Hola

soy nueva, este es mi primer fan fic, de mi pareja favorita N° 1 (tengo otras XD), espero que les guste…


CAPITULO 1: desafío

- Padre iré a correr con Hashi, ya vuelvo- le avise a mi padre cuando terminaba de arreglarme el cabello, decidí atarlo en una coleta alta, con mi acostumbrado flequillo y dos mechones rebeldes sueltos, tenia puesto un top blanco con un polo violeta largo sin mangas, junto a un short negro que me quedaba hasta medio muslo, y por ultimo unos tenis blancos.

-Está bien Hinata, no tardes mucho, recuerda que tienes práctica con tu entrenadora-me dijo con el tono frio de siempre.

-Hai

Salí de casa y me estire, me encantaba correr en especial si era con Hashi.

-Vamos Hashi

-Guau- contesto alegre

Hashi es el mejor amigo que jamás hubiera podido desear, a pesar de ser un perro, aunque pensándolo bien, tal vez sea por eso, y es que yo no soy exactamente sociable, hace mucho que no me relaciono con mas personas que con las de mi familia y por supuesto Kurenai-sensei, ella fue la mejor amiga de mi madre, tanto así que se hicieron comadres, aparte de ser mi madrina es como mi segunda madre, y llego a convertirse en mi entrenadora cuando mi madre murió, hace 10 años.

En eso pensaba cuando oí los ladridos de Hashi

-¿Hashi qué pasa?

-Gua, guau

No me hizo caso y corrió alejándose del parque en el que nos encontrábamos, lo seguí un largo trecho, por fortuna estoy en buen estado físico por el entrenamiento, de lo contrario no hubiera podido seguirle el paso, aunque Hashi sea muy grande es muy veloz también, otra cosa que me fascina de él es su pelaje tan abundante, suave y blanco, su apariencia es semejante a la de un lobo, y sus ojos son de un precioso color achocolatado.

-Con que aquí querías llegar…

Hashi estaba parado frente a una pista de patinaje sobre hielo, era una de las cosas que compartíamos, ''el amor al hielo'' como decía Kurenai-sensei.

-¿No podías esperar un poco?, podía haberte llevado al entrenamiento Hashi, no tenemos por qué venir aquí-trate de explicarle.

El solo me miro con ojos suplicantes, ya sabía que no se movería hasta lograr entrar, así que no tuve más remedio que acceder. .

-Bien Hashi, entremos, pero se cuidadoso.

En un abrir y cerrar de ojos ya estaba alegre, a veces creo que lo consiento mucho, pero debo admitir que me encanta hacerlo, muchas veces sus caprichos son los mismos que los míos, solo que de alguna manera se me adelanta.

Por suerte también alquilaban patines, solo tenía que hablar con el encargado que de seguro también vendía las entradas.

- Ohayo, ¿podría darme una entrada y alquilarme unos patines?-le solicite lo más amable que pude.

El chico debía tener mi edad, unos 15 años, o tal vez mas, era algo más alto que yo, piel algo bronceada, y su cabello negro al igual que sus ojos, lo llevaba amarrado en una coleta alta.

-konichi…-comenzó a decir con pereza mal disimulada pero paro de pronto al mirarme a la cara.

Esto siempre pasaba, había olvidado ponerme los lentes de contacto, lo más probable es que me haya reconocido, en serio era agotador, muchas veces considere a mis ojos un problema, aunque hay quienes los consideran bellos por su extraño color.

Estos ojos blancos con reflejos malvas son el sello de una antigua y respetada familia, mi familia, los Hyuga, jamás pasamos desapercibidos, eso a mi parecer era como tener un letrero que decía ''les conviene tratarme bien'', por eso los ocultaba cada vez que podía.

-t-tu eres…

-No, no soy-me le adelante, aproveche su momento de confusión para ponerme los lentes de contacto que siempre traía por precaución, ahora mis ojos eran azulinos, le sonreí como si nada y me creyó.

-Bueno, pues aquí tienes tu entrada y los patines, creo que son de tu talla-me dijo, volviendo a su tono apático

-arigatou-le dije y le entregue un billete-quédese con el cambio

Ingrese lo más rápido que pude, eso estuvo cerca, debía ser más cuidadosa, esto de tener una doble vida es bastante difícil, pero de igual forma necesaria.

-Termine Hashi, vamos-le dije cuando acabe de atar los cordones de los patines.

Pero la pista no estaba vacía, algunos chicos estaban ahí, por su apariencia deduje que tendrían mi edad, y que eran del mismo colegio, pues tenían puesto el mismo uniforme que parecía ser el de educación física, tanto los buzo como las casacas eran azules con franjas blancas a los lados.

-Parece que debemos esperar a que se vayan Hashi…¿Hashi?

-¡UN PERRO!-se oyó un chillido agudo.

-Oh no…

Me dirigí al lugar de donde provenía el chillido, y la escena que vi fue, bueno, no pude evitar soltar una risilla.

Hashi estaba de lo más tranquilo, sobre el hielo, frente a una chica pelirroja y de lentes que estaba apoyada en la pared que rodeaba el hielo, con uno de sus pies trataba de alejar a Hashi, que estaba tan quieto como una estatua, lo más gracioso era la expresión de su rostro, parecía aterrada, como si en vez de tener a un perro tranquilo y pacifico delante suyo, tuviera una fiera asesina o algo por el estilo, todo lo contrario a los otros chicos que ahí se encontraban, estos al igual que yo reían, algunos intentaban contener la risa, pero terminaban riendo a carcajadas.

Estaba tan absorta, que no me había dado cuenta que unos ojos me miraban fijamente, cuando voltee en su dirección me tope con un par de profundos e intensos ojos negros, el dueño de estos era un joven alto, de piel nívea, casi tan blanca como la mía, y su cabello era rebelde del mismo tono azulado que el mío, y bastante guapo, sentía que lo conocía, ¿pero de donde?

-¿Quien es ella?-oí que preguntaba un chico alto, rubio, de piel bronceada, ojos azules y de extrañas marquitas en las mejillas.

-¿De qué hablas Naruto?-pregunto una chica de cabello rosa, piel clara y ojos color jade.

De un momento a otro todos los chicos se olvidaron de la pelirroja y de Hashi para concentrar su atención en mí, lo que provoco un sonrojo de mi parte.

-Guau-gracias al ladrido de Hashi, todos volvieron a enfocarse en el, pero no duro mucho, puesto que Hashi se acerco hasta quedar frente a mí y me lamio la mano, yo solo le acaricie la cabeza, me había preocupado por él.

-¡ESA BESTIA ES TUYA!-chillo la pelirroja de lentes.

-Me disculpo por si mi mascota les causo algún inconveniente- excuse a Hashi e hice una ligera reverencia.

-¡PUES NO BASTA!-chillo nuevamente la pelirroja.

-Ya Karin, no es para tanto, el perro no te hizo nada, la que exagero fuiste tú-dijo con tono desinteresado el pelinegro con el que choque miradas, yo solo lo observe.

-Estoy de acuerdo con el teme-lo apoyo el rubio

Y así uno por uno todos estuvieron de acuerdo con ellos, mientras que a Karin comenzaba a formársele una venita en la frente y la cara se le teñía de rojo.

-¡PUES PARA MI NO!, ¡Y EXIJO QUE ME PAGUES UNA INDEMNISACION!-chillo lo más fuerte que pudo.

-No se te hace que te estás pasando un poquito Karin-dijo una chica rubia, de piel clara y de ojos azules, sin darle tiempo para responder, prosiguió pero esta vez dirigiéndose a mi-discúlpala, a veces…, siendo sincera, muy a menudo exagera en todo.

-Está bien no importa-trate de no darle más importancia al asunto.

-¿Es la primera vez que vienes por aquí?-me pregunto de alegre, cambiando de tema.

-Hai

-Nosotros hace mucho que practicamos aquí, a esta hora no hay muchas personas en la pista por eso aprovechamos este tiempo, y tu…

-Hina…-estuve a punto de decirle mi nombre completo, debo ser más cuidadosa.

-Bien Hina-chan, ¿Por qué viniste a esta hora en especial?-me pregunto directamente

-Pues, veras, es que Hashi quiso…

-¿Hashi?

-Mi perro

La rubia asintió, instándome a que continuara.

-Bien, estábamos corriendo, como todos los días, cuando Hashi vino aquí, quiso entrar y pues…

-Así que eso pasó- me interrumpió nuevamente.

-Hai, es que a él le encanta el hielo y…

-Pues no creo que dejen ingresar a perros-se entrometió la pelirroja que empezaba a caerme pesada-y, por si lo han olvidado, mi padre es uno de los propietarios de este lugar-se jacto.

-Al igual que los nuestros -contraataco la rubia, ella sí que me estaba cayendo bien.

-Como sea pero por mi parte no le permitiré la entrada a esta niña ni a esa bestia.

-Karin…-murmuraron los presentes ya cansados de su actitud

-A menos…-comenzó a decir, cambiando la expresión de su rostro, algo que no me inspiraba mucha confianza-escucha bien niña, te dejare la entrada libre, a ti y a tu saco de pulgas si logras ser mejor que yo sobre el hielo, claro que si pierdes, me pagaras una cuantiosa indemnización y NUNCA volverán a este lugar, que dices, ¿aceptas?

Me quede pensando, me convendría sin duda, por más segura que esta chica parezca jamás podrá igualarme, pero si aceptaba podrían descubrirme, me moría de ganas por callarle la boca, pero aun así era demasiado arriesgado.

-Guau, guau-lo mire, Hashi me estaba dando ánimos, y sus ojos me miraban con intensidad, incitándome a aceptar.

-Bien, acepto-sonreí esta chica estaba en aprietos, no tenía la mas mínima idea de con quién se habia metido, estoy segura que de haberlo sabido, jamás se habría expuesto a semejante humillación.

Continuara…


¿Qué les parecio?¿les gusto? por favor comenten,

se aceptan criticas (construtivas de preferencia)

gracias por darse el tiempo de leer =)