Hasta Siempre
Por: Sango-Tsunade
Disclaimer: FullMetal Alchemist no me pertenece, tampoco la canción aquí expuesta la cual es "En su lugar de Yuridia".
Cáp1: Huellas de dolor
En un bar de Central, en una mesa solitaria, se encuentra la teniente Riza Howkeye, la gente que la ve y algunos militares que la reconocen se quedan extrañados verla allí y en ese estado.
A leguas se nota que no es una mujer que frecuente esos lugares, pero este es un caso especial, muy especial porque el alma y el corazón de la teniente se encuentran destrozados por un solo hombre Roy Mustang.
El hombre a quien muchas veces protegió con su propia vida, de quien estuvo al lado todo el tiempo, ese hombre que a pesar que lo ocultaba era el dueño de su corazón. Su jefe, Su coronel, su compañero, su amigo a pesar de todo.
Hoy recibió una noticia que a todos los conocidos cercanos del coronel impacto y a ella simplemente la destrozo, Roy Mustang esta comprometido.
¿Como sucedió?, aun no lo podía entender, aun no lo podía creer, ella estaba más que acostumbrada a que el fuera de mujer en mujer, pero nunca esto, jamás se imagino el día en que esto sucedió.
Todo llega a su fin
No puedo dejarte ir
Maldita soledad
Quererte es lo que amo más.
Las lagrimas bajaban por su rostro como un torrente sin fin, nunca lloraba, ni siquiera cuando sus padres murieron, tal vez fue por nunca estuvieron muy cerca de ella, pero esto le despedazaba el alma.
Robaste mi corazón y estoy mal
No te puedo dejar de pensar
Me da miedo tu prisa y tu voz
Cuando dices adiós
Y me cuesta aceptar.
Porque quiero tenerte para mi
Has dejado un espacio dentro de mi
Y yo no, no puedo estar si tu te vas
Quiero que estés junto a mi
Yo quiero estar en su lugar.
¿Acaso ese idiota nunca se dio cuenta de cuanto lo amaba?
Tienes que entender...
Que no fue mi intención.
Es algo en mi interior
No debo negármelo
Es un desastre lo ves
Te lo dije una vez
Que podría morir.
- Nunca, nunca fue intención amarte!!! – Pensaba mientras lloraba amargamente – pero te colaste dentro de mi piel y mi corazón.
Siento pena por mi corazón
Si me dices adiós y me cuesta aceptar.
Porque quiero tenerte para mi
Has dejado un espacio dentro de mi
Y yo no, no puedo estar si tu te vas
Quiero que estés junto a mi
Yo quiero estar en su lugar.
- Te amo Roy mustang, te amo – declaraba mientras intentaba borrar las lagrimas y la tristeza de su rostro.
Tienes que entender…
Que no fue mi intención.
- Disculpe señorita pero ya vamos a cerrar el bar, debe irse por favor- dice el tabernero mirándola con lastima.
- Si no se preocupe, ya me iré – decía mientras recogía sus cosas, pagaba la cuenta e intentaba recuperar un aspecto normal aunque eso fuera prácticamente imposible.
Hacia una noche muy fría, se acercaba el invierno, ella pensaba que irónicamente el clima la acompañaba en su dolor. Sentía los escalofríos de la desdicha, la opresión de la soledad, el ahogamiento del dolor y muchas otras cosas que no podía describir.
Aun más triste, es darse cuenta que no tenia a nadie en quien buscar consuelo. Las únicas personas que habían traspasado su careta, han sido su abuelo y el mismísimo causante de su actual desdicha, ellos dos irónicamente eran a los únicos que consideraba realmente sus amigos. Nadie más aparte de ellos había intentado ver más allá de la imagen de militar perfeccionista.
Así que se sentía sola, muy sola, jamás se preocupo en forjar más amistades, pues con ellos dos parecía suficiente. Ahora se daba cuenta de su error. Ya no tenía prácticamente a nadie, pues tenía mucho tiempo que no veía a su abuelo y no sabia si seguiría prestándole la misma confianza. Además eso implicaba tener que confesarle sus sentimientos por el coronel y no quería que su abuelo tomara represalias por eso.
Decidió marcharse a su casa. Fue penando por las calles, ni ella misma supo como llego, para colmo de males había llovido mientras caminaba, pero no le importo, no lo sentía, era como una especie de zombie, una simple cáscara sin nada por dentro.
Al llegar se encontró con Black Hayate, quien parecía sentir el dolor de su ama. Por ello salto a sus brazos, como dándole una especie de abrazo para que se sintiera mejor. Eso la hizo llorar más, al menos Black Hayate la quería, pero no era mucho consuelo.
Así mismo, con la ropa mojada y las ventanas sin cerrar se acostó en su cama. El frió anestésico y mortal de la noche, además del cansancio por derramar tantas lágrimas, que lo que la hizo dormir. Ya mañana decidiría que haría con su vida, ya mañana sabría que hacer.
Espero que les halla gustado, nos leeremos en un próximo capitulo, espero sus comentarios para poder mejorar.
Jane n.n
Sango-Tsunade
