Bien pude sacar esta historia con las otras tres, pero como esas eran las primeras. Opte por esperar a ver qué tal eran recibidas. Los resultados por el momento no me han convencido, pero bueno. Igual la publico y evito que este agarrando polvo en mis archivos.
El protagonista de esta historia no es otro que Percy Jackson a sus 12 años. Es decir, el está relativamente en blanco si se le compara con sus contrapartes en otros fic de la pagina. Me tome la libertad de darle esa edad porque el tiempo fluirá bastante rápido en la historia. Evitare usar el tiempo estatico que suele darse en los juegos.
DxD Fantasy - A Fallen Demigod
No me pertenece PJO, Highschool DxD, ni ninguno de los personajes y elementos de otras fuentes presentes.
Capitulo 1
-Maldición. El camino está cortado por este rio.
-No, hijo. El rio es parte del camino. Tu camino.
-¿¡Qué!? ¿Acaso no pretenderás que salte allí?
-No hay tiempo para quejas. Ellos pronto nos alcanzaran y necesito alejarlos de ti.
-¡No puedo hacerlo! ¿Qué pasara contigo?
-Ahora mismo tú eres el único que importa.
-¡De ninguna forma voy a dejarte sola!
-Lo siento, hijo. Esta es la única manera.
-¡Espera, mamá! ¡No!
….
¿Una pesadilla?
No. Esta ha sido más vivida que las anteriores. Temo que sean recuerdos, pero…. ¿Recuerdos de qué?
Mi cabeza está hecha un desastre y no consigo poner mis pensamientos en orden. Solo sé que mi cuerpo se siente cansado y adolorido a más no poder. Sinceramente quisiera seguir descansando, pero una parte de mi no está bien con esa idea.
Con dificulta abro los ojos, pero me topo con la desagradable sorpresa de que todo sigue oscuro. No es una penumbra total, pues puedo vislumbrar algo de luz en medio de la espesa bruma negra. El olor a quemado me alivia pues me indica que solo es humo lo que me indica ver claramente….. ¿Humo?
Cualquier malestar que sentía fue eliminado cuando me di cuenta que el sitio en donde me encontraba se estaba quemando. Me levanto de la cama entre tosidos y trato de visualizar alguna salida que saque del sitio. Por desgracia el humo es demasiado espeso para que logre mi cometido y solo termino tropezándome con algún trasto que estaba en mi camino.
Para mi suerte, mi hora no llego por inhalación de humo, ya que casi inmediatamente un fuerte ruido se hizo presente y el humo empezó a ser aspirado por unas rendijas que estaban en el techo. Con un problema menos, debía sentirme tranquilo ciertamente, pero eso no fue el caso, pues inmediatamente escuche unos tres disparos producidos por un arma de fuego.
Estoy llegando a pensar que estoy en un algún hospital público de mala muerte, pues solo eso explicaría la precaria seguridad de este lugar. Sin embargo, al menos el ruido de los disparos se encargo guiarme a quien esperaba que me diera algunas respuestas. Se trataba de un sujeto con una bata de laboratorio y una máscara de soldar, quien se encontraba a una distancia más o menos moderada de mi posición frente a lo que parecía ser un humeante maniquí vestido con una maltrecha camisa de tela quemada.
El sujeto era el causante de los disparos, pues cargaba una pistola consigo. Cualquier acción precipitada quedo descartada de mis planes, pues era un hecho que estaba en una situación bastante delicada.
Me sentí aliviado cuando el sujeto guardo el arma en su bata, mas quede intrigado cuando vi que saco un cristal ovalado y lo puso frente a un lado de su bica.
-Bitácora de trabajo. Entrada #7452. El tejido H-591 es un éxito. La piel de Mofeta Caustica y las escamas de Tortuga Magma adquieren una dureza considerable cuando son expuestas al agua, aumentando por ende la defensa que ofrece el tejido. La exposición libera algunos gases tóxicos, pero es un efecto secundario que fácilmente puede solucionarse con una máscara de gas. Se dirá que otra habilidad del producto es envenenar a los enemigos y aumentar la evasión-dijo el hombre con un toque de burla en su voz.
Tengo la impresión de que estoy presenciando el nacimiento una estafa o algo así. Ahora tengo claro que el sujeto es un hombre, pero eso no me ayuda en nada. Todavía no sé en dónde y con qué clase de lunático estoy.
Dado que ahora no hay nada que obstaculice mi vista, ya puedo vistazo al lugar en donde me encuentro. Se trata de alguna especie de taller. Su extensión es regular. Diría que unos ochos vehículos podrían caber en el sitio, pero todo el montón de cajas y chatarras que noto en los alrededores hacen que cualquier juicio que haga no sea exacto.
Lo malo es que la puerta se encuentra pasando al sujeto con máscara. Lo bueno es que el sitio está lleno de muchas posibles. Sin embargo, todos mis planes quedan muertos cuando el sujeto se da de cuenta que ya me he levantado (y que me he caído).
-Vaya, vaya. ¿Qué tenemos aquí? Parece que mi pesca se ha dignado a despertar-dijo el hombre procediendo a acercarme hacia mi persona.
¿Pesca? ¡Por favor no me digan que fui secuestrado!
-Ojo. Lo estoy diciendo de forma literal. No creas que soy de esos que andan buscando chicos jóvenes para satisfacerse. Tengo mejores gustos que esos-señalo con severidad el sujeto deteniendo su avance a unos pasos de mi.
De todas formas opto por levantarme y estar en una mejor posición. Fue entonces que pude notar que el objeto con el que me había tropezado era unas cajas llenas de revistas porno. (¿¡Porque carajos tiene eso tan a la vista!?) Ciertamente puede comprobarse que el tipo no es de los que tienes esos gustos, pero igual está claro que es un pervertido.
-¿Quién eres?-le pregunte.
-Jeje-expreso como si en verdad disfrutara la pegunta. El sujeto entonces retiro su máscara para revelar que era un hombre con barba, en más o menos sus treinta, de cabello negro con porciones de color rubio. -Soy el científico del inicio y el fin. La luz oscura de la ciencia, el doctor AZ-dijo el hombre con una presentación que era completamente irreal. No se sentía en lo absoluto que estaba hablando con un adulto.
-…..
-¿Publico difícil, eh? Los chicos de estos días no se impresionan con nada-dijo el sujeto mostrándose decepcionado. –Pero en fin. Supongo que quieres saber porque estas en mi espectacular taller, ¿verdad?
-En efecto.
-Es simple. Yo estaba en uno de mis acostumbrados paseos de pesca y me he topado con una captura peculiar. Un jovencito que estaba a la deriva en el peligroso y despiadado mar. Me sorprendió que estuvieras vivo, por lo que decidí traerte a mi taller.
-¿Por qué?
-Necesito a gente resistente que me ayude a probar mis nuevos experimentos. Mi ayudante es demasiado violenta y siempre termina haciendo desastres.
-¡Como si fuera a ayudarte luego de que por poco me matas con esa última prueba que hiciste!
-Lo siento por eso. Mi taller no tiene enfermería, así que ese catre era el único lugar en donde podíamos ponerte.
-Como sea-dije para entonces llevar mi mano cabeza. Dado que la adrenalina había bajado, volvía a experimentar el malestar que sentía en un principio.
Encontrado en altamar. Eso solo traía más preguntas que respuestas. ¿Cómo demonios termine en ese lugar?
-Por cierto, Percy. ¿Sabes cómo usar una espada?-dijo AZ.
-¿Eh? ¿Cómo me llamaste?
-Percy. Aparentemente ese es tu nombre. Está bordado en toda tu ropa-señalo él, para entonces mostrar el cuello de mi camisa en donde en efecto estaba bordada una palabra que podía reconocer.
-¡Urgh!-exprese conforme mi cabeza era asaltada por un fuerte dolor.
AZ tenía razón, Percy era mi nombre. Percy Jackson para ser precisos. Y el recuerdo de quien era, traía a mi mente cosas que hubiera preferido no recordar.
-o-
El taller de AZ es un desastre en su totalidad. El área de la cocina no puede denominarse como tal, pues apenas si parecía que era usada. Solo podía notar una exagerada torre de vasos de sopa instantánea que yacían en un contenedor que estaba a reventar.
Sin embargo, era la habitación más adecuada para conversar. Allí nos encontrábamos AZ y yo. El tomando una taza de café y yo una gaseosa que me dio.
El semblante de AZ había cambiado por completo. Ya no parecía una persona infantil e irresponsable. Ahora contaba con una expresión de seriedad que parecía imposible de borrar.
La razón de su cambio fue mi historia. No revelaba cómo es que termine en su bote, pero si explicaba porque ahora mismo no me encuentro en mi hogar junto a mi madre.
Antes nada, explicare quien soy. Mi nombre es Perseus Jackson, pero en serio prefiero que solo me llamen Percy. Soy el unico hijo de Sally Jackson y un hombre desconocido. En los 12 años de vida que tengo jamás le he visto ni una vez, por lo que no tengo ningún interés en particular por su persona. Me dijeron que se perdió en el mar y eso es suficiente para mí.
Para no entrar en detalles, solo diré que soy el chico más problemático que alguna vez conocerán. Expulsado de cada escuela en la que he sido inscrito por varios "accidentes" que fueron injustamente atribuidos a mi persona. (¡Yo no tuve la culpa de que ese cañón se desviara y destruyera el aerobús de la escuela!)
Mi hogar es la ciudad de Neo-York. Un lugar en donde incluso alguien tan problemático como yo, pasa completamente desapercibido. Aunque claro, dado que nací en una familia humilde y no tengo ninguna habilidad especial de pelea, es natural que no destaque en lo absoluto. Realmente no me importa mucho, pues con todos los problemas en los que me he metido, destacar es lo menos que quiero hacer.
Tal vez si me gustaría tener una gran cantidad de dinero, pero no era para hacerme famoso o importante. Simplemente quisiera tenerlo para que mi madre no tuviera que trabajar tanto y pudiera pasar más tiempo conmigo.
Su trabajo es una famosa dulcería de la ciudad. En efecto es el tipo de trabajo que todo hijo quisiera que sus padres tuvieran, pero siendo que esa tienda vende dulces a toda hora a miles de personas al día, son muchas las horas extras que ella pasa en el lugar. Gana bien, pero entre la renta de nuestro apartamento y las matriculas de los colegios de los que soy expulsado, es poco lo que podemos disfrutarlo.
Nuestra diversión viene cuando ella tiene días libres. En ese entonces olvidamos todo y vamos a nuestra playa favorita. Para cualquier otro citadino, la idea de abandonar Neo-York es absurda. El mundo exterior está lleno de monstruos y otros peligros que hacen que abandonar las barreras de la ciudad sea algo impensable.
Ciertamente hay sitios que tienen la seguridad suficiente para que las personas puedan vacacionar sin preocupaciones, pero nuestra playa no caía en esa categoría. Era un sitio que estaba un poco retirado del pueblo más cercano y no tenía ninguna intervención humana que arruinara la gran vista del mar que podíamos conseguir desde esas orillas.
Son varios los que le habían cuestionado a mi madre por la imprudencia que ella mostraba al visitar un sitio tan inseguro, pero hemos nosotros habíamos ido a esa playa por varios años y nunca nos había pasado nada malo.
Nunca hasta ahora.
Se suponía que iba a ser un viaje normal. Un divertido fin de semana donde podríamos olvidarnos de todos los problemas que solíamos toparnos en la bulliciosa ciudad. Sin embargo todo se fue a la mierda antes de que siquiera pudiéramos llegar a nuestro destino.
A medio camino de la playa nos topamos con unos sujetos extraños. Un hombre vestido saco en pleno verano y una mujer vestida como una ra…dama de compañía. Siendo que estábamos en un bosque, su presencia automáticamente nos puso de sobre aviso a mi madre y a mí. Sus caras de pocos a amigos apoyaban sus malas intenciones.
Su petición fue extraña. Ellos querían que yo les acompañara.
Naturalmente les dije que no lo haría y mi madre me puso detrás de ella, al tiempo que repetía el mensaje. Los sujetos no se vieron contentos con la respuesta y repitieron su demanda, amenazando con que las consecuencias serian peores si nos negábamos.
Nos negamos nuevamente y entonces nos dimos cuenta que esos sujetos no eran normales. Eran Ángeles Caídos. Una par de alas con plumas negras surgieron de las espaldas de esos sujetos y unas extrañas armas de luminiscentes aparecieron en sus manos, todo al tiempo que ellos repetían sus exigencias por una última vez.
Yo me sentía asustado y sentí a mi madre temblar, pero ella hizo algo más que acobardarse. Saco algo de su bolso y sin dudarlo lo lanzo a esos monstruos. El lugar entonces fue cubierto por una espesa nube de humo, que nos permitió a los dos escapar de ese raro par.
Corrimos cuanto pudimos, pero la sola idea de que esos Caídos nos persiguieran volando hizo que dudara de la eficacia de nuestro escape. Eventualmente llegamos al cauce de un rio. Era demasiado ancho y fuerte como para cruzarlo, por lo que pensé que estábamos perdidos.
Fue entonces que mi madre me sorprendió con la insinuación de que saltara al rio. Soy buen nadador, pero lanzarme allí era demasiado atrevido. Aun cuando estaba siendo perseguido por esos sujetos.
La idea me pareció peor cuando mi madre me informo que ella distraería a los Caídos mientras yo escapa. No podía permitir tal cosa. Si dejaba que ella se sacrificara para que yo estuviera a salvo jamás podría perdonármelo.
Ella sin embargo no tomo en cuenta mi opinión y me empujo al rio sin ninguna contemplación.
No tengo recuerdos desde ese punto. Debí haber quedado inconsciente en el cruento viaje que tuve en ese rio. Honestamente, no sé cómo es que no termine ahogado. Debería sentirme afortunado por el hecho de que alguien me encontrara, pero no puedo sentirme feliz en este momento. No cuando desconozco qué le ocurrió a mi madre.
-Bueno, Percy. No voy a mentir. Tienes un gran embrollo entre manos-dijo AZ, luego de permanecer en silencio por un buen rato.
-¿Usted sabe que fue lo que ocurrió? ¿Entiende porque esos sujetos me atacaron a mí y mi madre?
-Así es-dijo él poniéndose de pie. –Pero dame un momento. Quiero verificar algo contigo.
AZ salió de la habitación por un momento y luego volvió con un extraño aparato en sus manos. Parecía el cruce de un televisor portátil y una parabólica. Era el tipo de gadget que haría un friki de los aliens.
-Ahora quédate quieto. Este escáner nos dará la información que necesitamos-dijo AZ.
Si lo que queremos saber es que eres un científico de dudosa eficiencia, estoy seguro que ese aparato lo dirá, porque lo que hizo al encenderse fue echar chispas y humo.
-…
-…
-Rayos. Como hacía tiempo que no lo prendía, se ha descompuesto-dijo AZ riendo. –Supongo que tendremos que descubrirlo a la vieja usanza-dijo para entonces verme. -Percy, voy a necesitar que busques a alguien por mí.
-¿Qué? ¿Y qué paso con lo que iba a decirme?
-No me gusta explicar cosas a medias. Para que entiendas todo, primero sería bueno que aprendieras que es lo que tienes contigo.
-Grrr.
-No me mires así. Sé que quieres respuestas, pero se lo hago cuando te pido que me hagas este favor. Si quieres rescatar at u madre, te conviene ir haciéndote más fuerte.
-¿Qué dice? ¿Cree que mi madre se encuentre bien?
-Bien puede ser un término relativo, pero puedo asegurarte que ella está viva. Si los sujetos que los atacaron la quisieran muerta, le hubieran atacado en el acto.
-… De acuerdo. ¿Qué quiere que haga?
-Acompáñame.
-o-
AZ me guío a afuera de su taller. Siendo que estábamos en un callejón, no podía decir en que parte de la ciudad me encontraba, pero si sabía que estaba en ella. El seudo científico entonces abrió la tapa de una alcantarilla y señalo hacia abajo
-Espere. ¿No está insinuando que…?
-Es correcto. Necesito que bajes allí y busques a mi ayudante-dijo AZ.
-¿¡Cómo!?
-Ella ahora mismo debe estar entrenando. Si esperamos a que termine, se hará de noche y no creo que quieras esperar hasta entonces.
-Honestamente, no me siento cómodo con lugares tan cerrados.
-Tranquilo. Es mucho más amplio de lo que parece.
-… De acuerdo-dije para entonces disponerme a bajar por la escalerilla del drenaje. -¿Cómo le encuentro?
-Solo tienes que guiarte por el ruido-indico AZ. –Seguramente mi ayudante se molestara cuando te vea, pero dile que yo te mando y ella te acompañara….tal vez por las buenas.
-Sí, si-dije al tiempo que llegaba al túnel que se suponía que debía recorrer. Allí puedo oír un ruido en la lejanía. Se sentía como un accidente automovilístico que se repitiera una y otra vez, pues el ruido de metal chocando estaba muy presente.
-Oh y toma esto-dijo el seudo científico antes de dejar caer algo.
Menos mal que estuve pendiente, porque por poco fui hecho un kebab por la espada que me arrojaron.
-¡Oye!-reclame por tercera experiencia cercana a la muerte.
-Vas a necesitar esa arma para avanzar. No creo que quieras dejarte morder por las Ratas-dijo AZ antes de cerrar la alcantarilla
-La próxima vez sé más detallista con tu petición, cretino-dije antes de tomar la espada y empezar a moverme por el túnel, usando el sonido como guía para llegar a mi destino.
Puede que sea Neo-Yorkino, pero eso significa que yo en algún momento haya entrado a las "famosas" alcantarillas de la ciudad. Nunca he tenido razones para ello, ni tampoco he tenido ganas de hacerlo. La idea de estar bajo varios metros de tierra no me es nada agradable.
El túnel es amplio, cierto, pero no lo suficiente para que me sienta cómodo con andar por él. No a sabiendas de que pueden haber Ratas en el. Roedores del tamaño de un perro dobberman no son un asunto de risa.
Mi incomodidad crecía conforme avanzo por el túnel, pues este va en un constante descenso. Sabía que la ciudad tenía un subsuelo bastante amplio, pero no sabía que lo era tanto. La idea de lagartos gigantes viendo en las profundidades ya no me parecía tan alocada como en un principio pensé. De hecho, el sitio era tal que si alguien me dijera que iba a encontrar una nueva ciudad aquí abajo, le creería por completo.
Me tope con el final del túnel y me encontré con una recamara estúpidamente enorme. Enormes corrientes de agua podían verse surgir de varios túneles, convergiendo en otras más grandes que iban a un destino incierto. El ruido en el lugar era espantoso, pero aun así todavía se podía oír en sonido del metal chocando entre sí.
El eco no ayudaba, pero la visualización de un resplandor azulado se encargo de guiar mi mirada hacia donde esperaba encontrar a la ayudante de AZ. Moviéndome a través de múltiples plataformas y puentes llegue al lugar donde se desarrollaba una aparatosa lucha.
Los participantes eran una muchacha que se enfrentaba contra al menos una docena de robots de apariencia destartalada. Todos se veían oxidados y descontinuados, pero de todas formas cargaban sin contemplación contra su oponente que literalmente los estaba destrozando pieza por pieza.
Quien parecía ser la ayudante de AZ era una chica como de mi edad. Su cabello era plateado y puntiagudo, el cual pegaba por completo con el atuendo que portaba. Una chaqueta y unos pantalones de cuero ajustados.
Ella despachaba a su oponente con puñetazos y patadas que desquebrajaban por completo a los hombres mecánicos y los lanzaban a las aguas turbulentas que tenían a su alrededor. Sinceramente, no podía considerar aquello como una lucha. Eso era una masacre.
La ayudante de AZ estaba castigando tan severamente a sus oponentes que casi podía considerarse aquella pelea como un acto de abuso hacia los robots.
Cuando llegue al lugar de los hechos, ya el último robot había sido despachado. La albina entonces noto mi presencia y se giro para quedar frente a frente. Ella entonces cruzo sus brazos y me vio como si me estuviera analizando.
-Con que el naufrago de AZ ya se levanto. Ya era hora tiempo de que te despertaras bello durmiente- me dijo la chica, confirmando que ella era a quien buscaba y que no era el tipo de personas que podía definir como agradables.
-AZ me mando a buscarte.
-¿Por qué? El sabe que no me gusta que me molesten mientras entreno.
-No lo tengo claro. Un aparato que tenía se daño cuando quería revisar algo conmigo y entonces me envió por ti.
-Oh, ya veo-dijo ella con una sonrisa sospechosa en su rostro. -¿Puedo saber porque quería revisarte con ese aparato?
-Eso quisiera saber yo. No hace muchos unos Ángeles Caídos nos atacaron a mi madre y a mí por una razón que desconozco, pero que aparentemente AZ si lo hace.
-Y yo también lo hago-dijo la chica asumiendo una postura de pelea.
-¿Eh? ¿Todavía quedan más robots?-dije girándome a ver.
-No. Tú eres mi próximo oponente.
-¿Disculpa?
-Quieres saber porque los Caídos te ficharon, ¿no? Entonces defiéndete y averígualo.
Antes de siquiera pudiera darme cuenta ya tenía a esa chica encima, con la firme intención de darme un puñetazo en la cara. Infortunadamente esta no es la primera vez en la que me veo inmiscuido una pelea y puedo cubrirme del golpe con mis brazos.
Sin embargo esa acción no me ayuda mucho, pues encuentro que mi oponente tiene una fuerza muchas veces mayor que la de todos los matones con los que me he topado en mi vida. Ahora entiendo cómo es que destrozo a esos robots sin problemas, aunque por otro lado ahora no sé cómo es que mis brazos siguen enteros luego de semejante mamporro.
El golpe de la ayudante de AZ me manda al suelo, pero esa posición no evita que ella siga con su ofensiva al intentar darme otro golpe al abalanzarse encima de mí con una patada.
Ruedo hacia un lado para evitar ser aplastado por la patada que deja una profunda ruptura en la plataforma de bloques en la que estamos. Estoy llegando a la conclusión de que esa chica no es muy humana que digamos. Tal fuerza con su edad es irreal.
Realmente no quiero hacerlo, pero no me queda de otra que empezar a responder con mis propios golpes. No me gusta pegarles a las chicas, pero entiendo que en una pelea uno no puedo infravalorar a ningún género y que solo haciendo lo que me dicen voy a descubrir cuál es el gran asunto conmigo.
Trato de darle un golpe al rostro a mi oponente, pero ella lo evade como si nada. En cambio ella golpea mi estomago con su rodilla y luego me da un cabezazo que me derriba en el suelo.
No hace falta que alguien lo mencione. Admito que me están dando una paliza. Y como en todas las ocasiones en las que me he visto en una situación similar, tengo que buscar algo que tenga a la mano para poner las tornas a mi favor.
Resulta sucio, lo admito, pero no hay momento mejor para usar la espada que me dejo AZ hace rato. La tomo de mi costado derecho y la agito hacia los pies de la albina. Sin deseos de ser cortada, mi oponente retrocede lo suficiente como para que yo pueda levantarme sin problemas.
En realidad la espada no me ofrece gran ayuda. No sé cómo utilizar y siendo que mi oponente podría romperla de un golpe. Lo mejor que puedo hacer con esta arma es empuñarla para hacer que la ayudante de AZ se mantenga alejada.
-¿Esta es tu primera pelea, verdad? Eso se puede notar en tus movimientos-dijo la peliplateada.
-Por supuesto que he estado en otras peleas- le respondí.
-Pero es un hecho que no es has peleado contra un oponente como yo-dijo esa chica con una sonrisa de prepotencia.
-Te felicito por hacer algo de ejercicio, pero realmente no me interesa contra qué tipo de oponente estoy peleando.
-Deja que entonces te enseñe a pensar lo contrario-dijo la albina al tiempo que una luz cubría su cuerpo. Acto seguido un par de alas draconianas de color blancas surgieron de su espalda. En principio no eran más que armazones, pero esto fueron llenados por unas majestuosas "plumas" de energía azul.
-¿Qué es eso?-pregunte por demás impresionado por lo que fueran esas alas. Siendo que la ayudante de AZ había mencionado que los sujetos que nos habían atacado a mi madre y a mí eran Ángeles Caídos, no pude evitar pensar que ella fuera opuestamente un Ángel. Sin embargo, la idea era ridícula, pues ¿donde se había visto a un Ángel tan violento?
-Este es mi Sacred Gear. El Divine Dividing-respondió ella con su rostro lleno de orgullo.
-¿Sacred Gear?-dije no entiendo a que refería con esa palabra.
-Ahora déjame mostrarte que puede hacer-dijo la albina volviendo a atacarme.
Esta vez lo hizo mucho más rápido debido a que había ganado la habilidad de volar. Sin embargo, esta vez la ayudante de AZ no me golpeo tan fuerte como la última vez. Era claro que esta vez se había contenido.
-¿Por qué no usaste tu fuerza?-dije de todas formas sobándome el brazo que había usado para aguantar el golpe.
-Porque mi intención era solo tocarte. Ahora mira-dijo ella con su sonrisa de confianza.
-{Divide}
Tras ese extraño anuncio, de repente me sentí como si mi cuerpo hubiera corrido toda una maratón. En un principio no estaba rebosante de energía, pero ahora me siento todavía más débil de lo que me sentía hace un rato.
-¿Qué ha pasado?-pregunte cayendo sobre una rodilla por el repentino cansancio.
-He reducido tu poder a la mitad.
-¿Qué?
-Ese el poder del Divine Dividing. Puedo reducir el poder de los oponentes a la mitad cada 10 segundos y luego adicionar tal poder a mi propia fuerza.
-¿Es un chiste? ¿Cómo demonios podrías existir algo con una habilidad tan poderosa e ilógica?
-Es confuso, ¿verdad? Esa pregunta tendrías que hacérsela al creador de los Sacred Gear. El Dios Bíblico.
-¿Ese sujeto del que habla la Iglesia?
-Así es. El doto a los humanos de milagros que reciben el nombre Sacred Gear. Aunque no lo creas, tú también eres usuario de uno de esos milagros.
-Eso no puede ser posible.
-Sí lo es. Esa es la explicación más lógica de porque fuiste atacado por esos Ángeles Caídos.
-Ciertamente ellos dijeron que iban por mí, pero….
-Aunque a mi parecer, ellos estaban perdiendo el tiempo.
-¿Disculpa?
-Quiero decir, eres alguien bastante débil. Dudo mucho que seas alguien que vale la pena.-dijo la chica con un tono presuntuoso.
-¡Oye! ¡Mi madre tuvo que sacrificarse para que yo pudiera escapar de esos sujetos!-reclame a la albina bastante molesto. -¡Insultándome de esa manera estas insultando lo que ella hizo!
-…-la ayudante de AZ guardo silencio luego de escucharme. Espero que luego de escuchar mi posición, ella deje de ser una cretina. -Je. Entonces eres peor de lo que pensé. En verdad eres alguien patético-dijo ella con un tono peor.
-¡Retira eso!
-¿Por qué lo haría? Tienes un Sacred Gear contigo y no fuiste capaz defender a tu madre. Eso es una prueba irrefutable de que solo eres un debilucho.
-¡Cállate!-dije furioso a más no poder. -¿¡Acaso crees que no estoy frustrado por no poder defender a mi madre!? ¡Imagina lo que siento ahora que se todo es mi culpa!
-Ese es el punto. Quiero que me ataques con todo ese enojo que sientes en este instante-dijo mi oponente incitándome a que fuera por ella.
-Arrgh-sin siquiera pensarlo, atiendo a su petición. Empuñando la espada en su dirección, cargo con todas las fuerzas que puede ofrece mi agotado cuerpo.
La ayudante de AZ se ve muy dispuesta a recibir mi golpe de lleno. Mal por ella, pues yo no planeo detenerme.
-[Karma Meter Unlocked]
Escucho una especie de anuncio en las cercanías. Es parecido al que hizo el SACRED Gear de mi oponente, pero a la vez diferente. La voz de esa vez era masculina, la de ahora era femenina.
-[Karma Meter: 10% Charge]
La escucha una vez más, pero no sé cómo debo tomarla. Ahora noto que la confianza que presenta mi oponente ante mi ataque no es absoluta, por lo debo seguir a como dé lugar.
[Karma Meter Discharge: Return Blast]
Escucho eso y levanto mi espada para asestarla en mi oponente, luego de allí mi cuerpo no pudo continuar más y me desmaye.
-o-
-Jajaja. Esta vez sí que quedaste hecho polvo, Percy. Mira que pasar un día entero durmiendo-dijo AZ mientras me pasaba un envase de sopa instantánea.
-¡Silencio! Es tu culpa por forzarme a hacer cosas que me ponen al límite-dije mientras tomaba lo que parecía ser mi primer bocado de comida en un largo tiempo. –En serio que deberían aprender cómo tratar a los heridos.
Realmente había muchas cosas que quería discutir, pero el hambre que tenía sobrepasaba todas esas ganas. En verdad lamento que el único alimento disponible sean fideos instantáneos. Una comida tan barata solo hace que recuerde y añore con más fervor los grandiosos platos que puede hacer mi madre.
-Te quejas demasiado para ser un invitado-dijo la peliplateda quien también estaba comiendo.
-Por eso lo digo. No tienen ninguna consideración con sus invitados-señalo viendo de mala forma a la chica de ojos azules.
-No los recibimos a menudo, por lo que espero que comprendas que nuestra hospitalidad este oxidada-comento AZ.
-Entonces acéitenla. Van a terminar matando a alguien un día de estos-dije siguiendo mi comida.
La ayudante del seudo científico tuvo la decencia de traerme de vuelta al taller luego de que terminara inconsciente en la pelea contra ella, pero aun así debo cuestionar sus métodos.
-Por cierto. Valeria me ha dicho que has logrado desbloquear tu Sacred Gear
-¿Eh? ¿Valeria?
-¿Acaso esta mocosa no se presento correctamente?-dijo AZ viendo a la peliplateada.
-Solo hago tal cosa a los oponentes que encuentro dignos. El quejica se durmió antes de que pudiera hacerlo-dijo la ahora identificada Valeria.
-Grrr. No creas que he olvidado todo lo que me dijiste-señale furioso por el recuerdo.
-Espero que no lo hagas. Me debes una por ayudarte a despertar tu Sacred Gear-dijo ella con un tono presuntuoso.
-Hmpf. Como sea. ¿Sera que ahora si pueden explicarme todo el asunto de porque esos Ángeles Caídos me estaban buscando?
-Primero necesito que hagas algo-dijo AZ. -¿Tienes recuerdos de tu pelea con Valeria? ¿Recuerdas haber despertado algo en ti?-pregunto el. –Necesito que rememores esa sensación y la pongas a funcionar de nuevo.
Con que rememore esa sensación. Lo que recuerdo de ese momento es que quería hacer callar a Valeria por sus desconsideradas palabras. Devolverle con un puñetazo todo lo que me había dicho.
Recordando ese impulso que sentí trate de despertar lo que fuera que quisiera AZ. Para mí gran sorpresa noto que funciona cuando veo que una especie de pieza de armadura aparece en mi hombro izquierdo. Tenía contextura draconiana, siendo de esta de color azul claro. Una enorme cristal ovalado de un azul más oscuro se encontraba en el centro de la hombrera, recordándome un poco esos Códec de última generación que son tan costosos. Definitivamente debía ser un susodicho Sacred Gear, pues tenía cierto parecido al de Valeria.
-Oh, vaya. Menuda joya que tenemos aquí-dijo AZ mostrándose bastante impresionado.
-¿Acaso es un Sacred Gear fuerte?-pregunto Valeria con intriga.
-Sí que lo es. Es el Khaos Vortex-dijo AZ emocionado.
-No me suena-dijo Valeria.
-La mayoría de sus portadores no han podido controlarlo y por ello no ha alcanzado un grado de fama que denote su poder.
-¿Y que se supone que hace para que sea tan difícil de usar?-pregunte.
-¿Sabes que es el Karma?
-No lo tengo muy claro.
-Entonces te lo diré. El Karma es el principio hindú que expone que todas las acciones tienen una repercusión. Si haces algo bueno, te pasan cosas buenas. Y si haces algo malo, te pasan cosas malas-explico AZ. –Sin embargo, el Khaos Vortex se guía por una única pauta. Toda acción en tu contra causa destrucción.
-¿Eh?
-Bueno, dicho así admito que es el confuso. Siendo más claros, tu Sacred Gear acumula energía con cada golpe que das o recibes. No importa si el físico, mágico o incluso emocional. En cuenta sea algo que ocurra mientras el Khaos Vortex este activo, cualquier acción en tu contra contara.
-¿Es decir que esta cosa es como la barra de especial de un juego de lucha?-dije viendo mi Sacred Gear.
-No pudiste explicarlo mejor-dijo AZ aparentemente feliz de que le entendiera. –Y tal como es un juego, tú puedes hacer diferentes acciones de acuerdo a la carga que poseas. Bien puedes usar la energía para crear ataques mágicos o para crear power-ups que te fortalezcan.
-Urgh. Es demasiado extraño.
-Tienes uno de los cheats del mundo contigo. No esperes menos.
-Realmente no me importa. ¿Es por esto que esos Ángeles Caídos me querían?
-Así es-dijo AZ poniéndose serios. – ¿Necesito explicarte que son ellos?
-No. Sé un poco sobre las Tres Facciones.
-Bien. Entonces iré a lo concreto. Los Ángeles Caídos son los hijos descarriados del Dios Bíblico. Tienen el poder del Cielo consigo, pero aun así desean muchas cosas que pertenecen al mundo terrenal, pues envidian en gran medida a los humanos. La mayoría de las especies afirma que los humanos son los más débiles, pero por otro lado, solo los humanos tienen la posibilidad de nacer con un poder como el tuyo. Los Sacred Gear.
-¿Qué se supone que son?
-Simplificándolo, los Sacred Gear son milagros hechos objetos. Todos ellos tienen habilidades y propiedades que sobrepasan lo que puede hacerse con magia y tecnología. Por eso son tan codiciados por los Ángeles Caídos.
-Realmente todo el mundo quisiera tener uno, pero solo los Caídos tienen el método para extraerlo de sus usuarios-añadió Valeria.
-Entiendo. Por eso es que esos tipos me querían-dije con una expresión de molestia en mi rostro. -¿Entonces que es de mi madre? Dudo que ella tuviera un Sacred Gear.
-Esa la parte relativamente buena. Si ella no tiene un Sacred Gear significa que su vida no está en un inmediato peligro.
-¿Quieres decir que aun así está en riesgo? ¿No hay la posibilidad de que la dejaran en paz?
-Temo que no. Veras, Percy. Los Caídos no son como los monstruos que vez a lo largo de Neo-Earth. Son muchos más organizados y ambiciosos. Tanto que ellos ya han conformado una ciudad que ese codea con las ciudades Neo.
-¿Y?
-Esa ciudad no se cuida sola. Los Caídos con los que te topaste seguramente eran recolectores. Soldados que se dan a la tarea de cazar humanos incautos para llevarlos a su ciudad y convertirlos en esclavos.
-¿¡Quieres decir que quieren convertir a mi madre en una esclava!?
-Es correcto y siento decirte que las oportunidades de librarse de tal predicamento son extremadamente remotas.
-¡Maldición!-dije golpeando la mesa con molestia. – ¡Ella está en peligro y todo esto es mi culpa! ¡Debí haberme quedado con ella y haber luchado de alguna forma contra esos sujetos!
-Da gracias a que no lo hiciste. Hubieras perdido-dijo Valeria.
-Eso no lo sabes-le reclame. –Tal vez hubiera logrado despertar mi Sacred Gear por cuenta propia y les hubiera derrotado.
-Muy poco probable. No sabes usar tu Sacred Gear en lo absoluto—dijo la peliplateada para entonces poner una espada hecha pedazos sobre la mesa. La misma arma que AZ me había dado. –Estimo que este seria tu brazo si por alguna razón hubieras activado tu habilidad sin esta espada.
-La energía del Khaos Vortex es muy inestable. Sin el control o el instrumento necesario, las posibilidades de que su portador se destruya usándolo son muy grandes-dijo AZ.
-¿¡Ósea que tengo una habilidad inútil conmigo!?
-En lo absoluto. Simplemente tienes que aprender a usarla y mi amigo, estas en el lugar indicado para hacerlo.
-Hmmmm-no pudo hacer otra cosa más que dudar sobre las palabras de AZ. Sin embargo no tengo más opción. El y Valeria parecen saber mucho sobre el dilema en el que estamos mi madre y yo, por lo que debo confiar en ellos por ahora.
Fin del primer capítulo.
Y con esta historia tengo la intención de cubrir el lado de los Caídos y la descuidada facción Greco-Romana de DxD.
De hecho tenía planteado cubrir otras áreas usando otros personajes de otras series como Natsu o Midoriya. Incluso llegue a considerar probar con Harry Potter, pero creo que pasare por el momento. De acuerdo a los comentarios de la serie, pensare si sigo adelante. De momento esperen una quinta y última historia donde Naruto es el protagonista.
Sin más que decir, me despido.
