Henry Haddock III, ese era su nombre, he iba caminando en medio de la madrugada por las oscuras y silenciosas calles de la ciudad de Berk, lo cual era una completa y desmedida estupidez, era bien sabido por todos que Berk era una ciudad extremadamente peligrosa, una ciudad grande por lo general siempre lo es, sin embargo, en Berk el peligro era aún más mortal, no eran simples ladrones y asesinos los que circulaban por las calles, aunque muy pocos sabían realmente que eran los culpables, los desaparecidos y cadáveres no daban realmente mucha información.

Berk era la peor ciudad en la que elegir vivir, sin embargo no era la única, desde hace más de 27 años las desapariciones y los asesinatos eran comunes en muchos lugares, y cientos de teorías habían surgido al respecto, desde los paranoicos que culpaban al gobierno, hasta los quisquillosos que buscaban siempre una explicación lógica, pero el problema seguía ahí, y no parecía que fuera a solucionarse con prontitud.

Así que como el peligro era absoluto y total en cualquier lugar, Henry no veía el problema de caminar en medio de la madrugada hasta el depósito de chatarra abandonado de la ciudad donde tenía su pequeña guarida, aunque no por eso dejaban de ser estúpidas sus acciones, eso claro lo sabía muy bien, tenía una facilidad increíble para hacer cosas estúpidas, a veces se preguntaba si sufría de ataques suicidas…

Aunque no, no quería morir, solo… solo quería encajar en algún lugar, era el mismo absurdo problema existencial del resto de adolescentes y jóvenes de entre 13 y 20 años, no, posiblemente también era un problema de los adultos, todos andaban buscando un lugar al cual pertenecer y sentirse queridos, todos buscaban atención de parte de la gente. Todos eran humanos después de todo.

Y ser él no era nada fácil, su padre era Jefe de la Policía, así que estaba siempre en la mirada de la ciudad y le exigían respuestas y acciones ante los aterradores y constantes asesinatos que ocurrían, lo cual lo hacía pasar mucho tiempo fuera de casa. Bueno hasta ahí no era tan malo, muchos hijos no tienen atención de sus padres y el mundo aún no se acaba, el problema era que él también era sumamente juzgado por la gente, todo mundo lo comparaba con su padre y el hecho de que no era ni por asomo tan bueno como él en ningún aspecto era frustrante, a veces ni siquiera parecían padre e hijo, además Henry tenía talento natural para meter la pata.

En clase de cocina causo un incendio, accidentalmente soltó a todas las ratas del laboratorio de biología, también libero a las ranas para disección de la secundaria, inundo la escuela con su réplica de un volcán, le rompió la nariz al profesor de educación física de un balonazo el día de las pruebas para el equipo de basquetbol…

Y si a eso le sumaban que siempre había sido escuálido y sarcástico y un tanto nerd, se sacaba la correcta conclusión de que no tenía amigos, cualquiera se harta de vivir así y busca una solución, y él había optado por buscar una solución muy radical. Él resolvería el misterio de los asesinatos de Berk.

De ese modo hasta su padre tendría que reconocerlo y admirarlo. Hasta ahora no iba tan mal, tenía las sospechas de que era un asesino en serie, aunque había muchas cosas que no encajaban en esa idea, pero no iba a rendirse.

E iba de camino a su guarida a seguir con su investigación cuando, escucho un sonido ahogado, un golpe seco, el ruido venía del oscuro callejón a su derecha, lo miro con atención pero no logró ver nada dentro de esa oscuridad. Lo más sensato sería alejarse, sin embargo, él tenía la tendencia de hacer cosas muy estúpidas.

Se dirigió al callejón de la manera más callada que pudo y se detuvo detrás de unas cajas de cartón apiladas, desde ahí alcanzaba a ver mucho mejor el interior del callejón… se quedó paralizado cuando vio lo que vio.

Había dos figuras en ese callejón, una sin duda era una persona y la otra lo parecía, solo que no es normal que una persona desgarre la garganta de otra y beba su sangre con prisa sedienta.

Aunque Henry estaba en shock, su instinto de supervivencia lo hizo retroceder asustado, sin embargo, su natural torpeza hizo que pateara una lata al dar un paso y aquel minúsculo tintineo metálico hizo que la figura que bebía sangre volteara en su dirección.

En ese momento pudo admirar sus atractivos rasgos perfectamente, el cabello y la ropa negros como la misma noche hacían resaltar la piel blanca, los blancos y sobrenaturalmente largos colmillos, la boca manchada de rojo, las manos escurriendo sangre, y esos ojos de un verde toxico que no parecía para nada natural.

Esa criatura miró a Henry e inmediatamente frunció el ceño, haciendo que su rostro luciera aterrador, sus ojos se agrandaron aún más y de su espalda surgieron unas alas negras como la noche, Henry no podía despegar su incrédula mirada de la criatura.

Después solo hubo oscuridad.

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¡Hola mundo!, no he muerto! TwT aunque mi computadora temporalmente sí, perdón por no haber actualizado nada cuando prometí que lo haría desde hace más de dos semanas, pero un virus casi mata a mi laptop y todos mis archivos, por suerte el técnico me dijo que logró salvar casi todo y que la tendré de vuelta para el sábado o el domingo :3 ¡yei! y como esa idea me puso la mar de contenta, escribí un poco de esta idea que vino a mí anoche. ¿les interesa que la continué?