Prefacio

Mi nombre es Jacob Black tengo 19 años y soy el hijo del hombre más adinerado de La Push, Billy Black, mi padre era un hombre consentidor, jamás me negó algo, creo puede ser debido a la ausencia de mi madre, ella falleció siendo yo un niño, cada regalo, cada capricho debió ser una forma de llenar el enrome vacío que tengo en mi pecho debido a su ausencia.

Mi vida básicamente constaba en gastar el dinero de mi padre y hacer lo posible por cumplir cada uno de mis caprichos, también me encargaba de tener a mis pies a cada mujer que se me apetecía, para luego deshacerme de ellas en cuanto dejaban de ser de mi agrado.

Hay momentos en los que yo mismo me detesto, acostumbro a maltratar y alejar a las personas que se interesan en mí, jamás he mantenido una relación real con una mujer, las utilizo para saciar mi apetito sexual, y las desecho. Siempre me ha gustado el mundo nocturno, las fiestas, beber, bailar, la música, mujeres, ese es mi mundo, por este motivo decidí pedirle un préstamo a mi padre para abrir mi propio negocio, un bar-pub. Como era de esperar el pidió algo a cambio, su petición fue, todo el dinero que quieras a cambio que te especialices en algo, estudiar, nunca fui bueno para los estudios, pero estudiar Publicidad llamo alguna vez mi atención y serviría para el negocio. Cerré el trato con mi padre y todo iba como lo esperaba hasta que ella apareció en mi vida y desestabilizó mi mundo.

Dicen que el amor es ciego, que carece de cordura y llega cuando menos te lo esperas, jamás creí en nada que tuviera relación con el amor, oír esa palabra a mi gusto no era más que mera cursilería. Hasta que el destino, o la vida, se encargaron de darme una lección. Siempre tuve conocimiento que la vida misma se encargaría de cobrar cada una de las lágrimas que arranqué de los ojos de mis amantes, en mi subconsciente siempre lo supe, pero lo que no sabía es que dolería tanto.