Disclaimer: No me pertenece ningún elemento de Digimon Adventure. Esta historia es escrita por placer y sin ánimo de lucro.
Nota de autor: ¡Bienvenidos! ¡Esta es mi primer multichapter de Digimon! La escribí en formato script en un cuaderno allá por el año 2014 y tras avanzar un poco en la historia (estoy escribiendo la tercera parte a la fecha del 22 de mayo del 2018) decidí pasarla a un formato narrativo más comprensible y compartirla con todos ustedes en FF-net y AO3.
Cuenta con las participaciones de Tai, Joe, Sora, Matt y Kari (junto a sus respectivos compañeros Digimon) como principales involucrados. También se suman a esta historia dos personajes originales de mi autoría (OCs); las hermanas April y Nadia Saito.
El inicio de esta saga se llama "Fe" y ocurre seis meses luego de que los Digielegidos abandonaran el Digimundo para volver a sus vidas de siempre; entre el final de "Digimon Adventure" y el inicio de "Digimon Adventure 02"
¿Qué más? ¡Ah, sí! Es de destacar que nombro a los personajes de la misma forma en la que los conocí durante la emisión del anime con doblaje latino, dado que no supe de sus nombres originales (Taichi, Yamato, Koushiro, etc...) hasta ver "Digimon Tri", por lo que no se me hacen muy cómodos a la hora de escribir.
¡Espero disfruten tanto de leer como yo lo he hecho al escribirles!
Fe
Capítulo 1
"El ladrón de la luz"
Por Lady Yomi
12 de febrero del año 2000.
Joe se encontraba de pie en uno de los pasillos de la bulliciosa oficina administrativa de registro estudiantil, (esperando a que llegara su turno para matricularse en la prestigiosa institución) cuando su teléfono móvil repiqueteó con un chillido estridente.
El dueño del aparato se sonrojó al notar las miradas entre despectivas y envidiosas que se clavaban en su persona. No le gustaba hacer alharaca de la pequeña fortuna que tenía su familia y el tener consigo ese condenado móvil (que su padre lo obligaba a llevar a todos lados) siempre acababa por dejarlo en evidencia frente a los demás.
Se retiró a los tropezones del lugar a la vez que exclamaba:
"¡Oh! ¡Perdón! ¡Perdón! Yo... ¡iré afuera a contestar!"
Y no se detuvo hasta llegar al patio interior del colegio, donde contestó la llamada con una voz aguda y jadeante:
"¿Q, quién llama?"
"¡Joe! ¡Es decir! ¡Superior Joe! ¿Cómo ha estado? ¿Lla... llamo en buen momento?"
"¿Sora?"
"¡Sí! ¡Soy yo! Espero no interrumpir nada importante..."
"En realidad..." Joe se acomodó los anteojos, cerrando los ojos al hablar "Estoy en la oficina de registro estudiantil de la secundaria Nagakura. Dentro de un par de meses comenzaré a estudiar en este centro y-
"¡Oh! ¡Es cierto!" lo interrumpió "Ya no irás más a nuestra escuela..."
"Así es. Todos crecemos algún día".
"¿Sabe, Joe? Estaba planeando realizar una pequeña reunión la próxima semana, en la plaza del memorial".
"¿Ah, sí? ¿Para qué?"
Sora hizo una pausa y su voz sonó muy suave al contestar:
"Se cumplirán seis meses desde que abandonamos el Digimundo y... pues quiero que todos nos reunamos para conmemorarlo. Como en los viejos tiempos, ¿sabes?"
Joe se limitó a suspirar, jugueteando con el armazón de sus anteojos distraídamente:
"¿Y crees que eso va a ayudar en algo?"
"Quiero creerlo. Ellos no querrían que nos separáramos luego de todo lo que se esforzaron por unirnos".
"Sora..."
"Matt ya ha aceptado ir... y también Tai con Kari".
"No lo sé... estoy muy ocupado".
"Gomamon desearía que sólo te ocuparas de sonreír, ¿verdad?"
"Oh, Sora" Joe no pudo evitar que las comisuras de sus labios se arquearan hacia arriba "Siempre tienes la frase perfecta en la punta de la lengua".
"Más bien en la punta del corazón".
"Sí. A ti siempre se te dan bien ese tipo de cosas..." apretó los labios en una línea, inseguro acerca de si aceptar la propuesta o no "Mira... yo... a lo mejor puedo hacerme un tiempo. Pero tampoco prometo nada. Mi padre quiere que empiece a estudiar aún antes de que inicien las clases, para estar por delante del grupo y esas cosas..."
"Eso suena duro... pero el superior Joe jamás decepciona".
"¡V, vaya! ¡Gracias!"
"Usted jamás dejaría de lado sus estudios. Pero tampoco a sus amigos, lo sé".
"Sora-
Se interrumpió a sí mismo al notar que la niña había cortado la llamada. ¿Por qué siempre tenía que ir por ahí, preocupándose por todos más que por ella misma?
La voz de la administrativa lo sacó de sus pensares, pues pudo escucharla decir "¿Kido? ¿No está aquí Kido? Oh, bien... ¿quién sigue?" cosa que hizo que al muchacho se le fuera todo el color del rostro.
Se apresuró a gritar "¡Aquí estoy! ¡Señoritaaaa...!" al tope de sus pulmones, arrojándose al interior del edificio de una forma muy poco ceremoniosa.
19 de febrero del año 2000. Una semana después.
Hacía una tarde casi primaveral en la ciudad de Tokio. El invierno había sido sorprendentemente corto y los árboles de cerezo que adornaban la capital estaban ansiosos por florecer.
Joe caminaba rumbo a la plaza del memorial, la que se encontraba repleta de visitantes debido al popular mercado de artesanías que siempre se levantaba en esa fecha.
"¡Hace mucho que no venía al mercadillo del memorial!" exclamó el chico mirando en derredor suyo con una sonrisa "¡Cuánta creatividad! ¡Cuánta imaginación!"
Recorrió el sitio de principio a fin, hasta detenerse frente a un puesto en particular, donde una niña trabajaba en una figura rosa con dos orejas como de conejo "Oh, eso se parece a..." se acomodó los anteojos a la vez que se inclinaba sobre la pieza "¡Se parece mucho a Koromon!"
"¿Koromon?" la muchacha lucía sorprendida, pero no por eso dejó de tomar la figura entre sus manos para enseñársela a su posible comprador "¡Casi aciertas! Es un Koro-jin, en realidad".
"¿Koro... jin?" Joe acercó su rostro al juguete, que rebotaba sobre sí mismo suavemente.
"Ajá. Son guardianes de los sueños; ahuyentan las pesadillas y pueden despertar con amor a un sonámbulo".
"Oh" Joe sonrió "¿Y tú los fabricas?"
"¡Mi papá me enseñó! Somos artesanos desde hace diez generaciones. Crearlos es un arte antiquísimo donde cada artista tiene la libertad de alterar el diseño según su parecer".
Joe tocó una de las orejas del Koro-jin con la punta de su dedo índice, todavía fascinado con el parecido que el objeto guardaba con Koromon:
"¿Puedo comprarte uno? Estoy seguro de que a uno de mis amigos le encantará".
"¡Claro! ¡Están a la venta después de todo!"
Tras gastar su dinero en la bonita adquisición, Joe se encaminó al medio de la plaza. Allí logró distinguir a tres de sus amigos armando un pícnic bajo uno de los árboles del parque.
"¡Oh, Joe!" Sora agitó la mano en el aire "¡Aquí estamos, superior Joe!"
El muchacho disfrutó el entusiasmo de sus amigos, especialmente el de la hermana menor de Tai; quien se arrojó sobre él tras soltar un gritito de felicidad.
"¡Pequeña Kari! ¿Cómo estás?"
"¡Comí mucho helado!"
"¿Ah, sí? Espero que lo hayas comido despacio..."
"¡No! ¡Me dolió mucho la cabeza y Tai me regañó!"
"Ja, ja... lo suponía" le agitó el cabello cariñosamente, para fijar la mirada en Tai (quien se dirigía hacia ellos con un caminar despreocupado) "Aunque tu hermano no es el más indicado para decirle a los demás que coman despacio".
"¿Verdad que no? Come como nuestra gata cuando mamá se olvida de darle de comer".
"No me compares con Miko. Yo tengo mucho más apetito que ella" Tai los interrumpió con una risa orgullosa, dándole una palmada en el hombro al recién llegado "¡Eh, Joe! ¡Por primera vez no eres el más puntual del grupo!"
"Oh... ¡Es... que hay muchas cosas con las que entretenerse en el mercado!" hurgó en su bolso para enseñarles el juguete que acababa de comprar "¡Miren! ¡Encontré esto y pensé que se parecía muchísimo a Koromon! Así que-
Joe se cortó a sí mismo. Sorprendido al notar que Tai se había quedado observando la figura con un pesar más que evidente:
"¿Tai?" lo llamó, inquieto al descubrir que quizá se había apresurado a sacar el tema a colación. Después de todo... no había pasado mucho tiempo desde que dejaran el Digimundo atrás "Lo... ¡lo siento! Creí que te gustaría... una niña me dijo que los llama Koro-jin. Y que-
"¡Nos gusta!" Kari se lo quitó de las manos, sonriéndole a su hermano mientras acariciaba el souvenir "¿Verdad que sí, Tai?"
El susodicho se limitó a sonreír débilmente "Si, Kari. Nos gusta mucho..." posó sus ojos en Joe, agradeciéndole suavemente con una pequeña reverencia "Gracias, superior Joe".
"¡Je! ¡Ya sabía yo que te gustaría!" se jactó, acomodándose los anteojos sobre el caballete de la nariz "Siempre me he enorgullecido de mi habilidad para conocer los gustos ajenos".
"Me pregunto ¿en dónde estarán los demás...?" musitó Sora, ocupada en observar alrededor. No conseguía divisar al resto de los miembros de la pandilla.
"Bueno, Sora" Tai se encogió de hombros "Mimi se mudó a Estados Unidos".
"E Izzy se encuentra en la grabación para ese programa de televisión donde siguen las vidas de los niños prodigios..." agregó Joe sin conseguir ocultar la envidia que sentía por la buena fortuna de su amigo. ¡Maldecía el hecho de no ser tan talentoso como Izzy! De esa forma podría dejar de preocuparse por estudiar día y noche para satisfacer las enormes expectativas que su padre y hermanos tenían para con él.
Si no estudiara tanto... a lo mejor podría hacer cosas tan divertidas como ir al mercado más seguido.
Estaba tan sumido en su propias cavilaciones, que lo sorprendió la llegada de Matt Ishida; quien se les unió al mismo tiempo que Sora soltaba un "¡Matt!" cargado de una emoción pocas veces vista en ella.
"Hola, chicos" el recién llegado torció los labios y se acercó a paso lento. Con la cabeza gacha y esa eterna actitud despreocupada que lo caracterizaba "Perdón por llegar tarde".
"¡Parece que ahora sí estamos todos!" exclamó Tai, golpeando a Matt en la espalda con la palma de su mano.
"Oh..." Joe parpadeó lentamente "Pero... ¿no vino T.K?"
"Él se quedó en su casa..." Matt puso los ojos en blanco "Ninguno de nuestros padres le permitió hacer un viaje tan largo. Después de todo lo que pasó... aún temen que se meta en problemas por culpa de mi influencia".
"Eso es injusto" Sora suspiró "Apuesto a que lo echas de menos".
"Sí... pero ni siquiera pensé en tratar de convencerlos de lo contrario. No me porté como el mejor de los hermanos durante nuestras aventuras, ¿o sí? Hubieron ocasiones... donde pude actuar de una forma mucho más madura..."
"No seas tan duro contigo mismo" Sora tomó asiento encima del mantel que habían extendido sobre el césped "T.K apenas si sabía valerse por sí mismo cuando llegamos al Digimundo. Pero la última vez que lo ví... podía decirse con toda seguridad que había crecido un montón".
"¿Eso crees?"
"Nuestro viaje nos cambió en muchas maneras... y me parece que la mayoría de ellas fueron para mejor".
"Es increíble, ¿verdad?" musitó Matt, dejándose caer junto a Sora. Respiró profundo mientras sus ojos azules se posaban en el firmamento que pendía sobre él, esas nubes que contemplaba se parecían mucho a las que observara por horas durante su estadía en el mundo digital "Que ya hayan pasado seis meses desde que todo terminó..."
"Cierto. A veces... cuando despierto" Joe se les unió "...todavía pienso que estamos allá. Y que Gomamon vendrá para decirme buenos días como siempre solía hacer".
"Yo extraño tanto a Gabumon..."
"Y yo a Biyomon".
"Oye, Joe..." Tai los interrumpió. Estaba jugueteando con el Koro-jin que su amigo le había obsequiado "¿En dónde compraste esto?"
"Se lo compré a una niña en el mercado. Tenía nuestra edad... ¡pero era muy hábil con las manos! Había muchas artesanías interesantes, pero llevaba poco dinero conmigo así que me conformé con comprar eso para ti".
"Ya veo... me parece muy curioso que-
Tai no terminó la frase. Hizo una pausa larga y abrupta mientras su mirada se movía rápidamente en derredor suyo. Habían pasado varios minutos desde que escuchara a su hermana hablar por última vez y con pánico creciente comprobó que esto se debía a que la chiquilla ni siquiera se encontraba ahí.
Kari se abría paso en medio de la arboleda que servía como límite entre la plaza y la ciudad. Trataba de conseguir alcanzar a la muchachita que había visto llorar en la distancia mientras estaba con sus amigos:
"Oye niñaaaaa..." susurró sin dejar de introducirse más y más en la maleza "¿A dónde te fuiste? Está bien, no voy a hacerte daño. Sólo quiero asegurarme de que estés bien".
El llanto se hizo más suave y Kari encontró con alivio que al fin había conseguido darle alcance al objeto de su curiosidad; la otra niña estaba de espaldas a ella... con la cabeza gacha escondida entre sus hombros temblorosos.
"No tengas miedo" le dijo, avanzando hasta estar a medio metro de ella "Podemos ser amigas y jugar juntas si quieres..."
"¿Amigas?" la voz de la desconocida era grave y burlona. A Kari la sorprendió el escalofrío que la recorrió de pies a cabeza al oírla, pero aún así se esforzó por ser amable. ¿Quién era ella para juzgar a otra persona por el tono de su voz? Quizá esa era la razón por la que estaba tan sola y triste.
"Me llamo Kari" se presentó con una sonrisa sincera "Vine a un pícnic con mi hermano y sus amigos".
"Sigues hablando de amigos..." musitó la chiquilla con su voz siniestra y gutural, todavía sin dignarse a voltear para verla "Apuesto a que eso es algo muy importante para ti".
"Claro..." Kari luchaba por ignorar el inexplicable pavor que la instaba a salir huyendo del lugar. Se sentía igual que aquellas ocasiones donde había estado frente a... "¡Espera! ¡Tú no eres una niña cualquiera!" exclamó, repentinamente consciente de que se hallaba en la presencia de una entidad tan oscura como las que existían en el fondo de sus pesadillas "¡Eres un-
No pudo terminar la frase. La invadió un terrible malestar que provocó que su cuerpo se tambaleara en varias direcciones, antes de ser engullido en un globo de sombras que se desvaneció tan rápidamente como apareció.
La otra niña sonrió con malicia, regodeándose en lo fácil que había sido separarla del grupo de Digielegidos. Su mirada se posó en los mencionados, quienes se desplazaban rápidamente en su dirección tras ser testigos del secuestro de la portadora del emblema de la luz.
"¡NO! ¡KARI!" Tai se arrojó sobre la enemiga, pero se dio de bruces contra alguien cuando la secuestradora desapareció en una nueva nube oscura.
Maldijo en voz alta y se apresuró en hacer a un lado a quien había atropellado (pensando que se trataba de alguno de sus amigos) cuando notó que tenía un rostro nuevo frente a él: era una chica de su edad (con el cabello rubio amarrado en una coleta alta) quien lo observaba con los ojos abiertos por la sorpresa del encuentro. No pudo fijarse en ella durante mucho tiempo, ya que la chica se puso de pie de un salto y comenzó a gritar "¡Nadia!" mientras se giraba una y otra vez en todas direcciones.
"¡¿Quién... eres tú?!" Tai se incorporó con la ayuda de Matt.
"¡Esa era mi hermana menor!" la recién llegada se volteó hacia ellos, con el semblante pálido y las manos temblorosas "¡Sabía que algo malo resultaría de todo este asunto del-
"¡¿Qué ha hecho tu hermana... con mi hermana?!" chilló Tai a la vez que sujetaba a la desconocida por los hombros para sacudirla una y otra vez "¡¿Por qué se ha llevado a Kari?!"
"¡Y, yo... ah!" la chica lo empujó, luchando por respirar "¡N, no puedo hablar si me sigues zarandeando de... esa forma tan ridícula!"
"¡Entonces responde! ¡¿Por qué se ha largado con ella?! ¡¿Qué clase de niña normal puede teleportarse de esa manera?!"
Sora le impidió seguir interrogándola. Ya que les dio alcance con tanta prisa como preocupación, seguida de cerca por Joe (quien se había demorado levantando el pícnic que sus amigos habían dejado atrás):
"¡Tai! ¡Ha ocurrido algo terrible!"
"¡Pues claro que sí! ¡Kari fue secuestrada por uno de los niños del maíz!"
"¡Todo el mundo se ha quedado detenido! ¡Fíjate alrededor!"
"¿Q, qué...?" Tai miró en derredor. Tomado por sorpresa al oír la súbita revelación. No le llevó mucho tiempo notar que todos los seres vivientes que se encontraban en la plaza habían sido petrificados. Pero lo que más lo perturbó fue descubrir que el color de las cosas se había desvanecido junto con la voluntad de los damnificados; el cielo... los árboles... ¡incluso las personas! Todo... estaba en blanco y negro.
"Parece que estuviéramos en una película antigua que alguien dejó pausada..." susurró Matt sin apartar sus ojos de la misteriosa chica que los acompañaba. No quería arriesgarse a que se esfumara como lo había hecho su supuesta "hermana".
"Seguro que la desaparición de Kari tiene que ver con todo esto..." respondió Sora mientras apoyaba una de sus manos sobre el hombro de Tai.
Tai se apartó de forma brusca, molesto ante el gesto de consolación. No soportaba la idea de actuar tan pasivamente frente al secuestro de su hermana menor:
"¡Sea o no secundario... la que tiene la culpa de todo esto es esa chiquilla siniestra a la que llamas hermana!" escupió las palabras sin dejar de mirar a la recién llegada.
"¡No... hables así de ella! ¡No tiene la culpa de lo que está pasando!"
"¡¿Ah no...?! ¡Que lástima que eso no sea tan fácil de creer!"
"Esperen un momento..." Joe se interpuso entre ambos, sorprendido al reconocer a la chica nueva "¡Tú eres la niña del puesto de artesanías!"
"¡Oh! Tú... eres el que compró ese Koro-jin, ¿verdad?"
"¡El mismo!"
"¡¿Y eso qué importa?!" Tai frunció el ceño "¡Eso no es más importante que el hecho de que Kari esté desaparecida! ¡Ni de qué todo el mundo esté congelado!"
"Él tiene razón..." la muchacha retrocedió un paso "No podemos perder el tiempo con nimiedades. Hay que encontrar a Nadia y a tú hermana".
"¡Espera!" Matt la detuvo por la muñeca "¡Antes tienes que decirnos qué es lo que provocó que la tal Nadia actuara de forma tan espeluznante! ¿Quién eres tú? ¿Sabes algo acerca del Digimundo?"
"¿Qué...? No sé que es eso... ¡y tampoco puedo perder tiempo explicándoles todo!"
"¿Cuál es tu nombre?"
"April".
"Bien... April. Si no nos dices lo que está sucediendo es probable que no sepamos por donde empezar a buscar. Así que mejor suelta lo que sabes y deja de evitar el tema".
"¡No estoy evitando ningún tema!" se soltó del agarre de Matt, visiblemente ofendida "¡Sólo estoy tratando de salvar a mi hermana!" se lanzó en dirección contraria, dirigiéndose al centro de la plaza a toda velocidad. Era necesario dar con Nadia cuanto antes, ya que si había alguien capaz de explicar lo que estaba sucediendo ¡era sin dudas ella!
La mejor manera de encontrarla era treparse al monolito que se elevaba en medio del lugar, para así conseguir localizar la posición de la prófuga. Estaba pronta a llegar al monumento central (seguida muy de cerca por los Digielegidos, que no estaban dispuestos a perderle pisada) cuando una ola de sombras se elevó desde el suelo en dirección a ella.
"¡NO TE MUEVAS!" le gritó Matt, empujándola a un lado y evitando (por poco) que la oscuridad la tragara entera "¡ESOS SERES REACCIONAN AL MOVIMIENTO!"
"¡¿D, de qué hablas?!" chilló April desde el suelo, incapaz de entender por qué se refería a esas sombras como "seres".
"¡Son Digimons!" respondió Joe, mientras que la sujetaba de un brazo para arrastrarla lejos del peligro "¡Estos en particular... son nanobots que se agrupan en olas para atacar a sus víctimas! ¡Los hemos visto durante nuestros viajes pasados!"
"¡¿Nanobots?! ¿Te refieres a... robots microscópicos? ¡¿Cómo en las películas de ciencia ficción?!"
"¡Algo así!"
"¡¿Y... se supone que eso es un Digimon?!"
"Em... ¡no del todo! ¡Los hay... de distintos tipos y especies!"
"¡¿Pueden acabar ya con las clases de Digimonología?!" soltó Tai, sin dejar de apartar las sombras (que trataban de azotarlos a él y a Matt) con una hoja de palma que había recogido del suelo "¡Se supone que es algo secreto! ¡No debes estar hablando de ello como si fuera parte de un programa de televisión para niños!"
"¡Si dejamos que nos venzan apuesto a que acabaremos igual que el resto de las personas... y ya poco importará lo que es confidencial y lo que no!" Joe imitó al líder de su pandilla y tomó una enorme hoja entre sus manos, uniéndose a la tarea interminable de espantar a los diminutos seres que se negaban a darles tregua.
"¡¿Dices... que es probable que estos Digimons sean la causa por la que todo está congelado?!" musitó Matt, sintiendo que se quedaba sin aliento tras agitar su chaqueta una y otra vez "¡No podremos estar espantándolos de esta forma por siempre! ¡Nos cansaremos y... todo se terminará!"
"¡No seas... tan pesimista! ¡No es como si fuéramos presas fáciles para unos patéticos insectos oportunistas!" Tai buscó a Sora con la mirada y se arrepintió inmediatamente de lo dicho; la niña se había quedado atrás y las sombras se cerraban sobre ella con una velocidad imparable. Ambos cruzaron miradas y el chico creyó ver lágrimas de terror en los ojos de su mejor amiga "¡SORA! ¡SAL DE AHÍ!"
Los Nanodigimons se abalanzaron sobre su víctima, pero fueron detenidos por una explosión verdiazul seguida de una voz que exclamaba "¡FUEGO AZUL!" con la misma energía de las llamaradas que acababa de emitir.
"¡Pero sí es...!" Sora fue interrumpida por un nuevo ataque que acabó por liberarla del cerco que las sombras habían creado a su alrededor:
"¡FUEGO MÁGICO!"
"¡Biyomon!" se cubrió el rostro con las manos, incapaz de contener la felicidad que la embargaba al oír la voz de su querida compañera de aventuras. Las lágrimas de pavor que se deslizaban por sus mejillas acabaron por convertirse en ríos de alegría, que destellaron bajo la luz del portal que acababa de conectar las dimensiones física y digital.
El primero en aparecer fue Agumon, quien se arrojó en plena carrera a través de la plaza. Llamando a Tai por su nombre al tope de lo que le permitían sus pulmones. El susodicho extendió los brazos para recibirlo, pero una nueva ola de oscuridad los separó de forma brusca; engullendo a Agumon sin darle tiempo para defenderse con uno de sus ataques.
"¡AGUMON! ¡NO!" Tai se introdujo en la nube oscura, presa del pánico y la desesperación. Escuchó los gritos de sus compañeros al verlo desaparecer, pero decidió ignorarlos en pos de avanzar más y más, deseoso por arrancar a su mejor amigo de las fauces de un destino desgarrador "¡Agumon! ¡¿Estás ahí?!"
Consiguió ver la silueta de su camarada y fue entonces que su Digivice emitió una luz dorada que los rodeó a ambos rápidamente; dispersando a los Nanodigimons con una fuerza mucho más eficiente de la que tenían los ataques normales.
"¡Agu...!" se quedó perplejo al notar que sostenía a Koromon (la versión infantil de Agumon) y no a quien esperaba encontrar del otro lado de la amenaza que acababa de enfrentar. Pero la confusión pronto cedió paso a la dicha y se limitó a abrazarlo con todas sus fuerzas, sin esforzarse por decir nada más.
"Ho... hola Tai..." musitó Koromon "Perdona si... perdí mi forma de siempre. Pero... ¡esos Digimons son muy fuertes! Sentí... ¡que estaban absorbiendo todas mis fuerzas!"
"Eso no tiene importancia" Tai le sonrió, limpiando los deshechos mecánicos que habían manchado la frente de su amigo con el dorso de su playera "Puedes contar conmigo para variar, ¿sabes?"
"¡Sí...! ¡Tienes razón!"
Todos los Digielegidos compartieron emotivos saludos con sus viejos compañeros; Matt y Gabumon se estrecharon las manos con más alegría de la que podían disimular. Sora y Biyomon permanecían inmóviles en un apretado abrazo que ninguna se esforzaba por terminar. Mientras que Joe compartía una suerte de baile ridículo con Gomamon, quien reía a carcajadas sin dar créditos a lo afortunado que era volver a reunirse con su persona más especial.
April no salía de su asombro. Echó los hombros hacia atrás, con los ojos yendo desde las filosas garras de Gabumon hasta los agudos colmillos de Agumon. Esas criaturas parecían todo... menos amigables.
"¿Quiénes son ellos?" musitó, temerosa de llamar mucho la atención "Son... ¿sus mascotas?"
"¡No soy una mascota!" Gomamon le sacó la lengua.
"Y hablan... ¡es verdad!" April dejó caer la boca un palmo, casi convencida de que se encontraba dentro de un sueño. Primero se presentó el extraño comportamiento de Nadia y ahora... ¿había que añadir monstruos parlantes a la sopa?
Todo parecía demasiado bizarro como para tratarse de un momento común de la vigilia, pero también era cierto que la situación de su hermana menor se remontaba a décadas atrás... ningún sueño dura años enteros, ¿o sí?
Tan sumida estaba en sus dudas que la sorprendió tener frente a ella a Koromon, quien había abandonado los brazos de Tai para observarla fijamente desde el suelo:
"Tú... te llamas April, ¿verdad?"
"¿C, cómo sabes mi nombre?"
"¡Te he visto en sueños!"
La niña se lo quedó viendo y le maravilló descubrir que el curioso animal se parecía mucho a las figuras que tanto le gustaba diseñar. Las orejas de conejo... el color... ¡hasta esa forma de albóndiga aplastada! Todo coincidía en más sentidos de los que podía entender y no logró ocultar la sonrisa que asomó a su rostro cuando Koromon empezó a rebotar suavemente en el lugar:
"¿Sabes?" le dijo mientras se agachaba para ponerse a su altura "Tengo la sensación de que yo también te he visto allí..."
"Koromon" Tai se interpuso entre ambos, inquieto acerca de las intenciones que esa chica (en la que no confiaba para nada) pudiera tener para con su Digimon "¿De dónde conoces a esta niña?"
"Había alguien muy parecido a ella en los sueños que tenía cuando era un bebé" se giró hacia su escucha "¿Recuerdas que soñé contigo y con Kari? ¡Pues estoy seguro de que había una chica como ella también!"
"Eso no tiene sentido..." April meneó la cabeza "A lo mejor... se trataba de Nadia. Ella se parece mucho a mí y... siempre habla sobre criaturas tan peculiares como ustedes".
"¿Nadia?" Koromon tardó unos segundos en reconocer el nombre "¡Ah, sí! Es la niña a la que poseyó el Digimon maligno! ¡La vimos en el Digimundo!"
"¿Qué dices?" el semblante de April empalideció "¿Que a mi hermana la poseyó un... Digimon?" su mirada se posó en los miles de Nanodigimons que habían caído inertes tras ser golpeados por la luz del Digivice de Tai. La masa semejaba un charco de grafito pulverizado a su alrededor.
"¡Sí!"
"Y por eso secuestró a Kari..." Tai frunció el ceño "Sea quien sea, ese maldito no es ningún idiota".
"Sí" Biyomon se les acercó "Encontramos a esa niña paseando con una criatura que jamás habíamos visto. Nos acercamos de forma amistosa pero él se negó a establecer contacto. Nos atacó... y luego se llevó a Nadia a través de un portal".
"Gennai nos dijo que se trataba de un ser corrompido, y que debíamos impedir que raptara a Kari y con ello tuviera pase libre para robar la luz del corazón de los seres de esta dimensión" continuó Gabumon "Lo seguimos y acabamos aquí. Gatomon tuvo que quedarse atrás porque no podía utilizar el Digivice de Kari para pasar a este lado, ya que ella estaba inconsciente. Al final... actuamos demasiado tarde, como pueden ver".
"Así que esa es la causa por la que todos están paralizados" musitó Matt.
"Sin luz en sus corazones" respondió Gabumon "los seres vivientes se convierten en estatuas sin voluntad ni color. Las olas de Nanodigimons le obedecen de alguna manera que no conseguimos entender y se ha valido de ellas para multiplicar la absorción de forma exponencial. Si esto sigue así... pronto todo el mundo será víctima de la infección".
"Eso suena... terrible" Joe se rascó la nuca "Y yo que pensé que nuestro reencuentro sería mucho más alentador..."
"¡No te deprimas Joe!" Gomamon dio un saltito "¡Con nuestra ayuda todo cambiará para bien! ¡Ya los hemos salvado de las sombras, ¿verdad?!"
"Es cierto..." Joe se llevó una mano al mentón "¡Aunque fue el Digivice de Tai el que los dejó totalmente fuera de combate!"
"Vaya..." Tai se llevó una mano a uno de los bolsillos de sus bermudas y extrajo el aparato de su interior, observándolo fijamente "Es una suerte que todos los trajésemos como tributo a la pequeña celebración que teníamos hoy. De otra manera las cosas no hubieran sido tan fáciles" se volvió hacia Koromon "¿Y cómo es que nuestros Digivices son más poderosos que sus ataques?"
"La luz que emiten reduce la influencia del enemigo".
"Ah, ya veo..." Tai miró a April de reojo, molesto por tener que dirigirle la palabra "¡Oye, tú! Más te vale que no te separes de nosotros; no es como si me importara lo que te pase o algo así... pero no tienes uno de estos" le enseñó su Digivice "y estos insectos robóticos te atacarán apenas lo hagas".
April frunció el ceño "No te preocupes, no tengo pensado hacerlo. Quedarme cerca de estos... Digimons suyos es la mejor opción si quiero dar con el paradero de Nadia".
"Es una buena decisión" declaró Gabumon, fijando sus ojos en lo alto de la Torre de Tokio "Porque nosotros estamos casi seguros de saber en dónde encontrar a sus hermanas... y al sujeto que las secuestró".
Nota de autor: ¡Fin del episodio! ¿Qué les ha parecido? ¡Yo me divertí lo indecible escribiéndolo y estoy ansiosa por subir los capítulos que siguen a este! :D
En la próxima entrega se enterarán de muchos detalles más respecto al misterio que rodea a este nuevo enemigo, ¡además de ser testigos de mucha más acción, batallas y humor!
April es de mis primeros OCs [Nadia le pertenece a mi querida hermana Shimoduck (ID: 2466226), quien ha sido tan amable de prestármela para que formara parte de las aventuras que me propuse compartirles], y la creé cuando sólo tenía diez años. Por lo que revivir su historia a través de este fanfic es como una suerte de tributo a mi (ya muy lejana) infancia. La que estuvo fuertemente marcada por la maravillosa influencia de las primeras dos temporadas de "Digimon Adventure".
Espero que disfruten de mi relato; quedo a la espera de sus valiosos comentarios, críticas y apoyo, ¡mil gracias por la lectura!
