Hola :D, gracias por leer.
Descargo de responsabilidad: Vampire Knight no me pertenece, como también no me pertenece stairway to heaven, ambos pertenecen a sus respectivos autores.
Resumen: UA. Las idas de la vida lograba que las cosas no salieran como uno quiere, o como parecía que iba a acabar. Aquello lo entenderían muy bien Kaname Kuran, Kahoko Asakura, Zero Kiryuu y Yuuki Cross.
Kaname siempre se debatiría entre encontrar el remplazo de Yuuki o descubrir sus sentimientos por Kahoko.
Kahoko siempre fría, por tal razón no sabía si luchar por Kaname o conformarse con ser solo su mejor amiga.
Zero pensando ser desmerecedor del amor, trataría de alejar sus sentimientos por Yuuki, pero un momento de egoísmo cambiario todo.
Yuuki trataría de convencerse a sí misma de que seguía amando a Kaname, y no había caído en el pecado al enamorarse de su "hermano".
Un momento crucial, un accidente, lo cambiaría todo: Zero se deja llevar por su, pequeño momento de, egoísmo, Kaname pierde su, supuesta, razón de vivir, Kahoko vuelve a perder la batalla, y Yuuki trataría de recordar.
Todo aquello fue obra del... ¿Destino...?
Bueno antes que nada en este fanfic me base en el dorama "stairway to heaven" (Escalera al cielo), para ser más sinceros la idea base es del dorama, ya que muchas cosas lo iré cambiando, empezando por las parejas, y la dirección de la historia. Espero y les agrade la historia.
Las parejas principales son: ZeroxYuuki y KanamexKahoko.
Disfruten...
¿Destino…?
Prologo
Miradas
Empaco lentamente sus cosas, los recuerdos que tenía aquella casa los atesoraría muy bien.
Ella, Cross Yuuki, una chica de catorce años de edad, cabellos castaños largos, unos ojos grandes cobrizos, piel clara; se mudaría de su casa a la casa de la nueva esposa de su padre, que se encontraba en el centro de la ciudad.
Su padre se había casado unas semanas atrás, y por tal motivo se mudaría a otro lugar, gracias al trabajo de la esposa de su padre.
— ¿Yuuki, ya terminaste? — dijo un hombre rubio, su padre: Cross Kaien.
— Solo un momento más — respondió con una sonrisa.
— Está bien. Te esperamos abajo — se retiro.
Ella lanzo un suspiro. Kaien Cross no era su padre biológico, él la había adoptado cuando ella tenía cuatro años, pero él la quería como su propia hija.
Dirigió una última vista a su cuarto, observo la rosa que Kaname le había regalado. Kuran Kaname era el chico que la había defendido en la escuela primaria, por tal razón estaba enamorada de él. Pero ese otro punto. Cogió la rosa y salió.
Ahora tendría una familia completa con un padre y una madre, solo le faltaría hermanos, pero esa era otra historia.
Una mirada fría, y penetrante era la que dominaba aquel salón.
Kahoko Asakura, una chica de cabello rubio, ojos ámbares, piel cremosa, a sus trece años perdió a sus padres.
Sus padres murieron en un accidente automovilístico, pero aún así no denotaba ni un poco de tristeza. No es que odiara a sus padres, pero tampoco los amaba. No convivio mucho con ellos, por esa razón no les tenía mucho cariño.
Las personas la miraban como algo extraño, pero aún así le daban el pésame, para luego ir a cuchichear sobre la actitud de ella.
Observo un par de ojos cobrizos que la observaban, como si conociera su dolor. ¿Cómo alguien podría saberlo?... ni ella misma sabía sus sentimientos en este momento.
El ambiente oscuro y fúnebre nunca le había agradado mucho, aunque ya había sido protagonista de un acontecimiento similar.
No hubiera querido venir. Es más Kuran Kaname, un chico de quince años, cabellos castaños, ojos cobrizos y piel morena, rehuía esos lugares, pero hoy no pudo. Era el funeral de los padres de una prima de Aidou Hanabusa, uno de sus amigos; además de que su madre le había, prácticamente, obligado a venir.
Hubiera preferido ayudar a Yuuki con sus maletas, ver su sonrisa... aunque eso sonaba egoísta.
—Kaname ¿Por qué no vamos a hablar un momento con Asakura-san? — dijo su mejor amigo: Ichijou Takuma.
— Esta bien — solo dijo eso.
Dirigió su mirada a la rubia, se mostraba fría e indiferente, y por algún motivo, pensaba, que comprendía su dolor ya que él había perdido a su padre.
La rubia lo miro. Su mirada cobriza y la mirada ámbar chocaron por un buen momento. Aquellos ojos le resultaban interesantes.
La primera mirada que se dirigieron los dos, Kaname y Kahoko, fue en el funeral de los padres de ella, pero no sería la última. Cada vez que se volverían a dirigir la mirada sería de una forma distinta, y su relación se debatiría entre la amistad o ser algo más.
Se apoyo contra la pared, estaba sentado sobre su futon, su pierna flexionada, su codo apoyado sobre su rodilla. Lanzo un suspiro y agacho su cabeza, su mano paso por sus cabellos plateados.
Observo su mochila, que yace cerca a la puerta, con el contenido de las pocas pertenecías que tenía. Pronto se iría de este lugar, el hogar en donde había vivido diez años...
¡Demonios! No quería irse. Kiryuu Zero, un chico de quince años, cabellos plateados, ojos amatistas, piel casi pálida, no quería irse de este lugar.
Su madre hace una semana había venido a verlos, y su tío, Yagari Touga, se molesto con ella por tenerlos como abandonados.
Él no la culpaba el abandonarlos, es más se culpaba a sí mismo el que los haya abandonado, porque era su culpa el que su madre los haya abandonado. Él era el culpable de la muerte de su padre, desde ese momento su madre lo odia, porque su padre era su único sustento económico...
El que sus hermanos sufran era su culpa, y solo suya. Por esa razón él no merecía ser amado porque hacía sufrir a los que le rodean.
Pero el motivo por el cual no quería irse: no quería dar frente al odio de su madre. Prefería seguir aquí antes que ver la mirada de odio de su madre...
—Zero, Yagari dice que te apures — dijo su hermano gemelo: Ichiru -Además, Sara se está poniendo impaciente.
—Ya voy — se puso de pié — Vamos— salió de aquella habitación y se despidió de aquella casa.
Observo el rostro anhelante de su pequeña hermana Sara. La culpa volvió de nuevo, por su culpa Sara había sufrido al igual que Ichiru... no merecía a nadie a su lado...
Yagari los había dejado frente a la puerta de una casa, la casa de su madre que tenía en el centro de la ciudad, y según se había enterado se había casado de nuevo.
Tocaron el timbre y esperaron. La puerta se abrió dando paso a una chica de cabellos castaños. Lo que más le llamo la atención fueron sus orbes cobrizos.
Quince minutos habían pasado desde la primera vez que, Zero y Yuuki, habían cruzado miradas. Yuuki aún seguía observando la mirada cautivadora del peli plata. Zero, por algún motivo, no dejaba de mirarla. Esa no sería la última vez que se dirigían miradas, sería el principio de la serie de miradas que se dirigirían, que irían cambiando gradualmente variando entre el rehuir y aceptar sus sentimientos. Su relación siempre estaría en ser solo hermanos o cambiar rotundamente aquello y ser algo más.
El "destino" les tenía guardado tanto malos como buenos momentos, tal vez mas malos que buenos, a estas cuatro personas que tendrían que aceptar, o descubrir, sus sentimientos.
Continuara..
Gracias por leer.
Bueno antes de que me quieran matar por no continuar Inesperado, les digo que el siguiente capítulo está en proceso, así que no me maten.
Esta idea me estuvo rondando por un buen tiempo hasta que decidí escribirlo. Espero que les guste.
Reviews por favor… se los suplico… XD ok no, pero por favor reviews… no sean malos.
Nos leemos… besos
Se despide Liz Asakura
