Titulo: Días.

Genero: Yaoi.

Serie: Katekyo Hitman Reborn.

Pareja:

Autora: Caro-chan

Capitulo 1

Días

Parte 1

Había pasado ya un tiempo desde que me di cuenta que estaba enamorado de alguien, y sabía que ese amor era imposible. Mi nombre es Gokudera Hayato, y tengo la mala suerte de haberme enamorado de otro chico. Lo veo todas las mañanas y me sonríe gentilmente, y me saluda como todos los días y vamos al instituto juntos. Intentaba no mirarle demasiado, sino seria muy evidente, así que solo me preocupaba en el décimo, aunque actuara demasiado feliz y familiar con el más que con Yamamoto. Como otro día cualquiera, todos seguimos el camino hasta el Namimori, sentándonos en nuestros habituales sitios, y directamente abrí el libro de matemáticas, que era la asignatura que teníamos a primera hora, y comencé a leer tranquilamente, hasta que vino Yamamoto a mi mesa.

¿Me dejas los apuntes? Creo que tengo los ejercicios mal.- Le pregunto al peliblanco.

Estudia estúpido del béisbol. – Dije, soltándole la libreta de matemáticas.

Me metí de nuevo en el libro, mirándolo fijamente, olvidándome de el y esperando que mi sonrojo leve se fuera lo mas rápido posible. Al estar a punto de comenzar la clase, me vino a la mesa, y dejo mi libreta, y me fije que tenia un pedazo de papel entre las hojas, lo saque y lo leí.

Hola Gokudera, gracias

por los apuntes,

quiero agradecértelo,

¿Nos vemos a la hora del almuerzo

detrás de la escuela?

La nota me pareció algo extraña, pero le mire y asentí, como aceptando tan extraña propuesta y el sonrío, cosa que me extraño mas todavía. La hora del almuerzo no se hizo esperar demasiado, así que fui detrás de la escuela, sin esperarle.

Pasaron algunos minutos, y ya estaba exasperado de esperar allí de pie, pero finalmente llego y traía una cantidad absurda de pan.

¿Qué haces con todo eso? – Le dije arqueando una ceja.

Es para agradecerte, te lo dije en la nota, pero hay algo más…- Dijo, mientras le daba la mitad del pan a Gokudera.

¿Qué es lo que quieres Yamamoto? –Aquello ya empezaba a preocuparme bastante, estaba demasiado dócil, sin saber porque.

Quiero… que entregues una carta de amor. – Le dijo mientras mordía su labio inferior claramente avergonzado.

¿Qué yo haga que? Tu estas loco, no soy tu cartero ni nada por el estilo, ve y dásela tu.- Le respondí claramente ofendido, me faltaba eso, entregarle a alguna chica una carta de el lleno de sentimientos de amor hacía otra persona.

No es eso Gokudera, no es mía, es para Tsuna… -Era evidente que andaba algo avergonzado, aunque a saber porque. ¿A caso le gustaba la chica que enviaba la carta? ¿O quizás al décimo? Mi mente comenzaba a darle vueltas al asunto, sin frenos.

¿De quien es la carta? - Ya tenia que saberlo, sino mi cabeza echaría humo. Me fije que Yamamoto antes de responder trago saliva ruidosamente.

Es de… otro chico… me da vergüenza dársela, ve y dásela tu por favor…-

Eso ya si que no me lo esperaba…. ¿De otro chico para el décimo? ¿Quién era el que se había fijado en el? Yo siempre estaba con él y nunca me había fijado de que otro posara su mirada en él… Tome la carta de las manos de Yamamoto, rozando nuestros dedos pero ignorando ese hecho para no sonrojarme, y la guarde en el bolsillo de mi pantalón, intentando no arrugarla. Le mire mal, se veía demasiado avergonzado. No… ¿no seria de el para el décimo no? De nuevo mi cabeza estaba haciendo preguntas que eran mejor no formularlas.

Me di la vuelta, tome el pan que me pertenecía, alcé la mano, como despidida y me fui hasta la azotea donde habitualmente comíamos todos. Me senté al lado del décimo y comencé a comer el pan que Yamamoto me había dado para comer, mientras que el décimo tomaba su bento como era habitual. La hora del almuerzo transcurrió como siempre, no le preste especial atención a mí alrededor, fallo grande mío, ya que podría estar por allí el dueño de aquella carta. Una vez terminamos de comer, fuimos a clase y el día paso como otro más.

Como otros días, los tres fuimos a casa del décimo, a pasar el resto de la tarde, mientras allí estaban Reborn, I-pin y Lambo. Fuimos al cuarto, y nos sentamos alrededor de la mesa, y la madre del décimo nos trajo unas bebidas y unas patatas para comer mientras charlábamos. Sentía como Yamamoto me echaba miradas, como diciendo "dale la carta ya" pero yo lo ignoraba, hasta que de miradas pasaba a pequeños golpes a mis pies. Mi paciencia estaba gastándose por instantes, y Yamamoto se levanto, y dijo en un susurro "aprovecha", pero al levantarse dijo que iba al baño, y el décimo y yo nos quedamos solos en el cuarto. Pensé que realmente podría ser el momento, así que rebusque en mi bolsillo y se la deje en la mesa.

Es una carta para usted, décimo. - Me fije como se quedaba en shock y al segundo se sonrojaba hasta las orejas.

¿Po-po-po-porque yo tengo esto? –

Se notaba que estaba bastante sorprendido por la carta

Solo ábrala y léala, a ver si es de amor o no.- Le dije de manera bastante inocentona.

Entonces el comenzó a abrirla, el sobre rosa se rasgo con facilidad, y otra hoja de tonos rosados salio y el décimo comenzó a leerla. Por un segundo vi que se quedaba blanco como la leche y luego un leve sonrojo se mostró en sus mejillas. Arquee una ceja, curioso, y el décimo guardo la hoja en el sobre y se la guardo en el bolsillo del pantalón.

¿Era una carta de amor o un reto? – Le pregunté, ya que parecía no querer contármelo por su cuenta.

De amor…- dijo levemente en un susurro.

Yo no dije nada mas, sabía que la carta era de un chico, y aquello le tendría que ser incomodo sabiendo que es hetero. A los pocos segundos, llego Yamamoto, y me miro acusatoriamente, y asentí levemente, diciendo que le había dado ya la dichosa carta. Rápidamente Yamamoto se sentó a mi lado, y le mire raro, no era habitual que se quedara tan cerquita mío, no me molestaba ni mucho menos, pero era raro. Me tomo de la mano, y me sonroje como un estúpido, y me dijo en la oreja, sintiendo como su aliento chocaba en mi piel, diciendo un "vámonos" y yo como tonto me deje llevar. Me despedí como pude del décimo y salimos.

Oye… ¿Por qué nos vamos? – Inquirí algo curioso.

Es por la carta, yo se que dice de quedar con Tsuna. – Dijo rascándose la nuca. El sabía mucho más de lo que yo sabía.

Pues ve contándome, que no me entero de nada. - Ya esta situación cada vez era más rara, yo me tenía que enterar, a las buenas o a las malas.

Vamos a mi casa, te invito a comer y te lo cuento. – Dijo yendo ya en dirección a su casa.

Llegamos rápidamente a la casa, ya que íbamos a un paso mas rápido del habitual, parecía que quería quitarse rápido de las calles sin saber porque. Entramos en la tienda y salude al padre de Yamamoto y el le dijo al padre que estarían arriba hasta la hora de la cena, que no nos molestase que teníamos que estudiar. Me senté en su cama, esperando a que me contase todo de una buena vez. No me quedo otra que empezar ha hablar yo mismo.

Sólo se que la carta viene de un chico, nada más, así que empieza ha hablar.- Dije algo cortante, pero necesitaba saber.

No es la cuestión si la carta es de un chico, es de quien y el contenido… - Suspiro sonoramente, mirando al suelo, y luego me miro, y ladee la cabeza esperando que el siguiera.

Él solo me dijo algo de lo que hablaba allí, pero no todo. Por lo visto ama a Tsuna desde que lo conoció, y que quiere casarse con el… o al menos eso dice. – Yamamoto se le veía algo sonrojado.

Abrí los ojos como platos, ¿casarse? Pero si… solo tenemos 15 años, como puede hablar de cosas como esas… Pero, si son dos chicos ¿como…? Agite la cabeza sacando aquellos pensamientos, pero me fije en Yamamoto de nuevo, seguía sonrojado. Aquello me enfado mucho, bastante.

¿La carta es tuya? – Le espete, sin ningún pudor o delicadeza.

¿Mio? No, no me gusta Tsuna de esa manera, es de Hibari. – Dijo como si nada.

¿¡Hibari!? ¡Hibari Kyouya! – No podía salir de mi asombro, ese tio…

Me senté mejor en la cama, asimilándolo. Definitivamente Hibari había estado en nuestro instituto desde hace mucho y se notaba que miraba mucho al décimo, pero no de aquella forma, o al menos yo pensaba eso, más bien de manera de rivales, pero ahora pensaba que no era de esa forma en la que le miraba. Ya pensé que ya entendía porque Yamamoto estaba así por la dichosa carta. Si por un casual la carta se perdiera o le pasaba algo, nos "mordería hasta la muerte" o con que simplemente las cosas no le salieran con el quería que fueran. Cuando salí de mi asombro, mire a Yamamoto.

¿Y que va ha hacer el décimo? – Mas bien me lo preguntaba para mi mismo, ya que no creí que Yamamoto fuera a saber algo más que yo.

Pues, me parece que los dos se gustan. – Dijo rascando su nuca.

¿¡En serio!? Cómo puede ser… ¿A caso todos somos homos? – Quise morder mi lengua, solo esperaba que Yamamoto no se diera cuenta.

¿Todos? Gokudera, ¿también eres homo? – Miro algo serio, como queriendo saber.

Inevitablemente me sonroje hasta las orejas. No era muy normal decir casualmente al chico que me gusta que soy gay, por lo menos para mí. Mire hacia otro lado, y asentí levemente. Me fui hasta la ventana, respire hondo y le mire sonrojado, pero el estaba mas bien sorprendido. ¿No le afectaba saber que el décimo era gay pero yo si? Será que es porque me quedo a dormir ¿o que? Era todo bastante confuso.

Esto… yo me voy a casa. Ya nos vemos mañana en clase.-

Dicho esto cogí mis cosas y salí por la puerta. Mire hacia atrás, pero no había nadie detrás. Tenía la esperanza de que Yamamoto viniera por mí, diciéndome que me amaba o algo así, pero era algo imposible. Suspire sonoramente, y me dirigí a mi casa. Deje las cosas en la mesa y me tendí bocabajo en la cama, con ganas de llorar. Su silencio me había hecho daño, bastante, ya que me hacia sentir como un rechazo. Sin ni si quiera darme cuenta, me quede dormido llorando, como un total estúpido.

Continuará…