Personas nuevas, vidas nuevas

Buenas a todos!

Mitsuki: Nosotras somos Soulmates tsuki to taiyo y esta es una de nuestras primeras historias. En esta escribiremos Mizu y yo. Los personajes que pertenecen a Kuroko no Basket obviamente no son nuestros, pero la historia y algunos personajes son de nuestra completa autoría.

Mizu: Así que esperemos que os guste nuestra adaptación y nos enviéis un review si tenéis ideas, sugerencias o consejos que serán bien recibidos. Dadle una oportunidad que no os cuesta además advertimos desde ya (que no digáis que no lo hicimos xD) habrá un poco de todo yaoi, yuri y lo que se nos ocurra en estas cabecitas jaja, nos vemos.

Mitsuki: Así que, por favor, si no os gusta esta clase de géneros simplemente no lo leáis ni hagáis comentarios ofensivos.

Capítulo 1: Nueva vida, ¡prepárate mundo porque allá vamos!

Era un cálido día de primavera como cualquier otro y la ciudad parecía estar repleta de animadas personas caminando, hablando o simplemente observando la ciudad sentados en alguna cafetería. En esas condiciones se podía observar a un trío de jóvenes dentro de un avión.

-Tsk, haz algo con la dormilona.-se quejó el único chico de aquel reducido grupo. Él era un pelirrojo con unas peculiares cejas, ya que estas estaban divididas, sus ojos eran rojos y poseía una altura y complexión que le hacían parecer mayor de lo que era. La achica situada a su lado le pegó una colleja cuando él alzó la voz.

-¡Cállate Taiga!, sabes lo mucho que le cuenta dormir a Mitsuki.-la chica que susurraba parecía dispuesta a matar al mencionado Taiga.-Mitsuki Nee-chan, ya hemos llegado.-susurró la chica removiendo a la chica durmiente.

-Mnm Mizu Onee-chan déjame dormir 5 minutos más.- balbuceó Mitsuki dándose la vuelta recolocándose para retomar su sueño.

-¡Muévete de una buena vez!- exclamó Taiga perdiendo completamente la paciencia fulminando a las dos chicas con su mirada, pero las dos le ignoraban como si fuera una simple y suave corriente de viento.- Somos los únicos que no hemos bajado todavía.- se quejó nuevamente Taiga cuando vio que Mizu le iba a regañar.

-Silencio.-ordenó Mitsuki abriendo sus ojos lenta y amenazadoramente.- Como te atrevas a volver a molestarme mientras duermo te juro que te tiro a Sheshe encima.- Mitsuki bostezo mientras que se estiraba y a la vez escuchaba las risas de Mizu y las quejas de un rabioso Taiga.

-Jajajaja.- reía Mizu escandalosamente.- Me encanta cuando le amenazas con lanzarle a tu serpiente.- Mizu y Mitsuki se levantaron de sus asientos listas para irse y Taiga las siguió con precaución.

-No es mi culpa que después de tantos años ese imbécil no sepa que no debe despertarme.- dijo Mitsuki sonriendo pícaramente, se notaba que disfrutaba aterrorizando al chico.

-Malditas, no habléis de mí como si no estuviera aquí.- gritó Taiga mientras que caminaban, rodeó a las dos chicas con sus brazos e ignoró las caras consternadas de los transeúntes que pensaban que el joven era algún matón o algún tipo de sicario.

-Tigre tonto.-dijo Mizu mirando mal al chico.-No te atrevas a hablarle así a tu hermana mayor.- regañó Mizu con un tono sumamente burlón en su voz sabiendo cuanto le fastidiaba eso a su hermano.

-No importa que nacieras unos minutos antes. Yo soy más alto.- contradijo Taiga enfurecido apretando sus dientes.

-Eres tan infantil como siempre.- Mitsuki habló mientras que acomodaba su pelo mirando al chico con aparente indiferencia.-Por eso mismo se nota quien es el pequeño.-Taiga rechinó aún más sus dientes al escuchar a la chica.

-Cállate enana. Tú eres la más pequeña.-Taiga se sintió victorioso al ver que Mitsuki no decía nada más.

-Taiga, ahora seré yo quien te tire a Salem encima- dijo en un tono tétrico Mizu abrazando a Mitsuki al tiempo que miraba a Taiga amenazante y Taiga empezó a temblar sabiendo que su hermana estaba hablando completamente en serio.

-Y-Yo, creo que llevaré las maletas al taxi.- Taiga se fue con las maletas trotando antes de que las dos tuvieran tiempo de reaccionar.

-Cielos, Taiga es tan cobarde con lo grande que es.- refunfuñó Mitsuki jugueteando con su pelo.

-¡Bah, déjale! Así es más divertido.- dijo Mizu sonriendo macabramente.

-Tienes razón. Mortificarle es algo entretenido.-respondió Mitsuki también sonriendo.

Las dos chicas caminaban, una al lado de la otra, y la gente que las veía se quedaban mirándolas atónitos por las obvias y tan notables diferencias entre ambas jóvenes.

La mencionada Mizu era una chica esbelta. Ella medía 1´74, su pelo era de un rojo carmesí, tanto que parecía que fuera sangre y era levemente ondulado llegándole hasta las caderas, sus ojos eran azules con motas violetas por los bordes. Su caminar era alegre mientas hablaba en voz alta ignorando a todos menos a su acompañante.

Por su parte, Mitsuki era una chica de 1´50 de estatura, su pelo de un rubio tan claro que algunos mechones eran completamente blancos, este le llegaba hasta la mitad de las piernas y sus puntas revoloteaban, y sus ojos de un verde metálico. Ella caminaba analizando todo lo que le rodeaba con frialdad apreciación mientras respondía serenamente.

Las dos jóvenes continuaron caminando hasta que vieron a Taiga apoyado en un taxi suspirando con resignación y exasperación.

-Sois muy lentas, ya he dado la dirección y todo.- dijo Taiga resoplando con más fuerza- Vamos de una vez- Taiga arrastró a las dos chicas dentro del automóvil recibiendo un doble capón en el proceso.

Ya los tres dentro del taxi, este empieza a moverse hacia la dirección que Taiga le había proporcionado al taxista, mientras tanto estos observan la ciudad y las tiendas que después de acomodarse en el piso irían a visitar, además observan lo diferente que es Japón de América no solo por la gente, sino por los edificios, la comida, la naturaleza… Se estaban empezando a emocionar por la idea de conocer gente nueva y de cómo sería su vida en aquella ciudad.

No tardaron mucho en llegar al piso en el que vivirían, pagaron al taxista por sus servicios y bajaron sus maletas, se quedaron observando el edificio de 4 plantas constaba de una fachada blanca además se podía ver en los distintos balcones macetas con plantas y árboles que adornaban de cierta manera el lugar y le daba algo de color.

-Bueno ya hemos llegado. Esta será nuestra nueva casa. Mitsuki, Taiga vamos a verla.- dijo Mizu mientras se encaminaba hacia el edificio.

-Hace años que no pasamos por aquí, ya ni me acuerdo de cómo es.- dijo Mitsuki mirando el edificio con nostalgia.

-Tsk, estáis hechas unas nostálgicas, vaya par de dos.- dijo Taiga aunque también estaba algo nostálgico, pero nunca lo demostraría.

-Tú que eres un Tsundere.- dijo Mitsuki burlonamente.- También echabas esto de menos.- afirmó con convicción.

-Mentira- fulminando a Mitsuki con la mirada porque le hubiera descubierto.

-Vamos chicos.- dijo Mizu cogiéndoles de las manos.- Vamos a investigar el lugar. El último que llegue hace hoy la cena.- dijo mientras empezaba a correr hacia el edificio y se reía.

-Lo siento Taiga, pero hoy te toca a ti.- dijo Mitsuki antes de correr hacia el ascensor.

-Oye y las maletas que… Mizu, Mitsuki no corráis y volved aquí- dijo Taiga mientras gritaba sus nombres.

Cuando llegaron a la puerta Mizu y Mitsuki esperaron a Taiga, el cual las maldecía mientras llevaba las pesadas maletas y, cuando estuvieron todos delante de su nuevo hogar, Mizu sacó las llaves de la puerta 4 y la abrió.

Mizu al entrar en su nueva casa se giró y antes de que entraran Mitsuki y Taiga les dijo: Yōkoso hōmu Mitsuki y Taiga (Bienvenidos a casa)- mientras les sonreía a los dos. Ellos inconscientemente respondieron a la vez con una sonrisa en sus labios: Tadaima (Estoy en casa).

Los tres observaron la antigua casa a la que hacía años que no pasaban. Según se entraba se podía contemplar que todo el piso era de madera y ante ellos se encontraba un espacioso recibidor donde había un armario para poder guardar paraguas, chaquetas y demás. Tras andar unos pasos encontraron una puerta que conducía al baño con un color suave, el cual constaba de una bañera bastante grande, un espejo, toallero, bidet y pica.

Más adelante se encontraba el comedor, en el cual se podía ver una mesa de cristal con unas sillas negras, una televisión de plasma colgada en la pared además de una chimenea, las paredes eran de un color azul suave donde podrían colocar unos cuadros con sus fotos, allí se encontraba una pequeña mesita de café y un gran sofá de una pieza y un añadido de color crema. Se encontraba una mampara separando el comedor de la cocina, la cual tenía una isla enorme era espaciosa y muy ordenada con un color grisáceo con distintas tonalidades.

Al lado de la cocina se encontraba un balcón de considerables proporciones y allí estaban completamente alineadas unas sillas metalizadas muy cómodas y una mesa además de plantas para adornar y dar un poco de vida al lugar. El comedor además llevaba a un pasillo donde se observaban varias puertas, las cuales daban a las habitaciones. Tres de ellas contaban con un baño incorporado con los mismos complementos que el primer baño, la otra habitación era una salita que era una habitación para las mascotas, además de que todas las habitaciones contaban con estanterías para los libros, una gran mesa para estudiar, ya que a los tres aunque no lo pareciera les gustaba leer aparte de otras actividades y también tenían un sillón-cama en la habitación de los animales en caso de que vinieran invitados.

La habitación más grande era de un color verde claro que siempre habían compartido Mizu y Mitsuki con grandes camas a los lados. La colcha de Mitsuki era de un verde oscuro con decoraciones en negro y la colcha de Mizu era azul eléctrica con decoraciones en plata, a cada lado de las camas se situaban unas pequeñas mesitas, en frente un armario empotrado y por último una puerta que daba al baño incorporado.

La habitación de Taiga era de buen tamaño, las paredes pintadas con un color azul no muy oscuro, una gran cama situada en el centro de la habitación con mesita al lado. Su colcha era de un color rojo vino con decoraciones en oro, tenía un armario empotrado y la puerta que llevaba al baño incorporado.

-¿Empezamos ya a colocar nuestras cosas?- preguntó Mitsuki adelantándose. Sus ojos brillaban con cariño por los recuerdos que tenía de aquel lugar

-Vaya es más grande y bonito de lo que recordaba, me gusta. Sí, empecemos jeje.- dijo Mizu mientras iba deslizándose poco a poco para que no se dieran cuenta de que se dirigía a las habitaciones para elegir su cama mientras sonreía y se reía por lo bajo.

-Oye, no te vayas sin mí.- dijo Mitsuki cuando vio que Mizu entraba en su habitación, estaba segura de que le quería quitar su cama.

-Tarde ahora son mías muajaja.- dijo Mizu mientras se tiraba en una cama al azar.

Las chicas se levantaron entre risas y cada una cogió su maleta para empezar a desempacar sus cosas. Las dos sacaron posters de muchos animes como Fairy Tail, Vampire Knight y muchos otros, ambas chicas cogieron sus libros y los colocaron en las estantería y para terminar guardaron todas sus ropas en el armario antes de tumbarse juntas en una de las camas.

-Vosotras, venid y ayudadme a colocar las cosas aquí.- ordenó Taiga mientras sacaba las fotografías y decoraciones que allí irían.

-¿Mmmm le ayudamos?- preguntó Mizu abrazando a Mitsuki - ¿O tiramos al sofá al pequeño Tiger jeje?- terminó de formular su pregunta conspiradoramente.

-¿Tú qué crees?- preguntó retóricamente Mitsuki sonriendo pícaramente.

-Al ataque.- respondió Mizu con una sonrisa similar.

Mizu y Mitsuki fueron al comedor y se encontraron a Taiga frente a la chimenea mirando una foto en la que aparecían los tres y otro chico, todos muy sonrientes. Mitsuki hizo una mueca de desagrado y Mizu apretó los puños enfurecida controlando su ira mortal.

-¿Chicas qué estáis haciendo?- preguntó Taiga retrocediendo lentamente cuando vio a las dos chicas con esas sonrisas tan peligrosas en sus rostros.-Ni se os ocurra hacer lo que estáis pensando.- dijo apuntando a las dos chicas.- Sea lo que sea.

- Demasiado tarde, estamos armadas.- dijo Mitsuki moviendo sus dedos como si hiciera cosquillas al aire intentando distraer al chico.

- Es tu fin. Tus últimas palabras Taiga.- dijo Mizu caminando lentamente hacia Taiga riendo.

-¡No me jodáis!- exclamó exaltado Taiga.-No podréis conmigo.- gritó un tanto inseguro.

- A por él.- dijo Mizu apuntó a Taiga, el cual seguía retrocediendo aunque estuviera gritando.

-Estoy más que preparada.- dijo Mitsuki antes de lanzarse sobre el chico.

Taiga las logró esquivar por poco caminando hacia atrás acercándose cada vez más al sofá.

- Solo un empujoncito en la dirección correcta.- dijo Mizu mientras las dos se tiraron encima de Taiga, logrando que cayeran en el sofá los tres.

Las chicas reían alegremente mientras que Taiga se quejaba un poco dolorido.

- Hora de la tortura.- dijo Mizu haciéndole cosquillas.-Suplica Taiga sino continuaremos jaja.- dijo Mizu aunque de vez en cuando también le hacía cosquillas a Mitsuki jaja.

- ¡Mizu Onee-chan, no seas mala! - Exclamó Mitsuki entre risas. -Sabes lo mucho que odio las cosquillas.- susurraba casi sin aliento.

- Jaja en el amor y en la guerra todo se vale jaja.- Dijo Mizu mientras esquivaba o eso intentaba las manos de Taiga y Mitsuki que querían hacerle cosquillas, ya que si lo lograban perdería toda la fuerza y solo se reiría.

- Acabemos con ella Taiga.- dijo Mitsuki con un brillo malicioso en sus ojos.

- Esta vez estoy de acuerdo contigo enana.- dijo Taiga con una sonrisa espeluznante en su rostro.

- Noooo traición.- dijo Mizu mientras los apuntaba acusadoramente.-Os acusaré ante el tribunal de justicia puf jaja.-después de una pequeña interrupción.-Nunca me imaginé esta traición de mis dos hermanos Kami-sama que hice para merecer esto no es justo.- dijo mientras se reía y miraba hacia el techo esperando una contestación con las manos levantadas.

- Por mucho que intentes escapar con tus locuras ya es demasiado tarde.- Mitsuki se abalanzó sobre Mizu y empezó a hacerle cosquillas a ella.

- Aaaahhh socorro policía, bomberos, Kami, buda, los teletavis, Goku….-dijo Mizu cuando la empezaron a atacar con cosquillas.

- Ni el mismísimo universo podrá salvarte.- dijo Mitsuki sonriente cuando ella mencionó a Goku.

- Y que daño te hicieron mis locuras amalas como lo hago yo. Así nos llevamos bien entre ellas y yo- dijo Mizu mientras se reía.-Taiga soy tu hermana mayor haz algo productivo jaja.-mientras se revolvía en el piso.

Después de eso cada uno empezó a hacer cosquillas al contrario entre risas, pataleos y gritos. Hasta que finalmente todos extenuados cayeron rendidos en el sofá, respirando pesadamente.

- ¡Qué sepáis que os demandaré!, me duele la barriga y la mandíbula de tanto reírme, pero bueno nos hemos divertido y hemos puesto las cosas en su sitio aunque faltan algunas así que vamos arriba hacemos la cena, nos duchamos y acabamos de arreglar las cosas que mañana hay que ir a Seirin me pregunto cómo será al ser nueva y eso- dijo Mizu todo entre pesadas respiraciones mientras se levantaba e iba hacia su cuarto.

- Yo...No estoy...Mucho mejor.- susurró Mitsuki entrecortadamente.

- Os falta hacer más ejercicio yo no estoy para nada cansado- dijo Taiga aunque le costaba un poco respirar se lo había pasado bien y agradecía de cierta manera que sus hermanas lo hayan distraído de pensar en cosas que no quiere, ya que le hacen daño no solo a él sino a ellas también y debe de ser fuerte por ellas y cuidarlas ya que es el único hombre en la casa.

- Serás mentiroso.- reprendió Mitsuki entrecerrando los ojos.

- No lo soy- dijo Taiga sacándole la lengua aunque pareciera su aspecto un yakuza de cuidado no lo era y siempre se comportaba de forma diferente con sus hermanas que con otras personas y lo mismo pasaba con ellas.

- Tú eres el primero que ha caído al suelo como si fuera plomo, o más bien, al sofá pareciendo una ballena.- se notaba que Mitsuki ya estaba mejor porque volvía a burlarse del pelirrojo

- Niños no peléis o ya veréis- salió Mizu del cuarto aunque solo se veía su cara sonriente y alegre lo cual cuando los regañaba no era bueno esa sonrisa.- Así que moveros y no me hagáis ir Arakawa Mitsuki y Kagami Taiga.

- Si mama- dijo Taiga.-Siempre se comporta así y eso que no es nuestra madre.- aunque sonreía siempre en aquellas ocasiones

- No me gustaría que me hablases así cuando tú has empezado todo esto.- dijo Mitsuki levantándose molesta. Ella odiaba que cualquiera se atreviera a regañarle, aunque fuera su adorada hermana.

- Lo hago porque os quiero. Si yo no estuviera o me pasara algo espero que seáis buenos los dos juntos como una familia que eso es lo que somos.- dijo Mizu desde los cuartos ya que los estaba acabando de ordenar mientras Taiga y Mitsuki colocaban las fotos por el comedor dándole un aspecto más jovial e informal.- A pesar de vuestras diferencias y que a veces discutís y tengo que ser la mediadora sé que os queréis y además es mi personalidad. Si yo no estuviera ¿quién os regañaría y os gritaría por el nombre y apellido?, no habría diversión y me echaríais de menos, aunque no lo reconozcáis nunca en toda vuestra vida.-terminó de hablar Mizu sin haber perdido el aliento en ese largo monólogo.

- Ciertamente se te echaría de menos, pero no eso de los gritos, una vida sin gritos sería el paraíso.- dijo Mitsuki dirigiéndose hacia la puerta cuando escuchó el timbre.

- Es que eres muy gritona Nee-chan- dijo Taiga cuando estaba acabando de poner las cosas en la despensa y la nevera.

- Dime eso a la cara si eres hombre KAGAMI TAIGA.- salió Mizu con una sartén que alguien había puesto en una de las cajas que había en el pasillo.

Mitsuki abrió la puerta y se encontró con un señor de unos 40 años vestido de uniforme. Mitsuki le iba a echar de su casa cuando vio que el señor traía consigo dos jaulas e inmediatamente se dio cuenta de lo que pasaba.

-Tú no eras NO a la violencia, mujer- dijo Taiga esquivando rápidamente la sartén.

-¿Mitsuki quién es?- preguntó Mizu mientras intentaba darle a Taiga con la mencionada sartén.

-¡Hasta que llegáis!- gritó Mitsuki enfurecida.-Llegamos hace casi dos horas y ahora os atrevéis a traernos a nuestras mascotas.- el señor repartidor miraba a la joven temeroso, a pesar de su físico angelical la chica parecía un demonio al estar enojada.

-Disculpe.- tartamudeó el repartidor sin saber dónde meterse.-Sentimos las molestias, no volverá a pasar.- pidió disculpas el hombre con una inclinación.

-¡Ohh!, ya llegaron Sheshe y Salem.- dijeron Taiga y Mizu en sincronía.

-Pues se atrasaron mucho.- dijo Taiga con el ceño fruncido.

-Espero que estén en buenas condiciones- dijo preocupada Mizu.-Voy a preparar algo de su comida, pobrecitos.

-No creo que hayan disfrutado el viaje yo no lo haría en esas jaulas- dijo Taiga, mientras le posaba una mano a Mitsuki en el hombro, ya que aunque no lo demostrara se preocupaba y quería a esos bichejos.- No vale la pena, es mejor ver si están bien y luego sino lo están haremos lo debido con esa empresa.- el hombre se acojonó por el tono amenazante del chico.

Mientras Mizu había abierto las jaulas para ver cómo estaban los animales.

El pobre repartidor muerto de miedo con una Mitsuki cabreada que al lado tenia a Taiga que parecía un yakuza con una Mizu detrás con una sartén y los animales. Conclusión: repartidor muy jodido y a punto de mearse encima.

- Parece ser que los animales están bien, algo afligidos por las jaulas, pero bien al fin y al cabo.- dijo Mizu mientras se dirigía al repartidor.- Chicos yo me encargo, iros a preparar la cena y cuidad de los animales.- Bueno donde tengo que firmar.- terminó de hablar dulcemente.

Mientras los chicos se iban para dentro dejando solos a Mizu y al repartidor.

- ¡Haiii!- dijo Mitsuki cargando a su serpiente Sheshe.

- Bueno, pero que conste que no me gusta- dijo Taiga cargando a Salem mientras lo acariciaba distraídamente, "por lo menos no son perros" pensó.

La serpiente medía 1,25 de largo y era naranja en su mayoría con algunos detalles en negro. Mientras que el gato era negro con los ojos verdes esmeralda y llevaba un collar para identificarlo en caso de que se perdiera y una placa con su nombre en forma de rayo.

Mitsuki y Taiga se pusieron a hacer hamburguesas mientras que Mitsuki seguía consintiendo a Sheshe, que se mantenía dentro de su ropa sin moverse demasiado.

- Firme aquí y aquí y aquí y por favor diga lo que piensa de nuestro servicio. Es muy importante para nosotros jeje.- dijo el repartidor ahora más tranquilo sin Mitsuki cabreada y Taiga versión yakuza.

- Hai-dijo Mizu firmando los papeles.-Así que opinión… Mmmm espere un poco.- dijo Mizu escribiendo con rapidez en el papel.- Aquí está, listo. Esta es mi opinión quiero que la tengan muy en cuenta y muchas gracias por sus servicios. Tenga un buen viaje.-se despidió Mizu mientras cerraba la puerta sonrientemente dejando a un repartidor blanco como la leche y algo tembloroso mientras leía las cosas que había puesto Mizu. Entonces él pensó que necesitaba unas buenas vacaciones y que el sueldo no le llegaba para ese tipo de cosas.

-Ya se fue el repartidor.- dijo Mizu yendo a ver a los animales y ayudar a poner la mesa.

-¿Qué le pusiste en la opinión esa que pedía Nee-chan?- interrogó Taiga mientras acababa de hacer las hamburguesas.

-Sí, parecía un poco pálido.-dijo Mitsuki.- ¿Qué le hiciste?- sonriendo con picardía.

-Yo no le hice nada. Solo dejé mi opinión para que la tuvieran en cuenta, eso es todo.- dijo Mizu riéndose pensando en lo que le puso.- Solo les advertí que para la próxima vez fueran más eficaces y el repartidor lo comprendió a la perfección.

- Pero bueno eso ya da igual vamos a comer, que me muero de hambre.- dijo Taiga con las cosas ya puestas en la mesa sin darle más importancia a lo ocurrido.

-Menos mal que hicimos suficiente porque con el apetito que tenemos los tres si hubiera hecho menos no a ver qué haríamos.- dijo Mitsuki mientras acariciaba a Sheshe y les ponía comida a ella y a Salem.

-Seguro que acabaríamos a ostias, haciendo una batalla de comida o algo así.- dijo Mizu.

-Itadakimasu (Buen provecho).- dijeron los tres a la vez.

Mientras tanto un repartidor recordaba lo ocurrido en aquel piso y lo que aquella chica aparentemente amable puso.

"Mi opinión sobre este servicio: Bueno no me quejo de los animales, llegaron bien si omitimos que venían en unas jaulas muy poco prácticas y nada cómodas. Parece que no se los cuidó nada bien, estaban un poco deshidratados, muy molestos y alterados, así que mi respuesta es: No lo voy a recomendar este servicio a nadie que tenga un dedo de frente al ver como venían los animales. Así que si no quieren que avise a las autoridades pertinentes de como se maltrata a los animales y el mal uso que hacen con ellos además del retraso que tiene la entrega cuando en su folleto decía que en una hora estarían y han llegado 6 horas tarde y sin ni siquiera informarnos de ello. Será mejor que organicen esta pequeña empresa que está saliendo poco a poco a flote, no quisiéramos que se hunda por los malos comentarios que podría poner la gente en su muro haciendo que cada vez haya menos clientes y lo cierren ¿verdad que no?, así que sean buenos y hagan su trabajo o los hundiré en la miseria como vuelva a ver a mis animales de esa forma otra vez y no tendrán que preocuparse de mis hermanos. Ya que yo sola me encargaré de ustedes, se me dan bien las reglas judiciales y demás. No es una amenaza, no señor, es un aviso muy amistoso, así que no hagan que deje de ser amistoso, vale bueno que tengan un buen día y que les cunda".

-Por eso decían mis padres que no me fiara de las apariencias.- dijo el repartidor temblando. "Espero no volver a encontrarlos de malas otra vez y si lo hago pediré un aumento de sueldo, que para estas cosas no me contrataron." pensó rezando que si volvía a ir Mitsuki no estuviera cabreada, Taiga no pareciera un cabreado yakuza y que Mizu no le sonriera con esa sonrisa tan espeluznante.- Solo de pensarlo ya tengo escalofríos.

Los chicos acabaron de cenar, además ya habían limpiado los trastos que habían utilizado para la cena y en ese momento estaban viendo una serie en la tv.

-Mmmm, ya tengo sueño.- dijo Mitsuki bostezando.

-¿Ya estás durmiendo otra vez?- preguntó Taiga entre burlón y estupefacto.

-Bueno, es normal que estemos todos cansados.-dijo Mizu mientras se desperezaba.- Además mañana tenemos que ir a Seirin y ver cómo es y demás cosas.- dijo Mizu con pesadez.

-Hagamos una promesa antes de irnos a dormir- sugirió Mitsuki repentinamente emocionada.

- Si hagamos nuestras metas realidad a base de nuestro esfuerzo y cabezonería que en eso nadie nos gana jaja.- dijo Mizu mientras miraba a sus hermanos.

- A vosotras se os va mucho la cabeza- respondió Taiga sonriente.-Pero me parece interesante.

- Y también prometemos no abandonarnos pase lo que pase.- añadió Mitsuki tendiendo su mano al aire mirando a sus hermanos intensamente.

-Siempre estaremos ahí cuando uno de nosotros lo necesite. En las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe.- dijo Mizu con un poco de tontería, pero después de todo así era su familia y así sería jeje.

-Jajajajajajaja, eres tan pardilla.- dijo Mitsuki llevando una de sus manos a la boca.-Eso son los votos de las bodas. - Terminó de hablar Mitsuki entre carcajadas.

-Oye, ya lo sé, pero técnicamente es lo que haremos. Yo por lo menos estaré ahí siempre a vuestro lado nunca os dejare ya sea cuando estéis tristes, enojados o cualquier otra emoción que tengáis, yo siempre os apoyaré en todo lo que decidáis, ya que no hemos tenido a nuestros padres con nosotros nos tenemos los unos a los otros y eso nunca va a cambiar puede que por eso actué como una madre/hermana mayor, pero es porque como no tuvimos a ninguna quiero que recordéis que se siente aunque esto suene cursi.- habló Mizu de sopetón, los dos chicos ya sabían que ella hablaba mucho cuando se emocionaba.

-Estoy harto de tanto sentimentalismo, solo acabemos de una vez.- dijo Taiga sonrojado poniendo su mano sobre la de Mitsuki.

-Creo que eso ha sido algo hermoso Mizu Onee-chan.- susurró Mitsuki sonrojada con lágrimas en sus ojos, le gustaba tener el apoyo de su hermana cuando no había podido recibir el de sus padres pensó Mitsuki con amargura.

-¿Tú crees?, solo me salió natural jeje.- dijo Mizu mientras se rascaba la mejilla algo avergonzada.- Además sois mis bebes grandes jaja. Así que prometo cumplir todo lo que sea dicho en este momento.- uniendo su mano con las de Mitsuki y Taiga.- Para eso está la familia.- con una sonrisa de oreja a oreja.

-Genial, pues a partir de ahora estaremos ahí para siempre.- dijo Mitsuki sonriente.

Poco después todos separaron sus manos y cada uno se fue a su habitación.

-¿Mizu Onee-chan vas a dejar a Salem contigo mientras dormimos?- preguntó Mitsuki dejando a Sheshe en el suelo cambiando su ropa por un pijama verde oscuro que constaba de un pequeño pantalón y una camisa.

-Buenas noches gandules. Y no te quedes hasta tarde Taiga, que luego te emocionas y no duermes nada.- dijo Mizu mientras se cambiaba por un camisón largo de color azul claro con un dibujo de un lobo.-Le puse la camita a Salem al lado de la mía, pero puede dormir conmigo si quiere, aunque siempre duerme donde sea-. Recordando la vez que Salem se dormido encima de los armarios, libros de la escuela...- Oye Taiga si no puedes dormir puedes venir aquí conmigo a dormir en mi cama lo mismo para ti Mitsuki jeje.

-¿Quién se pone nervioso?, yo puedo dormir por mí mismo, muchas gracias.- dijo Taiga haciéndose el ofendido dirigiéndose de inmediato a su habitación.

-Creo que dejaré que Sheshe duerma conmigo.- dijo Mitsuki ayudando a Sheshe para que se enrollase a su alrededor.-¿Te molesta Mizu Onee-chan?- Preguntó Mitsuki parpadeando adorablemente intentando persuadir a la mayor.

-No, para nada, pero que no me haga como la otra vez que empezó con su lengua a hacerme cosquillas. Aún recuerdo el susto que me di y las palabrotas que solté y vosotros riéndoos.- dijo mientras lo recordaba con una sonrisa.

- Sheshe solo quería darte los buenos días.- susurró Mitsuki con un falso puchero de tristeza.

-Sí y un paro al corazón.- dijo Mizu y se quedó mirando a Sheshe.- ¿Verdad que lo hiciste a posta pillina?, que no me engañas.- dijo Mizu mientras acariciaba a Sheshe.-Parece que Taiga cayó roque, debe de estar muy cansado.- habló Mizu mientras oía los pequeños ronquidos de su hermano. -Aaaahh no soporté ver la cara de Taiga con esa expresión de tristeza y todo por su culpa y su absurda competencia de quién es el mejor para dejar años de amistad y hermandad con nosotros solo por eso.- mientras apretaba los puños y fruncía el cejo.

-Te entiendo, pero nosotras le cuidaremos.- dijo Mitsuki bostezando.- Buenas noches Mizu Onee-chan. - Susurró levemente antes de caer hecha polvo en su cama con Sheshe a su lado.

-Sí, tienes razón no gano nada con enfadarme.- Buenas noches Taiga, Mitsuki, Sheshe y Salem.- dijo mientras se acostaba y pensó "mañana deberemos llamar a Nana sino se enojara con nosotros".

Mizu: Esperemos que os guste, que le deis un like y si no es mucho pedir un review estaría bien para ver que os aparecido y así mejorar como autoras.

Mitsuki: Este capítulo es el primero que escribimos y sinceramente lo hemos amado, al menos yo lo he hecho, y espero que si lo leéis vosotros también lo hagáis, por cierto puede que haya alguna clase de error o algo por el estilo, de antemano pedimos disculpas.