El heredero de Voldemort.

Prólogo.

Era un día nublado para el matrimonio Potter, a pesar de que su hijo cumplía un año, pues acababan de descubrir que Peter Petigrew, un amigo de la escuela, mejor conocido por ellos como Colagusano, los había traicionado. Por un descuido de este, pudieron ver que en su brazo estaba una horrible calavera de la que salía una serpiente; la marca oscura, la marca que usan los death eaters, al servicio del que no debe ser nombrado. Todavía no querían asimilarlo, Peter era su amigo, incluso lo habían nombrado su guardián secreto (un hechizo para que nadie más que el guardián supiera donde están los protegidos por este), aunque ahora tenían que mudarse por miedo a una traición mayor. El lord tenebroso buscaba a James para matarlo, por ser el heredero de Godric Gryffindor, uno de los fundadores del famoso Hogwarts, colegio de magia y hechicería, y ahora también a su hijo, por lo que vivían en alerta constante. Estaban listos para salir del que fue su hogar por un largo tiempo, dejando atrás bellos recuerdos, y algunos no tan agradables, para tratar de tener una vida tranquila, aunque eso solo lo conseguirían el día que el-que-no-debe-ser-nombrado los dejara en paz. Se dirigían a la casa de Sirius, otro gran amigo de la escuela, en al cual confiaban plenamente, por medio de la chimenea, con ayuda de los polvos flu, en el cumpleaños número uno de su hijo Harry Potter. Llevaban poco equipaje, y Harry era llevado en brazos por su mamá, mientras tenía un tranquilo sueño.

Cuando llegaron a su destino, a través de cientos de chimeneas, se encontraron en una hermosa casa decorada en su mayoría de blanco, que realmente lucía majestuosa, herencia familiar de Sirius Black, mejor conocido como Hocicos por el joven matrimonio, este, en cuanto los vio llegar, fue por un par de maletas que tenía junto a unos cómodos sillones color crema, un par de mesitas y grandes lámparas de pie, uniéndose al matrimonio, para trasladarse a otro lugar, de nuevo por la chimenea, tratando de no parecer nervioso por que todavía iban a ir a otro lugar, antes de dirigirse al castillo de Hogwarts. Peter conocía ese lugar, y probablemente el lord tenebroso mande ahí a sus mortífagos para buscarlos.

-Siento que por nuestra culpa tengas que pasar por este Hocicos, si prefieres quedarte aquí, lo comprenderé- fue el triste argumento de James Potter.

-Vamos Cornamenta, por algo somos amigos ¿no? Deja de preocuparte por eso, ya luego veremos si regresamos ó no, además, esta casa ya es algo vieja, y no pensaba vivir aquí para siempre.

-Gracias Sirius, realmente te lo agradezco.

-Vamos James, no te deprimas, todavía estamos a salvo, y ahora vamos a contar más de cerca con la protección de Dumbledore– trató de animarlo Lily.

-Gracias. Tienen razón, lo mejor será que nos vayamos, todavía hay que pasar por Lunático.

Casi al momento, entraron de nuevo por la chimenea, para ser consumidos por las llamas verdes que salían de esta, para llegar ahora a la vivienda de Remus Lupin, el último del grupo de amigos. Esta vez el viaje no fue tan largo, pues la casa de este, estaba bastante cerca de la de Remus, esta era una casa más modesta, pero bastante acogedora, donde Lunático ya los estaba esperando, este, al igual que sus amigos, llevaba un poco de equipaje en una maleta de viaje, y parecía estar algo deprimido, aunque trató de disimularlo en cuanto vio salir a sus amigos por la chimenea, con un tímida sonrisa.

-Lunático, que gusto verte, es raro que te dejes ver últimamente- fue lo que dijo Hocicos al verlo.

-Lo siento, es solo que de todos nosotros, Peter fue el único del que nunca sospeché.

-Sí, fue una gran decepción para todos, pero ya no queda más remedio, tomo su decisión, y no podemos hacer nada- opinó Lily, tratando de que no finalizar el tema.

-Si yo hubiera aceptado ser su guardián secreto antes, no tendríamos que preocuparnos por que Voldemort nos encontrara.

Remus sintió un pequeño escalofrío al oír el nombre, pero la situación lo hizo ignorarlo.

-Será mejor que nos vayamos, supongo que Dumbledore ya estará esperándonos.

Todos estuvieron de acuerdo, y entrando de nuevo por la chimenea, salieron rumbo a su ultimo destino de la noche, pero esta vez, a medio camino, el viaje fue mucho más agitado, y estuvieron a punto de caerse, como si los estuvieran agitando desde afuera, aunque no podían ver nada, pues también había mucho humo, y parecía que no eran los únicos que estaban pasando por ahí en ese momento, por que se oían voces de otras personas, algunas muy agitadas. Cuando por fin lograron llegar al castillo de Hogwarts, les faltaba algo demasiado importante, la principal razón por la que trataban de huir de Voldemort; les faltaba Harry.

-No puede ser. ¿¿¿¡¡Dónde está Harry!!??? ¡¡¡¡¡Yo lo traía conmigo!!!!!

-Lily, ¿qué pasa? ¡No puede ser que hayamos dejado a Harry! ¡Lo traías cuando salimos de casa de Remus! Sirius ¿no sabes dónde está Harry?

-No, pero sí vi que Lily lo traía cuando salimos de cada de Lunático.

-A la mejor lo soltaste en el tumulto que hubo en la red, hubo mucho movimiento, será mejor que tratemos de regresar.

-¿Regresar a donde? Salimos de tu casa, y dudo que Harry pudiera regresar ahí por sí solo, además de que hay cientos de chimeneas conectadas a la red flu. Aunque trataba de no demostrarlo, Sirius, al igual que los demás, estaba muy alterado.

-¿Qué clase de tumulto hubo en las redes?- Preguntó Dumbledore en tono serio.

-Pues... Cuando veníamos para acá, la red pareció sacudirse de pronto, había humo negro por todas partes, y parecía que muchas personas trataban de pasar a la vez, pensé que era por que se saturó la línea.

-Eso no es posible, nunca ha pasado algo así en la red flu, es una de sus funciones.

-¿Qué es lo que quiere decir profesor?- Preguntó James, temiendo la respuesta.

-Que esto NO fue un accidente.

-Ó sea que alguien ocasionó el problema.

-¿¿Y cómo vamos a encontrar a Harry?? No sabemos donde puede hacer caído, ó ¿¿si alguien más lo tiene?? ¿¿Y si le hacen daño?? ¿¿Y si despierta y no nos ve??- Lily estaba al borde de un ataque de nervios (aunque no era para menos).

-Tranquilízate Lily, ya encontraremos la manera de localizar a Harry, de nada sirve perder el control, lo mejor será que informemos de esto al ministerio- dijo Dumbledore.

James abraza a Lily, para tratar de tranquilizarla, aunque estaba igual ó más nervioso que ella, pero como dijo Dumbledore, de nada sirve perder el control. Sirius y Remus salen lo más rápido posible al ministerio, por medio de un trasladador para reportar lo sucedido, mientras los demás tratan de pensar como localizar a Harry.

En un lugar apartado del castillo de Hogwarts, se encuentra un hombre con rasgos como de serpiente, cargando a un niño, que continúa dormido inocentemente, sin darse cuenta de que sus papás están muy lejos, y que va a tener un difícil crecimiento, apartado de ellos.

-Pequeño, tú tienes un gran poder, me serás de gran utilidad cuando sepas usarlo, por el momento te dejaré dormir, tienes mucho que aprender.

Continuará.