Disclaimer: NARUTO no me pertenece

ADVERTENCIA: contiene LEMON y palabras malsonantes

ABANDONO

Sus ojos, blancos y sin vida, estaban puestos sobre la pantalla del ordenador.

Se negaba a creer lo que realmente acababa de ver. ¿Cómo… se había atrevido a hacer aquello? Aunque la verdadera pregunta que acechaba su mente era: ¿Por qué Naruto… le había puesto los cuernos?

[i]Estaban en el coche y le pidió que abriera la guantera para pasarle las gafas de sol. La luz del atardecer era más fuerte que otros días, y estaba conduciendo con los ojos entrecerrados.

La joven apartó un mechón de pelo que caía rebelde por su cara, y abrió la guantera con una sonrisa. Sonrisa que desapareció en el momento en que vio, al lado de la funda de las gafas de sol, una caja de condones.

-¿Qué hace esto aquí?- le preguntó al piloto, y el joven miró fugazmente dirigiendo sus ojos azules, para volver a posarlos sobre la carretera.

-Los compré el otro día, Hinata.

-Ya hemos hablado de eso, Naruto. Todavía… no estoy preparada.- su tono era molesto, mientras miraba otra vez la caja azul y naranja de Durex. El precinto estaba roto.

-¿Me vas a pasar las gafas o no?- ella se las tiró, y abrió la caja, contándolos. Faltaban dos. Lo miró, inquisidora.

-¿Por qué faltan dos condones?- él sonrió de medio lado. Acababa de aparcar el coche.

-Vamos a ver la película.

-Uzumaki Naruto, ¿por qué faltan dos condones si la compraste hace poco?- el joven apretó los puños. ¿No confiaba en él?

-Me acosté con una chica. ¿Contenta? Como tú me estabas haciendo pasar hambre…- vio cómo abría la puerta del coche, cogía su bolso y empezaba a irse. Llamó a un taxi, y él empezó a darse cuenta de lo que había hecho. Corrió hacia ella.- Hinata, ¿qué cojones estás haciendo?

-Que te jodan.- nunca le había dicho un taco. Ni siquiera pensaba que entraban dentro de su distinguido vocabulario, pero ahí estaba, acababa de mandarlo a la mierda.

-Hinata, joder… ¡Que era una broma, coño!

-Una broma, ya.- el calor estaba subiendo a sus mejillas con rabia, y las ganas de llorar aumentaban.- Pues… ¿Sabes qué? Que me da igual. Me dan completamente igual tus bromas. Estoy harta, Naruto. No te vale que me haya enfrentado a mi padre para irme a vivir contigo, no te vale que haya arriesgado mi trabajo en la empresa para estar junto a ti, no te vale que me hayan renegado de mi puesto y se lo hayan dado a otro simplemente porque, desde que me mudé contigo, mi padre me está haciendo la vida imposible en la empresa para que recapacite.

-Hinata…

-No te vale que te esté aguantando todas las noches el que me digas que lo hagamos, aun cuando sabes, que yo necesito tiempo para "eso". Y dices ahora, tan tranquilo, que te has gastado dos condones porque yo no te daba lo suficiente. Y luego, que es una broma.- unas lágrimas se escaparon de sus mejillas.- Estoy harta de tus bromas, estoy harta de que siempre te tomes todo a modo de juego, estoy harta de que no tomes en cuenta mis sentimientos, que me presiones…

-Hinata, no quería decir eso…- la abrazó, y ella lo apartó de un empujón.

-Déjame sola, Naruto. Ya no tengo ganas de ver una película.- se dio la vuelta, abriendo la puerta de un taxi que acababa de estacionar.- Te veo luego en casa.[/i]

Aquella escena volvió a su mente, a cámara lenta. Habían pasado dos meses desde aquello.

Cuando había vuelto su novio, unas horas después que ella, le había pedido perdón, y ella no había podido negarse. Se había refugiado en sus brazos y se habían dormido en el sofá, aunque luego ella se despertó en la cama, con una nota en la mesilla, al lado del despertador que sonaba.

Sí, había estado bien durante un tiempo, pero… Había encontrado unos vídeos en su ordenador portátil común. Unos vídeos… que solamente le daban arcadas.

Un nudo empezó a formarse en su garganta, haciendo que la joven se atragantara. Intentó hacerlo pasar, carraspeando, pero ni con esas. Las lágrimas ya caían libres por sus mejillas, mientras ella negaba una y otra vez en silencio, sollozando, y abriendo la boca y cerrándola repetidas veces.

Con un doble click en el ratón del portátil, el reproductor de vídeos se activó, y vio con horror, las imágenes que ya había visto cuatro veces.

Uzumaki Naruto, su novio. Revolcándose con una mujer encima de una mesa.

No hacía falta que ella todavía fuera virgen como para no saber qué era aquello. Había intimado con Naruto, pero nunca habían llegado a hacer el amor. Ahora, más que nunca, se alegró de ello.

·

El joven rubio entró por la puerta de la casa desanudándose la corbata del traje. Odiaba llevar traje, pero en su trabajo, era imprescindible. Más cuando tenía alguna reunión del bufete de abogados.

-¡Hinata, ya estoy en casa!- había sido un día agotador, pero el llegar a casa siempre le reconfortaba. No importaba lo cansado que llegara, su novia siempre lo recibía con un abrazo y con la mesa puesta.

Esta vez, no hubo respuesta.

Se quitó los zapatos en la entrada, suponiendo que ella estaría en la ducha. Empezó a andar hacia el baño, dejando el maletín en un rincón, pero nada. Todas las luces de la casa estaban apagadas.

Fue a su habitación. Una cosa es que hubiera llegado tarde, pero solo eran las diez de la noche, era raro que se hubiera echado ya a dormir. Siempre le esperaba despierta.

Encendió la luz, viendo la cama hecha. Sus ojos se abrieron con sorpresa, y un escalofrío recorrió su cuerpo.

Los armarios estaban abiertos, y había ropas tiradas por el suelo.

La fotografía en la que estaban los dos juntos, sonrientes, estaba en el suelo, con el cristal roto. Empezó a asustarse, empezando a ir a todas las habitaciones.

La última puerta que abrió fue la del despacho que tenían en común, donde trabajaban a veces cuando se llevaban las tareas a casa. Sus ojos se abrieron más de lo normal, y se pasó la mano por el rostro. Se había olvidado de "aquello"

-Mierda…- se acercó hasta la pantalla, todavía iluminada, del portátil para ver una carpeta en el centro, con distintos vídeos de él, follando con una chica de cabello rosa. No sabía por qué le había excitado tanto aquello, pero ahora estaba viendo las consecuencias.- ¡Joder! ¡Joder, joder, joder!- gritó.

* * *

A la una de la madrugada, un chico de cabello negro empezaba a encender las luces mientras se pasaba la mano por el pelo y miraba con ceño fruncido la puerta. ¿Quién cojones osaba despertarle a esas horas de la madrugada?

Abrió la puerta, quedándose impactado por lo que vio. Hyuuga Hinata, la novia de su mejor amigo, estaba en la puerta con los ojos completamente rojos e hinchados por llorar. Ya no estaban húmedos, pero vio cómo se mordía el labio inferior con fuerza para retener las lágrimas que volvían a amenazar con salir.

Se apartó de la puerta para dejarle paso, sin decir una sola palabra.

La chica entró, dejando su maleta al lado de la puerta y sentándose en el sofá de piel negro. Vio aparecer al joven al momento, con dos tazas de café, humeantes.

-Yo… Sasuke, lo siento… No… no sabía donde ir.

-¿Qué ha hecho esta vez el Dobe?- aunque lo llamaba así cariñosamente, ver cómo la joven se estremeció hizo que él cerrara los puños con fuerza. Un par de meses antes, él, Uchiha Sasuke, le había dicho en una borrachera a la Hyuuga que le gustaba. Desde entonces, ella le había estado evitando… Y que ahora fuera a su casa… supo que no habría pasado nada bueno. Al verla sollozar, apretó los puños con más fuerza, conteniendo rabia sin saber lo que estaba pasando. Había jurado matar a su mejor amigo si volvía a hacerla llorar…

[i]Estaban sentados en un bar mientras degustaban unas copas de whisky seco. Sin hielo, como a ellos les gustaba. Estaban hablando sin parar de fútbol, y la chica que estaba con los siete hombres se sentía fuera de lugar.

De vez en cuando, el moreno de ojos negros le lanzaba un rápido vistazo, viendo cómo la chica se removía incómoda por no poder participar en la conversación. Sin embargo, aunque habían intentado varias veces cambiar de tema para que ella no se sintiera desplazada, el rubio volvía una y otra vez a lo mismo, excluyéndola del grupo.

·

Cuando volvían hacia casa, Sasuke, que vivía a pocos metros de la pareja, iba a su lado. La joven tenía el ceño fruncido, pero su pareja no parecía darse cuenta.

El Uchiha vio cómo su mejor amigo miraba a su novia un momento, y sonreía divertido.

-¿Por qué tienes el ceño así, cariño?- el moreno enarcó una ceja. ¿Era estúpido o solo lo aparentaba?- ¿Por qué te has enfadado esta vez?

-No estoy enfadada.

-Oh, vamos… Esos morritos no se te ponen así de normal.- dijo.- ¿Verdad, Sasuke?

-No metas a Sasuke en esto, Naruto. Ya hablaremos cuando lleguemos a casa.

-¿Hablar de qué? Por el Teme no te preocupes, él es como si fuera yo. Venga, dime por qué estás así.

-No quiero hablar de… eso delante de Sasuke.- dijo ella, soltando la mano con la que su novio le sujetaba la barbilla.

-Hinata, ¿qué cojones te pasa ahora?- el moreno apretó los puños. ¿Cómo podía no darse cuenta?- Joder, ¿estás con la regla?

-Eres un imbécil.- le espetó el moreno en un susurro para que ella no le escuchara.

-¿Tú también? Joder, ni que te gustara mi novia.[/i]

El Uchiha sabía que le había lanzado una mirada tan directa que hasta su amigo había entendido que a él le gustaba la chica. Sobre todo, porque los siguientes días no lo llamó ni nada por el estilo. Es más, le estuvo evitando.

Miró a la joven que estaba sentada a su lado, luchando por no temblar y romper a llorar. Se sentía impotente. Se sentía impotente por no poder hacer nada, por ver cómo ella había ido hasta él y él… no era capaz de calmarla.

Uchiha Sasuke nunca había estado atado a una chica, nunca se había parado a pensar en los sentimientos de ellas, pero con Hinata… con Hinata había sido todo muy distinto.

Ella salía con su mejor amigo, y solo tenía ojos para él. Aquel hecho le había causado cierta gracia e intriga. ¿Qué es lo que veía en el Dobe? La curiosidad hizo que se fijara en ella no como un cuerpo, sino como persona. Después de todo… era la única mujer que conocía que no había caído rendida a sus pies.

Poco a poco la había ido conociendo, quedándose asombrado de su buen carácter, de lo dulce que era no solo con Naruto, sino con él también, aún cuando estaba de mal humor.

Y sin darse cuenta… un día se quedó congelado cuando, en mitad de un polvo, había gemido su nombre. En ese momento, se dio cuenta de que se había enamorado de ella.

Sin atreverse a tocarla por cómo pudiera reaccionar, le soltó sin tapujos:

-Puedes llorar si quieres.- como si aquello fuera una orden en vez de una sugerencia, la joven rompió en llanto, abrazándose al moreno, que al principio se quedó estático en su sitio, para luego empezar a acariciar su cabello con calma y cariño.- ¿Quieres hablar?- preguntó después de un rato en aquella posición. La joven levantó un poco la cabeza, y el moreno sintió cómo se le oprimía el pecho.

-Él… él ha… Yo no… no sé qué he… hecho mal…- sollozó, volviendo a refugiarse en su pecho, mojando sus pectorales con sus lágrimas.- Yo… yo vi… unos vídeos… Pensé que él me quería…

-¿Unos vídeos?- la joven se sorbió los mocos.

-Yo no… podía seguir allí… con él…

-¿Qué había en esos vídeos?- la joven respiró agitadamente varias veces, antes de poder controlarse un poco para poder seguir hablando. La voz arrulladora de Sasuke la calmaba, pero seguía sintiendo el dolor en su pecho palpitando.

-Él… él… me… engaña…- la Hyuuga notó el cambio drástico en el cuerpo del chico. Sus músculos, en tensión, y la forma en que empezaba a apretarla más contra él, como si la protegiera de algo… pero ella no podía darse cuenta de aquello, de que él la quería proteger.- Ha… ha sido mi… culpa…

-Maldito bastardo…- se dio cuenta de las últimas palabras de la que tenía entre sus brazos.- ¿Cómo tu culpa?

-Yo no… yo no podía… darle… todo lo que… él…

-¿Necesitaba?- la joven lo miró, entre sorprendida y asustada por el tono áspero y amenazante que había notado en su voz.- ¡Por Dios, Hinata! No te fustigues así. ¿Es que no te das cuenta? ¡Has dado todo por ese maldito imbécil! Incluso te enfrentaste a tu padre por él… ¿Y dices que no le has dado lo que necesitaba? Joder, ¿por no poderte echar un polvo te tiene que joder la vida? Y encima… ¡¿Videos?! Puto degenerado, ya verás cuando lo enganche. Ya se lo dije una vez, que no te hiciera llorar más o…- en medio de su discurso se había levantado, caminando de un lado para otro mientras una tímida Hinata lo miraba, sin llorar por la sorpresa. No se dio cuenta de cuándo ella se había acercado hasta él, pero estaba delante suya, y al ver que había dejado de llorar, se calmó sin saber el motivo. (_Rurouni_: Yo síiii, jajajajja)

-¿Qué… le dijiste a Naruto?- era más curiosidad, pero Sasuke apartó la mirada mientras fruncía el ceño y apretaba la mandíbula, intentando que desapareciera un leve sonrojo que se había apostado en sus mejillas.- Sasuke…

-Que si te hacía llorar, pagaría las consecuencias.- susurró a regañadientes, intentando que ella no lo escuchara. Se sorprendió al notar cómo la joven cogía con delicadeza su barbilla para que la mirara.

-¿Por qué…?

-¿Lo hice?- la cortó, suspirando resignado. Ya se había descubierto.- Ya te lo dije una vez, y hablaba en serio.- la miró fijamente, para que viera que era completamente sincero.- No puedo dejar de pensar en ti.

Aquellas siete palabras impactaron a la chica. La primera vez que se lo había dicho, no lo había tomado en serio, aunque había estado evitándolo. Sin embargo, ahora, cuando se lo había dicho, había visto en sus ojos un brillo nunca antes visto.

Notó cómo el Uchiha acariciaba con ternura su mejilla, para luego dejar caer la mano al lado de su muslo derecho. Hinata se sonrojó, pero la sonrisa que había aparecido se esfumó cuando escuchó las siguientes palabras.

-Pero tu no tienes ojos para otro que no sea el Dobe.

Abrió los ojos al ver cómo se iba a alejar de ella, y sin saber por qué impulso, se movió, poniéndose de puntillas, para alcanzar los labios del moreno.

Este abrió los ojos con sorpresa, pero no le costó en absoluto volver a cerrarlos y dejarse llevar por el beso. Subió las manos a su cintura, estrechándola un poco más contra él, al mismo tiempo que ella las subía y enredaba con su pelo.

Hinata abrió la boca un poco, justo en el momento en que notó la lengua de Sasuke rozar sus labios. Le dejó avanzar, sintiendo cómo él buscaba su lengua, y la enroscó de manera lenta y torturante.

El gemido de Sasuke, y la forma en que se apretó más contra ella, hizo que aumentaran la velocidad del beso, empezando a separar sus bocas para guerrear con sus lenguas y dejar escapar algún gemido ahogado.

El Uchiha, sin poder evitarlo, bajó una de sus manos hasta tocar su trasero, apretándolo suavemente, y seguir deslizando su mano por su muslo. Sintió cómo el cuerpo de la Hyuuga se tensaba ante aquello, y paró en seco, apartándose un poco de ella.

-Lo siento, no debí…- iba a soltarla, pero no le dejó.

-Si… sigue.- aquel tartamudeo le hizo sonreír, recordando lo molesto que le había parecido cuando se conocieron. Sin pensárselo dos veces, volvió a poner las manos en su cintura y la cogió en brazos, dejando que se enroscara en su cuerpo.

El calor aumentó entre ellos, fruto de una repentina atracción sexual en la que ni se molestaron en ver cómo había pasado.

·

Hinata solo sabía que estaba con la espalda apoyada en la pared, con las piernas alrededor de la cadera del moreno, gimiendo levemente ante cada beso que él le procuraba en el cuello y la clavícula.

Apretó las manos contra sus hombros, atrayéndolo más. Quería sentirlo cerca, quería sentirse amada como nunca antes se había sentido. Y Uchiha Sasuke iba a hacerle sentir todo eso y mucho más…

Sus manos expertas se adentraron dentro de la blusa de la joven, que al sentirlas frías respingó, pero luego sonrió y siguió besándolo con impaciencia. Notó que parecía dudar sobre soltarle el sujetador o solo acariciarla, a sabiendas de que no sabía hasta qué punto quería llegar ella, hasta qué punto podría aguantar él sin perder el control.

-Suéltalo.- jadeó en su oído, mientras él lamía la zona de la yugular.

A su orden, con dos dedos de su mano derecha, venció el cierre del sujetador, mientras su mano izquierda le sujetaba el culo para que no se cayera. Se alejó un poco de ella, para poner una mano por delante y poder acariciarla.

Sus pezones estaban duros… Él lograba excitarla.

Sonrió, clavando sus colmillos en un mordisco suave sobre su cuello una vez más, escuchando un quejido entre dolorido y placentero por parte de la joven, para luego besarlo con total delicadeza.

Inconscientemente, acercó su pelvis a la de la joven, y ella abrió los ojos con sorpresa de causar ese tipo de reacción. Además, se notó húmeda… como nunca antes había estado.

Sasuke la agarró del trasero mientras seguía besándola, ahora en los labios. A pasos ciegos, chocándose un par de veces con algún mueble, soltando pequeños insultos entre besos, la llevó a su habitación para dejarla encima de la cama.

Hinata ni se había dado cuenta de cómo habían llegado allí, pero tampoco le importaba. Acarició el abdomen desnudo del chico mientras él desabotonaba su blusa con movimientos torpes, fruto de su excitación. Parecía… nervioso.

-Pararemos cuando me digas.- su voz sonó ronca y masculina, pero ella se quedó asombrada por sus palabras. ¿Parar? Se dio cuenta de que estaban en la cama, él iba en pijama, y ella tenía la camisa abierta, y el sujetador descolocado. Había hecho eso alguna vez con Naruto, quizás no de esa forma salvaje y despreocupada, intentando mantenerse cuerda… Pero en ese momento, no era capaz de pensar.

-No quiero que pares.- dijo por fin. Vio la duda en la cara del moreno, como si estuviera meditando algo de gran importancia. Notó ese atisbo de duda, y apretándolo contra ella, le susurró.- Quiero que me hagas tuya.

Esas cuatro palabras detonaron el volcán que el Uchiha llevaba en su interior, que le quitó la camisa con velocidades insospechadas y, colocándose entre sus piernas, bajó hasta ella, pero no para encontrarse con sus labios o su cuello, sino que se centró en sus pechos.

Hinata no sabía cómo podía tener tanta delicadeza a la vez que aquella lujuria que estaba volviéndola loca. Había cogido uno de sus pechos mientras besaba el otro, pasando la lengua por su pezón, completamente erecto.

Su mano libre bajó hasta el botón del vaquero, desabrochándolo de un tirón y abriendo la cremallera al mismo tiempo. Gimió inconscientemente la de ojos blancos, arqueando la espalda ante aquel repentino placer. Le había mordido la cadera.

Espera un momento… ¿Desde cuando su cara estaba entre sus piernas? Iba a levantar la cabeza para mirarlo, cuando vio que ya no llevaba pantalones, ni ropa interior. En el momento en que abrió la boca, un gemido de placer, a la vez que una descarga eléctrica la recorrió desde la punta del dedo gordo del pie hasta la cabeza, se escuchó en la sala.

Nunca antes alguien había besado de esa forma su parte íntima.

No supo el tiempo que él estuvo lamiendo y adentrándose en su cuerpo mediante su lengua, porque había dejado de pensar desde que había sentido aquello. ¿Cómo era posible tanto placer? ¿Estaba permitido?

Aunque había intimado con Naruto, nunca habían acabado haciendo algo parecido, pero tampoco le importaba.

Besó a Sasuke en los labios cuando él volvió a subir a su lado, reemplazando su lengua por su dedo índice.

-No voy a poder controlarme… mucho más.- susurró él de forma ronca. ¿Su voz siempre era tan sexy? Sacudió la cabeza un poco aturdida, y dirigió sus ojos blancos a la oscuridad de los suyos.

-¿De qué… hablas?- gimió, haciendo que él redujera el ritmo de su dedo ahí abajo.

-¿Todavía quieres…? Luego ya no habrá vuelta atrás.- ¡¿Acaso estaba loco?! ¡No podía dejarla así! Lo miró a los ojos y sonrió. Si se fijaba… era bastante fácil entenderse con él.

-Quiero que lo hagas… no voy a odiarte.- con aquellas simples palabras, bastó un beso casto y sincero para que él se colocara entre sus piernas, sin nada ya en su cuerpo. Alargó la mano hasta abrir el cajón de su mesita de noche, y agarró un condón, rompiendo el envoltorio con los dientes.

Su cabeza trabajó a velocidades sobrehumanas mientras se lo colocaba. ¿Cómo poseerla para que no le doliera? Estaba excitada, eso lo había comprobado… varias veces, pero él no quería hacerle daño.

Tenía que estar completamente abierta a él, para facilitarle el acceso.

·

Besando sus labios, agarró su muslo izquierdo y lo pasó por encima de su brazo, abriendo más las piernas delgadas y blancas de la Hyuuga.

Lo miraba extrañada, sin saber cómo iba a ser su primera vez. Un segundo de duda invadió su mente. ¿Le haría daño?

Pero no pudo pensar más, porque sintió un pequeño pinchazo en la parte inferior de su cuerpo. La había cogido por sorpresa, pero vio a Sasuke esbozar media sonrisa.

-¿Estás… dentro de mí?- jadeó, más de la impresión que por el dolor o el placer.

-A medias… la próxima vez entraré del todo.- ella reposó su cabeza contra los almohadones.- ¿Estás cómoda? ¿O te duele?

-Es… estoy bien…

Con cuidado, salió un poco, volviendo a penetrarla unos centímetros más. La joven notó cómo se abría paso el pene dentro de ella, con cuidado. Notar cómo ocupaba su interior, y cómo ella se amoldaba a él, le dio satisfacción… y no pudo evitar sonreír.

El Uchiha vio su sonrisa, y él esbozó una de medio lado, mientras volvía a embestirla, con cuidado ante cualquier cambio en su cara que mostrara dolor. Ya estaba dentro por completo.

-¿Todo bien?- Hinata sonrió y asintió, y Sasuke solo pudo bajar hasta ella para besarla, mientras empezaba a balancearse dentro de ella con un vaivén bien definido y lento.

La joven sintió cómo la presión dentro de ella aumentaba a cada embestida, cada vez más rápida, y gemidos ahogados en besos escaparon desde lo más profundo de su garganta.

Agarró la espalda del moreno, mirándolo a los ojos, viendo una sonrisa dejada en el placer y la lujuria. Arqueó su espalda, mostrándole sus pechos, cosa que no desaprovechó el moreno, bajando a besarlos y a lamerlos, ante lo que no pudo hacer otra cosa la joven mas que arañar su espalda y gemir.

Poco a poco, el ritmo empezó a volverse frenético, y Sasuke aprovechó para coger la otra pierna de Hinata y ponerla sobre su otro brazo, haciendo más profundas y potentes las embestidas.

El sonido de sus cuerpos chocar, mezclado con sus gemidos, inundaban la habitación.

-¡Sasuke!- gimió la chica, notando cómo la presión que crecía dentro de ella explotaba, haciendo que temblara y enterrara sus uñas en la piel blanca del chico.

-Hi… nata- jadeó él, notando cómo se convulsionaba debajo de su propio cuerpo y su cavidad apretaba y soltaba su miembro. No pudo aguantar más, y en tres embestidas, se desplomó sobre ella.

Iba a quitarse de encima para dejarle su espacio, pero ella lo abrazó levemente, acariciando su pelo con cariño.

-Quédate un poco así… conmigo.- besó con ligereza el cabello oscuro del chico.

-Todo lo que quieras.

_Rurouni_/Madaren: jajajajajaja, ya quería yo escribir un LEMON!!!! Aunque he de reconocer… que he hecho otros mejores, tendré que buscarlos para subirlos aquí.

Bueno, este one-shot empecé a escribirlo con bastante rabia, porque está basado en hechos reales. Últimamente, odio a los hombres por ser tan capullos.

Va dedicado especialmente a una amiga mía, que se fue a otra ciudad porque su novio se cambiaba de trabajo, y empezó a vivir con él. Le dijimos que no se fuera, incluso creímos que la íbamos a perder porque hubo complicaciones… pero cuando me llamó, llevando un año allí estudiando… no pude más que coger el primer tren que salía al día siguiente e irme con ella.

El hecho de que un hombre nos lastime porque es imbécil no hace que nosotras tengamos la culpa de su idiotez. Estoy enfadada de ver a tíos que se creen mejor que sus novias, que se atreven a rebajarlas y a hacer que ellas se sientan mal.

Para reivindicarme, os pido que si alguien quiere contarme algo, estoy dispuesta a poner un conjunto de one-shots sobre este o cualquier otro tema.

No tenemos que sentirnos culpables, echarnos la culpa y sentirnos inferiores a ellos solo nos dañará a nosotras… solo digo una cosa, ¡a tomar por culo! (y perdonad mi vocabulario… yo también he sufrido a causa de los chicos, y sé lo que se siente, y me he sentido humillada y floja por eso. Cuando tenga más o menos la trama para un fic, voy a escribirlo. De eso podéis estar seguras)

Espero que les haya gustado, y espero reviews, aunque sea para decirme que me calle o que no le interesa a nadie (así como si os gusta, jaja)

Bueno, un saludo a todos, vale? Ya sé que no todos los hombres son iguales, pero la mayoría si ¬¬