Disclaimer: No soy JK Rowling. Nada es mío, sólo los personajes y lugares que no son de nadie, además de la trama de esta historia. Vamos, no me demanden, no lo hago con fin lucrativo, sólo por diversión. Eso sí, si copian algo de esta historia se las verán con los 200 abogados que pienso contratar con el ahorro de mi hermano que le pienso robar ¬¬. Ya lo saben.
Holaa! Como están? Sí, lo sé, debería estar haciendo el cap. de "Menuda Muerte", pero esta historia se me vino hace mucho tiempo a la cabeza y necesitaba escribirla, es como que si no la escribía me daba vueltas y vueltas y no me dejaba concentrarme, ¿Nunca les ha pasado? Bien, hay que dejar detalles claros. Esta historia empieza en el quinto curso de la protagonista, de ahí para atrás todo está igual, pero lo que sigue será invención mía. Osea, Harry y Ginny no serán novios en sexto año (no como sucedió realmente), tal vez, sólo talvez, deje que el pobre Dumbledore viva, si ustedes lo piden claro está, Ginny no ha tenido ninguna relación con Dean, sólo con Michael. ¡Ah! Y Harry sigue con la Chanchona…
Lo siento, no puedo evitarlo U.U La detesto, bueno, eso está demás, disfruten de esta historia.
¡Los veo abajo!
OoOoOoO
El Diario Consejero
por yellowfairy
Capítulo 1: "La enredada vida de Ginny Weasley"
Definitivamente, este es uno de los peores días de toda mi vida. Primero, tengo sueño porque ayer tuve que quedarme hasta tarde haciendo un pergamino de un metro y treinta centímetros sobre la Poción de la Paz que mandó la asquerosa morsa de Slughorn, por lo que las clases no ayudan mucho a que me anime un poco para poder seguir el resto de día en pie. Segundo, creo que Hermione se enojó conmigo por una estupidez, ¡No era para tanto!... Bueno, para ella un castigo de dos semanas si es para tanto. Fue por insultar a Snape, más bien a su shampoo, Hermione me reprendió y yo le dije que era verdad, y es que ¿Qué cosa es más inútil que el shampoo de Snape? No sirve para nada, debería cambiar de marca. Finalmente Hermione admitió que tenía razón y Snape nos castigo a las dos, lo admito, yo me lo merezco, y no me arrepiento de decir lo que dije (No se lo digan a Hermione), pero Hermione no, simplemente estaba aceptando lo indiscutible, ¿Qué culpa tenía ella de que Snape tenga el pelo grasiento y se compre el shampoo más barato del mercado? No debe gastar más de cinco sickles por un litro de shampoo. Le dije a Snape que no castigara a Hermione, que ella no tenía la culpa, obviamente me tragué lo demás, estuve a punto de insultarlo aún más, pero el idiota nos alargó el castigo por discutirle. Yo me senté resignada para seguir almorzando, pero Hermione me fulminó con la mirada y simplemente se paró junto con Harry y Ron. ¡Que culpa tenía yo! Incluso lo traté de arreglar, pero Hermione se toma muy en serio eso de los castigos. Así que creo que mi querida amiga se enojó. Tercero, justamente, en este instante voy caminando por los pasillos porque tengo dos horas seguidas de DCAO con mi querido profesor Snape, noten que el "querido" es irónico ¿Sí? Es que nadie puede quererlo, es insoportable. Hasta prefiero que Umbridge haga las clases... Nah, talvez ahí exagero, ¿Por qué se fue el Profesor Lupin? ó.ò Es el único profesor que logró meterme en la cabeza algo de DCAO y hacía clases divertidas, los demás no enseñan nada. Y cuarto, ¿Saben lo que es estar soportando las aburridas clases de Binns cuando tienes unas increíbles ganas de comer chocolate porque estás con el SM? Es lo peor. Definitivamente, este es uno de los peores días de toda mi vida.
Supongo que no me he presentado, aunque ya adivinan quien soy ¿Verdad? En caso contrario, me presentaré. Soy Ginny, Ginny Weasley. Sí, esa chica de pelo largo y rojo fuego, de ojos marrones, la hermana pequeña de Ron, pecosa, enana, como quieran llamarme. Acabo de empezar mi quinto curso, por lo que podrán deducir que tengo quince años. La verdad mi vida es un poco complicada, como la de cualquier adolescente. Tengo una mejor amiga, Hermione Granger, que como les contaba antes al parecer se enojó conmigo porque nos castigaron. Lo que pasa es que ella se toma muy en serio eso de los estudios, es la mejor de su clase, incluso tal vez de Hogwarts, pero es muy buena chica, simpática, inteligente, confiable y muy buena amiga. La aprecio mucho, por eso no me gusta pelearme con ella, no nos peleamos casi nunca, pero cuando nos peleamos es en serio y por una muuy buena razón. A veces se enoja, pero en menor grado, es sólo molestia o un enfado fingido, por ejemplo como cuando bromeo y le digo que la podría ayudar para que se convirtiera en mi cuñada, cosa que no me molestaría en lo absoluto. Porque aunque ella no lo quiera admitir está enamorada del idiota de mi hermano, Ron, y aunque no lo crean, que le diga idiota es de cariño, sé que suena extraño pero lo quiero mucho, pero eso no evita que sea idiota. Él también está enamorado de Hermione, pero ninguno de los dos lo admite, además que pelean por cosas estúpidas, como por una tostada en el desayuno o porque Ron se equivoca al escribir grindylow escribe greendiloug, lo que se transforma en una pelea. Hermione le corrige de malas maneras, Ron se defiende, Hermione lo vuelve a regañar, Ron le critica la manía de corregir, Hermione le critica su inmadurez, Ron le critica su vicio por estudiar, Hermione su vicio por el Quidditch y así y así. Son un caso perdido, pero están hechos el uno para el otro, es increíble como alguien tan tonto pero divertido como mi hermano y alguien tan inteligente pero demasiado estudiosa como Hermione estén enamorados. Es… extraño, pero a la vez muy obvio.
Aún así tengo más amigas, como Natalie Roberts, de mi misma edad, una chica morena de pelo muy largo y ondulado, con los ojos celestes, es muy linda. Ella es como mi segunda mejor amiga, porque paso más tiempo con Hermione. Lo demás lo paso con ella, y siempre era igual, con Natalie, con Hermione, con Natalie, con Hermione. Las tres juntas, imposible. ¿Por qué? Simple. Hermione y Natalie… No. No se simpatizan, no, mejor dicho, se ODIAN. Lo que pasa es que ellas son totalmente opuestas. Natalie es traviesa, alocada, apasionada. Hermione es centrada, tranquila, estudiosa. Natalie odiaba estudiar y mucho más la biblioteca, si tú le preguntabas a Madame Pince por Natalie ella no sabría contestarte porque ella no ha visto a Natalie en toda su larga y aburrida vida. Aún así, Natalie no es mala alumna, ¿Cómo es posible? No lo sé, nadie lo sabe, se podría decir que Natalie era una vaga con suerte, aunque la verdad sí estudiaba, sólo que Pince no la conocía porque yo iba a buscar los libros, pero no estudiaba casi nada. Y eso también le molestaba a Hermione, porque como ustedes sabrán, ella vive estudiando, tal vez exagero un poco, pero casi siempre estudia, si me preguntan como era el año pasado en sus TIMO, ahí sí les puedo decir que vivía estudiando, incluso a veces no iba a almorzar y yo, como toda buena amiga y compañera que soy (Dejemos mi ego para después) iba a dejarle algo para que comiera, claro que ella no quitaba la vista del libro, decía un "Gracias", tomaba algo con la mano sin mirar y se lo metía en la boca. No me imagino como será en los ÉXTASIS.
Y por último estaba Harry, se preguntarán, ¿Qué tiene que ver en toda esta historia? Pues mucho. Ya no me pasa lo mismo que cuando era más pequeña y lo tenía en frente. Ya no tartamudeaba o bajaba la vista, no me sonrojaba hasta la raíz del pelo, ya no era torpe y botaba todo a mi paso ni tampoco me quedaba muda al verlo como si los ratones me hubieran comido la lengua. Lo trataba como si fuera alguien más. Aunque yo sabía muy bien que no era alguien más. Aún así todavía lo quería, y mucho. Desde que tenía diez años que me gusta, y han pasado cinco años, y aún me gusta, y yo creo que pasarán unos diez años más, ¡Y aún me seguirá gustando! Es horrible. Aunque igual he tenido alguna relación con la población masculina. Pero todas se han ido al caño. No por Harry, sino por distintas razones. La más duradera ha sido con Michael, duramos tres meses, pero se enojó porque le gané en un partido de Quidditch, que cosa más estúpida, ¡Por Merlín! No sé como pude salir con él. Ahora me arrepiento de eso. Pero, volviendo al tema, sé que Harry sólo me ve como la hermana pequeña de su mejor amigo, así que, aunque me guste, no me hago muchas expectativas. Mucho menos sabiendo que está con esa asquerosa china, Cho Chang. ¡ARGH! ¡Como la odio! No porque esté con Harry… A quien engaño, si es por eso, pero además, no sé, algo de ella me incomoda, su "hermoso" y largo pelo me incomoda, sus ojos chinos y su cara redonda me incomoda, su risa de hueca me incomoda, el hecho de que haya nacido me incomoda, ¡EL HECHO DE QUE EXISTA ME MOLESTA!, pero no le puedo hacer nada, no sé como a Harry le gusta. Es por eso que sé que no tengo muchas posibilidades de que Harry esté conmigo. Pero, en fin, tal vez algún día llegue alguien.
Bien, al fin llegué a la sala de DCAO. Nos toca con Ravenclaw, no es tan malo como Slytherin, pero obviamente Snape prefiere a Ravenclaw, por lo que busca cualquier forma para perjudicar a Gryffindor y cuando Ravenclaw hace algo malo se hace el que no se dio cuenta, aunque no pasa tantas cosas como le deja pasar a Slytherin, su casa. Aún así esta clase es horrible, lo peor de lo peor. Sí, lo admito, Snape no es tan mal profesor como Lockhart, en mi primer año, aunque me gustara había que admitir que era un presumido y un narcisista. Pero volviendo al tema, Snape no era tan mal profesor, pero no es el mejor que hay, aún así aprendo un poquito. Sólo un poquito. La verdad no aprendo casi nada, porque las clases son taaan aburridas que no les hago caso, mucho más por mi antojo de comer chocolate por el factor anteriormente mencionado. Hay mucho silencio, por lo que puede ser que Snape ya llegó a la sala. Miró hacia adelante y ahí está, parado frente a todos con su cara de eterno aburrimiento, nariz ganchuda, piel cetrina y, como no, con su pelo negro y grasiento a la altura de los hombros. No se como, pero sabía que estaba pensando una forma para quitarle puntos a Gryffindor por las cosas más tontas que se le podían ocurrir, o él las causaría. Es irritante que él mismo cause desastres y nos eche la culpa a nosotros, y aprovecha para quitarnos puntos.
Y veo como mueve la boca, quizás qué esté diciendo, la cosa es que yo no lo tomo en cuenta, porque sé que aunque trate de ponerle atención me distraeré con la primera mosca que vea. Así que prefiero hacer cualquier otra cosa, como pensar en mi venganza contra Snape, o escribir mi discurso para que Hermione me perdone y me preste sus apuntes del año pasado. O tal vez en qué quiere Natalie que me está susurrando algo. La miré y me pasó un papelito.
- Natalie: ¿De qué está hablando? Lo siento pero no presté atención y no puedo preguntarle porque me va a bajar muchos puntos - ¿Por qué no le preguntó a otra persona?
- Ginny: ¿Crees que yo estoy prestando atención? ¡YO TAMPOCO SÉ! ( – Escribí rabiosa, escribí con tanta rabia que rasgué el papel. Se lo pasé, leyó y levantó ambas cejas mientras negaba con la cabeza.
- Natalie: Andamos con problemas, ¿Eh? ¿No has comido chocolate en todo el día?
- Ginny: No U.U
- Natalie: ¿Cómo que no? Ginny, sabes que cuando no comes chocolate estás insoportable.
- Ginny: ¿Crees que no lo sé? ¡LO SÉ PERFECTAMENTE! ¡AHORA DEJA DE MANDARME PAPELES Y PREGÚNTALE A MCGOWEN DE QUÉ ESTÁ HABLANDO SNAPE!
- Natalie: … Tranquila, amiga, no te alteres – Natalie se volteó hacia el otro lado y le preguntó a McGowen, un chico con gafas más gruesas que el poto de una botella y el pelo más peinado que el de McGonagall. Y como era de esperarse, él no quiso contestar. Natalie me miró y negó con la cabeza, yo le apunté a Adams, la versión femenina de McGowen. Natalie asintió y habló con ella, luego de unos minutos me llegó un papel.
- Natalie: Snape está hablando de los Gorros Rojos.
- Ginny: ¿Los Gorros Rojos? ¡Pero lo enseñaron en tercero!
- Natalie: Lo sé, es un tarado y un tonto del culo, pero yo no soy profesora así que no puedo hacer nada.
Me relajé un poco, Gorros Rojos, eso lo sabía hace dos años, no tendría que estudiar. Pero luego Snape se calló, y todos siguieron escribiendo. Osea que…
- Ginny: ¿Qué fue lo último que dijo Snape?
- Natalie: ¿Qué importa? Lo de los Gorros Rojos me lo sé hace dos años.
- Ginny: ¡Snape está callado y todos están escribiendo!
- Natalie: … Y el caso es que…
- Ginny: ¡QUE MANDÓ A HACER ALGO! ¡ALGÚN TRABAJO!
- Natalie: Ah, eso.
- Ginny: ¿Eso?... ¿ESO? ¡NATALIE! ¡TÚ SERÁS UNA VAGA CON SUERTE PERO YO NO!
- Natalie: ¡Está bien! Tranquila, tranquila, lo averiguaré – Y otra vez Natalie tuvo que usar sus fuentes. Claro que esta vez Adams no cooperó con la causa, así que Natalie tardó más de diez minutos, en los que yo podría haber terminado el trabajo.
- Natalie: Hay que escribir sobre los Augurey.
- Ginny: ¿Qué tienen que ver esas cosas con los Gorros Rojos?
- Natalie: ¿Qué no te das cuenta que era una broma de Adams por molestar a su noviecito?
Genial, no había escuchado nada de lo que Snape había dicho y tampoco había escuchado algo de esa alimaña en toda mi vida. Pero Ginny Weasley siempre tenía una solución para todo F).
Había sacado un libro sobre criaturas para casos de emergencia como estos, así que sólo había que leer, además de chamullar un poco, mi especialidad.
Era muy fácil, sólo había que dar muchos rodeos para decir simplemente una idea, por lo que en vez de tener sólo una línea, la idea tenía dos o tres. Bien, ¿Qué tenemos aquí? "También conocido como el Fénix Irlandés", bien, a chamullar. "El Augurey es también llamado y conocido por muchísimas personas como el 'Fénix Irlandés'" Listo. Era muy simple. "El augurey es nativo de Gran Bretaña e Irlanda, pese a que algunas veces aparece en otros lugares del norte de Europa" entonces se pone "El Augurey habita mayormente las ciudades de Gran Bretaña e Irlanda, de ahí su nombre, pero también habita en menores cantidades en otros países y ciudades del norte de Europa, como Noruega o Islandia" No sabía porque ponía "Gran Bretaña E Irlanda" si Irlanda formaba parte de Gran Bretaña, pero si lo decía el libro…
Me debo haber demorado más o menos veinte minutos en terminar, porque salió más de lo que Snape esperaba, por lo que tuve que acortarlo, en eso me demoré la mitad del tiempo. Si lo ponía demasiado largo Snape se daría cuenta del truco, aunque casi no se notaba, claro que tenía que rezar para que Snape no hubiera leído el libro que está en mi poder.
- Natalie: ¿Ya terminaste? o.O
- Ginny: Sep.
- Natalie: ¿Cómo puedes ser más rápida que yo? ¡Yo siempre te gano! Y me faltan todavía unas cinco líneas.
- Ginny: Luego te lo digo, ¿Sí? Pero promete, no, JURA que no se lo dirás a nadie, mucho menos a Hermione.
- Natalie: No se lo diré a nadie, ¡Mucho menos a ella! ¡No la nombres!
- Ginny: Nunca voy a entender por qué se llevan tan mal…
Y por fin Snape recogió los pergaminos, sabía que tendría una buena calificación, después de todo, lo saqué de un libro de la biblioteca. Natalie salió conmigo de la clase, y como era de esperarse, me preguntó.
- ¿Y? ¿Qué era ese secreto? – Cuando Natalie preguntaba algo, te lo preguntaba hasta que lograba sacarte hasta la última palabra.
- Aquí no, hay mucha gente – Le susurré, si Snape veía el libro me mataría. Caminamos un poco y fuimos a un pasillo casi vacío.
- Ahora sí, ¿Qué es? – Me preguntó Natalie curiosa.
- Esto – Le mostré el libro con una sonrisa malévola.
- ¡Oye! ¿Por qué no me lo prestaste?
- ¿Qué? ¡Eres Natalie Roberts! ¡La mayor vaga con suerte de todos los tiempos! No lo necesitas – Eso siempre funcionaba con Natalie, aunque yo sabía que Sirius había sido el mayor vago con muchísima suerte de todos los tiempos. Pero mejor no pienso en él, siempre que lo hago se me bajan los ánimos.
- Aún así una ayuda no viene mal – Se detuvo – Aunque tienes razón, Natalie Roberts jamás lee un libro.
- Como tú digas.
Ahora teníamos un pequeño recreo. Seguimos caminando por ese pasillo, ya que eso dirigía al séptimo piso en seguida, ¿Cómo? No lo sabía, pero sólo Natalie, Hermione y yo lo sabíamos. Pero para mi desgraciada suerte alguien estaba ahí, y no alguien muy agradable, como lo decía su nombre.
Peeves.
- ¿Haciendo trampa en clase? Tut, tut, tut, eso esta mal, pequeña Weasley, muy mal – Como si él no hiciera cosas malas – A Snape le gustará saberlo –
- ¡No! Peeves – Lo detuve – No se lo digas.
- Mm… ¿Por qué no?
- Por favor – Le sonrió Natalie.
- Mm… - Ese Poltergeist a veces me sacaba de mis cabales.
- ¿Sí? – Intenté yo también.
- ¡NOO! – Gritó él un grito tan estruendoso que Natalie y yo tuvimos que taparnos los oídos.
- Por favor Peeves, nunca te he pedido un favor – Le rogué – Después te lo devolveré.
- ¿Qué ofrece la pequeña Weasley a cambio? – Me preguntó él con una sonrisa traviesa.
- Lo que tú quieras, pero por favor no se lo digas – Creo que no debí decir eso.
- Mm… Quiero que hagas que McGonagall quede en ropa interior en el Gran Comedor - ¡¿Que QUÉ?!
- ¿Cómo quieres que haga eso? No sabría como hacerlo, sin nombrar el enorme castigo que me llevaría – Y pensándolo bien, me saldría más conveniente decirle a Snape, después de todo eso sería menos grave que dejar a mi Jefa de Casa en ropa interior frente a toda la escuela.
- Si así lo quieres…
- ¡No! Espera.
- ¡SNAPE! – Eso si que me asustó, pero al ver a ese maldito engendro reírse de mí en mi cara me enojó bastante. Así que lo tomé del cuello de su estúpida blusa verde y lo miré con furia.
- Tú no dirás nada a no ser que quieras despertarte uno de estos días con una sorpresa, y esa sorpresa no será muy agradable para ti. No me subestimes, ya has sufrido algunas bromas de mi parte y si no quieres recibir otra mantendrás esa boca cerrada. Yo me enteraré si le dices algo a Snape, así que no tientes tu suerte – Lo amenacé con los dientes apretados. Peeves trató de quedarse tranquilo, aunque yo sabía que le había afectado.
- ¿Una broma tuya? – Me preguntó él, por supuesto que yo nunca le había dicho que yo le había gastado una que otra broma.
- ¿Recuerdas cuando te cubrí de granos verdes por todo el cuerpo acompañados de picazón y verrugas, te eché pegamento y te pegué unas plumas de gallina en tu trasero y cuando hablabas con algún profesor y el Barón Sanguinario tirabas pintura azul con vómito por tu boca haciendo que se enfadaran? Eso no se comparará con lo que te haré esta vez – Él sólo asintió un poco asustado, por fin dándose cuenta con quién se metía. Yo lo solté y le dirigí una sonrisa inocente - ¡Gracias, Peeves! – Tomé a Natalie, que no se movía por el asombro, y seguimos nuestro camino. Luego de salir de la impresión, Natalie me miró.
- ¿En serio tú habías hecho eso? – Me preguntó ella impresionada.
- Sí – Le contesté yo simplemente con una sonrisa triunfante.
- ¡Vaya, Ginny! Creo que te está haciendo mal juntarte conmigo.
- Nah, es de familia.
- Sí, tus hermanos son iguales.
- No, ellos también me tienen miedo.
- ¿No crees que exageras?
- Nop.
- Creo que no se atreverá a molestarte más.
- Lo mismo pienso yo.
Luego fui a mis otras clases, Encantamientos y Transformaciones, sin ningún problema. Esas clases eran sencillas para mí. Y luego vino el almuerzo. Hora de ver a Hermione.
Me dirigí a almorzar con ellos como siempre lo hacía, claro que la incomodidad que eso causaría no se hizo esperar.
- Hola – Saludé yo sonriente, Harry y Ron me contestaron alegres, y Hermione algo más bajo – Hermione… - La llamé, y aunque no quitara su vista del plato sabía que me estaba escuchando - ¿Aún sigues enojada?
- ¿Desde cuando estoy enojada? – Me preguntó ella extrañada, pero a la vez divertida.
- Por lo de Snape…
- Oh, eso. No te preocupes, no será mi primer castigo – Me sonrió alegre, y yo le devolví la sonrisa aliviada.
Conversamos como siempre, de cualquier cosa, porque los temas entre nosotras fluían increíblemente. Terminamos de almorzar y luego me dirigí a mi clase de Adivinación. ¿Por qué escogí esa asignatura? Simple. No hay que hacer mucho esfuerzo, y como dice Trelawney, hay gente que nace con el don para la Adivinación y el "Ojo interior". Pero yo más bien digo, si naces con creatividad y dotes de actriz, como yo, Adivinación no te será ningún problema. Simplemente hay que inventar algo tremendamente increíble y fingir sorpresa y desesperación, o tal vez emoción, dependiendo del relato. Era muy simple.
Caminé a la Sala de Adivinación, Natalie no iba conmigo, porque no había escogido Adivinación. Ella escogió Estudios Muggles, claro, para ella era fácil, siendo hija de muggles, eso era lo más sencillo del mundo, incluso a veces corregía al profesor. Todos sabían que Natalie había escogido esa asignatura para no hacer nada, pero al profesor le gustaba que Natalie estuviera ahí y le corrigiera, según él ella hacía un gran aporte.
Bueno, el punto era que iba sola a Adivinación, subí a la torre norte, llegué, me senté, llegó Trelawney y empezó la clase. La verdad no le prestaba mucha atención, porque siempre empezaba la clase con sus paranoias y chifladuras, lo único que entendí era que algo inesperado le iba a pasar a alguien de aquí cerca. Que estúpido. La cosa es que después nos dijo que tomáramos nuestras tazas y viéramos quince diferentes formas y las anotáramos en una hoja, y que la próxima semana entregáramos la misma hoja y hay que poner si las predicciones se hicieron realidad o no. Obviamente a nadie se le iba a cumplir más de una. Pero no podía quedarme sin hacer nada, así que hice lo que me dijo. Haber, que veo… Nada de lo que debería ver. Es que, ¿Cómo iba a formar una cruz con un pozo de té? Sólo veía lo que normalmente queda. Esta clase sí que es una pérdida de tiempo. Ahora Trelawney se acerca a mí, probablemente hoy va a predecir mi muerte, que estupidez. Pero al contrario de lo que yo pensaba, se queda mirando la forma que hizo mi pozo de té, abrió los ojos en señal de sorpresa y me miró.
- Bellota – Dijo ella, yo estaba más que asustada, no por lo que dijo, si no por como me miraba. Luego miré mi pozo de té, ¿Bellota? ¡Parece más una piña malformada! – Oro caído del cielo en forma inesperada – Agregó ella dramáticamente. OK, siempre he dicho que Trelawney está loca, pero era de broma. Ahora lo creo en serio – Tranquila, Señorita Weasley, los libros no muerden. Al contrario, son de gran ayuda – Me dijo Trelawney después de un rato, ¿Qué los libros no muerden?, ¡¿Qué quiere decir con eso?!
Pero la chiflada se va simplemente. Y yo me quedo con la duda. ¡Eso no era una bellota! ¡No era más que unas manchas de té esparcidas sin forma! Esa señora sí que decía idioteces. Cuando terminó la clase me volvió a mirar de forma extraña.
- Lo que temes… Pasará en la próxima clase, osea mañana.
¿Lo que temo? Lo único que temo es que Snape descubra que hice trampa en el trabajo de los Augurey o como se llamen. Cuando me fui de la sala le conté a Hermione lo que me había dicho.
- Me miraba de forma extraña, como si fuera un alienígena – Le dijo asustada, a lo que Hermione se rió.
- No le hagas caso, Ginny, la Adivinación es muy incierta, demasiada inventiva, si me preguntas – Me dijo ella con su tono de "La adivinación es basura", claro, ella la detesta, y estoy empezando a creer lo mismo que ella. Trelawney está más chiflada que Herpo el Loco, así que no había que tomarla mucho en cuenta.
Hermione se fue, excusándose diciendo que tenía que estudiar. Así que fui a buscar a Natalie a la sala de Estudios Muggles. Le conté lo mismo.
- Yo creo que lo que te dijo "tu amiga" es cierto, no le hagas caso, Trelawney está loca – Me contestó Natalie, sin nombrar a Hermione, claro está.
- Es cierto, pero me asustó la forma en como me miraba.
- Siempre asusta, es más fea que Adams, y eso es mucho decir – Me contestó ella risueña – Es muy delgada y usa unos enormes lentes que vuelven sus ojos enormes, parece un insecto – Yo también me reí, eso era cierto, Trelawney parecía una mantis, mucho más con esos trapos que se pone - ¿Vas a la Sala Común? – Me preguntó ella.
- No, creo que daré una vuelta al Lago.
- ¿Para qué?
- No lo sé, quiero ir.
- Bueno, nos vemos entonces – Y se fue. La verdad no sé para qué quiero ir al Lago, pero iré de todos modos.
Así que fui al Lago a caminar un poco. Eso me relajaba. No había mucha gente de mi edad, la mayoría estaba haciendo deberes o simplemente estudiando. A mí no me gustaba estudiar, acaba de salir de una clase, necesitaba salir. A veces necesito una distracción cuando estudio mucho, salir, concentrarme en otra cosa, sino me aburro y no presto atención a lo que estoy leyendo o escribiendo. Así que prefiero venir a caminar a despejarme un poco. Pero mientras caminaba siento que algo me estorba en un pie. Miro hacia abajo. ¿Un libro? Que extraño. Tal vez se le perdió a alguien. Miro a mi alrededor, no, no hay nadie. Tomé el libro para mirarlo mejor, tal vez tenga nombre, lo miré por todos lados pero no había nada que me indicara de quien era. Así que lo abrí, hojeé las páginas, pero no tenía nada escrito. Que extraño.
- En fin – Me dijo a mi misma – Me lo llevaré – Si alguien reclamaba por él se lo daría.
Era muy lindo a mi parecer. Era muy femenino, lo que me decía que era de una niña, pero no había nadie cerca. Era celeste con flores lilas y blancas, y las flores giraban. Sí que era lindo.
Así que lo tomé y me devolví a la Sala Común.
Ahí encontré a Natalie, que estaba conversando con un grupo de niñas de nuestro año. Cuando me vio se despidió y caminó hacia mí.
- ¿Por qué fuiste al Lago? – Me preguntó ella.
- No sé – Le contesté, Natalie me miró.
- ¿Fuiste al Lago sin saber para que? ¬¬ -
- Sí, pero me encontré esto – Y le mostré el cuaderno.
- ¡Que lindo!
- ¿Lo has visto antes? ¿Sabes de quien es?
- No, pero si fuera tú me lo quedaría, es muy lindo.
- Nat…
- Bueno, yo esperaría, pondría un aviso en la tabla de anuncios y vería si alguien lo viene a buscar, pero no es mi culpa si nadie lo quiere.
- Sí… Es una buena idea.
- Pero no lo describas, pon "Encontré un cuaderno de mujer en los alrededores del Lago, si alguien a perdido uno contactarse con Ginny Weasley", porque si lo describes no vas a saber si es el verdadero dueño o no.
- Tienes razón, ¡Gracias Nat! – Y me fui. Escribí el anuncio tal como me lo había dicho Natalie y lo puse. Esperaría unas semanas, pero si pasaba el mes me lo quedaría, después de todo, era un cuaderno muy lindo.
Luego se hizo de noche, fui a pasar un rato con Hermione en la biblioteca, y le conté del libro.
- Sí, creo que hiciste bien, "tu amiga" puede ser sensata de vez en cuando – Me susurró. Es increíble que ambas sean tan parecidas y a la vez tan distintas. Ambas decían las mismas cosas y tenían las mismas opiniones, pero en su forma de ser eran opuestas, totalmente opuestas.
- ¿Por qué tienen que llevarse tan mal? – Le pregunté.
- ¡Porque sí! ¡No la soporto! – Me exclamó en un susurro… bueno… osea… eso sonó raro… Bueno, ustedes me entienden, ¿No?
- Está bien, da igual – Evité el tema, porque Hermione era capaz de insultar de diferentes formas a Natalie por dos días seguidos – Mejor sigamos con la tarea.
Luego de terminar mi tarea me fui a dormir. Pero me llegó a la cabeza lo que había dicho Trelawney, "Tranquila, los libros no muerden, al contrario, son de gran ayuda", ¿A qué se refería? Y mucho más extraño fue lo que me dijo después, "Lo que temes pasará la próxima clase, osea mañana", ¡Pero mañana no tengo adivinación! Bueno, Trelawney siempre dice chifladuras, así que mejor no tomarla en cuenta. Tenía mucho sueño, así que no tardé en quedarme dormida.
O•O•O
El resto de los días fueron pasando. Ya hacía un mes que me había encontrado el libro y no era de nadie. Muchos me preguntaron por él, pero a la hora de describirlo fallaban, por lo que nadie se lo había llevado. Y ahora que lo pensaba, no tenía en qué usarlo, tenía libros para todo, no quería otro. Y cuando se lo ofrecí a Natalie me dijo que a ella tampoco le hacía falta. Eso no era lo que dijo hacía un mes F( Pero no sé en que usarlo, eso es lo malo. También se lo ofrecí a Hermione, pero no lo quiso. Y ahora tenía un libro que no sé a quien le pertenece y que no sé en que usarlo. Puede que sea lindo, pero nadie lo quiere, estoy empezando a querer venderlo a un buen precio, he visto libros igual o incluso menos bonitos que este a cinco galeones, por lo que este lo podría vender a unos siete u ocho galeones, no me vendría mal. Pero en fin, no sé que hacer con este libro.
En este minuto estoy en mi pieza, es domingo, así que no me preocupo de nada. Es de mañana, no acostumbro a hacer tareas a esta hora así que me quedo tranquilamente en mi cama. Natalie todavía duerme, siempre duerme hasta más tarde los domingos, como si le dijera a su mente que no tiene que despertar y que puede seguir durmiendo. Que suerte tiene, no sé como lo hace, yo no puedo evitar despertarme temprano. Mis otras compañeras ya se fueron, sólo quedamos Natalie y yo.
Lo más extraño es que Trelawney todavía me pregunta sobre la supuesta bellota que vio en los posos de té, cuando en mi tarea puse bien claro que nada parecido a "oro caído del cielo inesperadamente" me pasó. Ahora sí que se volvió loca, ¡Eso no era más que una piña malformada! Pero según ella aún no me doy cuenta del oro que ha caído de arriba y que pronto veré que tenía razón. Seguro. Lo único bueno que me pasó fue que Snape me puso la mayor calificación en mi tarea en la que hice trampa, obviamente me la puso con rabia, no podía creer que fuera la única que tuvo la máxima nota junto a McGowen y Adams, la pareja de pernos cerebritos y come-libros. Aunque eso no lo podía poner en la hoja para Trelawney, ¿No creen? Y lo que había dicho Trelawney, que lo que temía iba a pasar al otro día, no pasó, Snape no me descubrió, por lo que supongo que lo otro que me dijo es otra de sus paranoias y estupideces.
Creo que ya es hora de levantarme. Fui al baño, me duché, me vestí y bajé a desayunar. Ahí estaba Hermione, me senté al lado suyo y comencé a conversar.
- Hola Hermi – Le saludé.
- Hola Ginny – Me saludó ella también, mientras escribía en un cuadernito pequeño.
- ¿Qué escribes?
- Oh, este… es mi Diario – Me dijo un poco avergonzada. ¿Un Diario? - ¿Qué? ¿Qué pasa? – Me preguntó al ver mi cara extrañada.
- No, es sólo que… Es extraño.
- ¿Por qué?
- Porque… No te imaginaba teniendo un Diario, no es de Hermione, no sé como explicarlo.
- Te entiendo – Me dijo después de reírse un poco – Quieres decir que es raro que una persona como yo tenga un Diario.
- Exacto.
- Bueno, tengo que irme, debo ir a hacer unos deberes de Transformaciones.
- ¿Tan temprano?
- Sí, es que es largo…
- Y es para la próxima semana, Hermione, puedes hacer deberes después.
- Verás que después no tendré tiempo. Bien, debo irme. ¡Adiós! – Y se fue.
A veces no entendía a Hermione, ¡Tenía una semana para hacer esos deberes! Yo los haría otro día. Es domingo, no puedes trabajar todos los días de tu vida. Si Natalie la viera le daría pánico, ella hace todos sus deberes el último día que le queda. A veces pienso que por eso me llevo bien con las dos a la vez. Soy parecida a ambas, ni muy Natalie ni muy Hermione. No dejo las cosas a última hora pero no me paso la vida estudiando, soy traviesa pero no una maniática, como le decía de broma a Natalie. Estudio lo necesario, pero no vivo en la biblioteca, como Hermione. Era el equilibrio entre ellas dos.
¿Pero un Diario? Era muy raro en Hermione, le vendría a… No, a Natalie no, ella no es de esas personas que escriben lo que les pasa en un cuadernito. Eso le iría más bien…
A mí.
¡Claro! ¿Cómo no se me ocurrió antes? Podría usar ese cuadernito como Diario.
Aunque había tenido una mala experiencia, pero eso era cosa del pasado.
Subí contenta a buscar el cuaderno, llegué a mi habitación. Natalie todavía estaba durmiendo, es una vaga. Encontré el cuaderno, me senté en una mesita que tenía para escribir. Pero antes de escribir me detuve, hacía mucho tiempo que no hacía esto, además que ese recuerdo del otro diario nunca se me borraría. Esa experiencia había sido horrible. Había sido engañada por un Diario que me conversaba, había hecho cosas horribles, me obligó a petrificar gente inocente, todo por creerle a un librito tonto que hablaba.
Pero aún así no creo que este cuadernito hable, debe ser como cualquiera, un librito con hojas comunes y corrientes. Sí, eso debe ser. Es un cuaderno normal que me encontré en una circunstancia normal y que pertenecía y ahora también pertenece a unas alumnas normales… Bueno, ser bruja no era común, pero éramos comunes dentro de la extrañeza de ser brujas. Sí, no hay que tener miedo, Ginny, es sólo un librito común.
Con todo el valor que una Gryffindor puede tener, tomé un lápiz, abrí el libro, apoyé el lápiz en la mesa y comencé.
"Querido diario:"
Pero… Pero… ¡Las letras! ¡Que les pasó! ¡Las letras no están! Las letras se borraron, la hoja se las tragó. Igual que… ¿Y qué es eso? Manchas, ¡Son manchas! Manchas de tinta, que forman palabras…
"Hola Ginny, tardaste bastante, ¿Creías que alguien querría el cuaderno?"
- ¡AAAAAAAAAAAA! – Grité asustada, me caí de la silla hacia atrás mientras retrocedía a cuatro patas respirando agitadamente. Natalie se despertó exaltada.
- ¿Qué pasa Ginny? – Me preguntó sorprendida de que gritara así.
- El… El… - Titubeaba yo apuntando el libro.
- ¿Qué? ¿Qué cosa?
- ¡El…
- ¡Que!
- … ¡EL DIARIO ME HABLÓ!
OºOºOºO
Hola! Bueno, llegamos hasta acá. Sí, el principio es algo extraño y aburrido, pero después verán que la cosa se torna cómica y un poco complicada. Me gustaría ser Ginny para tener ese diario T-T Me sería de gran ayuda. Y aunque no entiendan de qué hablo no se alteren. Sabrán más en el próximo capítulo.
Ojalá les guste. Cuídense! Aioz!
PD: Pero si no me dejas un review, dudo mucho que me llegue algo de inspiración. Así que sigue la flecha!
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