Los personajes de Inuyasha pertenecen a la gran, la mejor, la increíble Rumiko Takahashi-sama, yo sólo los hago hacer cosas cochinas y pensar peores. XD

Es cortito, bien drabble, espero lo disfruten.


La necesidad de una bicicleta.
by Hana Hime

Si alguien llegara a preguntarle a Kagome Higurashi por qué usaba su bicicleta en la época feudal ella respondería con naturalidad.

-Porque es más práctico. Antes iba en la espalda de Inuyasha, pero él me dijo que siempre le clavaba las rodillas en las costillas. Después me puse a pensar y supongo que también le cansaba siempre llevarme a rastras.

Simple y claro.

Ahora, si le preguntas a Inuyasha, él se sonrojará por una milésima de segundo, te mirará con ganas de destazarte, te mandará al demonio por metiche y se irá lo más lejos posible de ti.

Y es que si bien fue Inuyasha el que le pidió a Kagome que usara la bicicleta, sus verdaderos motivos distaban bastante de las excusas que le había dado a la miko. Cómo si a él lo fueran a lastimar sus débiles rodillas, cómo si su peso lograra cansar a un poderoso hanyou como lo era él.

No. Ninguno de esos motivos habían sido verdaderos.

Lo que Inuyasha no le admitiría a nadie (pues mucho le costó admitírselo a él mismo) es que Kagome lo volvía loco. Más específicamente, el cuerpo de Kagome, apretado sobre y contra su espalda, lo volvía loco.
Como si sus largas y tersas piernas alrededor suyo no fueran ya demasiado, estaban sus pechos, turgentes y jóvenes, apretados firmemente contra su espalda de manera que pudiera sentirlos sin importar qué, su aliento que chocaba contra su cuello y orejas, demasiado tentador, demasiado cerca. Y para coronarla, su olor. Por si no fuera suficiente tortura, su olor lo volvía salvaje. Kagome olía delicioso y eso era quedarse corto. Y había épocas durante el mes en que olía aún mejor, épocas en las que el medio demonio se contenía de bajarla, tumbarla sobre el pasto y hacerle mil cosas que ni siquiera sabía que conocía. Le despertaba el instinto. Y eso no podía ser bueno, o no.

Por eso, para su alivio (y decepción) Inuyasha le planteó que usara esa cosa rosada que la había visto utilizar en su época y que al parecer era bastante rápida.
La muchacha, curiosa, y hasta cierto punto decepcionada, le preguntó la razón, y de allí fue que surgieron las excusas, de manera tan natural que hasta él había quedado asombrado. Pero cualquier cosa era mejor a admitir su vergonzosa situación. Cómo decirle que lo excitaba sin hacer nada. Cómo explicarle que ella olía como si le perteneciera, como si fuera su perra. Cómo siquiera explicarle que estaba llegando a su período de madurez, el cual le exigía que tomara pareja. No, definitivamente no.

Nunca jamás.

Oh, pero el cielo quiso castigarlo por su testarudez.
Una mañana como cualquier otra, la joven miko mencionó cuatro palabras. Sólo cuatro palabras que lograron desequilibrar al joven hanyou.

-Se rompió la bici.

Y era esa época del mes. Y ella usaba falda. Y tenían que recorrer bastante camino hoy.

-"Hoy la violo… "-pensó el hanyou al ver a la muchacha acercándose a él para subirse a su espalda como siempre.


Les dije que era cortito! jajajaja, fue una escena que me vino a la cabeza al recordar un fic que leí hace como un millón de años llamado, sino mal recuerdo, Guantes que era de Soul Eater XD Es genial, si lo encuentran leanlo, porque yo no he podido encontrarlo por ningún lado.

Bueno, voy a ver si puedo actualizar alguna de las historias que dejé pendientes.

Kisses! Hana ;)