Disclaimer. Los personajes no me pertenecen, pero la historia si.
...,...,...,...,...,...
Capítulo 1.
El brillante y potente sol de la mañana comenzó a filtrarse entre las cortinas, despertando a la muchacha que dormía plácidamente sobre la gran cama. Abrió los ojos lentamente, clavando la mirada en el chico que dormía a su lado. Sonrió sin poder evitarlo, pero al mismo tiempo se regañó a si misma por ello. Sin querer alargar más el momento, se levantó de la cama, cogió su ropa del suelo y fue a vestirse al cuarto de baño.
-Soy idiota. – se dijo a si misma, al tiempo que se peinaba frente al espejo. Suspiró. – pero idiota de remate.
Renesmee llevaba colgada de Jacob desde el día en que un amigo común los presentó en el club Zero hacía ya casi un año. Renesmee no era una chica que llamara mucho la atención por su físico, era muy delgada y desgarbada, y que Jacob se hubiera fijado en ella la tenía en una nube. Desde aquel día, cada vez que coincidían en el club, terminaban pasando la noche juntos. Y cada vez que se despertaba en la cama de Jacob, se regañaba por ser tan tonta. Sabía que Jacob solo buscaba sexo, él mismo se lo había dicho, y ella seguía cayendo rendida a sus pies.
-¿Ya te marchas, preciosa? – oyó que decía Jacob cuando salía del baño.
Odiaba que Jacob la llamara así. Así era como llamaba a todas sus conquistas.
- Si… tengo que irme a trabajar.
- Pero si hoy es domingo.
- Lo sé. – Renesmee sonrió y se sentó en la cama para ponerse los zapatos.
Jacob se colocó de rodillas tras ella y comenzó a besar su cuello. Renesmee tembló de placer. Esos calientes y carnosos labios la volvían loca. Cerró los ojos y se centró en lo que estaba haciendo.
-¿Te hacen trabajar un domingo en la gestoría?
Renesmee escondió una sonrisa. Pobre iluso… el pobre seguía creyendo que trabajaba en una gestoría, cuando la realidad era bien distinta.
Cuando Renesmee se puso en pie, Jacob hizo lo mismo. A Renesmee le temblaron las rodillas al verle desnudo, acercándose a ella. La estrechó entre sus brazos y comenzó a besar su cuello de nuevo, haciendo que a Renesmee se le empañaran las gafas por los calores que le estaban entrando.
- Quédate un rato más. – murmuró, cogiendo las manos de la chica y llevándolas a su desnudo trasero.
- No puedo llegar tarde. – dijo Renesmee sin convicción, dejándose llevar por la pasión.
Comenzaron a besarse con pasión y deseo, caminando hacia la cama. Jacob desnudó de nuevo a Renesmee al tiempo que el teléfono de ella comenzaba a sonar.
-Me encantas, pequeña.
Renesmee se dejó mimar y disfrutó de la pasión con que Jacob le hizo el amor.
…
Media hora más tarde, tras haber pasado por su casa y haberse cambiado de ropa, Renesmee llegó a la comisaría. Tras dejar el coche en su zona asignada, fue corriendo hacia el ascensor. Llegaba tarde. Muy tarde.
- Llegas tarde. – le dijo la secretaria del teniente Cullen cuando Renesmee pasó por su lado toda prisa.
- Ya lo sé!
- Felicidades!
- Gracias!
Renesmee llegó a la puerta de la sala de juntas y la abrió. Se quedó de piedra al encontrar la sala llena de gente. Al frente de todos, el teniente Cullen. Todos vestían ropa de flores, al estilo hawaiano.
- Feliz cumpleaños sargento Cullen.
- Gracias papá. – dijo una emocionada Renesmee, abrazando a su padre, sin darse cuenta de que en ese momento acababa de darle una gran noticia. - ¿has montado tu todo esto?
- Por supuesto. Estamos de doble celebración.
- ¿Doble?
Renesmee miró a su alrededor y se fijó en que en una de las paredes había una gran pancarta en la que solo alcanzó a leer la palabra sargento.
- ¿Qué? ¿Qué es lo que significa?
- Significa que haz aprobado el examen! – exclamó su madre, abrazándola con alegría. – Eres sargento!
- La sargento más joven de la ciudad! – exclamó ahora uno de sus compañeros, que a su vez era su mejor amigo. – Y la mejor! Feliz cumpleaños sargento Cullen!
Renesmee no podía dejar4 de sonreír. Estaba rodeada por compañeros y amigos y, para más felicidad, acababa de conseguir su sueño, un ascenso en poco más de un año en el cuerpo de policía, y a los veinticuatro años. Solo echó de menos una cosa ese día. Jacob ni siquiera sabía que era su cumpleaños.
-¿Te encuentras bien?
Renesmee miró a Emmett y asintió con la cabeza, aunque su amigo no l creyó. Ambos cogieron una copa de champán y se sentaron.
- Has pasado la noche con él, verdad? – Renesmee no respondió. No hacía falta. – Renesmee, éste rollo que te traes con ese tío no es bueno para ti.
- Ya lo sé.
- ¿Y por qué sigues haciéndote esto?
- Porque me gusta mucho. – murmuró. – y me trata súper bien.
- Vamos, que te folla muy bien.
- Emmett!
- Joder, Renesmee! Ese tío solo te quiere follar!
Renesmee se puso en pie, dolida y enfadada, pero no con Emmett, sino con ella misma, porque su amigo tenía toda la razón. Ella quería estar con Jacob, pero él solo la quería par que le calentara la cama.
Ese día tomó una decisión. Aquella situación tenía que acabar de una vez por todas.
Emmett se acercó a ella, pero no pudieron hablar. Una alerta sonó en la comisaría. Había un atraco en un banco y tenían que marcharse. Ya seguirían la celebración por la noche.
…
Esa noche, los más jóvenes, salieron a celebrar el cumpleaños de Renesmee. Como el club Zero estaba abierto todas las noches, no tendrían que esperar al siguiente fin de semana para celebrarlo.
Para esa noche, Renesmee se vistió con un atrevido vestido plateado que dejaba al descubierto toda la espalda y, por consiguiente, el enorme tatuaje que decoraba su espalda.
-Como me gusta ese tatuaje.
A Renesmee se le erizó la piel al sentir su voz tan cerca de su oído. Se volvió lentamente hasta encontrarse cara a cara con Jacob, que esa noche llevaba suelta su larga y morena melena. Le encantaba el pelo de Jacob, le hacía verlo más atractivo y sensual.
-Ja-Jacob… - tartamudeó, sintiéndose más tonta que nunca.
Miró de reojo a Emmett, que la miraba atentamente.
- Estás muy guapa ésta noche. Me gusta mucho tu vestido.
- Me lo ha regalado mi amiga Alice.
Jacob rodeó a la chica y se colocó frente a ella.
-¿Yeso? – dijo, mirando a todos los que le rodeaban, que iban muy elegantes. - ¿Estáis de celebración?
- Si.
- ¿Y qué celebráis?
- Hoy… ejem… hoy es mi cumpleaños.
Jacob la miró sorprendido. Habían pasado la noche juntos y parte de la mañana y no le había comentado nada. La cogió de la mano y la llevó hacia un lado y, cuando estuvieron solos, Jacob acorraló a Renesmee entre su cuerpo y la pared y la besó con pasión.
Renesmee sintió morir ante ese beso. Era un beso muy distinto a todos los que le había dado hasta entonces.
- Jacob, para, por favor. – logró decir, luchando contra los dictados de su corazón.
- ¿Por qué? – alejó un poco el rostro del de la chica, aunque solo un poco.
- No puedo seguir así. Yo… yo… creo que deberíamos acabar con esto. – logró decir, cerrando los ojos. No quería mirar a Jacob. Si lo hacía, no podría seguir adelante.
- Pero…
- Para ti todo esto es un juego, pero para mí no.
- ¿Qué? – Jacob la miró aun más sorprendido. - Renesmee, yo no sabía…
- Me has llamado Renesmee… - murmuró, emocionada. – Había llegado a pensar que no te acordabas de mi nombre.
Jacob la miró, cada vez más alucinado. Renesmee se dio cuenta de su reacción y aprovechó la confusión del chico para apartarse de él. En ese momento apareció Ápice, que llevaba rato buscando a su amiga. Al ver la escena estuvo a punto de dar medís vuelta, pero Renesmee la cogió de la mano y se alejó de allí.
- Estás temblando! – exclamó Ápice, entrando en el Vio, en el que ya estaban todos.
- Estoy bien. – mintió sin convicción.
Emmett cogió una copa y se la acercó. Tras esa copa vinieron varias más. El alcohol hizo su efecto y Renesmee se olvidó de todo y se centró en bailar y divertirse.
Jacob, que había ido al club con unos amigos, no podía dejar de mirar a la chica, que estaba claramente borracha. La vio bailar, reír, beber… y cuando iba a ir hacia ella, se fijó en que un chico comenzaba a bailar con ella y, de repente, comenzaron a besarse. Esperó a que Renesmee le apartara de ella, pero no lo hizo. Eso le hizo enfadarse y marcharse del club. No le había gustado nada ver a Renesmee con otro chico que no fuera él, y mucho menos en esa situación.
…
Renesmee abrió los ojos lentamente, sintiendo como la cabeza se le partía del dolor que sentía. No estaba acostumbrada a beber tanto.
- Dios… ¿Dónde estoy? – se levantó como pudo de la cama y comenzó a caminar por la habitación. – Éste cuadro me suena.
- Me lo regalasteis Ápice y tu por mi cumpleaños.
Renesmee se volvió de golpe y al ver a Emmett incorporándose en la cama fue a esconderse tras las cortinas.
-¿Qué hago en tu habitación, desnuda? – preguntó, muriéndose de la vergüenza. - ¿Qué ha pasado? ¿Qué hemos hecho?
- Nada de lo que debamos avergonzarnos. Vamos, ven. – Emmett le tendió su mano.
Renesmee dudó, no quería que Emmett la viera desnuda, pero al ver la sonrisa de su amigo, se tranquilizó y fue hacia la cama. Tomó la mano de Emmett y se sentó a su lado. Emmett tapó a Renesmee con las sábanas y la abrazó.
- Dios! Nos hemos acostado! – murmuró la chica, muerta de la vergüenza. – No creí que esto fuera a ocurrir nunca.
- ¿Por qué?
- Porque eres mi mejor amigo. Nunca te he visto de ninguna otra forma.
Emmett sonrió levemente, callando lo que hacía tiempo que sentía. Simplemente, se levantó de la cama, obsequiando a Renesmee con las vistas de su cuerpo desnudo, y cogió la ropa de ambos del suelo. Tras vestirse, ambos bajaron a la cocina a desayunar.
Sin que ella lo supiera, ese día fue el primero de una nueva vida. Una vida en la que Jacob no volvió a aparecer.
...,...,...,...,...,...
Hola de nuevo. Sé que hace una eternidad que no escribo nada, pero es que llevo un par de años y sobrevivo gracias a una tablet, que va fatal para escribir, pero parece que le estoy cogiendo medio el tranquillo e intentaré actualizar a menudo.
Gracias por la paciencia.
