Hola, muchas gracias por darle una oportunidad a esta historia. Esto es Itasasu (yaoi) Es sobre la fama, la familia, el amor y el odio. Espero que les guste.
ﯓ
ﯓ
ﯓ
Capítulo 1: La fama.
ﯓ
ﯓ
ﯓ
—La fama no lo es todo, Sasuke… algún día lo entenderás, cuando puedas poner tus pies sobre la tierra. —dijo un joven de cabello negro y mirada fría—. Hasta que no lo hagas, no vuelvas, tonto hermano menor.
Sasuke Uchiha despertó. Una suave transpiración cubría su delgado y atractivo rostro. Su cabello negro y lacio, lucia en estos momentos despeinado y un poco húmedo.
Lentamente se sentó en la elegante cama blanca y miro hacia su costado, donde estaba la mesa de luz negra con líneas plateadas; el despertador marcaba las seis de la mañana.
Maldijo internamente aun bastante adormilado, sabiendo que hoy era sábado y no tenía colegio, pero también entendiendo que no podría dormir ni aunque lo intentara diez veces. Gracias a aquel sueño que era en parte realidad. ¿O tendría que llamarlo pesadilla?
Sasuke se puso de pie tamborileando torpemente hacia el baño, que estaba en la segunda puerta al lado de la cama. Lo primero que hizo al entrar fue tocar unos botones para que la bañera empezara a llenarse de agua caliente, mientras este iba hacia el inodoro a orinar y maldijo nuevamente al ver que no había levantado la tapa, que ya estaba manchada, hoy no sería su día, pensó tomando un poco de papel para limpiarla.
ﯓ
ﯓ
ﯓ
Ya cambiado con una remera azul, pantalones cortos blancos y unas zapatillas deportivas, estaba desayunando en la mesada de la cocina. Tenía un comedor aparte, pero se le hacia más fácil hacer todo allí. Además no era que estuviera con alguien, ya que vivía solo, casi solo, pero era lo mismo ya que su tío nunca aparecía.
Cuando estaba por darle el último mordisco a su tostada, su celular empezó a sonar. Sasuke arqueo una ceja, eran casi las ocho de la mañana, dudaba que su mejor amigo estuviera despierto a esta hora. Tampoco era que lo llamaran mucho, ya que no le pasaba su número a casi nadie.
Dejo su comida en el pequeño plato donde la había agarrado y tomo el celular. En su pantalla aparecía privado, lo cual significaba dos cosas, una que fuera alguna empresa para venderle algo o… su familia.
Trago saliva y atendió sin decir nada, del otro lado se escuchaba una respiración suave, nada más. Quiso colgar, sabiendo que no sería nada bueno decir hola, algo en su interior le gritaba que no hablara.
—¿Sasuke…? —preguntó una voz del otro lado de la línea. El muchacho cerró sus ojos, era su madre.
—Mamá… —dijo casi en un suspiro—. ¿Sabes que hora es? —preguntó este estando algo más tranquilo. Por lo menos no era su padre y mucho menos su hermano, quienes ya hacían dos años que no le hablaban—. ¿Qué necesitas?
—Sasuke… ¿Cómo has estado? —preguntó la calida voz de la mujer. Sasuke mordió su labio inferior, algo iba mal, lo sabía—. ¿Cómo esta todo por Estados Unidos?
—Bien… hace bastante calor. —respondió tomando jugo de naranja exprimido de su vaso—. ¿Qué necesitas? —volvió a preguntar dejando ya el vaso en la mesada.
—¿Estabas ocupado? Solo… quería hablar contigo. ¿Sabes que hoy se cumplen dos años desde que te mudaste? —el lo sabía perfectamente—. Y en un mes cumplirás dieciséis. ¿Obito esta ahí? ¿Cuida de ti?
Sasuke intento por todos sus medios no suspirar y si decirle a su madre si a todo, cuando sabía muy bien que su tío estaba más perdido que el mismo
—¿No quieres volver a Japón por tu cumpleaños? Podrías traer a Naruto y…
—Mamá., estoy muy ocupado aquí… el colegio, la banda, entre otras cosas. No me deja mucho tiempo, además padre no quiere verme seguramente… —y menos Itachi, pensó Sasuke encogiendo su corazón—. Si quieres… puedes venir tú.
¿Qué estaba diciendo? Se preguntó, posando una mano en su frente, si su madre viera como vivía lo mandaría nuevamente a Japón. Se había mudado a sus catorce años porque gracias a su manager, una empresa había querido contratarlo para que hiciera comerciales en Estados Unidos, como también para que formara una banda junto con Naruto. La cual ahora era muy conocida, pero su padre se había aferrado que eso afectaría a la familia Uchiha, la cual era muy conocida. Aun así su madre había convencido a su padre, pero este nunca más le había hablado, como Itachi…
Su tío, Obito Uchiha, el hermano menor de su padre, había dicho que no había problema en que Sasuke fuera a vivir con el y durante medio año había estado todo perfectamente, pero luego este se había empezado a despreocupar por su sobrino. Claramente nadie de la familia sabía eso, pero Obito casi no iba a verlo y cuando si, estaba muy ocupado, ya que cuidaba las empresas de la familia que estaban en este país. Mientras que Sasuke también estaba ocupado en el colegio, la banda y secciones fotográficas, ya que aparte de cantar, era modelo.
—¿Sabes que tu hermano esta en Estados Unidos? —preguntó su madre con voz dulce, Sasuke entreabrió los ojos, estaba sorprendido—. Le dije que fuera a verte, pero sabes como es el… no me dijo nada, aun así capaz… te visita.
—Lo dudo, pero lo tendré en cuenta. —murmuró Sasuke cerrando su puño fuertemente, su hermano lo odiaba.
—Sasuke, quiero que arregles las cosas con Itachi… Los hermanos tienen que ser unidos. —Sasuke escucho una voz a lo lejos—. Lo siento, tengo que irme, prometo llamarte más tarde, atiende el celular… Y por lo de tu cumpleaños, trata de pensar que quieres de regalo y si quieres venir a Japón… Te extraño, besos.
Antes de que pudiera decir algo, escucho el tono del fin de la llamada y ahora si, suspirando, se guardo el celular en su pantalón y salio de la casa iluminada y elegante para salir a correr.
ﯓ
ﯓ
ﯓ
Eran las cuatro de la tarde cuando Sasuke Uchiha se encontraba en una plaza recostado en un árbol. Con su mano derecha sostenía un pequeño libro azul, mientras que su mano izquierda reposaba detrás de su cabeza. Tenía un aire despreocupado y sensual. Su vestimenta ahora era una camisa blanca abierta de par en par, dejando ver unos suaves músculos en su abdomen, unos pantalones negros de vestir y zapatos de cuero.
—¡Mira a la cámara! ¡Si, así… ahora quiero que sostengas una mirada casual…! —estaba diciendo el fotógrafo mientras seguía tomando fotos, las luces artificiales estaban detrás de este, haciendo que la piel de Sasuke fuera más nívea—. ¡Entra, Uzumaki!
Un muchacho rubio con el cabello en puntas camino hacia el moreno, eran casi de la misma estatura; piel dorada, ojos grandes y azules; una gran sonrisa amigable y tres líneas en cada mejilla. Esto lo hacia el muchacho más tierno del grupo, era el mejor amigo de Sasuke Uchiha.
Naruto Uzumaki había nacido en Japón, pero su padre era estadounidense y luego de sus trece años se había mudado a Estados Unidos junto a su familia, dejando que los mejores amigos se separaran. Luego de un año se habían reencontrado y habían formado la banda que su manager había creado.
—Quiero una foto de los dos enfrentados, mirándose. —dijo el fotógrafo mientras los muchachos obedecían, detrás en el medio estaba el árbol—. Muy bien… Ahora tu Neji Hyuga.
Un muchacho de cabello largo, marrón oscuro y muy lacio camino hacia ellos. Era el más alto de la banda; también apuesto y casi siempre llevaba una cinta blanca en su cabeza. Este era el baterista del grupo, ya que Naruto era el cantante principal y Sasuke el segundo cantante, quien además tocaba la guitarra.
—Ponte al lado de Naruto. Sasuke mueve tu cabeza hacia un costado —decía el fotógrafo señalando con su mano en varias direcciones—, Naruto a la cámara, Neji hacia arriba… perfecto. —los flashes empezaron nuevamente y por ultimo llamo a otro muchacho, que estaba de brazos cruzados esperando. —Shikamaru Nara, ponte al lado de Sasuke.
Era un muchacho delgado, con el cabello atado en una coleta, ojos pequeños y de mirada vaga. Era el pianista y siempre le molestaba hacer todo, pero aun así lo hacia. Los cuatro conformaban la banda Konoha, quienes de a poco iban conociéndose en el mundo.
—Ahora quiero que Shikamaru ponga un brazo en el cuello de Sasuke, como colgándose de el. Neji haz lo mismo… —el fotógrafo observo la imagen ante el, buscando el más mínimo detalle para que todo quedara perfecto—. Bien, esta muy bien. Ahora todos de perfil mirando hacia la cámara, si… así. —el fotógrafo se movía de un lado a otro, mientras sacaba varias fotos en otros ángulos.
—Que molestia hacer esto un sábado… —murmuró Shikamaru entre dientes para no salir mal en la foto.
—Vamos, es divertido. —objetó Naruto y todos sabían que era al único que le gustaba—. Cuando terminemos podemos ir a tomar un helado o comer ramen.
—Ni sueñes que comeré ramen con este maldito calor. —gruñó Sasuke cambiando de pose con la guía del fotógrafo—. Además no quiero lidiar con las fan.
—Tú nunca quieres lidiar con ellas… Son muy buenas personas, nos admiran… —estaba diciendo Naruto, pero dejo de hablar al ver como su manager los fulminaba con la mirada. Ninguno había entendido el estar quietos y silenciosos para una foto.
Cuando termino la extensa sección de fotos los muchachos entraron a una gran carpa armada para poder cambiarse. Agradecían que hubieran cerrado el pase a las personas en el parque, porque les hubiera sido muy difícil estar trabajando con los gritos de las muchachas. Dentro del lugar hacía aun calor, pero unos cuantos ventiladores facilitaban que no transpiraran.
—Vamos a… —comenzó Naruto, pero Neji lo interrumpió sabiendo lo que diría.
—Si salimos a tomar un helado nos seguirán las fan, que deben estar esperándonos, deberíamos ir en auto hasta otro lugar… —dijo Neji viendo que la carpa era más grande de lo que parecía. Esta tenía un pequeño camerino y unas subdivisiones con tablas blancas para que se cambiaran.
—Pero… en estos lugares dicen que sirven unos helados enormes… ¡Con gustos muy ricos y nuevos! —la cara de Naruto cambio a una perversa—. Además también hay gusto de dulce de tomate… —Naruto antes de entrar a una de las divisiones vio como Sasuke parpadeaba unas veces y sonrió de lado.
—Creo que podríamos intentar ir… —comentó este con un pequeño sonrojo.
Naruto sonrió triunfalmente, la comida favorita de su mejor amigo eran los tomates y si eso no lo hacia cambiar de opinión nada lo haría, lo sabía muy bien. Eran unas de las pocas cosas que podían convencer a Sasuke sin esfuerzo. Alabados sean tomates, pensó Naruto.
ﯓ
ﯓ
ﯓ
La nueva heladería no estaba lejos del lugar y mientras salían de la plaza, agradecieron que los fan no estuvieran en esa salida. Aun así su manager se ofreció a llevarlos caminando, ya que tenían malas experiencias con las personas que los acosaban.
El manager era alto, de piel muy blanca y ojos amarillo dorado, que tenían forma de serpiente. Su cabello era largo y lacio, un mechón caía en su frente hasta casi su mejilla hundida; en si parecía una serpiente, con mirada divertida y su voz aterciopelada. Era apuesto, pero raro en muchas cosas.
—¿Cuánto falta? —preguntó Shikamaru. Habían caminado ya tres cuadras y una suave capa de transpiración le cubría el rostro—. Hace mucho calor. ¿Por qué la camioneta no nos llevo?
—Porque los fan estaban al lado de esta, dudo que quieras que te sigan. —dijo el manager sin una gota de sudor. —¿Quieres agua?
—¿De tu botella? –preguntó Shikamaru incrédulo—. No, gracias Orochimaru… quiero vivir y tu tiendes a echarle droga a casi todo.
—Ya la necesitaras, cuando tengas que hacer conciertos todos los días… —y el hombre tenía en si razón, pensó Sasuke, pero no dijo nada.
Muchos famosos se drogaban para poder resistir más en sus conciertos, también en la calle, porque la fama era muy pesada cuando todos miraban lo que hacías y tenían que soportar aquello. Era algo natural entre la gente famosa, aun así estaba mal visto en publico. También estaban los que tenían todo y no les faltaba nada y esos eran los peores.
—¿Quieres decir que me drogare para poder tocar el piano? —preguntó Shikamaru arrastrando sus palabras, como si le costara hablar—. Si tuviera que hacer eso lo dejaría de hacer. Hay personas que lo hacen solamente porque les gusta, otras porque tienen todo y otras porque están presionadas… A mi no me importa ninguna de esas, si no lo puedo hacer no lo haré, si la gente quiere mirarme en la calle, que lo haga. No dejaré de ser alguien por otro.
Sasuke se quedo mirando al muchacho. No era que se llevaran como grandes amigos, el lo clasificaba como un compañero de banda; un amigo, pero hasta ahí. Aun así lo que acaba de decir lo había dejado pensando, eran sabias palabras, era lo que necesitaba decir el a su familia. Abrió su boca para decir algo, pero quedo silenciado por el grito de Naruto.
—¡Ahí, es ahí! ¡Wooow esta muy lleno! —gritó Naruto jalando el brazo a Sasuke—. ¡Vamos por tu helado de tomate! ¿Habrá helado de Ramen?
La heladería era inmensa. Fuera del local, podía verse a los costados de la entrada, dos grandes estatuas a cada lado de helado de muchos colores. Dentro había muchas mesas llamativas, estatuas grandes de dulces, helados y galletas y un mostrador con muchos sabores para elegir. Todos agradecieron el fresco aire del local.
—¡Es hermoso! —exclamó Naruto con brillos en sus ojos—. ¿Pero porque tanta fila?
Sasuke vio que la cola de gente iba desde el mostrador hasta casi terminando el local. Claramente un día de calor y un local nuevo, tan llamativo como era este, iba a ser obvio que iba a ver gente.
Por lo menos agradecía que nadie se había dado cuenta quienes eran, no era que fueran sumamente conocidos, pero tenían su pequeña fama.
—¡Un momento! —gritó el rubio señalando en la mitad de la fila. —¡Hermano! ¡Deidara!
Un rubio de cabello largo y lacio se dio vuelta. Llevaba solamente una musculosa muy apretada, al igual que su pantalón negro corto y ojotas del mismo color. Era parecido a Naruto, salvo que era más alto y mucho más delgado.
—¿Qué haces aquí enano? —preguntó este viendo como Naruto se acercaba como un cachorro.
—¿Puedes pedirnos helado? Hay mucha gente y… —estaba diciendo, pero su hermano mayor le puso en dedo sobre sus labios.
—Haz la fila gusano… —sus palabras habían sido claras, precisas y dolientes para Naruto Uzumaki.
—¡Si serás… le diré a mamá que tienes guardado debajo de tu colchón unas revistas de…! —Naruto no pudo continuar porque su hermano le tapo la boca con su mano.—. Mmmmm
—Bien, bien… Escríbeme los gustos. —gruñó Deidara soltando a su hermanito—. Sasuke… —murmuro—. Hola… Sabes, hace un rato vi a tu hermano…
—¿Qué? —Sasuke se quedo quieto mientras intentaba asimilar esas simples palabras.
—Estaba en una empresa Uchiha, creo que es cerca de acá… Me llamo para que lo fuera a ver, pero estuve poco tiempo porque esta muy ocupado… ¿Por qué no vas a verlo? Creo que sería bueno… tu sabes… capaz hasta se arreglan.
Sasuke no espero un segundo más, aunque no quisiera ir, aunque odiara a su hermano mayor y aunque sintiera que si lo encontraba lo mataría a golpes para luego llorar, empezó a correr. No espero a que alguien lo detuviera, ni escucho los gritos de nadie detrás de él, solo corrió hacia la empresa que estaba a tres cuadras del lugar.
El golpe de calor lo azoto cuando salio a la calle, pero tampoco le importo. Solo corría contra el viento haciendo que su cuerpo transpirara más de lo habitual, mientras su cabeza no dejaba de pensar.
¿Acaso era casualidad? ¿Realmente podía ser que de las cuatro empresas que tenían en Estados Unidos, Itachi fuera primero a esta? ¿Y que justo el se encontrara a tres cuadras? Sasuke no creía en eso, pero aun así ahora era su única esperanza. ¿Qué haría al verlo? ¿Aguantaría otra vez más el ser ignorado por su hermano? ¿Aceptaría que Itachi Uchiha ya no lo quisiera? Cerro sus ojos mientras seguía corriendo, solo una cuadra más, se decía lentamente.
Cuando llego, vio frente a el un gran edificio. Arriba de todo estaba el emblema del clan Uchiha: la familia Uchiha. Este tenía forma de abanico, la primera parte roja y la otra blanca. Era conocida en Japón como mundialmente.
Las grandes puertas de cristal, era lo único que le impedía pasar, no era difícil dar unos pasos y que las puertas se abrieran electrónicamente, pero para el, si. Era esto y unos cuantos pisos lo que probablemente lo que lo alejaba de su hermano, quien seguramente estaba tan cerca… y tan lejos a la vez.
Camino lentamente por las escaleras para poder pararse frente a las puertas que daban su reflejo. No estaba tan cerca para que estas se abrieran y ahí podía verse con mucha claridad, amaba ese tipo de vidrio donde reflejaba el exterior.
Vio como no podía reconocer su imagen. Tenía cara de miedo y enojo, sus ojos estaban muy grandes y su cara más pálida que de costumbre, con una fina capa de transpiración. Su cabello levantado atrás en punta y con flequillo desmechado que le caía rozando sus ojos también en puntas, no estaba mal, pero tampoco bien. Dio un paso más y las puertas se abrieron.
Una suave brisa le acaricio el cuerpo, el aire acondicionado se sentía desde afuera y al entrar sintió que tenía mucho frío. Pensó entonces que lo mejor era darse media vuelta e irse, pero una mujer alta y atractiva apareció frente a el junto con un guardia de seguridad.
—Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarlo…? —preguntó la joven, con una voz dulce y sonrisa encantadora.
—Hola… yo… estaba… —Sasuke no sabía que decir.
¿Soy Sasuke Uchiha heredero de esta porquería que gracias a ello mi padre y hermano no me hablan? ¿Soy un famoso que quiere conocer el lugar y porque no al líder, Itachi Uchiha? ¿Esta Obito Uchiha, lo estoy buscando? Sasuke trago saliva y se sereno. El no era así, el era frío, tranquilo… necesitaba relajarse para poder ser el mismo de siempre.
—Yo soy…
Un grito hizo que todos miraran hacia el ascensor que ya estaba abierto. Un hombre caminaba deprisa gritando a todos, parecía estar fuera de sus cabales y Sasuke lo conocía muy bien, era Danzo, la mano derecha de su padre.
—¿Danzo? —preguntó Sasuke casi en un susurro, el guardia de seguridad camino hacia el hombre para que se detuviera, pero este lo esquivo empujándolo.
La mujer alta también avanzo hacia este, pero Danzo totalmente desquiciado le pego una fuerte cachetada que la hizo caer de rodillas. Sasuke arqueando una ceja caminó totalmente molesto, podía ser frió e indiferente con las mujeres que la acosaran, pero no aceptaría que un hombre le pegara a una mujer, aunque esta se lo mereciera o no.
—¡Hey! —gritó Sasuke alzando sus brazos, obtuvo totalmente la atención del hombre—. ¿¡Qué te crees!?
—¿Sasuke? —preguntó este con un gruñido, Sasuke nuevamente arqueo una ceja, ¿por qué sentía se que había metido en la boca del lobo?
Lo primero que sintió fue como la pared se aproximaba a el. ¿O fue al revés? Sasuke vio como Danzo lo sostenía de su remera azul y lo elevaba unos centímetros del suelo, sus caras estaban casi pegadas y podía sentir el terrible alcohol que tenía el hombre encima.
—¿Crees que por ser un Uchiha puedes darme ordenes? ¡Mocoso! —Danzo le lanzo una piña al estomago. Sasuke cayó al suelo escupiendo saliva, intentando tomar el aire que se le había ido por el golpe.
Totalmente enojado, se levanto lo más rápido que pudo y esquivo el siguiente golpe que iba hacia el en la cara, se alejo un poco más mientras Danzo lanzaba más golpes a diestro y siniestro.
El hombre estaba borracho, pensó Sasuke, pero aun así le había golpeado. Lo haría pagar por eso y rápidamente como cuando había practicado con Naruto, avanzo con mucha velocidad para dejarle un golpe corto, luego otro y otro. No iba a dejar que pudiera hacer nada, pero no todo era perfecto y cuando estaba por darle otro golpe, el hombre le había lanzado una patada que le había dado en la mandíbula. Sasuke cayo nuevamente al piso escupiendo sangre y gruñendo, estaba ya sacado de cabales.
Intento levantarse, pero Danzo había empezado a golpearle el estomago, por lo cual este había puesto sus brazos en modo protección y al recibir la tercera patada empezó a rodar hasta tocar la pared y levantarse. Cuando lo hizo pudo ver porque Danzo ya no daba más patadas.
Un joven de cabello negro, dividido a la mitad, con coleta y traje sostenía el brazo de Danzo. Este solo lo miraba a Sasuke y llevaba una mirada tranquila. Cuando el hombre dejo de forcejear lo soltó.
—No vuelvas a pisar ninguna empresa Uchiha, si lo haces llamare a la policía —su acento japonés era esplendido y era porque nada más y nada menos, vivía en Japón y se llamaba Itachi Uchiha, el hermano mayor de Sasuke—. Tú, sígueme.
Sasuke parpadeo varias veces al verse señalado con el dedo de Itachi, pero sin pestañar lo siguió dando una mirada rápida al lugar. Danzo ya estaba siendo arrastrado por el guardia, mientras que varias personas se habían reunido en el lugar para ver la pelea, lo cual cuando Sasuke estaba peleando, no se había dado cuenta.
Al entrar al ascensor, hizo todo lo posible para ponerse lo más alejado de su hermano que pudiera, este ya no lo miraba y Sasuke lo imitaba. El silencio lo incomodo, hasta que el ascensor hablo con voz mecánica que estaban en el piso numero diecisiete. Itachi salio de allí y Sasuke lo siguió tratando de no perderlo, porque caminaba muy rápido.
El lugar era blanco con tonos negros y verdes, gracias a las plantas. Había muchas salas con las puertas cerradas y la principal tenía grabada el nombre de Obito Uchiha. Itachi entro en esta, dejando que Sasuke pasara para cerrar la puerta.
Nunca había estado en la oficina de su tío y ahora entendía el porque, como casi todas, era aburridas, normales… ¿Acaso se esperaba que hubiera un payado en una oficina? Lo único apreciable era aquel escritorio de caoba y la vista. La ventana era muy grande y fuera podía verse con claridad todo, desde los grandes edificios hasta dos parques que estaban cerca.
Itachi se sentó en la butaca de su tío, mientras le hacia señas a Sasuke para que se sentara del otro lado, en una pequeña silla de cuero que no se parecía en nada en la que estaba Itachi, pero Sasuke sin rechistar le hizo caso.
No hubiera podido saber cuanto tiempo estuvieron así, mirándose a los ojos sin decir nada. Si fuera por el, hubieran sido décadas, le incomodaba tanto, pero no quería desviar su vista, eso le haría sentirse muy inferior y eso que ya sentía que lo era.
Su hermano no había cambiado mucho, salvo que su cabello estaba más largo y sus ojeras un poco más pronunciadas. Sus ojos oscuros, como los de el, seguían siendo iguales, pero antes habían sido más dulces. Ahora Sasuke al verlos podía encontrar muchas cosas, pero no la típica amabilidad de el.
—¿Te duele? —preguntó Itachi por fin rompiendo el silencio. Sasuke arqueo una ceja y recordó luego que se había peleado con Danzo, negó sin poder hablar—. Tienes sangre en la boca…
Sasuke pasó su mano por sus labios y noto que estaban algo hinchados y al mirar sus dedos, vio como estaban llenos de sangre, suspiro y hablo con voz ronca.
—Orochimaru me matara…
—Creo que por aquí había un botiquín… —murmuró para si mismo, levantándose para buscar en un armario blanco—. Acá esta.
Itachi lo abrió y saco de este alcohol y algodón, mientras preparaba lo que estaba haciendo. Sasuke se quedo mirando a su hermano, ahora que se daba cuenta, Itachi había crecido de estatura un poco más. Vio como este terminaba con su preparación y se acercaba a el.
Sasuke trago saliva al ver que Itachi se arrodillaba frente a el y lentamente, tomando un pedazo de algodón mojado con alcohol, se lo pasaba en el labio suavemente, como si fuese una pequeña rosa a punto de quebrar.
¿Acaso su hermano se había vuelto por fin loco? Pensó el menor viendo a los ojos del mayor, quien tenía una mirada extrañamente dulce. ¿Acaso era como antes? ¿Cómo cuando ellos querían? ¿Cuándo eran hermanos inseparables?
—¿Por – Por qué haces esto? —preguntó Sasuke nervioso y vio como la mirada dulce de Itachi cambiaba a la de antes.
—Porque estas lastimado… —respondió, como si fuera normal hacer esas cosas.
—¿Por qué Danzo estaba así? —Itachi presiono un poco más fuerte su labio, haciendo que Sasuke largara un pequeño quejido.
—Padre lo ha echado, ha estado robando a la familia… Así que si lo ves, aléjate. —claramente Sasuke podía o no conocer a su hermano, pero algo sabía, Itachi Uchiha era un hombre de pocas palabras—. Ya esta… ¿Te duele?
Sasuke negó con la cabeza, sintiendo como la mirada de su hermano lo atravesaba por completo. ¿Por qué no podía quitarle los ojos de encima? ¿Por qué Itachi no lo dejaba de ver? ¿Y por qué se estaba comportando tan amable con el? Lo único que podía ver era como su hermano mayor lo observaba en silencio, a una distancia bastante corta. ¿Acaso era su imaginación y la distancia era aun más corta a cada momento? ¿Entonces podía también imaginar que la respiración de Itachi estaba aun más cerca? Quiso decir algo, moverse, apartar su mirada, pero no podía. Su hermano estaba frente a el, hipnotizándolo con su mirada.
Su teléfono empezó a sonar, lo que hizo que Itachi se alejara hasta volver a sentarse en el sillón frente a Sasuke, ahora a una gran distancia. El Uchiha menor maldijo internamente, sacando su celular del bolsillo, suspiro al ver que tenía la pantalla rota, la pelea con Danzo había ocasionado esto.
—¿Qué quieres? —preguntó Sasuke de mal humor contestando el teléfono.
—¿Acaso no me dirás si te vas corriendo como un idiota? –preguntó la voz de Orochimaru, Sasuke agradeció que en esa distancia Itachi no pudiera escuchar lo que decía su manager. —¿Es que se te han cruzado los cables? Pestañeo dos segundos y ya no estas… Vuelve inmediatamente o…
—¿Llamaste solo por eso? Adiós… —Sasuke estaba a punto de cortar, pero escucho como Orochimaru seguía hablando y poso nuevamente el celular en su oído—. ¿Qué?
—Que malos modales Uchiha, cuando te vea te educare.
—¿Tu y cuantos más? Orochimaru, si no tienes nada coherente que decir… ah… No creo poder hacer ninguna entrevista, porque tengo el labio partido, así que cancela todo, igual no iré si lo haces. —Sasuke alejo su celular al escuchar los gritos e insultos que decía su manager. Itachi arqueo una ceja, al parecer también lo había escuchado—. ¡No fue mi culpa, esta vez no! ¡Y no volveré, ya termine mi trabajo hoy!
Sasuke viendo que Orochimaru seguía con sus insultos, cortó la llamada y apago su celular guardándoselo en el pantalón, para luego ver a los ojos a su hermano, este estaba rígido como una piedra, como siempre.
Gracias a lo que había pasado recién, gracias a su manager tan educado… se había dado cuenta que el antiguo Sasuke Uchiha había estado presente luego de la pelea. El niño dulce e idiota que le había creído y confiado todo en su hermano, pero ahora se encontraba el nuevo Sasuke, el muchacho frío.
—Itachi… —Sasuke afilo su mirada, su voz sonaba diferente—. ¿Por qué me trajiste aquí? Dudo que sea por esta lastimadura…
—¿Era tu manager el que decía aquellas malas palabras? —interrogó Itachi ignorando a Sasuke.
—Yo pregunte primero.
—Yo segundo, ¿qué tiene que ver? Responde, soy tu hermano mayor.
—¿¡Ahora si me tratas como un hermano!? ¿¡Qué te crees!? —Sasuke se levanto de la silla haciendo que esta cayera hacia atrás. —Muérete, maldito bastardo.
—¡Sasuke! —habló Itachi, elevando un poco más su voz—. ¿Dónde han quedado tus modales? ¿Te recuerdo que tienes dieciséis años y yo veinticuatro?
—Vaya… y yo que pensé que no podías contar… te felicito hermano. –Sasuke arrastro y dijo con otra voz más divertida su última palabra—. Ahora… si quieres darme una lección o no se que… puedes guardártela.
—Sigues siendo un niño… —suspiró el mayor arrastrando su mano por su cara—. Pensé que habías cambiado…
—¿Cambiar? ¿Acaso te molesta como soy? ¿Acaso te doy asco? Ah… claro que si… ¿Si no como puede ser que durante estos dos años no me hayas dirigido la palabra? Igual no te preocupes, no me importas tu, ni padre. Por mi pueden irse al…
—Ojo con lo que dirás, Sasuke. —habló una voz neutral detrás de el. Sasuke se dio vuelta rápidamente, encontrándose con Obito y Fugaku Uchiha, su padre.
Este se quedo helado mientras su piel nívea iba palideciendo. Aunque en todo el lugar hubiese aire acondicionado y no fuera para estar en remera, ahora este tenía mucho, pero mucho calor.
—Siento mucho lo de Danzo, bien hecho Itachi por detenerlo. —Sasuke afilo sus ojos, siempre había sido así, hiciera lo que hiciera, el nunca recibía un "bien hecho" de su padre, pero si Itachi respiraba su padre lo felicitaba—. Mi vuelo se había retrasado.
—No fui yo, fue Sasuke. —comentó Itachi, lo cual Sasuke reconoció que su hermano siempre había estado intentando que su padre se fijara en el. Por lo menos eso no había cambiado, pensó.
Fugaku miro lentamente a su segundo hijo, de arriba abajo, su mirada siempre había sido fría y seria. Hacia ya dos años que no se veían y aun así este no mostraba ningún aprecio.
Su padre seguía igual que siempre, el cabello parecido al de Itachi, pero color marrón oscuro, unas pronunciadas ojeras y su piel apenas más oscura. Ahora tenía un poco más de arrugas en los costados de sus mejillas, pero estaba simplemente igual.
—¿Acaso no te gustan los trajes, Sasuke? —inquirió su padre, este miro hacia el piso, ahora iba a ser el momento donde el le encontraría todos sus defectos—. ¿Y por qué no peinas tu cabello en vez de tenerlo… parado? Deberías arreglarte un poco más… no por no estar trabajando en la empresa Uchiha tienes que ir así… no des mal ejemplo a la familia. ¿Acaso los padres de Uzumaki permiten eso? ¿Obito, acaso no estabas viendo esas cosas?
—Ah... verás... —Obito apareció detrás de Fugaku—. Hace como dos semanas que no puedo pasarme por casa… —este parecía más nervioso que Sasuke, su tío era parecido a Naruto en carácter como en el cabello, aunque tenía los rasgos Uchiha, piel blanca y ojos oscuros—. Hola, Sasuke, lindo peinado.
—¿Qué? ¿Cómo es eso? ¿Sasuke ha estado viviendo solo? —preguntó Fugaku bastante molesto.
—Es… buen chico, no hace nada malo, además sabe cocinarse… —una sonrisa nerviosa cruzo su rostro—. Cambiando de tema, ¿Tienes la llave de casa, Sasuke? La mía la perdí… —preguntó su tío rascándose la cabeza, Sasuke suspiro. El era tan inoportuno como siempre, busco en su otro bolsillo y no encontró nada—. No me digas que…
—También la perdí… debe estar por… el camino. —balbuceó Sasuke avanzando hacia la salida, era verdad, había perdido su llave, pero aun así, era una muy buena excusa para poder librarse de su padre y hermano—. Tengo que buscarla… así que…
—Detenten ahí mismo. —ordenó su padre, Sasuke trago saliva—. ¿Acaso son idiotas? Obito, te dije que la condición que Sasuke se quedara era que lo cuidaras y ahora van los dos y pierden la llave.
—Vamos Fugaku… Sabes que soy olvidadizo, pero Sasuke esta bien. ¿Verdad? —Sasuke asintió como un adulto aniñado—. ¿Ves? ¿Ahora porque no vamos a comer a un restaurante y charlamos todos alegremente? ¿Si?
—¿Acaso me tratas por idiota, hermanito? –pregunto Fugaku gruñendo—. La responsabilidad es algo muy importante en la familia, como en la persona. Si tiendes a no ser responsable de joven terminas… como tu Obito. Ahora, empaca tus cosas Sasuke, vendrás a Japón.
—¿¡Qué!? —Sasuke abrió grande sus ojos, no podía estar escuchando lo que escuchaba.
—No lo repetiré, hazlo o te irá mal. —su padre avanzo hacia la oficina—. Ahora Obito, muéstrame los papeles que descubriste de Danzo.
Sasuke se quedo mirando como su padre lo ignoraba completamente. Si antes pensaba que aquel hombre era frío, ahora sabía más que nadie que no tenía corazón. Su mirada fue a la de Itachi, quien lo miraba apenadamente, pero antes que este o alguien pudiera decir algo, dio media vuelta y se largo del lugar.
ﯓ
ﯓ
ﯓ
Ya era casi de noche cuando aun Sasuke caminaba desamparado por la calle. No sabía donde estaba y menos donde iba a ir, pero lo que si sabía era que no volvería a Japón solamente porque su padre lo obligaba.
Aquel hombre… era el ser más frió que hubiese conocido jamás y eso que el era frío, pero este… Lo superaba a grandes escalas. ¡Era su hijo! ¡Era su segundo hijo y lo trataba como si fuera la peor escoria del mundo! El único que tenía trato diferente era Itachi y solo porque seguramente era su primogénito, además que su hermano siempre le había hecho caso en todo. Sasuke en cambio, al parecer, era la oveja negra de la familia.
Sasuke recordó, que solo una vez su hermano no le había hecho caso. El debía de tener siete u ocho años e Itachi un poco más. Sabía que era adolescente y que en ese entonces su hermano mayor, luego de terminar la escuela, quería estudiar otra cosa que su padre se negaba en aceptar. Había sido una discusión muy larga y su hermano mayor casi se había ido de su casa, pero una noche Sasuke al encontrar a este llorando lo abrazo. Recordaba muy bien que le había dicho.
—Hermano… te quiero. –Itachi se había quedado helado al ver como su pequeño Sasuke lo abrazaba y le decía aquellas dulces, fáciles y difíciles palabras—. No te vallas… yo me pondré muy triste.
—Sasuke… solo por ti… solo por ti no me iré. —y un suave beso en sus labios había callado lo que iba a decir Sasuke.
Sasuke toco sus labios al recordar aquello. Cuando eran chicos era común para ellos darse esos pequeños besos, pero ahora que recordaba eso no le parecía nada normal, aunque seguramente fuera porque antes era inocente y ahora… ¿Seguía siendo inocente? Suspiro, nunca había besado a nadie y no quería. Nunca le había agradado ninguna chica y no era de dar besos porque si. ¿Acaso su primer beso había sido con su hermano? Suspiro arrastrando sus dedos por el puente de su nariz, estaba loco.
Su celular empezó a sonar, este lo saco rápidamente y vio que en su pantalla aparecía la imagen de su hermano mayor, con un traje de vestir y con letras que decían Itachi Uchiha. Se quedo un rato parado sin poder caminar, viendo la pantalla, luego como si fuese algo que si o si debía hacer, atendió el celular.
—Diga. —su voz era monótona, muy diferente al suave calor de esa noche.
—Sasuke… ¿Dónde estas? —preguntó la voz de su hermano, parecía preocupado.
—No se… en un vecindario. ¿Qué pasa?
—¿No sabes? Dime la dirección y te pasare a buscar.
—¿Acaso sabes andar por Estados Unidos? —pregunto incrédulo Sasuke, dando una pequeña risa, la primera luego de que su padre apareciera—. No volveré a la casa de Obito si es lo que quieres.
—No. Solo quería encontrarme contigo y hablar… como hermanos. —su voz cada vez se volvía más suave—. ¿Quieres? Te prometo que padre no sabrá.
Sasuke suspiro y un segundo antes de que pudiera contestar, sintió un golpe muy fuerte en su cabeza. Cayó al suelo tirando su celular y vio que una persona encapuchada tomaba el aparato mientras otro le revisaba los bolsillos. Estaba muy aturdido como para hacer algo, el dolor del golpe todavía le resonaba en su cuerpo, como pequeñas campanas.
—No tiene nada, ni dinero. —dijo en ingles el hombre que tenía en la mano el celular—. Go.
—¿Tienes dinero, bastardo? —preguntó el segundo a Sasuke que lentamente recobraba el sentido.
—No es muy de hombres golpearme de atrás. Maldito hijo de… —el segundo hombre le dio una patada en el estomago, Sasuke tocio gruñendo. Hoy era el día de recibir golpes, desde que se había levantado había sabido que no sería su maldito día, pensó mientras se ponía de pie rápidamente aun en su estado—. Devuélveme mi celular y no te haré nada. Salvo romperte uno que otro hueso.
—¡Este chico esta chiflado, asiático idiota! —Sasuke cubrió el golpe con sus brazos y le lanzo una patada al segundo hombre que la recibió en la cara—. Se metieron con el chico equivocado.
El primer hombre viendo a su compañero en el piso, saco de su chaqueta una pistola y apunto a Sasuke. Este se quedo quieto viendo como su vida dependía de ello, pero aun así estaba muy furioso, hoy había sido un horrible día y lo sabía. No por eso se iba a detener.
—¡Detente o disparo!
—¡Hazlo y te darán condena perpetua o peor aun condena de muerte! —rugió Sasuke avanzando hacia el y el hombre apretó el gatillo, Sasuke cayó al piso.
ﯓ
ﯓ
ﯓ
Fin capitulo
ﯓ
ﯓ
ﯓ
Autora: Bueno, espero que les haya gustado. Me gustaría mucho si no es molestia que pudieran comentar si les gusto, esto me ayuda a ser mejor escritora, además de darme ánimos para seguir escribiendo.
Me gusta escribir historias largas, así que si, esta tendrá varios capítulos.
Por otra parte, puede que tarde en actualizar, ya que al tener ya lista la historia para el cap 2 me gusta que todo este bien, que hayan los menores errores posibles, pero si los pondré.
Desde ya muchas gracias por leer.
