前奏曲
Naruto se levantaba como cada mañana con la cama vacía.
Cepillaba sus blancos dientes y luego se peinaba la mata rubia mojándola con agua.
Solía vestir un traje de color negro, no solía llevar la chaqueta ya que aún era época veraniega.
Miró sus ojos y se llevó las manos a los labios, recordando su tacto.
Toma la cartera con las cosas ya preparadas de antemano y sale del apartamento con la hora justa.
En el trayecto su pie se enreda con algo y cae sin poder evitarlo.
Mira el objeto inanimado que ha provocado su caída y maldice su buena suerte.
Ha vuelto a hacerlo.
Ha vuelto a dejar algo suyo para que no olvide.
Para que recuerde y se martirice con su imagen.
Sabe que esto no le lleva a ningún sitio.
Nada bueno puede salir de ello.
Está prohibido
Es indecente.
Es pecado.
Suspira y con desánimo recoge la prenda y se la lleva a la cara.
Olisquea su aroma, perdido entre las vetas de su fragancia, el reloj corre en su contra.
Introduce la sudadera blanca con cuidado en su cartera y por fin se calza para abandonar su casa.
Hoy tampoco luce el sol.
Es otro día más de esos en los que el cielo está encapotado por las nubes.
Una mañana de bochorno.
Sonríe como un tonto mientras espera en la parada del autobús, los nubarrones grises le recuerdan a él.
El asfalto es algo viejo y por eso el autobús traquetea como si de un tren se trate.
Naruto le cede el asiento a una mujer que está embarazada y él se agarra del barandal.
Baja deprisa y anda a paso ligero hacia las puertas del instituto.
A primera hora debe presentar un examen.
Cuando llega a la clase pide disculpas por la tardanza y se sacude un poco el pelo.
Hace poco que ha empezado a llover.
Pasea por el aula vigilando a sus alumnos y de vez en cuando sonríe incoscientemente al mirar a su alumno.
Sentado en la última fila realiza el examen sin complicación.
Él ya sabía lo que entraba.
Se acusa a sí mismo de inmoral pero cuando la mirada afilada se clava en su espalda, su cuerpo tiembla levemente y siente la necesidad de gritar para tranquilizarse.
Se sienta en el lugar de siempre y observa mientras come ramen la sonrisa de la chica pelirosa.
La tiene envidia, ella puede pasearse de su brazo, besarse y acostarse con él sin levantar polémicas.
Sabe que solo le está utilizando pero él eso ya lo sabe.
Se sorprende al ver que él le mira con su sonrisa arrogante.
Seguramente se regodee de su sufrimiento.
No puede evitar que sus manos tiemblen levemente pero evita que las lágrimas caigan desatadas.
Se entristece y enfurece al ver como ella llama su atención y él deja de mirarle.
Siente celos, agonía, impotencia por no poder levantarse y reclamarle como suyo.
Cierra los ojos e imagina con total desprecio la sumisión de sus cuerpos muertos.
Luego se asusta por sus pensamientos y come con gula.
No desvía la mirada cuando él le mira tan profundamente mientras la besa con lujuria delante de sus narices y luego le sonríe con suficiencia al ver su objetivo cumplido.
Naruto irradia celos.
Abre la puerta con cansancio y entonces se permite que sus sentimientos afloren
Llora, grita y maldice a cierto pelinegro mas se odia a sí mismo por no poner fin a esto.
Prepara las clases para él día siguiente y recoge y limpia la casa con pereza.
Luego se tiende en el sofá con la tele encendida y espera cambiando de canal algo que sabe pasará.
Después de horas de espera, justo cuando se va a acostar, su móvil suena.
— ¿Diga? —pregunta extrañado, no son horas de llamar.
— ¿Pu-es veenir aaa… recoserme a shi-ibuya? —preguntan al otro lado de la línea.
— ¿Sasuke? ¿Eres tú? —pregunta preocupado.
—So-olo conteshta dobee
—Llegaré en veinte minutos —dicho eso cuelga.
Se viste de nuevo con unos jeans rotos y una camisa verde oscura de manga corta algo ajustada que marca perfectamente su cuerpo adulto.
Se peina un poco y se perfuma mirándose en el espejo.
Llama a la central de taxis y pide que le recojan para ir a la estación de Shibuya y volver a la dirección de su casa.
En diez minutos de presenta un taxi en la calle y Naruto se monta nervioso.
Está ansioso por verlo y estar a solas.
Se oye jaleo desde el vehículo y localiza a su alumno ebrio al poco de llegar.
Vestido como sabe que a Naruto le gusta: pantalones de cuero, camisa de rejilla y botas altas de plataforma.
El eyeliner y el rimel solo tapan su verdadera hermosura.
Le hacen ver ceniciento.
Irreal.
Se acercan dos jóvenes que ingresan en el taxi de manera despreocupada y poco coordinada.
Abraza a su novia que no para de reírse y comenta cosas sin sentido con ella.
No paran de gritar, reír y hablar en todo el camino.
Cuando el taxi llega a la casa de Naruto, este baja resignado.
Sasuke se apea tras de él junto con su novia que apenas se puede sujetar en pie.
La besa y manosea divertido enfrente de un Naruto enfurecido.
Lo hace para tentarle.
Para que valla allí y aparte a la chica de un manotazo.
Para que sea él quien reciba las caricias y ocupe sus labios.
Sabe que le está tentando y él no lo disimula ni se avergüenza.
Crece con ello.
Naruto sube a su piso con pies de plomo a punto de romper la puerta.
Aunque él no se da cuenta ellos le siguen.
Ingresa en su vivienda malhumorado y entra en la cocina para servirse una cerveza.
Está molesto.
—Nos quedaremos aquí a pasar la noche, ni Sakura ni yo podemos regresar así a casa —sentencia el azabache sin pedir permiso ni opinión tomando la cerveza de Naruto y dándole un trago.
Luego le sonríe pícaramente y se acerca a su sensei que le mira expectante.
Sasuke pasa sus brazos en torno a sus hombros y se poner de puntillas para estar a la misma altura que Naruto.
Junta sus labios en un beso necesitado pero al poco tiempo deshace el contacto y le sonríe a Naruto con arrogancia.
Luego se marcha al salón y se acerca Sakura
Sin dejar de mirar a Naruto la besa y la toca.
Introduce sus dedos bajo las bragas y palpa con una sonrisa la caliente humedad.
Ella gime y Naruto entrecierra los ojos.
Después Sasuke dirige una mano a sus pantalones de cuero y saca su miembro erecto, mostrándoselo a ambos.
Naruto traga con dificultad y siente sus manos temblar.
La pelirosa saca su lengua y comienza a lamer el miembro del azabache que gime roncamente sin dejar de mirar a Naruto.
Se le parte el corazón cuando él le hace eso.
Coge su pene con una de sus manos y con la otra empuja la cabeza da Sakura haciendo que engulla su miembro y gimiendo en el acto.
No puede apartar la cara, la mirada de Sasuke no se lo permite.
Siente como su pecho y garganta arden de dolor pero no puede hacer nada.
No puede escapar de esa jaula porque le han cortado las alas.
Sasuke le mira con deleite.
Lo está disfrutando, Naruto lo sabe
Sasuke gime y apreta la cabeza de la muchacha con ambas manos obligándola a tragar su semilla.
Cuando Sasuke cierra los ojos, Naruto huye.
—Pueden quedarse aquí si lo desean pero no molesten-ttebayou —dice ocultando sus ojos bajo el flequillo.
Ingresa en su cuarto y se tumba en la cama.
El dolor de su entrepierna le mata pero se siente sucio y no quiere aliviarlo.
Entonces la puerta se abre y aparece Sasuke con cara de enfado.
Se acerca a Naruto y besa sus labios con fervor.
Los labios finos contrastan con los gruesos
Sus lenguas bailan con fogosidad buscando sentirse más.
La ropa les estorba, su piel quema.
Sasuke sienta a Naruto y él se arrodilla entre sus piernas.
Saca su miembro y comienza a acariciarlo como sabe que le gusta.
Naruto reacciona y aparta a Sasuke recibiendo un gruñido por su parte.
—Si ella nos ve
—No te preocupes —le interrumpe Sasuke— está dormida
Dicho eso le sonríe como sabe que a él le avergüenza y se agacha sustituyendo su boca por las manos.
Naruto gime extasiado y anhelante lleva sus manos a la cabeza del azabache.
La puerta se abre y Sakura aparece por ella.
Mira la escena horrorizada, al igual que Naruto.
Sasuke solo sonríe perversamente.
Mikochan92: este es mi último fic me temo. Es un regalo para todas las que me leeís. No va a ser un fic largo. Tendrá pocos capítulos, 5 más o menos.
Naruto y Sasuke hacen el papel de Sukes (consulten google para más información)
