Drabbles para revivir el fandom D18.
Espero disfruten~
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Sueño
Dino disfrutaba ver a Kyouya cuando tenía sueño. Podía llegar a ser tan lindo. Justo como en esos momentos.
Miro con una sonrisa como Kyouya cepillaba sus dientes mientras cabeceaba ligeramente debido al sueño. Soltó una risita al verlo cabecear por cuarta vez
—De que te ríes —pregunto enfurruñado.
—De nada —se apresuró a decir. No quería un tonfazo tan temprano en la mañana.
Volvió a la tarea de cepillar sus dientes. Cerró sus ojos tarareando una canción. Cuando los abrió —Y menos mal lo hizo— pudo ver a Kyouya cayendo hacía un lado.
—Wahh —Se apresuró a tomarlo por los hombros.
Suspiro de alivio al tenerlo en sus brazos. Lo miró y la vista le provocó mucha ternura, si seguía así le daría diabetes. Kyouya se había quedado dormido mientras se cepillaba.
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Pesadillas
Las pesadillas eran algo que lo atacaban constantemente a la hora de dormir. Sabía que solo era su conciencia desahogándose y por eso mismo no le había contado a nadie.
Despertó agitado y jadeando. Eso había sido muy real. Y las recientes imágenes aún no se iban, no había cerrado sus ojos. Aún impresionado por la precisión con la que su mente podría recrear tales escenas de muerte.
Sintió unas brazos rodearle y el cálido aliento de Kyouya chocar contra su nuca; mientras dejaba suaves besos en ella. Y sonrió. Era la forma de Kyouya de animarlo. De consolarlo. No le diría nada pero sus acciones valían más.
Y descubrió que las pesadillas podrían traer cosas buenas. Si así iba a ser de ahora en adelante cada que tuviera una pesadilla pues benditas sean. Por él podría tener una cada noche.
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Celos
Un carnívoro como él no sentía celos. Claro que no, eso era de herbívoros. Solamente era posesivo y cuidaba lo que le pertenecía.
Le había permitido a Cavallone estar dentro de sus dominios, por lo que técnicamente podría decirse que era parte de su propiedad. Era suyo. Siendo así ¿por qué esa herbívora se atrevía a besarlo?
Con furia le mando un tonfazo directo a la cara de la herbívora. Tonfazo que el Haneuma detuvo.
—¡Kyouya!
—Quitate Haneuma. —murmuró con ira mal contenida. Pudo ver como ella temblaba y se iba corriendo.
—¡No! ¿Qué haces Kyouya? es una chica.
—¿Y?
—Eh... Bueno, no debes pegarles a las chicas. Ni siquiera sabe pelear, eso es un poco abusivo. Además porque vas a pegarle. —Bufó ante su respuesta. Incluso se atrevía a defenderla.
—Tal vez debería empezar contigo.
—¿Qué? ¿P-pero que hice?
—Hmp. Preparate.
—¡Espera!
Con tonfas en mano empezó la pelea. Debía empezar a educar a ese caballo ruidoso.
