Hola mis amados lectorianos (palabra que recién invente XD), traigo aquí una nueva historia que, como leyeron en el sumary, es un bello ShikaTema pero... ¡Con un Shikadai incluido!

Jaj... Amm... Ya no se que más decir sin emocionarme y contar toda la trama de la historia Jeje...

Lo único que me queda por decir es, ¡Los veo en las notitas finales!, espero les guste este bello primer capitulo de esta fic que tratare de hacer duradera pero no tan~ extensa Ok.

****Naruto y sus personajes no me pertenecen, pertenecen al gran Kishimoto-sensei****

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Capítulo 1

"¿Qué le sucede a Temari?"

- "¿Estará enferma?"-Caviló un apuesto hombre, de piel ligeramente morena y cabello negro, sus brillantes ojos de color marrón miraban a la atractiva rubia que respiraba tranquilamente sobre la cama en donde rato antes él se había encontrado. Nara Shikamaru -como era el nombre de aquel joven-, se encontraba de pie en el umbral de la puerta de la habitación que compartía con su muy hermosa y aún dormida esposa.

En las últimas dos semanas, la única pregunta que había rondado y ocupado toda su mente era -por más ocupado que estuviera con sus obligaciones en la torre del Hokage- ¿qué le ocurría a Temari?

No lo mal entiendan, al hombre no le molestaba, en lo absoluto, en dejar que ella durmiera más tiempo que él, o que en estas dos semanas, ella ya no madrugará para limpiar, asearse y cocinar para que todo ya estuviera en orden y listo para recibir al aún somnoliento pelinegro cuando este despertase.

Por supuesto que no, no era nada parecido a molestia.

Por el contrario, al líder del clan Nara le preocupaba todo eso. Temari, su esposa, por más cansada, enojada, o peleada con Shikamaru que estuviera, nunca, y repito, nunca dejaba de lado lo que ella -como esposa de este y por el sólo hecho de vivir ahí- consideraba obligaciones.

La chica era -según el mismísimo Shikamaru- la mujer más problemática que conocía, junto con su madre y su mejor amiga y ex-compañera de equipo, Ino.

Temari había vivido, hasta hace un tiempo, en Sunagakure. La aldea ninja más importante de todo el país del Viento.

Con aquella etiqueta de "La kunoichi más cruel del mundo" y conocida en todo lugar como la embajadora de Suna, Temari fue aclamada también como una jounin de elite, además de -por si no fuera poco- reconocida como "Suna-hime".

Esto principalmente por sus familiares, padre y hermano menor, Gaara, los cuales eran el cuarto y el quinto -y actual- Kazekage, o igualmente, el líder y shinobi más fuerte de la aldea de la Arena.

Ambos habían entablado algo así como una amistad, o más bien, un trato cordial después de su primer encuentro -que cabe mencionar, no fue muy agradable para nadie-.

Este fue en los primeros exámenes chuunin en los que ellos y sus amigos habían participado. Al término de las primeras eliminatorias, Shikamaru y Temari, junto con algunos otros, habían llegado a la fase final de estos, la cual consistía en combates individuales.

A ambos por extrañas situaciones -si así debe llamarse a la muerte de un ninja del Sonido- a fin de cuentas les tocó pelear cara a cara, uno contra uno, chico contra chica.

Al anuncio de su combate, el chico Nara, el cual, se autonombró como el 'Cobarde #1 de Konoha', estaba por rendirse y dar por terminado todo lo problemático -como él solía, y suele, nombrar a todo en lo que siquiera se mueva-, pero su agradable y algo estúpido amigo, Uzumaki Naruto, le dio un leve empujón para no rendirse, literalmente.

Después de aquel encuentro en el que todo comenzó con dichos exámenes y término en un ataque conjunto a La hoja de parte de su aliada, Sunagakure, y la recientemente conocida aldea ninja, Otogakure, ambos se habían convertido en enemigos reales pero, al acabar aquella desgracia en la que el tercer Hokage, Sarutobi Hiruzen, junto con otros cuantos cayeron, la paz volvió a reinar al firmarse y acordarse de nuevo un tratado de aliadas entre Suna y Konoha.

Con el paso del tiempo, los encuentros por trabajo y misiones en las que ambos compartían diversas cuestiones y situaciones, la amistad y luego, el amor, floreció en ambos.

Shikamaru siempre fue un poco lento, pues hasta que él casi queda atrapado en un genjutsu en el País del Silencio por el resto de su vida, la invito en una cita real. Claro es que ambos mantuvieron un perfil bajo sobre cuando comenzó una relación, pero, con unos amigos como Uzumaki Naruto y Yamanaka Ino, también conocidos como 'unos entrometidos oficiales', nada es posible mantener oculto.

Así fue como, tiempo más tarde, ambos jóvenes, una de Sunagakure y otro de Konohagakure, se casaron en la verdadera paz que llego al finalizar la Guerra Mundial Shinobi y al firmar, las cinco grandes aldeas, una Alianza tan firme.

... Luego de algunos meses, la pareja se encontraba con aquella inusual situación...

- "No. Ella me lo habría dicho porque sabía que me preocuparía..."- Medito nuevamente el joven líder del clan y luego siguió con su hipótesis- "A menos que, no lo haga por el saber que me preocupará... Aún así, ambas teorías me dejan en el inicio: ¿qué demonios le sucede a Temari?".

La dormida rubia pareció sentir la falta del calor corporal de su esposo, pues comenzó a removerse en el colchón buscando, inconscientemente, a este.

Shikamaru pareció embelesado al ver la escena y, con una pequeña sonrisa, se acerco a ella. Al llegar e inclinarse a su lado, acomodó la sabana que se encontraba sólo hasta su cintura y con esta la cubrió completamente. Cuando él termino su labor, le dio un leve beso en la frente a la chica y, tratando de hacer el menor ruido posible, salió de la habitación.

- Shi... ka...- Balbuceó entre sueños la joven y sonrió inconscientemente.

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Temari despertó al sentir un gran espacio en la cama. Aún con los ojos cerrados pero ya con una conciencia más despierta, la rubia comenzó a explorar con sus manos y brazos el área en donde se supone su esposo debería estar recostado.

Al notar a razón que él no se encontraba ahí, Temari entre abrió los ojos y asimilo su soledad, además, de que al parecer llevaba muy buen rato a solas.

- Tsk... Otra vez me quede dormida...- Masculló molesta consigo misma, se sentó sobre su cama y comenzó a tallar con el dorso de las manos sus aún adormilados ojos.

Ella no era así, ¿qué es lo que le sucedía?, ¿porqué estaba tan extraño su cuerpo?, ¿y si Shikamaru tenia razón y ella estaba enferma o algo así?

- No- Fue lo único que se dijo para auto-convencerse. Se levanto de su lecho para dirigirse al cuarto de baño y darse una rápida ducha para comenzar su día, aunque desde su punto de vista, ya iba tarde para eso-. Más le vale que no halla hecho hoy lo que a estado haciendo para 'ayudarme'- Susurró haciendo algo así como un puchero, refiriéndose a los esfuerzos de su esposo en hacer las labores más superficiales y rápidas de las que ella comúnmente se encargaba todas las mañanas.

Cuando la dama salió de su ducha, tomo su ropa usual y se vistió con esta. El vestuario que normalmente usaba -desde que se caso- consistía en un kimono color morado a juego con sandalias negras con un pequeño tacón alto, y sus ya tan conocidas cuatro coletas, obviamente, ya sin su gran abanico.

Esto porque ahora, como esposa de Nara Shikamaru, ya no tenía misiones ninja como antes.

Ahora prácticamente sólo hacia -a parte de sus labores como ama de casa-, trabajos diplomáticos o de oficina como embajadora y representante de Suna en la Unión, porque sí, aún después de casarse e irse a vivir a Konoha, ella mantenía un riguroso orden y se mantenía al día en todo lo relacionado con su amada Suna, incluso de las cuestiones de las que sus hermanos menores no querían que se enterara. Esto lo lograba principalmente por los pequeños informes que la rubia le pedía a algunas de sus amigas y algunos otros contactos en la aldea; algunas de estas, se encargaban de trabajos administrativos y esas cosas dentro del palacio del Kazekage. Sari, Matsuri, Yukata, Maki...* Entre otras tantas. Además contaba con su ex-sensei, Baki, un shinobi importante y valioso para su hermano Gaara, además de miembro, ahora, del consejo de la Aldea.

Todo los problemas, todas las misiones, todas las cuestiones que por pequeño que fuera, relacionaran a La Aldea de la Arena, pasaban, entre las sombras, por Temari.

La joven chica se dirigió a la cocina de la residencia Nara, que ahora era su hogar, y, encontrándose con algo que no quería, aún así sonrió cálidamente, haciendo que su cuerpo, por simple inercia, se moviera, tomara y leyera el pequeño trozo de papel en el que el joven pelinegro que tenía como esposo había escrito.

- «Espero te guste lo que prepare, desayuna bien y no seas problemática, descansa. Te ama, Shikamaru.»- Temari sonrió y no pudo evitar decir para sí.

- Tan elocuente como siempre, ¿verdad, vago?- La chica de coletas soltó una pequeña risita y dejó sobre la mesa el trozo de papel. Al levantar un poco la vista notó que, sobre la encimera al lado de la estufa, yacía una pequeña tetera con, lo que parecía, té.

Al acercarse y comprobar que verdaderamente era té, la rubia instintivamente giro y abrió la puerta de la nevera detrás de sí. Al abrirla, se encontró con un pequeño refractario tapado y lo abrió.

Dentro de este se encontraba un poco de Kasutera y al lado, otro pequeño recipiente con arroz.**

Temari saco ambos recipientes y se dispuso a calentarlos nuevamente, pero aún con esa estupendamente feliz sonrisa.

A pesar de no ser la gran cosa, la ahora 'Nara Temari', comió dichosa lo que su esposo había hecho para ella, sin percatarse mientras calentaba o comía, sino hasta que comenzó a lavar los utensilios y trastes ocupados, que él debió levantarse muy temprano o haberse dormido muy tarde para preparar lo que ambos habían desayunado.

Temari se mordió el labio inferior y comenzó a secar y guardar lo que acaba de lavar.

- No debería haberlo hecho...- Masculló con el ceño fruncido, dirigiendo su regaño al Nara, pero luego dijo-... Pero lo hizo por mí así que debería yo hacer algo para él...- La rubia sonrió y, comenzando a hacer el resto de los labores que su esposo no había podido hacer en la mañana -y se lo agradecía por no hacerla sentir tan inútil-, pensó qué sería lo que le llevaría como bento a su oficina como disculpa, agradecimiento y muestra de cariño pero, obviamente, sin que este notara que era todo eso...

Ya pasadas las diez de la mañana, después de terminar con las labores matutinas, haber preparado el almuerzo para Shikamaru y, además, terminado un informe para Hatake Kakashi, el Rokudaime Hokage, sobre los últimos exámenes chuunin en los que había trabajado como examinadora y organizadora, Temari salió de su hogar con dirección al encuentro con el pelinegro.

Cuando ya poco le faltaba a la Nara para llegar a su destino, una voz familiar y amigable le llamo desde atrás.

- ¡Hey, Temari-san!- La aludida se volteo a mirar a una joven rubia de una coleta con bellos ojos azules y además, una casi imperceptible barriga.

- Ohayo Ino- Saludo cortésmente y con una sonrisa la chica, y sonrió aún más por la diversión que le daba el ver la cara de cansancio que puso la ojiazul al llegar frente a ella.

- Ohayo... Temari... san...- Exclamó difícilmente la futura madre y, luego de recuperar la estabilidad de su respiración, se irguió nuevamente para ver a la cara a su interlocutora y curiosear un poco- Y... ¿a donde te diriges?, ¿vas a ver a Shikamaru?- Cuestionó haciendo énfasis en su última pregunta dejando a la vista la picardía en su voz.

Temari no era de esas mujeres que se dejara en evidencia tan fácilmente, ni menos caía tan fácil en una jugada tan infantil como la que la rubia ojiazul acababa de lanzarle, así que, con toda la elocuencia que tenía le contestó algo que Ino quería oír, pero con un pequeño extra.

- Sí, me dirijo a ver al vago, le prepare un bento y se lo llevare a su oficina- Dijo haciendo unos ademanes de manos para restarle importancia y, al ver que la Yamanaka podría gritar algo ridículo, continuo diciendo-, pero, no sólo voy a verlo a él, sólo me dio tiempo de hacer esto por que iré con el Hokage a entregarle unos informes, tengo otras cosas que hacer- Exclamó matando todas las esperanzas de la rubia de una coleta de gritar algo como '¡Kya!' o '¡Que romántico!', como solía hacer siempre.

Ino dejo escapar un gran suspiro decepcionada y luego de despedirse, dejo ir a su dialogante a su destino.

Cuando Temari entro en la Torre Hokage, el primer lugar al que quiso dirigirse fue a ver a Shikamaru pues, aunque le costara aceptarlo, lo dicho a Ino sólo fue una pequeña mentira porque realmente a parte de ir a ver al Hokage y a su esposo, iría a ver si no había algo que pudiera hacer para ayudarlo, pues se había quedado sin nada que la mantuviera ocupada por más de treinta minutos.

Sus planes fueron frustrados al encontrarse de frente con Yamato y Shizune, subordinados especiales de Kakashi.

- Oh, Temari-san, justamente estaba por pedir que te llamasen. Kakashi-san a pedido que tú y Shikamaru-kun se presenten en su oficina- Dijo Yamato después de que este y la mujer pelinegra a su lado le regalaran una cortesía a forma de saludo.

- Bien. Ahora mismo voy- Contestó la rubia y, pasando a un costado del pasillo que conducía a la oficina de su esposo, fue directo a con el peliplata.

- Que bueno. Yo llamare a Shikamaru-kun- Exclamó alegre Shizune y se adentro en el pasillo mencionado.

- Hai. Yo iré a enviar el mensaje a Sunagakure e informar a la Unión- Soltó el castaño y esto, a pesar de que ya estaba algo lejos, no paso desapercibido para Temari, que justo en ese momento tocaba la puerta del despacho del Hokage.

- Adelante...- Dijeron desde dentro de la oficina con voz extremadamente calmada y tranquila. Temari, al escuchar respuesta, entró. Después de los saludos y cortesías correspondientes de parte de ambos en la habitación, el joven Nara toco a la puerta- Adelante...- Volvió a repetir con su tono usual.

- ¿Temari?- Exclamó algo sorprendido Shikamaru al entrar para luego darse cuenta que lo que estaba por decir el adormilado peliplata involucraba a su esposa en algún sentido.

- Ohayo para ti también, vago- Soltó con sarcasmo la dama de ojos verde azulados cruzándose de brazos. Shikamaru no sabía que ella también había sido llamada por Kakashi o para qué, ni tampoco sabía como porque traía un bento en las manos.

Mientras los casados se peleaban justo frente a él, Kakashi revisaba el recién entregado informe redactado por la chica. Al termino de su rápida lectura y al ya haberse calmado la pequeña disputa de pareja, el hombre detrás del escritorio habló.

- Amm, bueno... No pensé que Temari terminaría tan rápido esto pero ya que ambos están aquí, lo explicaré lo mas rápido que pueda- Exclamó el Rokudaime y, cruzando sus manos a la altura de su nariz y recargando el peso en sus codos, prosiguió- Ayer en la noche, Mifune hizo una pequeña llamadas a los lideres de las aldeas involucradas en la Unión. En la corta junta se habló sobre el País de la Primavera*** y su negación a unirse a la Alianza.

- Shikamaru y yo somos parte de la Unión y, además, Shikamaru es el líder de los representantes de las aldeas, ¿porqué no estábamos enterados?- Cuestionó algo preocupada la única mujer en la habitación.

- Fue algo repentino, ocurrió cuando ya ningún shinobi estaba cumpliendo horas de oficina y, no era realmente urgente que lo supieran anoche, de todas formas, esperaría a hoy- Contestó para tranquilizar a la joven kunoichi.

- Pero, ¿porqué tampoco estábamos enterados de la resolución y acuerdo donde se acordó ir a convencer al País de la Primavera a unirse a la causa?- Esta vez fue Shikamaru quien habló, su pregunta tenía sentido, pues a ninguno se le había informado sobre aquella acción pero, lo que no la tenía era lo que Kakashi le respondió.

- No lo sé- Fue lo único que contesto y enderezó su postura al ponerse de pie y mirar a través de la ventana a la aldea.

- ¿No lo sabe?- Exclamó confundida y algo alterada la rubia- ¿Cómo esta eso que no lo sabe?, explíquese- Pidió haciendo que el Nara le tomara la mano para que se calmara, pues, le hablaba al Hokage después de todo.

- Kakashi-san, ¿a qué se refiere con que no lo sabe?, ¿hay algo más qué debamos saber?- Pregunto con su tan calmada, pero seria voz el pelinegro.

- Sí, hay algo más. Ninguno de los cinco lideres de las cinco grandes aldeas ninja estaba enterado, sin embargo, los lideres de las demás aldeas como el líder de la Aldea de la Cascada o de la Estrella, por ejemplo, lo sabían a detalle- Exclamó volviéndose para ver el rostro de sorpresa de ambos ninjas.

- Pero... ¿cómo?- Preguntó aún sorprendida Temari.

- No lo sabemos. Pero ya se tomo una decisión en aquella reunión- Explico Kakashi- Se acordó enviar a Shikamaru, como líder de los representantes y a otro miembro de la Unión, en esta ocasión, a su esposa. Tú Temari. En una misión diplomática, pero, con todas estas cuestiones, podría ser una trampa de alguien en contra de las grandes potencias y la Alianza Shinobi, por tanto, les pido que dispongan de un pequeño grupo de ninjas de su confianza, no importa si son de la Hoja o de la Arena, el mensaje ya fue enviado a Sunagakure para informar que iras tú Temari- Explicó y, al finalizar el discurso, la rubia cayo en cuenta de lo que le había oído decir a Yamato rato antes- Su deber es ir e investigar sí es que el País de la Primavera tiene algo que ver en todo esto, además de porqué es que nos rechazaron. Obviamente, es una misión de gran peligro por eso, les ruego, tengan mucho cuidado.

- ¿Porque tanto interés en el País de la Primavera, y porqué Mifune-san fue personalmente a negociar?- Pregunto Temari sintiendo que algo no cuadraba en todo lo anterior.

- Como bien saben, en este País no hay aldeas ninja, ni una sola pero, hay pequeños clanes de samuráis que se encargan de todo lo relacionado a la protección del Daimyō, y el cumplimiento de misiones de ahí. Según lo explico Mifune, en una reunión a puerta cerrada de la Unión, en la que supuestamente todos los miembros estaban presentes, se acordó que él, como el líder de los samuráis más importante de la Alianza, enviaría a un grupo de sus hombres para que fuera más fácil el trato pero, al hacerlo, ninguno de ellos volvió.

- ¿Qué sucedió después?- Cuestiono el Nara, pues Kakashi se había quedado callado y él sentía que ahí no terminaba esto.

- Mifune se preocupo de que sus hombres, los más cualificados para esta clase de misiones, no se reportaran y, enviando sólo un mensaje a la Unión, del cual, obviamente, nadie supo nada, que había 'Cambios de Planes', él mismo con su escolta fueron para allá, nadie más que él esta enterado a detalle cómo o porqué motivos fueron rechazados, además de que dijo que en la frontera del País se les informó que ningún otro samurái del Hierro se había presentado- Termino de relatar el Hokage y, aún con su vista en los casados que analizaban a profundidad todo lo dicho, suspiró y luego pregunto- ¿qué piensan de todo esto?...

- Es obvio que alguien quería que las potencias desconfiaran de las otras pequeñas aldeas, en especial, del País del Hierro y sus samuráis- Explicó Shikamaru mientras seguía analizando.

- Es lo mismo que pensé, pero, ¿para qué querrán que estemos encontrar del Hierro?, ambas aldeas cuentan con samuráis, ¿no se supone que el honor y la paz son sus más valiosos ideales?- Cuestiono el hombre enmascarado.

- Pienso que precisamente es eso por lo que quieren ponernos a pelear con Mifune-san y su pueblo- Expuso la dama de ojos verde azulados y luego prosiguió a explicar el hilo de pensamientos que la llevó a decir aquello-, miren, si nos ponemos a disputar y arremeter en contra del País del Hierro, no sólo aumenta la posibilidad de que ellos se alíen con el País de la Primavera y sus samuráis para suprimir y eliminar el poder de la Alianza, sino que también, al atacar dicho lugar se elimina la cede de la Unión, lo que causaría desestabilidad en toda.

- Temari tiene razón, y no sólo el País del Hierro puede traicionar, cabe la posibilidad de que, al verse las cosas así, las otras aldeas pequeñas y sin mucha historia dentro de la Alianza, se vean involucradas en peleas absurdas y decidan cortar relación con las potencias- Dijo Shikamaru viendo así, que eran muchas las posibles consecuencias de lo que ocurría-. Si esto ocurre y el País de la Primavera tiene planeado algún ataque o algo así, puede comenzar a aliarse con los desertores de la Unión y luego atacarnos en plena crisis.

- Todo esto no me sabe bien- Soltó el peliplata y luego dijo-. Todo este asunto debe repararse lo más pronto posible. Partirán mañana así que traigan los nombres de sus escoltas a más tardar esta noche. Si el caso son shinobis de la Arena, veremos detalles del encuentro y eso aquí mismo- Al terminar de hablar abrió el cajón a su lado izquierdo y saco documentos detallados de la reunión de la noche anterior y un pequeño pergamino donde se leía "Unión Shinobi"- Aquí podrán leer los detalles de la reunión de Mifune con la Unión, la vía más rápida para llegar al País, entre otras cosas. Lamento si es anticuado pero, aún no se registra todo en las computadoras- Soltó el peliplata riendo un poco y, después de que Shikamaru tomara todos los papeles de su escritorio, dijo-. Pueden retirarse.

- Hai- Dijeron al unísono los Nara y salieron con dirección al despacho de Shikamaru.

Ninguno de los dos dijo nada. Se sumieron en el completo silencio mientras con paso tranquilo y lento, se adentraban al pasillo donde quedaba la oficina.

Al llegar frente a la puerta de su destino, Shikamaru abrió con algo de torpeza esta y, haciéndose a un costado, cedió el paso a su esposa, la cual sólo entró ignorando el caballeroso gesto.

Detrás de ella, el ojimarrón entró y cerró la puerta, sin hacer alarde o escándalo de lo anterior.

El silencio se mantuvo hasta que Shikamaru dejo todo sobre el escritorio y se sentó detrás de el, y Temari se coloco justo frente a su esposo en las sillas que allí había.

- ¿Desayunaste?- Preguntó él tomando un documento y comenzando su lectura.

- Sí. Te prepare un bento, toma- Respondió ella sin despegar su vista del documento en el que se había sumido, tomo y, estirando su brazo por sobre el escritorio y los documentos, lo entregó.

Al oír aquello el pelinegro levanto la vista y tomo el bento que le entregaba su mujer.

- Gracias Tem...- Dijo al abrir y observar su interior, en el que se veía un delicioso platillo con algas, el joven sonrió un poco, dejando a un costado este para así, al terminar su lectura, comerlo.

- "¿Gracias Tem?... ¿Tem?..."- Caviló y sonrió por lo tierno y cursi que se oía aquello -que amaba cuando él lo hacía, aunque lo negara y se quejara- terminando de leer lo que hacía para verlo de reojo. Shikamaru notó el gesto de la joven y, sin poder contenerse más, le pregunto directamente lo que había estado pensando.

- No has ido a ver a un médico, ¿verdad?- Cuestionó haciendo que la sonrisa de la rubia se borrara y contestara tan fría como pudo con él.

- No estoy enferma- Contesto y volvió a sumirse en el silencio al tomar un documento más para leerlo, o hacer como que lo leía.

- Luces pálida y también fatigada, pero no estas enferma, ¿no es cierto?. ¿Porqué no lo entiendes Temari?- Cuestionó comenzando a exasperarse por la forma en la que la rubia manejaba aquello.

- No, no lo estoy. Y que es lo que no entiendo ¿eh?, que al casarme contigo debo hacer lo que me dices cada vez que te pones paranoico- Soltó ella sin medir o pensar realmente lo que decía. Al percatarse de la magnitud de sus palabras ella trato de repararlo balbuceando una disculpa pero, al darse cuenta, Shikamaru ya se había puesto de pie y, posicionándose frente a ella, se arrodilló y tomo entre sus manos el rostro de la joven para que lo mirara directo a los ojos.

- Tsk, Mendokusai Temari, lo que quiero que entiendas es que me preocupas porque te amo, eso es lo que quiero, mujer- Dijo y, juntando su frente con la de ella, sonrió triste. La dama de ojos verdosos sintió algo de culpa por hacerlo sentir así, después de todo, era su esposo, no se casaron sólo porque sí.

- Eres un cursi, vago- Soltó divertida y sonriente la rubia para hacer sonreír igual a su esposo. Shikamaru acabo con la distancia que los separaba y la beso delicadamente.

- Y tú una problemática- Exclamó al separarse. La rubia esta vez fue quien comenzó el beso, pero este fue mucho más pasional que el anterior, además de que hizo que ambos se pusieran de pie.

Al hacerlo, el ojimarrón la hizo girar y atrapo el cuerpo de la rubia contra el suyo y su escritorio. Temari respingo al sentir como las manos del hombre vagaban de su espalda alta hasta su trasero, y luego a sus muslos.

Cuando Shikamaru ya la tenía sujeta de estos, la levanto, haciéndola sentarse encima del mueble.

- E-estamos en tu... O-oficina...- Dijo jadeante Temari mientras el Nara recorría con sus labios su clavícula.

- Es más divertido, ¿no crees?- Respondió Shikamaru sin despegar ni un segundo su cuerpo del de la hermosa y algo excitada rubia.

Cuando todo parecía indicar que terminarían haciendo el amor en la oficina del moreno, Temari comenzó a sentirse extraña y, en un segundo, estaba corriendo fuera de la oficina con una mano cubriendo su boca.

- ¡Temari!- Exclamó Shikamaru mientras salía igualmente de la oficina, detrás de su esposa.

Todos los que pasaban frente a esta se preguntaron algo extrañados por el inusual escándalo que la pareja estaba protagonizando.

La rubia de coletas llego a su destino corriendo y aún cubriendo su boca, al estar frente a la puerta de los sanitarios, entro con gran resueno. Todas las que ahí estaban la miraron algo extrañadas pero con la formalidad que las caracterizaba a con la dama de ojos verde azulados.

Muy poco le importo los saludos de las presentes pues, al estar ahí, Temari entro en un cubículo y comenzó a vomitar, haciendo entender a las otras que no se encontraba del todo bien para mirarlas o contestar.

Shikamaru llego corriendo y, sin aviso alguno, entro al lugar prohibido para varones, generando polémica entre las jóvenes y adultas que se encontraban presentes. Sin excepción alguna, todas las mujeres salieron de allí y esperaron en el pasillo, no sin evitar comenzar a cuchichear.

- ¿Estas bien?- Preguntó el Nara una vez que el rostro de su esposa volvía a adquirir color.

La joven kunoichi sólo asintió con un leve movimiento de cabeza, recargando esta en el brazo de su esposo que ahora se encontraba a su lado igualmente que ella, sentado en el suelo del pequeño cubículo.

- Ahora si me vas a hacer caso e iras a ver a Sakura- Ordeno con voz suave él, mientras acariciaba la rubia melena con delicadeza.

- Hai, hai... Problemático...- Exclamo Temari sin deseos ni fuerzas de discutir. Shikamaru sólo soltó una sonora carcajada divertido de que a su esposa comenzaran a pegársele sus gustos y lengüetillas. Al darse cuenta de aquello, la rubia se unió a la risa.

Cuando Temari pudo ponerse de pie sin marearse o volver a vomitar, ambos jóvenes salieron del sanitario, ella apoyándose en él.

Al poner un pie fuera de estos, notaron que prácticamente todo el palacio del Hokage estaba expectante a saber que sucedía.

- Tsk- Masculló la Nara mientras trataba de ocultar su vergüenza viendo a otra dirección.

- Aquí no hay nada que ver, permiso- Dijo Shikamaru jalando a Temari un poco para que avanzara y, abriéndose paso entre la multitud, volvieron a dirigirse a la oficina del pelinegro.

-)****(-

*Sari, Matsuri, Yukata, Maki…: Todas ellas son kunoichis de Sunagakure. «Para saber más de ellas pueden buscarlas en Naruto Wiki»

**Kasutera y arroz japonés: Son platillos de la Cocina japonesa, relativamente sencillos de preparar, aunque lo único que podría ser un inconveniente es que hay que esperar unas cuantas horas para que se enfríen y poder comerlos o guardarlos. El Kasutera es solo un bizcocho hecho con azúcar, harina, huevo y sirope de almidón, muy común en los festivales o como comida callejera. El arroz japonés es solo eso, arroz blanco japonés característico por su textura única y carácter pegajoso.

*** País de la Primavera: En realidad este país si existe en el anime Naruto pero, yo solo tome el nombre, pues allí si hay aldeas ninja. «Ya saben, si quieren saber más, Naruto Wiki es su opción :D»

Y... ¡Yes!

Pues aquí, este capitulo en el que más o menos se ve que es lo que sucede después de que Tem y Shika se casan. Es tan~ hermoso - \^•^/ ¡kya!-.

Espero que ya hallan captado que onda con los problemillas de salud de nuestra bella Nara *-* ejem, y ese Shikamaru tan bien portado hasta en su oficina ¿no?

Jaja, dejen sus reviews para saber que tal les pareció este primer capítulo y shalala, shalala... Ya saben que hacer ;D

Bueno, quiero agradecer a todas las personitas que me apoyan leyendo mis demás fic, y también a las que, aunque no lo hagan en este momento, espero con muchas ganas que lo hagan Jaj.

Amm... Creo que hoy ando falta de inspiración para las notas del principio y final que siempre pongo, así que mejor me despido y las invito a amar el ShikaTema como yo, o más.

Espero poder actualizar en estos días el resto de mis fic pero bueno, esta historia me atrapo al 100% cuando se me ocurrió y no pude parar de escribirla ni siquiera en la noche para poder dormir... Jaj.

Sin más que decir...

Hasta la próxima... Nos estamos leyendo...

CHAO Y BESITOS! (~^•^)~