un claro pretexto, uno al que Shouta no planeaba negarse. Sonrió, negando con la cabeza.

― Seguro ―respondió haciendo un gesto, invitándolo a andar. Pues sentía que de alguna manera, lo conocía de alguna parte o tal vez, como si estuviese destinado a conocerlo.

¡Además hacía reír a Hitoshi! Eso bajo ninguna circunstancia estaba mal.


Notas: Y bueno, este es el último fic EraserMight que tengo ya escrito. Así que los que vayan horneándose y saliendo por fin de mi cabeza hasta un word ya los iré publicando a su tiempo.

Muchas gracias a las personitas que me dejan sus bellos comentarios en los fics de esta ship, me alegra saber que hay más fans por ahí y además disfruten mis pequeñas historias.

Este fic nació en mi intento por pensar que escribir en el prompt de "universo alterno". En realidad se me ocurrían un montón de cosas, pero era algo tuve que escribir y publicar en un día, so~ me dejé llevar por esta idea donde es Dadzawa y Shinson, con el extra EraserMight.

¡Gracias por leer y nos vemos!