Advertencia: Esta historia es la segunda parte de la trilogía de Mi Pequeña Sky y es secuela directa del fanfic con el mismo nombre, es muy recomendable leerlo primero, puedes buscarlo dentro de mi lista de fanfics.

Red Dark y yo llegamos muy temprano al castillo ese día, la Princesa me había llamado para que revisáramos mis contratos, si, eran dos contratos ya que trabajaría para ella y para la escuela de magia, la Princesa prefería separar las cosas adecuadamente, nunca había tenido entre mis pezuñas un contrato laboral, pero era buena lectora y difícilmente algo se me escapaba, eran unas 10 o 12 páginas más o menos, se establecían mis horarios de trabajo, mi salario, la conducta que se esperaba de mí, las prestaciones a las que tenía acceso mi familia y yo, las clausulas y otros aspectos más, todo parecía estar en orden de principio a fin, solo faltaba la firma de la princesa y mi firma, estuve a punto de tomar una pluma de un recipiente que estaba allí cerca cuando la princesa me detuvo de golpe.

Veo que nunca has firmado un contrato Sweetie –dijo como si fuera algo que tuviera que saber por sentido común- Los unicornios y alicornios por supuesto firmamos los contratos y documentos importantes de una forma diferente –añadió

La Princesa sacó una hoja en blanco para mostrarme como se hacía, sumergió la punta de su cuerno en un frasco de tinta mágica, en realidad no sabía que era mágica en ese momento, pero lo intuí al ver que la tinta cambió de color cuando su cuerno la tocó.

La magia de cada unicornio de Equestria es diferente y produce ligeros cambios en esta tinta especial, ahora, hazlo tú –dijo la princesa mientras yo estaba un poco nerviosa, me pasó un frasco de tinta nuevo y me dio espacio para que sumergiera mi cuerno, estaba muy nerviosa pero no fue mayor cosa, la tinta se había vuelto multicolor, era algo muy extraño ya que cuando escribí mi nombre en los contratos la tinta se comportaba igual.

Es la firma más colorida que he visto –bromeó Celestia, acto seguido firmó ambos contratos y las correspondientes copias ella misma, nunca había visto una letra tan estilizada y bella en ningún papel.

Muy bien mi pequeña unicornio, es hora de mostrarte tu oficina –invitó Celestia en cuanto confirmó que cada papel estaba en orden, le pidió amablemente a Red Dark que nos esperara en el vestíbulo, al parecer era algo un poco confidencial, llegamos a una habitación del castillo que tenía mi nombre y mi cargo en la puerta.

Esta puerta se abre con magia, con tu magia –explicó, al parecer la única forma de abrir la puerta de la oficina era que ella o yo ejecutáramos un hechizo para abrirla, al abrirse la puerta pude ver un increíble escritorio, con todo lo necesario para mi trabajo, unas gavetas para archivar documentos, una ventana que daba vista a todo Canterlot e incluso un par de sillas modernas y elegantes al parecer para que mis invitados tuvieran donde esperar.

Aquí tienes todo lo necesario para desempeñar tus funciones de consejera real –dijo la Princesa mientras me mostraba mi futuro espacio de trabajo –también pedí que colocaran esta estantería aquí para dejar tus cosas de la escuela, es importante tener todo separado. Estaba encantada y me fascinaba todo lo que veía, casi sentía que quería comenzar ya.

Pasó casi un mes y medio desde nuestro regreso a Canterlot para que tomáramos una decisión importante, mudarnos, no suena muy lógico especialmente considerando que vivíamos en el castillo, pero nos habíamos dado cuenta de que el lugar no era lo más cómodo para nosotros y nuestra hija, pensábamos en una casa algo más sencilla, así que nos mudamos a las afueras del castillo, me tomaba unos 20 minutos caminar hasta mi lugar de trabajo así que no existía problema alguno, Sky se sentía cómoda en su nuevo hogar y parecía gustarle su nueva habitación le compramos varios peluches, con los que habitualmente dormía en su cuna, la habitación tenía ventanas pero nos aseguramos de protegerlas bien para que fuera imposible que las abriese, además el acceso a su habitación solo era posible atravesando la nuestra, era lo más seguro y cómodo para todos por lo menos por ahora ya que cuando creciera seguramente preferiría separarse un poco de nosotros.

Mi trabajo era sin duda maravilloso aunque agotador, cada mañana salía de casa a las 7 A.M. después de comer un rico desayuno y arreglarme, generalmente Sky estaba dormida a esa hora por lo que Red Dark la cuidaba mientras trabajaba, estaba claro que así se entretenía pero estuve alentándolo varias veces a conseguir un nuevo trabajo, no parecía muy entusiasmado pero me prometió que lo haría. Todas las mañanas al llegar al castillo los guardias reales me dejaban pasar incluso cuando la situación lo ameritaba me escoltaban hasta mi puesto de trabajo, habitualmente en las mañanas debía revisar los eventos que se realizarían próximamente en el castillo, asegurarme de que estuviese todo preparado para cada evento, además de eso continuamente recibía visitas de ponies importantes quienes deseaban realizar diversos eventos en alguna delas salas del castillo u otro tipo de situaciones similares, a menudo la Princesa convocaba a todos sus consejeros a una reunión, la Princesa Luna también solía asistir, excepto cuando estaba de viaje por algún asunto importante, en una gran sala los 6 consejeros de las Princesa nos sentábamos, la Princesa nos preguntaba a cada uno el progreso de nuestras tareas, después de eso nos contaba los problemas que atravesaba Equestria y cuáles podrían ser las posibles soluciones, después de eso me iba a casa a almorzar, era un poco triste porque solo tenía una hora y antes de la 1 de la tarde ya debía volver, Sky frecuentemente lloraba cuando me iba, eso me destrozaba y soltaba lagrimas mientras iba de camino a trabajar, Red Dark sugería entretenerla mientras salía de la casa, así no se daría cuenta y posiblemente no llorara, en la tarde normalmente daba dos clases en la escuela, fundamentos de Hechizos básicos y una asignatura que se llamaba Expresión Oral y escrita, ambas eran para estudiantes de primer año por lo que eran fáciles, el problema era que algunos estudiantes se pasaban de la raya frecuentemente, como yo siempre fui una cerebrito era normal que no tratara a los profesores mal, pero cuando das clases no sabes con qué tipo de estudiantes te vas a encontrar, desde un primer momento se burlaban por mi colorida melena y cola, ya me había dado cuenta de que me decían de diferentes formas a mis espaldas, ese no era el único problema pues habían algunos unicornios muy graciosos en la clase que les gustaba hacer desaparecer cosas de mi escritorio, o jugarles pesadas bromas a sus compañeros, un día incluso hicieron desaparecer mi libro del escritorio con lo que no podía avanzar con la clase, en todo caso era un trabajo interesante y supuse que en el futuro podría dar clases algo más avanzadas con estudiantes más serios. Cuando terminaba mis clases, por lo general a las 4 de la tarde o incluso un poco antes y si no había nada más que hacer, me iba a casa finalmente, solía terminar agotada y estresada pero nada que una tarde y noche con mi familia no arreglasen, como Red Dark cuidaba de Sky la mayor parte del día, siempre le echaba un casco al llegar de trabajar, mientras hablábamos de cómo me había ido, a menudo tenía historias divertidas que contar por lo que pasábamos un buen rato charlando, más tarde debía tomar los libros de texto de mis clases para organizar las siguientes sesiones o calificar las actividades que los estudiantes me hayan entregado, suelo ser rápida en eso por lo que no me tomaba más de una hora, después de cenar y antes de que Red Dark y yo nos fuéramos a la cama, le cantábamos una canción de cuna a Sky, haciendo que se quedara profundamente dormida y no se despertara más o menos hasta media noche.