Esta historia me pertenece, es totalmente de mi autoría, basada en la vida real.
Tiene un lenguaje explícito, violento y material sensible para todos, si no puede leer una historia cruel abstenerse de leer y por favor evita denunciar.
La mayor declaración de amor es la que no se hace; El hombre que se siente mucho, habla poco - Platón
PRÓLOGO
Contar mi historia es un poco más complejo de lo que creí, de hecho, jamás pensé que alguien pudiera relatar mi historia, ¿Por qué lo harían? Reformulo la pregunta, ¿A quién le interesaría oír la voz, pensamientos e historia de una persona invisible?
Me llamo Bella, he sido llamada así desde que tengo 7 años, por los menos por parte de Rita, una señora dulce y amorosa que era pobre y vivía en Brooklyn muy cerca de Evergreen's Cementery, la cual en ocasiones me dejaba quedarme en su minúsculo porche cuando llovía demasiado o era un cruel invierno o cuando se enteraba de los carteles rojos, advertencias que hacen determinado grupos ilegales pagados por una clase alta o "altruista" de la ciudad, estos grupos usualmente advierten a los ciudadanos de bien con una especie de cartas que llegan debajo de sus puertas en las que dicen que hay algo parecido a un toque de queda, generalmente es a las 11:30 de la noche hasta las 6:00 de la mañana.
Muchos se preguntarán, ¿Y por qué las advertencias y el toque de queda? Respuesta fácil amigos, porque después de esa hora ellos pasaban en camionetas blindadas, en sus ventanas tenían un espacio cuadrado a la mitad de la misma que les permitía sacar sus ametralladoras con las que muchas veces mataban a pandilleros, ladrones, borrachos, pero sobretodo a personas invisibles como yo, personas de la calle.
Esas personas invisibles tienen boca, pero nadie escucha lo que dicen, tienen oídos, pero ya no les interesa oír, tienen cuerpos que solo son huesos forrados en carne, que tienen a sus espaldas mucho más que un costal con basura y reciclaje, tienen un pasado que no quieren recordar o simplemente no pueden, somos tan invisibles que solo despertamos en la gente dos sentimientos, lastima o desagrado y en muchas ocasiones ambos al tiempo.
Nadie que haya llegado a la calle se imaginó que estuviera en la misma por más tiempo que el necesario para tomar un impulso, o quizás imaginaron que esto solo sería temporal, que encontrarán ayuda por parte de las personas que en alguna ocasión dijeron amarlas y acompañarlas en el transcurso de sus vidas, como lo son sus compañeros de trabajo o estudio, sus amigos y familias.
Pero no hay nada más cruel que ver cómo las personas que alguna vez te amaron, si es que alguna vez lo hicieron, pueden darte la espalda. Y eso nos lleva a la segunda razón de la indigencia, la primera obviamente ya se dieron cuenta de cuál es, vicios, pero la segunda es un hogar de mierda, una familia tan destruida en todos los aspectos que prefieres morir o la calle antes de soportar lo que hay en tu casa, así que esto nos lleva a mi vida.
Nací en Phoenix en 1991, mi madre se llamaba Renne y el donador de semen, Charlie, mi familia era de clase media baja; Charlie, un señor que era policía y mamá una vendedora de artesanías que hacía ella misma en ocasiones, muchas personas dirían que los recuerdos de los niños son muy confusos y que los niños no recuerdan hasta tener determinada edad, usualmente aproximada a los 5 años, en mi caso eso no aplica, recuerdo a una edad aproximada de tres, mi primer recuerdo nítido es de una fiesta de cumpleaños de una prima por parte de mi "papá", recuerdo estar en unas escaleras, un segundo piso donde quedaban varios cuartos y que la fiesta se desarrollaba en el primer piso, había alguien en una habitación, no recuerdo por qué estaba en el segundo piso, no lo tengo claro, sé que estaba viendo tv en esa habitación y mi papá me llamó y salí a las escaleras, me miró y sonrió, yo traía un vestido de color blanco según mis recuerdos, era esponjado como un tutu, inocente y hermoso, él lo levantó hasta donde pudiera ver mi pecho plano, infantil y sin gracia y toco lentamente mi pecho, toco mi ropa interior en el área de mi vagina como si eso me fuera a mojar y beso mi pecho como si fuera un manjar, no sentí nada, ni asco ni felicidad, nada. No cuestioné, no hice preguntas, levantó su mirada y me sonrió, bajo mi vestido y me dijo que no le vaya a contar a nadie lo que me había hecho y que vaya de nuevo al cuarto porque más tarde nos iríamos.
Ese es el inicio de mis recuerdos. Tres años, no cinco, tres, ¿Pero eso a quién afecta? si al final… quién querría escuchar las historias de un rostro invisible?
Este es un prólogo corto y fuerte desde el principio, bastante sustancioso.
Este fic está basado en una historia cercana a mí y conocida por mi familia es decir real, pero tiene muchas que son de la historia original, se contarán las historias de Edward y Bella que son los protagonistas, muchos capítulos serán muy largos otros eran muy cortos depende de lo que allá que contar.
por favor si no pueden con el prólogo ni traten de leer más qué tiene demasiado material explícito, no dañen la lectura ni la historia denunciandola, la escena de los actos sexuales abusivos por parte de Charlie a Bella si paso 100% como lo redacte.
Muchas gracias a las que leyeron, se suscriben y comentan, NO SEAN FANTASMAS y sin más que decir nos leemos en el siguiente capítulo.
