Hola

¿Cómo están? Espero que súper bien. Bueno ya regreso a las andadas con los fics Harry/Draco… aún estoy escribiendo "La maldición del Lobo" pero este me traía vuelta loca y no me dejaba concentrarme en el capítulo que debería de subir hoy en vez de este jejeje pero bueno.

Ya extrañaba escribir sobre ésta pareja y tengo otro fic aparte de éste que espera ser escrito (también H/D) pero primero terminemos los dos actuales.

No tengo mucho que decir así que las dejo con el fic.

Invierno
Por: Gala

Vacaciones en el castillo.

-No olviden comprarme algo – Les gritó a sus amigos que se asomaban por la ventana. Lentamente las carrozas comenzaron a caminar hacia el pueblo, donde tomarían el tren para llegar a Londres.

Cuando se perdieron de vista las carrozas se dio la vuelta y entró de nuevo al castillo. Se veía y se sentía tan solo todo el lugar pero estaba más cómodo así. Tendría varias semanas para pensar y para descansar plenamente, estaba totalmente decidido a mantenerse alejado de cualquier tipo de problemas o aventuras en las que solía meterse cuando tenía mucho tiempo libre… e incluso cuando no tenía.

Subió a la torre de Gryffindor con paso aligerado. Hermione había ido de vacaciones a una playa muy popular y Ron iba a ir a pasar las navidades con su familia a unas cabañas en unas montañas que eran un destino turístico muggle. Al principio la Señora Weasley no había estado muy conforme pero el Señor Weasley había estado tan necio a ir que terminaron por aceptar todos, por supuesto que habían querido llevar a Harry, y él se había valido de todas las excusas que se le habían ocurrido para negar la invitación. No era que no quisiera ir y pasar el invierno no ellos pero se sentía como un peso más pues no era un viaje barato y estaba seguro que no le dejarían pagar a él nada. Por fin había podido escaparse cuando le dijo a la señora Weasley que quería quedarse en el castillo pues le apetecía estar solo por un rato para intentar superar lo de su padrino de una vez por todas, ella había aceptado y con lágrimas en los ojos le prometió que estaría ahí ella para cuando la necesitase.

Llegó a su habitación y se tumbó en la cama: No tenía absolutamente nada que hacer. De pronto se dio cuenta que era el único de sexto que se había quedado en el castillo durante el invierno pero eso no le opacó su buen humor.

Para medio día ya estaba mortalmente aburrido, no se imaginaba que fuera tan pesado no hacer absolutamente nada, no podía dormir más, no tenía ganas de leer (ya tendría mucho que leer en clases) y se sentía tan pesado por haber dormido tanto que el caminar por los terrenos del castillo estaba fuera de tema. Después de comer (mucho) subió de nuevo a su habitación desesperado por encontrar algo que hacer. En una esquina se encontraron un tocador de CD's que habían llevado para intentar encantarlo y poder tener música para amenizar las tardes, pero entre tantos deberes y clases no habían tenido tiempo. Le tentó intentar encantarlo pero decidió que era mejor esperar a sus compañeros para eso. Pesadamente se dirigió a su baúl para ver que encontraba.

Comenzó a sacar cosas, nunca lo había limpiado hasta el fondo aunque no era como si se fuera a encontrar muchas cosas. Sacó varias túnicas viejas que se preguntó que harían ahí, la Capa Invisible de su padre, varios dulces de su último viaje a Honeydukes, el mapa del merodeador, muchos libros viejos, su álbum de fotos, papiros que no le iban a volver a servir nunca más, encontró también algunos botes de tinta que aún tenían y que le podían servirle por algún tiempo, encontró incluso el Chivatoscopio que le había dado Ron tres años atrás. Lo que más le sorprendió ver fue una cámara de video, la recordó como una que Duddley había tenido, había hecho un escándalo enorme por que quería una aunque no tenía nada especial que grabar, claro que después de su berrinche Tío Vernon se la regaló; ni una semana después la dichosa cámara estaba arrumbada en el cuarto de los juguetes de Duddley (que más tarde perteneció a Harry) por que había intentado grabar como nadaban las tortugas de Piers Polkiss.

Pensó que probablemente sería divertido intentar repararla, a fin de cuentas, pensó, no podría ser tan difícil. Tomó la cámara y harto de estar encerrado en su cuarto bajó. Estuvo caminando un buen rato por el castillo buscando un lugar cómodo donde instalarse. Se sentó por fin en una banca donde daba el sol en el patio, sacudió la nieve que le estorbaba y comenzó inmediatamente con su tarea.

A base de hechizos sencillos se las ingenió para poder abrir la video cámara, pronto estuvo sentado frente a una gran cantidad de tornillos pequeños muchas cosas que jamás se hubiera imaginado que existieran. Estaba observando un chip especialmente grande e intrincado cuando escuchó una voz que arrastraba las palabras frente a él.

-¿Te abandonaron tus fieles sombras, Potter? – Siseó Malfoy. Harry volteó a verlo lentamente.

-Tú no te ves muy acompañado – Comentó.

-Pero al menos yo no estoy vagando por el castillo buscando en cada rincón algo con que entretenerme sin mis amigos.

-De igual manera yo no me la paso espiando a los demás – Contestó mordazmente mientras dirigía de nuevo su mirada a la cámara y dando por zanjada la discusión.

Escuchó los pasos de un Malfoy muy molesto que se alejaban por el camino lleno de nieve, mas no le importó.

Se quedó toda la tarde intentando ver que le podía hacer a la cámara, varias personas habían pasado a preguntarle sobre lo que hacía o si necesitaba ayuda, incluso Dumbledore pasó a saludarlo y se quedó para ver si le podía ser de ayuda, era una lástima que fuera tan bueno para tantas cosas pero no entendiera nada sobre tecnología muggle. Para despedirse el director le recomendó que una vez que la arreglara podría hacerle alguna especie de batería que se cargara con hechizos o pociones y tal vez incluso alguna barrera para que pudiera filmar dentro del castillo y entonces si podría ayudarle. Dumbledore parecía más emocionado con la idea que el propio Harry.

Pero incluso después de varios días, ya que los pocos alumnos que se había quedado se habían acostumbrado a ver a Harry trabajar todo el día sentado en la misma banca horas seguidas, había una sombra que seguía pasando por ahí sin cesar. A veces se detenía pero no más de tres segundos y luego se iba para unos minutos más tarde volver a pasar. Jamás decía nada.

El tercer día de trabo con el aparato la sombra volvió a pasar intentando no notarse y se quedó mirando un rato, Harry sonrió.

-¿Si tanto quieres preguntar por que no lo haces?- Preguntó en voz lo suficientemente audible para la persona que lo espiaba desde atrás de una columna pero nadie salió – Se que estás ahí.

La persona no salió de su escondite en parte apenado de que lo hubieran descubierto y en parte aún intrigado por lo que hacía el chico tanto tiempo sentado en esa banca.

Después de dos largos minutos en los que Harry no pudo concentrarse por que sentirse observado bufó y volvió a hablar.

-Mira, te propongo una tregua: Sales de tu escondite y preguntas lo que tanto te inquieta, yo te respondo, te vas y no vuelves a espiarme. ¿De acuerdo?

Hubo unos momentos de silencio y luego los pasos en la nieve sonaron. Malfoy salió de su escondite y con paso inseguro se acercó a su enemigo mas su cara no reflejaba nada.

-No te estaba espiando – Dijo fríamente

-Si, claro – Se quedaron en silencio unos minutos más mientras Harry seguía intentando desconectar unos cables de apariencia frágil que en realidad eran todo lo contrario. Si no se equivocaba eran los que conectaban el lente y el Zoom.

-¿Piensas decir algo? – Preguntó Harry desesperado por el silencio de su enemigo.

-¿Qué se supone que es eso?- La enorme curiosidad de Malfoy había acabado por vencer a su orgullo por un momento. Desde que había visto a Harry rondar por todo el castillo con esa cosa bajo el brazo había estado muriendo por saber que era, más aún viendo que duraba días enteros frente a ese pequeño objeto desarmándolo y volviéndolo a armar

-Es una cámara de video. Sirve para guardar imágenes seguidas y sonido.- Se preguntó si esa era una manera entendible de explicarle lo que era a alguien que nunca había visto una en su vida.

-¿Y por que la desarmas?

-Por que mi primo la mojó y la descompuso. Voy a ver si puedo arreglarla.

Harry seguía sin levantar la mirada, por fin había podido desconectar los cables y estuvo viendo por largo rato lo que había encontrado. Probablemente la base del problema, pensó. Había algo que definitivamente estaba fundido pero no podía encontrarle forma.

-Ten – Volteó extrañado y vio que Malfoy le ofrecía un desarmador del tamaño perfecto para intentar quitar eso… fuera lo que fuera.

-¿De donde lo conseguiste?

-Simples transformaciones, Potter- Contestó burlón.

Parecía que Malfoy no tenía para cuando irse y después de la primera hora a Harry dejó de parecerle molesto para comenzar a parecerle aterrador. No solo le ayudaba bastante de vez en cuando haciendo un hechizo que hacía el trabajo más fácil sino que se dio cuenta de que había avanzado más con él en la hora y media que llevaban juntos que en los tres días que tenía el trabajando solo. Luego terminó por acostumbrarse.

Estaba muy extrañado pues Malfoy parecía en verdad querer estar ahí y lo más extraño es que era útil. La hora de la cena llegó y se levantaron. Durante toda la tarde no habían hablado más que lo necesario, dentro de lo que contaban unos insultos ocasionales. Cuando comenzaron a caminar se separaron. Harry murmuró un muy ligero Gracias al que Malfoy respondió con un asentimiento de cabeza.

Durante la cena se la pasó bromeando con dos chicos de Hufflepuff que se habían quedado también: Justin Finch-Fletchley y Susan Bones.

Ya muy tarde subió a la sala común. De todo Gryffindor solo se habían quedado él otros tres alumnos. Uno de séptimo llamado Kirian, muy alto de cabello café y moreno y unos ojos azules tan claros que daban la impresión de volverse grises o blancos con el reflejo de la nieve, no por nada era bastante popular entre las chicas; otro de tercero llamado Yannick, de cabello rubio y enormes ojos azul profundo y una chica de séptimo también, llamada Zuria (de cariño Zu), de piel muy blanca, cabello negro y ojos del mismo color.

Se quedaron los cuatro hasta muy tarde platicando y jugando Snap Explosivo hasta que la profesora McGonagall llegó a mandarlos a la cama.

A la siguiente mañana bajó temprano a desayunar y cuando terminó se llevó algunos pasteles de caldero a su lugar de siempre y se dispuso a trabajar. En vez de comenzar con la cámara, puso un caldero y acomodó algunos ingredientes. Iba a comenzar a hacer una poción cuando escuchó a Malfoy detrás de él.

-No es tan buena idea eso- Le dijo, molesto Harry se volteó.

-¿Y por que no? ¿Cómo sabes lo que voy a hacer?

-Es muy fácil, simplemente viendo los ingredientes que tienes. Una poción no sería tan buena idea por que la cámara aún no tiene ningún cambio y dudo que funcione… solo perderías el tiempo. Te aconsejo mejor un hechizo.

Harry pensó que tenía razón pero no pensaba decirlo en voz alta. Malfoy sin decir nada más se sentó de nuevo frente a él y sostuvo los cables que deberían ir conectados a la batería. Agarró una piñita del suelo y la amarró a los cables, luego pronunció unas palabras y un haz de luz se dirigió a la piña y la cual funcionó a modo de batería. Pero la cámara no se prendió.

-Tal vez podríamos pedir algo para sustituir esto vía lechuza- Propuso Malfoy. A Harry ese "podríamos" le sonó a manada.

-¿Se puede saber por que estás tan interesado?

-Se le llama simple curiosidad y un ocio irremediable… el único Slytherin que se quedó durante el invierno es más aburrido que el profesor Binns– Contestó fríamente.

-¿Y a que se debe el honor que me hayas escogido como víctima?- Preguntó mordazmente.

-No te emociones, ya te dije la razón.

-¿Y que te hace pensar que te voy a dejar ayudarme?

-El que sigo aquí, el que dudo que lo logres solo por que necesitarás en algún momento de más de dos manos, el que si vas a hacer pociones necesitas a alguien que si sepa hacerlas y por último que se te nota a leguas que tu también estás aburrido.

Harry guardó silencio y regresó la vista a la cámara.

-¿Sabes en donde venden repuestos?

-En el Callejón Diagon – Contestó Draco cruzando las piernas a modo indio y ajustándose la bufanda.


Bueno esto es todo por hoy. Se agradecen comentarios de todo tipo. Nos vemos en el siguiente capítulo.

Un beso

Gala