Devil May Cry no es mío, yo nada más escribo para divertirme...
Muchas gracias a todos los que han leido y dejado comentarios en las otras historias que he escrito, mil gracias....
Les traigo otra historia, esta será corta, pero de algunos capítulos, no les prometo actualizar pronto, sólo que la terminaré jojojojojojo....
Hasta luego!
El Secuestro…
Las ventanas están abiertas, las cortinas de seda blanca ondean hacia dentro por el viento que entra, la habitación luce inmaculada, pero vacía. El vahó emerge de la boca de la doncella, pues ese lugar parece un congelador. Ella sale corriendo al gritar que la señorita Helen ha desaparecido.
El señor Takanaka, un hombre bajo, de cabello negro, rostro cansado, avejentado por tantas horas sin dormir, mira a la ventana, la ciudad con sus intermitentes luces, el teléfono suena, voltea, ve la pantallita despidiendo una luz verde, suspira al ir a contestar. Pone el auricular en su oído, escucha una voz distorsionada por una computadora:
— Tengo a su preciada Hija, si la quiere volver a ver págueme 200 millones de dólares. Mañana debe entregarlos en la Isla Yusue, puede mandar todos los hombres que desee pero no venga en persona. —
La llamada se corta, fue tan rápido que no pudo ser rastreada, el único dato que obtiene es que proviene de algún lugar de la Isla Yusue. Cree una broma aquello, pero el teléfono vuelve a sonar, pone el altavoz, escucha la preocupada voz de la doncella de su hija:
— Señor la señorita Helen ha desaparecido sin dejar rastro, las alarmas no sonaron, no quedó nada en los videos de seguridad, nada, ella se esfumó en su habitación. —
El deja caer el teléfono, tienen la mejor seguridad, un pequeño ejército le pertenece y aún así su hija fue sustraída. La voz vuelve a emerger del teléfono:
— Se lo dije señor Takanaka. Aquí tengo a Helen. — El hombre escucha la voz de su hija:
— ¡AUXILIO PAPÁ! ESTÁ LOCO… HAY MUCHOS MONSTRUOS AQUÍ… SÁCAME DE AQUÍ… — Los gritos se siguen escuchando al fondo.
— Tiene hasta mañana a las media noche, de lo contrario jamás volverá a verla… —
El señor Takanaka de inmediato llama a sus empleados, pide una explicación, mira todos los informes, cintas, registros, todo muestra que Helen se esfumó dentro de su habitación. Hace llamadas, pide a sus mejores elementos, forma un escuadrón de elite y los manda a la Isla Yusue junto al rescate.
El señor Takanaka mira la trasmisión hecha por sus hombres, los cuales tuvieron que salir por la tarde, pues la Isla se encuentra muy alejada, los que fueron en helicópteros llegaron dos horas después, los que iban en submarino tardaron cinco horas.
Los hombres desembarcaron, caminaron entre la espesa flora, pronto se vieron rodeados por un grupo de cadáveres. Les dispararon, trataron de defenderse pero eran miles de zombies. En las pantallas el señor Takanaka pudo apreciar aquella despiadada masacre. Al estar sus hombres muertos, los zombies se inmovilizan, un ser cubierto con una capa y una máscara de cuervo aparece, toma el dinero, dice:
— Ahora alguien debe venir por su hija señor Takanaka, alguien que pueda sobrevivir a estos seres y llegar a mi modesta casa donde se encuentra su hija. Mándeme un ángel ahora, tal vez un demonio o un demente. —
El hombre da media vuelta, se aleja, desaparece entre los zombies. Los muertos vuelven a lo que estaban y desconectan las cámaras dejando estática. El señor Takanaka trata de guardar la calma, es la primera ocasión que se enfrenta a algo así. Recuerda que cuando comenzó a reunir a los instructores para su ejército, entre los candidatos había un hombre de cabello plateado, decía su expediente que se dedicaba a los casos paranormales.
Llama a su chofer, al decirle que lo lleve a Devil May Cry.
Dante tiene los pies sobre el escritorio, trata de dormir, pero Patty se está quejando otra vez, porque no ha tenido un trabajo desde hace un mes. No es que no se haya cargado de algunos demonios, sólo que fue gratis, además Lady le quitó todo lo que ganó, Trish le dejó un cuentón igual que Patty. La pequeña rubia quería que de nuevo le comprara ropa, pero como le gusta ir a las tiendas más caras y exclusivas, pues Dante le dice que hasta que le paguen. Él retira la revista que tiene sobre la cara al cuestionar:
— ¿No te piensas dormir?… — Patty mueve los brazos frenéticamente al decir:
— No puedo… tomé mucho café… —
Patty sigue corriendo de un lado al otro, pidiendo ir de compras. Escucha un coche estacionarse frente a su negocio, hace unos años escuchó el mismo sonido. La puerta se abre, deja entrar al señor Takanaka. Dante dice antes de cualquier cosa:
— No soy instructor, así que márchese de una vez. — El señor avanza con largos trancos, se para frente al escritorio al decir:
— No se trata de eso Mister Dante. Es un trabajo de su tipo. — Dante se sienta al interesarle el aroma a temor que emite Takanaka.
— Lo escucharé, pero si no me convence lo sacaré a balazos de mi local.
— Esto es una pocilga Mister Dante, ya es un insulto estar en un lugar así. —
El hombre pone un pequeño computador, lo pone sobre el escritorio, abre un video y voltea la pantalla hacia Dante. El cazador observa lo que pasó en la Isla Yusue. Al terminar el video, Dante se estura perezosamente al preguntar:
— ¿Cuánto va a pagarme por traer a su hija? — El hombre dice:
— En la Isla hay 200 millones de Dólares, los tiene quien secuestró a mi hija, es el rescate, puede quedarse con ellos. Si mata a ese sujeto le daré otros doscientos y un millón más como adicional.
— Bien, iré de inmediato. — Patty levanta la mano al preguntar:
— ¿Qué pasará conmigo?… — Dante le dice:
— Te llevaré con tu mamá y de ahí iré al aeropuerto a buscar un transporte. — El señor Takanaka dice:
— No se preocupe por el transporte, un helicóptero lo espera. — Dante sonríe al decir:
— Tomaré mis armas, iré a dejar a la cría e iré a donde está ese helicóptero… —
El señor Takanaka se va al decirle que lo verá en el helipuerto. El cazador toma todas sus armas, las pone dentro de Pandora, después toma de la mano a Patty al salir de Devil May Cry.
El móvil de Trish suena, ella responde al escuchar a una mujer decirle que le pagará cincuenta millones de dólares si destruye a un monstruo en la Isla Yusue. La misma llamada es recibida por Nero y Lady. Los tres cazadores se dirigen de inmediato hacia la Isla Yusue.
