¡Hola a todos!
Bienvenidos a un nuevo fic, el cual he hecho con mucho cariño.
He estado escribiendo varios, y todos los tengo guardados en mi Word, eso es porque aún no los termino obviamente, de hecho éste no loo iba a subir, pero encontré que ya era hora de subir alguna historia, y ya estoy terminando varios ONE-SHOT,que espero que los lean y les agraden.
¡Disfruten la lectura!
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Adopción
By
Lithit M-P
Capítulo 1: Hans Felton
El joven se estiró a la vez que bostezaba, tapándose la boca con la mano derecha. Miró a su alrededor con los ojos algo rojos por el sueño que tenía y por haber estado leyendo tanto. Estaba en una biblioteca enorme, llena de libros de todo tipo, aunque había más cantidad de libros de magia oscura que de otro tipo, pero ahora él había botado gran cantidad de ellos, reemplazándolos por otros más interesantes, la mayoría muggles.
Se levantó del hermoso, grande y cómodo verde oscuro sillón de cuero en el cual estaba sentado y se dirigió a una de las estanterías del medio, de un suave color negro brillante, y guardó el libro de donde lo había sacado. Si había algo que le cargaba, era el desorden, y menos cuando eran sus preciados libros los que estaban dando vueltas por ahí. Dio media vuelta y se dirigió a las puertas de roble blanco, las abrió y salió por ellas hacia un solitario pasillo de mármol, y empezó a caminar por él hasta llegar a unas escaleras, las subió y llegó al tercer piso de aquella gran mansión, y siguió caminando por entre aquella hermosa alfombra de terciopelo negra, que contrastaba con la pared blanca, hasta llegar a la única puerta negra, la cual tenía una gran serpiente dibujada en ella, una serpiente de distintos colores verdes, con la lengua roja y los ojos rojos como la sangre. Entró por aquella puerta y se encontró en un enorme dormitorio, de blancas paredes, plateada alfombra de terciopelo, una cama de dos plazas con el cubrecama de seda color verde oscuro, y las sábanas, de seda también, color negro, y dos alfombras pequeñas, del mismo material que la plateada, color negras, con dos veladores a ambos lados de la cama, negros, un escritorio, negro también, que tenía una lámpara verde que emitía una luz blanca, bastante fuerte, que servía para estudiar, la misma lámpara que tenía en sus veladores. Frente su cama había un mueble donde había un televisor bastante grande, con un DVD y varias películas guardadas en el mueble. En el suelo, al lado de la cama, había un Notebook, que estaba enchufado.
Se dirigió hacia la cama y se sentó en ella, a la vez que prendía el equipo que estaba al lado de la puerta del baño, la cual estaba al lado de la puerta que daba a su closet. Él sabía que si sus padres estuvieran vivos, lo matarían por todo lo que había hecho. Había puesto electricidad, había comprado televisores, lámparas, y otras cosas que eran muggles, pero que a él siempre le llamaron la atención.
Se estiró en la cama para dormir, a pesar que eran recién las ocho de la noche, pero estaba bastante cansado, mientras escuchaba la canción Teenagers de My Chemical Romance. Estaba entre el mundo real y el de los sueños, cuando sonó el timbre. Se levantó a regañadientes a la vez que se arreglaba un poco el pelo. Bajó las escaleras mientras maldecía por lo bajo. Llegó a la puerta de entrada y la abrió, encontrándose con un hombre de unos cuarenta años, con el pelo castaño oscuro y barba. Era alto y delgado, y un niño de cuatro años, con el pelo castaño rojizo, corto, y era algo delgado y bajo para su edad. Draco miró al hombre de forma interrogante y con un gesto de la mano los hizo pasar.
- Disculpe por venir a esta hora, señor Malfoy – dijo el hombre a la vez que seguía al joven rubio hacia el living -, pero lo que le tengo que decir es muy importante y no puede esperar.
- Lo escucho – dijo Draco mientras se sentaba en lo sillones blancos al frente de fuego, a la vez que el hombre y el niño hacían lo mismo, aunque el niño con la ayuda del hombre.
- Su madre tenía una gran amiga, la señora Daphne Felton¿le suena? – lo miró detenidamente a la vez que ponía el tobillo derecho sobre la rodilla izquierda.
- Sí, claro que me suena – respondió Draco -. Es una gran amiga de mi madre y bastante amable, he de agregar – miró al hombre -. Me cae bastante bien, diría que es la única persona que me ha tratado con cariño.
- Por ello es que ella le ha dejado algo a su cargo en el testamento – dijo el hombre.
- ¿Testamento? – preguntó Draco sin entender.
- Sí, su testamento – afirmó el hombre -. Es que ella... ella ha sido asesinada por Mortífagos, señor Malfoy, y le ha dejado lo más preciado que ella tenía a usted.
Draco lo miró, esperando que sacara algo de entre su capa y se lo pasara, pero lo que el hombre dijo lo dejó completamente sorprendido, congelado en su asiento, en completo shock.
- Ella le ha dejado a su hijo, señor, quiere que cuide al niño que tengo aquí, a mi lado, el cual aún está bastante mal. La han asesinado antes de ayer y él aún no lo asume.
- ¿El... el niño? – tartamudeó Draco? – Tengo 17 años, señor¿cree que estoy preparado para criar a un niño? Aparte que me falta un mes para volver a Hogwarts.
- Lo sé, lo sé – dijo el hombre -. Lo hemos pensado mucho y creemos que es lo mejor para este jovencito. Él lo quiere mucho¿sabe? – la mirada verde traspasó la gris de Draco -, usted es la única imagen paterna que tiene. No quiere que nadie, aparte de usted, lo cuide.
Draco miró al niño. Claro que lo conocía, como no lo iba a hacer si siempre que la amiga de su madre iba jugaba con él. Su nombre era Hans Felton y tenía cuatro años. Un niño bastante tranquilo. Le tenía mucho cariño.
- Bien, señor Malfoy¿se queda con él? – preguntó el hombre – He de decir que si la respuesta es no, se irá a un orfanato.
Draco lo miró por unos segundos, con una mirada fría, sin mostrar sentimientos, nada, una mirada vacía que hizo estremecer al hombre, aunque éste lo disimuló muy bien. Obviamente Draco no quería dejar al niño en un orfanato, pero tampoco se podía quedar con él¿dónde iría el niño cuando él fuera a Hogwarts? Miró al niño y vio que él estaba con la cabeza gacha y con la mirada perdida. Parecía que estaba en otro mundo. 'Él lo quiere mucho¿sabe?' 'No quiere que nadie, aparte de usted, lo cuide'.
- Bien, me quedo con él – dijo Draco luego de unos segundos -, pero le digo en este momento que voy a ver si me quedo con él luego de un mes, recuerde que tengo que volver al colegio.
- No se preocupe, señor Malfoy, ya hemos hablado con el director Albus Dumbledore y él me ha dicho que no hay problema en que vaya al colegio con el niño, va a tener todo arreglado.
Draco asintió en silencio y miró al niño. ¿Qué iba a hacer él con aquella pequeña persona? Suspiró. Pareciera que aquel mes de vacaciones iba a ser bastante difícil y diferente al anterior.
- Las cosas del joven han sido destruidas junto con la casa – explicó el hombre -, por lo tanto, se podría decir que está en la calle.
- Ya no lo estará si se quedará aquí – dijo Draco.
- Bien – el hombre se puso de pie y se dirigió hacia la salida tras Draco -. Muchas gracias, señor Malfoy – le dio la mano.
- No hay por qué – dijo Draco y cerró la puerta tras el hombre. Respiró hondo y caminó de nuevo hacia el living, donde estaba el niño, quién no se había movido ni un ápice -. Hans – lo llamó suavemente Draco.
El niño lo miró como si recién se hubiese dado cuenta que estaba frente Draco, la única persona, el único hombre al que veía como padre. Sus ojitos celestes se llenaron de lágrimas y abrazó con sus cortos y delgados brazos al adolescente mientras lloraba.
- Quiedo a mi… mi mamá – sollozó. Él aún tenía problemas para pronunciar la 'r'.
Draco le devolvió el abrazo con cariño. Para él, aquel niño era como su hermano¿o como su hijo? Lo tomó en brazos y lo guió hacia el dormitorio que estaba al lado del suyo, se sentó en la cama, con el chico aún en su regazo, y lo meció con cariño.
- ¿Tú… tú me cuidadás,veddad? – preguntó el niño en voz baja, luego de unos treinta minutos. Había dejado de sollozar, pero las lágrimas aún no cesaban -. Sabes, no sé qué pasó, sólo sé que quiedotad con mi mamá¿dónde está¿Pod qué estoy aquí contigo? Me asusté mucho al ved aquellos dayosde colodes,pedo no sé pada qué sidven.
Draco lo miró con algo de preocupación. ¿Cómo le diría a un niño que aquellos rayos de colores hacen daño y que uno de ellos había matado a su madre? Además que él ni enterado de que su madre estaba muerta, pensaba que lo había dejado allí porque tenían que hacer algo, como lo había hecho infinidad de veces.
- Aquellos rayos le hacen mal a las personas – le respondió con suavidad.
- Ah… - dijo el niño - ¿Y dónde ta mi mamá? – lo miró a los ojos con una mirada de curiosidad.
- Tú… tú mamá… - suspiró – ella está en el cielo, cuidándote, se ha transformado en un ángel para poder velar por ti.
- ¿Entonces ella vuela? – preguntó Hans con una mirada emocionada, pensando que aquella era una gran noticia.
- Sí – respondió Draco. Le acarició la cabeza con cariño -, ella puede volar y puede bajar del cielo para visitarte.
- ¿Yvenddá ahoda? – preguntó el niño más emocionado que antes.
- No, ella bajará mientras tú duermes. Tú no la puedes ver, pero ella sí a ti, y vela por tu sueño a tu lado, para que cuando sea de día y estés despierto, ella vuelva al cielo y te cuide desde allá arriba – apuntó hacia el techo.
- Entonces… ¿entonces no la volvedé a ved nunca más? – preguntó el niño con tristeza.
Draco lo miró, sin saber qué decir¿le diría que sí, sabiendo que era mentira, o le diría que no, diciéndole que algún día los vería?
- No, no la verás nunca más – respondió en voz baja -, pero luego de muchos años, cuando tú también te conviertas en un ángel, la volverás a ver.
- Pedo…pedo en este momento no la vedé¿veddad? – preguntó con sus ojitos llenos de lágrimas nuevamente.
Draco negó con la cabeza lenta y suavemente. Hans recargó su cabecita en el pecho del joven y soltó un nuevo sollozo.
Pasó otra media hora, en la cual el niño lloró porque no vería nunca más a su madre, en cambio antes había llorado por el miedo que había sentido al ver todos aquellos rayos y los colores, pero ahora era todo completamente diferente.
Se quedó dormido en los brazos de Draco, quien sólo lo abrazó en silencio. El adolescente le sacó la ropa y le puso una polera que le quedaba chica de él, cosa que le quedó como un camisón. "Es lo único que tengo para ponerle" – pensó. Lo acostó con suavidad, dejó la luz del pasillo prendida y la puerta abierta. Llamó a uno de los varios elfos domésticos que había y le dijo que por favor lavara la ropa del niño y luego entró a su habitación, se puso el pijama y se acostó a dormir, dejando su puerta abierta también por si al pequeño le pasaba algo, él lo sabría de inmediato.
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Hatsa aquí llega el primer capítulo. Sé que es corto, pero es el principio. No creo que el fic sea muy largo, aunque no es seguro.
Espero que les haya gustado y si quieren me mandan algún review...
Gracias por leer...
¡Hasta el otro capítulo!
