LOS PERSONAJES PERTENECEN A CASSANDRA CLARE, TENIA ESTA IDEA DESDE QUE LEI UN FIC SOBRE LA RUPTURA, ESPERO LES GUSTE...
Alec entro por la puerta del instituto y la azoto, fue encontrar de su voluntad pero eso no evito que quienes estaban dentro del instituto se pusieran en guardia y fueran a revisar que paso, Isabelle, Jace, Clary fueron los que primero se acercaron a la entrada y vieron a Alec, tenía los ojos rojos, sus cachetes estaban de igual manera, aunque Alec tratara de ocultarlo, se notaba que había estado llorando, Isabelle se acercó preocupadamente hacia él.
-¿Alec?- pregunto Isabelle, Alec la ignoro y siguió con su camino, su hermana lo agarro fuertemente por el hombro y lo detuvo, lo giro para que lo mirara – Alec, ¿Qué tienes, porque luces así?- Alec se le quedo mirando un rato, sabía que tenía un estado deplorable, recién venia del loft de Magnus de recoger sus cosas, las había votado la sola presencia de ellas le causaba dolor y nauseas, quería hablar con su hermana, decirle la verdad, nunca le había ocultado nada, pero simplemente las palabras no se surgían.
Se soltó del agarre de Isabelle - ¿Dónde está nuestra Madre?- pregunto fríamente, Alec sabía que no debía tratar así a su hermana, tan solo su cabeza estaba echa un desastre.
Isabelle, se vio afligida por la reacción de su hermano, -Maryse está en la biblioteca- respondió en su lugar Jace, reprochándole a Alec su actitud con la mirada, el aludido simplemente esquivo su mirada y la dirigió a Clary, le dio un leve asentimiento como saludo acto siguiente se dirigió a todos, - por favor díganle que quiero hablar con ella, estaré en mi habitación – se dispuso a subir las escaleras, pero a mitad de camino se detuvo, - Magnus y yo rompimos, no quiere verlos de nuevo, queda claro que a mí tampoco, así que no lo molesten- siguió caminando, Isabelle subió los escalones rápidamente hasta alcanzar a su hermano – ¿de qué hablas, Alec?¿ qué paso?- Alec se detuvo, pero no la miro.
-por favor… dile a mi madre que quiero hablar con ella, voy a estar en mi habitación- repitió con la voz quebrándose y con el ceño fruncido, y se fue a su habitación.
Isabelle, estaba dolida, su hermano siempre le contaba todo y el que esto no lo hiciera era realmente hiriente, -Izzy- se acercó Jace a ella.
-ya lo oíste, busca a mamá- e Isabelle, siguió a su hermano, Jace fue en busca de Maryse.
Cuando Isabelle se acercaba a la habitación de su hermano escucho un estruendo y se apresuró a llegar.
-¿Alec? ¡Alec ábreme la puerta!- grito mientras daba múltiples golpes a la puerta.
Alec había entrado en su habitación, su cuerpo estaba tenso, tenía ganas de llorar y gritar, estaba furioso consigo mismo por ser un completo idiota, su furia era tan grande que tomo lo primero que alcanzo lo cual fue una lámpara y la aventó con fuerza hacia el otro extremo de la habitación, la lámpara se hizo añicos pero al menos eso lo había hecho sentir un tanto mejor, se quedó tan dopado con ese sentimiento que no lo pensó dos veces cuando empezó a arrojar todo lo que tenía al alcance, su escritorio, las sillas, sus cuchillos, todo su cuarto quedo en completo caos, escucho a alguien tocar la puerta, pero simplemente lo ignoro, el destrozar cosas estaba siendo algo liberador, ya no tenía nada más que arrojar, así que golpeo la pared que tenía al lado, lo que no tuvo encuentra era el espejo que se encontraba puesto hay, era uno antiguo y se encontraba pegado a la pared, Alec se sintió colérico al salir herido, pues al golpear el espejo con su puño el espejo se había roto y los cristales habían perforado su piel haciéndola sangrar, Alec tomo el espejo y con todas sus fuerzas lo arranco de la pared y lo lanzo al suelo. Estaba agitado la sensación de alivio que recientemente había tenido desapareció, dejándolo con un profundo dolor en el pecho, no sabía a qué se debía, se puso un iratze, pero eso solo sano la herida de su mano, estaba desesperado el dolor lo estaba matando.
Los golpes en la puerta no cesaban, debería de haber contestado, pero no sabía que tenía, su comportamiento desde el túnel en el cual Magnus había rompido con él era errático, y no quería que su hermana lo viera así.
El dolor era insoportable, no pudo evitar que las lágrimas surgieran, así que hay estaba en medio de su desastre llorando en silencio, quería ver a Magnus, decirle que lo perdonara, besarlo, pero ya todo había terminado, él había terminado todo, lo había arruinado, el dolor en su pecho aumento, las lágrimas también, los sollozos empezaron y sus piernas flaquearon, no se pudo mantener de pie, cayo de rodillas en el piso, apoyo su frente en este en busca de estabilidad, su respiración cada vez se volvía más agitada, su cuerpo se contraía en busca de aire y sofocando sollozos.
Los golpes en la puerta se hicieron más insistentes – Alec, ábreme por favor- suplico su hermana, Alec empezó a llorar el que su hermana hiciera eso le dolía, pero aun así no la quería ver, se tapó su boca al nota que un gemido iba a salir de sus labios – Alec háblame, ¿estás bien?- Alec no respondió era incapaz de articular palabra en ese estado, se recostó totalmente en el suelo, un cristal roto de un tamaño considerable se le clavo en un costado del abdomen, solo lo roso pero eso no evito que un grito sollozante saliera de su boca, Alec se lo saco y se puso una runa curativa -Alec, si estas cerca de la puerta aléjate, la derribare- se escuchaba totalmente preocupada.
-ni se te ocurra hacer eso Isabelle- se escuchó del otro lado de la puerta.
Alec reconoció la voz -¿Madre?- dijo mientras se levantaba con dificultad del suelo, su voz salió ronca y lamentable
-¿Madre?- a Maryse s le rompió el corazón al escuchar la voz de su hijo, no hace poco Jace había llegado a la biblioteca diciéndole que Alec la necesitaba, era urgente, ella no lo pensó dos veces y se dispuso a ir a la habitación de su hijo Mayor, al llegar se encontró con Isabelle desesperada por entrar y a punto de romper la puerta, ella la detuvo, conocía a su hijo mayor, si no la había dejado entrar era por algo.
-Alexander soy yo cariño ábreme la puerta- su voz estaba teñida de cariño y era maternal. Isabelle no pensó que le abriría, pero apenas su madre termino de hablar Alec había abierto la puerta.
No se veía nada, el cuarto estaba oscuro, solo se veía la sombra de Alec en sentado en la cama con la cabeza gacha.
-Mama- Alec levanto la cabeza su voz se oía necesitada, Maryse se internó en la habitación, Isabelle la iba a seguir pero paro en seco cuando la habitación se hizo más visible, todo estaba hecha un desastre, se podían ver gotas de sangre en el suelo, junto con pedazos de un espejo partido, encontró la mirada de Alec, pero él en seguida la desvió, -cierra la puerta, por favor- Maryse le hizo caso a su hijo y cerró la puerta, en el momento en el que lo hizo se abalanzó sobre ella y la abrazo fuertemente, Maryse le correspondió, Alec hundió su rostro en el cuello de su madre, justo como solía hacer de niño, Maryse lo reconforto y empezó a acariciarle su espalda un modo de tranquilizarlo, lo cual solo empeoro la situación, Alec volvió a caer al suelo a llorar, los espasmos volvieron, le volvió a faltar el aire, trataba de sofocar sollozos pero algunos simplemente se le escapaban, su cara estaba roja, el dolor en su pecho aumento.
Maryse preocupada se arrodillo frente a él –Alexander, cariño ¿qué te ocurre? ¿Qué tienes?- Maryse se sentía totalmente impotente e inútil, al igual que su hijo empezó a llorar, cualquier madre que estuviera en su posición se sentiría así o peor, ver a su hijo mayor llorar, algo que no había hecho ni siquiera cuando era un bebé, verlo ahora en esa condición y no saber que tenía era totalmente desesperante.
-estoy muriendo Madre- Alec se había arrodillado en el suelo, se tapó los ojos con sus manos, Maryse se las quito del rostro para mirarlo a los ojos, aquellos ojos que siempre fueron azules como los suyos, pero que ahora estaban rojos y teñidos de dolor.
-Alec de que estas hablando-
-no puedo respirar, no paro de llorar, mi cuerpo constantemente tiene espasmos y lo peor de todo es el vacío en mi pecho, es insoportable, ese es el peor de todos, me duele tanto que simplemente no puedo ponerme en pie, dime si esos no son síntomas de estar a punto de morir- le respondió Alexander.
- cariño, no estas muriendo- le apretó fuertemente las manos.
-¿entonces qué es esto que siento que desgarra por dentro?- pregunto con suplica.
-tienes el corazón roto Alexander- Alec la miro fijamente, esas palabras le llevaron a pensar en Magnus y el dolor en su pecho se hizo más grande y más doloroso, se soltó una mano de su madre y se apretó el pecho.
-duele demasiado madre- apoyo su rostro en el hombro de ella.
-lo se cariño- le empezó a acariciar el pelo.
-has que pare, por favor, detenlo, no quiero sentirlo más, por favor ayúdame- suplico Alec, si antes Maryse sintió su corazón romperse ahora estaba hecho pedazos, sentir el dolor de su hijo, que este le pidiera que lo ayudara y no poder hacer nada para que ese dolor acabara era agonizante.
- ¿cuándo se detendrá? ¿Quiero que pare, hazlo que pare?, por favor mami cúrame- Maryse lo atrajo más hacía ella, era la primera vez que su primogénito le decía de esa manera, y el hecho de que fuera en esta situación era desgarrador.
-solo el tiempo, podrá curarte hijo- Alec sollozo más fuerte. – Es un riesgo que se debe tomar cuando te enamoras, dolor, es parte del amor-
-el amor es una mierda-
-Alexander- lo reprendió tiernamente.
-duele demasiado mami-
-es la concecuencia de ser un nephilim y un lightwood a la vez, los nephilim aman demaciado, y los lightwood son muy posesivos, protegemos lo que queremos estas dos convinaciones son un asco juntas-
Con ayuda de su madre Alec se acostó en la cama, cuando ella se iba a ir él la detuvo. –No me dejes- dijo Alec rogándole, - no quiero estar solo, por favor quédate-
Como negarse a eso, fue lo que pensó Maryse se acostó cerca de su hijo y los dos se quedaron dormidos.
espero les guste, si tienen alguna sugerencia no duden en dejarla, y pues estoy pensando en darle continuacion, o solo dejarla como one shot
