Perla llego tarde a casa como siempre. Ya eran más de las 1 am, se quedó tarde en el trabajo de nuevo. Abrió con cuidado la puerta y entró con sutileza. Era una casa grande, pero por alguna razón, los sonidos tendían a propagarse demasiado rápido, y más en una noche tranquila y silenciosa como lo era esa. No quería despertar a nadie, por lo que entró sin querer hacer ningún ruido. Se quitó sus zapatillas para no hacerlo, y descalza se dirigió a la cocina, pero no sin antes pasar por la sala de la casa. Con solo pasar en ella, escucho unos pequeños ronquidos, que apenas eran perceptibles al oído. Solo los pudo escuchar por qué había un silencio absoluto en la habitación.
Provenían del sillón más grande de la sala, el cuál se encontraba al frente de una televisión grande, estaba encendida pero con un volumen inexistente. Se acercó al sillón grande con la misma cautela con la que llegó, siguiendo ese sonido el cuál reconoció cuando se encontraba más cerca de este. "Steven" pensó ella de inmediato, cambio su expresión a una de conformidad al reconocer aquel ronquido, reconfortante para ella. Se acerco mas al sillón, escuchaba el ronquido, pero no podía verlo todavía, a causa de que solo veía la parte trasera de el mueble. Ya estando prácticamente a un lado de ello, observo curiosa a la persona que dormía en el, o mas bien a las dos personas que dormían en el. Efectivamente era Steven, su pequeño hermano menor, pero el estaba acompañado de alguien mas. Lapis su hermana menor, la cual se encontraba detrás de el pequeño, abrazando la espalda de el. Como si se tratara de una pareja, invirtiendo los papeles claro esta. Se quedaron dormidos viendo la tele, con sabanas y todo, Lapis muy adentrada en el abrazo mientras dormía, y Steven dejándose abrazar tan tranquilamente.
La expresión de conformidad de Perla se esfumo al ver esto, y se presento seria. No podía decirse el por que de la reacción, hasta ella lo desconoció en el momento, pero se podría suponer que no le agrado mucho ver aquello. Tenían justificación, eran hermanos después de todo no?. Ademas de que inclusive ella, también es muy cariñosa con su hermano menor, hasta el punto de quedarse a dormir con el de este modo. Últimamente no había sido así, pero era por culpa del trabajo. No es algo que ella quisiera ciertamente. Ella realmente extrañaba abrazarlo y dormirse con el como antes, levantarlo temprano y llevarlo a la escuela, cambiarlo y darle su beso de despedida. Era extraño pensar en ello?. Pues no, o al menos eso pensaba Perla.
Al ver a esos dos dormidos en esa posición. No hizo más que desalentarla un poco. Se acostaria con el de inmediato, una pena que Lapis estaba ahí. Ella se acomodaría con Steven, y lo abrazaría de ese forma. Aunque eso implicará, que perecieran tórtolos enamorados. Su mirada se concentró en su hermano menor, dirigió su mano a su pequeña frente y lo acarició levemente.
-Mi pequeño -murmuró con dulzura.
Quito su mano de su frente, apago el televisor, y siguió su camino a la cocina. Una vez en la cocina, dejó sus llaves y un portafolios chico en la mesa central. Tomó una manzana verde, y se dirigió al segundo piso, donde se encontraba su cuarto. Al llegar a este, se quitó el vestido que tenía, dejando expuesto su cuerpo el cuál era delgado y fino. Se puso ropa cómoda, y se acostó en su cama a la par que suspiraba. "Debería de hacer más espacio en mi día, para estar con Steven", pensó mientras le daba el primer mordisco a la manzana. "Me pregunto si mañana podré".
Se termino la manzana, y se quedó pensando un rato más en ello, hasta quedarse dormida.
Al día siguiente se despertó temprano como de costumbre, se baño y se cambió. Ya cuando se encontraba lista afuera de su cuarto y bajando al primer piso. Escucho el típico relajo de siempre. Amatista haciendo bromas, Peridot quejándose de estas y Garnet hablaba con Jasper. Todo esto en el primer piso como siempre.
-Buenos días -dijo en tono alto, dirigiéndose a todas.
Solo respondieron Garnet y Jasper. Las otras dos estaban ahora discutiendo, muy adentradas en lo suyo.
-Y Steven? -preguntó Perla, al no verlo.
-Está con Lapis -respondió Garnet sería.
-Como que esos dos, están muy juntos últimamente no? -preguntó de nuevo la delgada.
-Siempre lo han estado -respondió Jasper con indiferencia.
-No saben si ya se alistó?. Hoy lo llevaré a la escuela.
-No te preocupes, Lapis siempre se encarga de eso -dijo Jasper.
-Pero si yo antes lo...
Perla fue interrumpida por un sonido fuerte. Como si algo se hubiera roto.
-Peridot!, Amatista!. Que fue lo que sucedió! -habló Garnet, llamándoles la atención.
-Fue Amatista!. Ella lo quebró! -gritó Peridot en tono molesto.
-Quebró? -preguntó Garnet.
-Ella quebró el tonto jarrón de mamá -explicó Peridot.
-Fue un accidente -se escudó Amatista.
Garnet se acercó a donde ellas se encontraban y miro todo el desastre que habían hecho aquellas dos, mientras comenzaba a llamarles la atención. Mientras que Perla solo se limitó a suspirar.
-Yo me iré yendo. Te veo después Perla -dijo Jasper, mientras agarraba sus cosas y salía de la casa.
Estando ahora sola. La delgada, se dirigió al cuarto de Steven. Desde ayer tenía ganas de verlo, y de hablar con el, por lo que subió de nuevo al segundo piso de la casa, y se dirigió a la puerta de la habitación del pequeño con calma. Solo estando a unos centímetros de la puerta, alcanzó a escuchar algo. Escucho la voz de Lapis, pero en un tono muy bajo, por lo que no entendió lo que dijo. Se puso al frente de la puerta, y silenciosamente acercó su cabeza a está. Casi pegando su cachete a ella y colocando su oído a dirección a la puerta. Se quedó en esa posición y espero tranquila, solo para que se escuchara de nuevo la voz de Lapis.
-Hazlo de nuevo.
Fue lo que escucho. Esto no le extraño del todo ciertamente, ella dirigió su mano a la perrilla de la puerta y comenzó a girarla con intención de abrirla. Ya abriéndola se escucharon movimientos rápidos por segundos, mientras que alguien de repente habló detrás de Perla.
-Perla.
La delgada se sorprendió y volteo a la dirección de donde provenía la voz.
-Garnet? -dijo sorprendida, ni siquiera la escucho llegar.
-Yo me iré yendo. Puedes llevar a Peridot y Amatista a la escuela?.
-Claro.
-Cuento contigo entonces. Recuerda que entran a las 7:30, para que estés al corriente. Si llegan tarde las regresan.
-Yo las llevare, no te preocupes.
-Gracias. Te veré luego entonces. Adiós.
-Si adiós Garnet.
Garnet bajo y dejó a Perla sola, todavía con su mano en la perrilla de la puerta. Solo faltaba empujar para que está se abriera por completo, y así lo hizo. Al entrar alguien la saludo de inmediato.
-Buenos días Perla.
-Buenos días Lapis, y Steven?.
-Está en el baño. Me parece que no tarda en salir.
-Oh está bien -dijo Perla mientras miraba a los alrededores del cuarto de Steven, solo para que después de una corta pausa añadiera -Dios, esto es un desastre. Steven no pensara recojer?.
Lapis río nerviosamente.
-Ya sabes cómo es el -habló mientras le sonreía.
Perla miro a Lapis. Se encontraba sentada en la cama del pequeño, y tenía su ropa desarreglada. Como si se hubiera acabado de levantar, pero sin la típica cara de acabar de levantarse.
-Deberías planchar tu ropa -dijo Perla al notar su vestimenta.
-Oh claro lo haré -habló mientras sonreía. Parecía nerviosa, pero Perla no le dio importancia.
Se dirigió al baño de la habitación y toco dos veces y habló.
-Steven, apúrate para llevarte a la escuela.
El pequeño no pudo contestar, por qué Lapis hablo casi al instante.
-No te preocupes por eso, yo lo llevaré.
-No hay nada de que preucupar yo los llevaré a los dos.
-Lo qué pasa es que no nos gusta llegar temprano. No es así Steven! -dijo esto último casi gritando, para que Steven escuchara.
-Si! -respondió el pequeño -Y buenos días Perla!.
Fue una situación un tanto cómica y desconcertante para Perla. A penas iba hablar para protestar esto, cuando entró corriendo Amatista a la habitación y hablo.
-Ya son las 7:19, se nos hace tarde.
-Ahora voy -dijo Perla -solo hay que esperar a que Steven...
-Perla, llegaremos tarde! -se quejó Amatista mientras interrumpia a Perla.
La delgada suspiro y hablo.
-Está bien, vámonos. Adiós Steven! -dijo en tono alto y luego añadió -Adiós Lapis.
Lapis y Steven respondieron casi a la vez, mientras que Perla abandonaba la habitación y Amatista se despedía.
Dejando solos a Lapis y a Steven en la habitación. Solo para que después de unos segundos, suspirara Lapis y hablará calmada.
-Ya se fueron!.
-Segura?!.
-Si!.
Se escucho como la puerta del baño se abrió y salió el pequeño Steven. Con un rostro completamente rojo como un tomate y completamente desarreglado.
-Maldicion eso estuvo cerca -dijo Lapis en tono de alivio -ven aquí Steven -añadió mientras estiraba sus brazos para un abrazo.
El pequeño fue tímidamente y abrazo a Lapis. Mientras que ella le daba un beso en el cachete.
-Para la otra hay que cerrar la puerta -bromeó Lapis.
-Si -dijo Steven mientras le sonreía.
Después de decir esto. El pequeño Steven de cabello alborotado rizado, relativamente bajo en estatura y rostro expresivo, y Lapis de cabello azul pintado, rostro y cuerpo atractivo y relativamente alta. Hicieron contacto visual y se dieron un beso en los labios. Un beso entre hermana mayor y hermano menor. Toda una completa rareza.
-Quieres seguir jugando? -preguntó Lapis sonrojada, con una voz delicada y provocativa.
-Si -respondió Steven sonrojado y a penado.
-Si que?.
-Si quiero Lapis.
Lapis le sonrió, para que luego le hablará de nuevo.
-Cierra la puerta del cuarto.
El pequeño asintió y fue rápidamente a cerrarla. La adolescente de cabello azul, fue y se acostó en la cama, a la vez de que Steven se dirigía a ella y se acostaba a un lado suyo. Lapis se puso arriba de él y lo beso casi con desesperación. El pequeño correspondió a el beso y la abrazo con fuerza. Mientras el beso se efectuaba, Lapis agarro una de las manos de Steven, y la dirigió a su torso. Ella dejo de besarlo y se quitó la blusa que poseía. Dejando ver un torso atractivo a la vista, todavía con su sujetador. El pequeño solo se sonrojó más al verla así.
Lapis desabrochó los primeros botones del pantalón, y agarro de nuevo la mano de Steven. La cuál guió adentro de sus pantalones, llevándola hasta su intimidad. Todo esto lo hizo, mientras hacía contacto visual con Steven. Ella dejaba ver una mirada provocativa, y ya se encontraba excitada cuando metió la mano del pequeño en sus jeans. Levantó su ropa interior, y metío la mano de Steven dentro de esta. Provocando que tocara su intimidad ya desnuda. Ya estaba húmeda cuando hizo esto. Solo por unos besos y por ver la cara de su pequeño. Sacó su mano de sus pantalones, y agarro el rostro de Steven. Se miraron unos segundos más y Lapis hablo con una voz calmada y delicada. Una voz vulnerable, nadie la había escuchado antes así, solo el pequeño.
-Me amas?.
-Si -dijo el pequeño avergonzado.
-Di que me amas.
El pequeño siguió mirando a Lapis, se quedó unos segundos sin hablar. Asimilaba las palabras y la situación en la que se encontraba. Todavía era joven después de todo.
-Dilo -dijo con aquel tono frágil y dulce. Se escuchaba como si quisiera romper a llorar.
-Te amo -habló sonrojado y tímido,
Lapis sonrió y lo beso. Después de terminar el beso habló.
-Yo también te amo -lo beso de nuevo y al separarse añadió -Me encanta "jugar" contigo. Quedémonos a "jugar" hoy, y no vayamos a la escuela.
-Ya hemos faltado muchas veces Lapis... -dijo el pequeño con cierta preocupación.
-Una falta más, no importara tanto mi pequeño.
Al decir esto, agarro su rostro y lo beso con intensidad, metiendo su lengua en la boca de su hermano pequeño. Sin arrepentimiento alguno, sin culpa alguna. Como si fuera normal. Como si la edad no importara, como si su relación sanguínea no importara.
-Tu mano... Hazlo como te enseñé -murmuró delicadamente Lapis, mientras besaba el cachete del pequeño.
Steven hizo caso. Pronto comenzó a mover su mano todavía dentro del pantalón de Lapis. Iniciaba a estimular a la, todavía adolescente de cabello azul. El pequeño movía su mano con cierta pena, pero parecía que Lapis le había enseñado bien. Por qué la respiración de su hermana mayor cambio a una más acelerada y sacaba de vez en cuando, uno que otro gemido de placer. Ella pegaba su cara en el rostro de Steven. Estando tan cerca de aquel rostro, mientras le proporcionaba besos en los labios o en cualquier otra parte del sonrojado rostro de su hermano pequeño.
-Hazlo más rápido -murmuró Lapis, entre uno que otro gemido.
El pequeño obedeció. No era la primera vez que hacían esto, se podía ver cómo Steven conocía muy bien aquella hermosa "parte" de Lapis. La respiración de la adolescente de cabellera azul, se volvió más acelerada y gemía mucho más. El pequeño no se contuvo y le dio un beso a aquella mujer. Su rostro era hermoso para el, y estando tan cerca del suyo, viéndola completamente roja y gimiendo. No pudo contenerse y la beso torpemente. Silenciando los gemidos delicados que producía su querida hermana mayor. Inevitablemente llego a el climax después de un rato de aquella acción. Ella se tumbó arriba del pequeño, abrazándolo con cariño.
Tenían suerte de que después de las 7:30 o 8:00 de la mañana. La casa se quedara completamente sola para aquellos dos. Fácilmente podían seguir "jugando" sin interrupciones.
Después de unos minutos de descanso, Lapis le dio un beso a Steven en los labios.
-Te amo -dijo Lapis con dulzura, y después de una pequeña pausa hablo de nuevo -Te amo demasiado. Nunca había amado tanto a alguien como tú mi pequeño.
Steven se sonrojó demasiado al escuchar esto. Tenía entendido que las mujeres no se expresaban tan abiertamente. Y que debían de ser los varones, los cuales debían de decir eso. Pero aquí ciertamente, no cuadraban muchas cosas. Siendo la primera que eran hermanos los dos. Y la segunda de Lapis era mayor que Steven.
La mujer del cabello azul se levantó levemente de la cama. Se hizo aún lado y bajo su mano hasta los pantalones del pequeño. Acaricio su miembro por encima de ellos, como si jugara provocadora mente con el.
-Lapis... -Steven gimió.
-Qué es lo qué pasa Steven? -preguntó con dulzura mientras lo miraba.
El pequeño a penas iba a hablar, pero fue silenciado por un beso. Lapis desabrocho el pantalón de Steven, se colocó nuevamente arriba de este, sin despegarse del beso, y solo se separó de el para despojarlo de su pantalón, junto a su ropa interior. Antes de qué hablará el pequeño. Ella lo beso con intensidad, metiendo su lengua y jugando con la de él. Pronto comenzó a estimularlo, mientras lo besaba. Comenzó a estimular su miembro con lentitud y delicadeza, pero después de un rato lo hizo más severo y rápido. A la par que lo besaba y metía con libertad su lengua. El pequeño no aguanto mucho, Lapis se dio cuenta casi de inmediato de esto, por lo que dejó de besarlo. Agarro un pañuelo del mueble del cuarto de Steven, y lo colocó cerca de su miembro, mientras que hablaba con delicadeza.
-Déjalo salir mi pequeño.
Y eso fue lo qué pasó. Llego al climax, mientras lanzaba un fuerte gemido. Lapis limpio lo que expulsó Steven. Agarro una de las sabanas de Steven, y se acostó junto a él. Abrazándolo mientras le daba cariñosos besos y le decia cuanto lo amaba. Los dos se quedaron profundamente dormidos después de eso. Esta vez solo "jugaron" un poco, pero ya una vez de que despierten. Volverían a "jugar" lo más probable.
Después de un rato se levantó Lapis, todavía seguía aún lado de Steven. Abrazandolo y el abrazándola. Se sonrojó y esbozo una pequeña sonrisa. Perecía que no sentía ni la menor culpa de lo que hacía, pero ciertamente no era así. Después de "jugar" con su pequeño. Lapis se quedaba acostada y comenzaba a pensar en lo que hacía. Casi nunca se arrepentía de lo que hacía con su querido hermano menor. Pero ciertamente cuando se arrepentía, se culpaba a ella misma y se ponía en juicio. Lo cual resultaba en verdad y se preguntaba en su mente. "Qué pensarían los demás si vieran esto?. Qué pensaría nuestros padres en paz descansen de esto?. Qué pensaría Perla, Garnet, Jasper, Amatista y Peridot, si vieran esto?". Francamente, no podía ni asimilar las respuestas. Le daba miedo absoluto, y no quería que pasara. Pero amaba a su pequeño. Tanto que volvía una y otra vez a hacer lo mismo con el. "Si es que existe un infierno, de seguro me voy derechito a el". Tanto pensamiento la atemorizaban, pero al ver a Steven. Ahí durmiendo a lado suyo, debajo de sus brazos la tranquilizaba. "Vale la pena pecar por ti" pensó mientras se acurrucaba a su lado.
Realmente lo ama, de eso no hay duda. Pero siempre habrá consecuencias, solo falta que llegue el momento, y ciertamente eso, siempre será una incógnita. Pronto todo su pensamiento fue interrumpido por un ruido.
Se escucharon golpes en la puerta de la habitación. Alguien tocaba fuertemente, tanto que despertó a Steven, y le provocó un susto a Lapis.
-Steven?!. Por qué cierras con seguro?!.
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