STAR WARS - IX
BLOOD OF MY BLOOD
Una melodía lo acurrucaba, era desconocida y a pesar de estar adormecido no entendía por qué podía disfrutarla tanto si solo era un sonido suave y repetitivo, lo transportaba a un pasado que había olvidado, en donde unas manos suaves acariciaban con dulzura sus cabellos negros y finos.
Se sentía cálido. Algo que el cuerpo del Líder Supremo había olvidado con los años de trato cruel, los golpes y el frío susurro de Snoke dentro de su cabeza.
Aquel roce casi maternal y el arrullo suave lo hacían derretir. Aún en estado de semi inconsciencia intentó recordar dónde había escuchado antes la melodía, y sus recuerdos lo trasladaron a una época en la que era muy pequeño, apenas sí podía aclarar recuerdos de entonces.
El esfuerzo por recordar lo devolvió a la realidad, y todo empezó a deformarse hasta desaparecer.
-Te amo...Ben-
Era la voz de una mujer.
Y de repente estaba despierto, cubierto en sudor, sintiéndose helado. Clavó los codos en el colchón de un golpe y miró alrededor, estaba en su habitación. Era un sueño. Soñaba por primera vez en muchos, muchos años... fue tan inesperado que se sintió fulminado. Su pecho subía y bajaba por la agitación.
Desde la muerte de Snoke estaba redescubriendo muchas cosas. Snoke le había impedido cualquier tipo de goce, incluso dormir era una tortura antes, las voces en su cabeza no dejaron de susurrarle todos estos años, y su cuerpo había aprendido a "dormir" con ellas. No las extrañaba en absoluto.
Se llevó una mano al rostro para fregar sus ojos, la melodía seguía en su cabeza, y aquellas palabras... se sintió muy desconcertado por tener un sueño así. No había soñado muchas veces en su vida, pero aquello parecía tan real.
Las noches que le siguieron fueron igual de surrealistas para él. No recordaba que soñar era así.
Algunas noches se sentía suspendido en una atmósfera líquida, tibia, todo su cuerpo se sentía relajado y cálido. Nada importaba cuando se encontraba en aquel sueño, escuchaba la voz susurrante de la misma mujer que decía amarlo pero la mayoría de las veces no podía comprender sus palabras, solo escuchaba su voz... y en ocasiones también la melodía. No le importaban sus deberes, ni el poder, ni la Resistencia, no sentía ningún tipo de rencor o malestar allí flotando.
Todo era dicha, suavidad y calidez.
Pero el otro sueño era todo lo contrario a la inocencia que sentía en ese, lo estimulaba de una manera muy distinta. Y no era abstracto, de hecho sucedía en su habitación.
Las primeras veces sentía que despertaba dentro del sueño espantado por sentir el roce de otro cuerpo caliente contra el suyo. Demasiado cerca y demasiado real. Aquel sueño, si es que lo era, era el único que había comenzado antes de la caída de Snoke.
Nunca veía a la otra persona en su lecho. La oscuridad y la velocidad en que todo se desarrollaba lo había impedido. Quizás, lo más atormentador de aquello era que él lo permitía. Su subconsciente necesidad de afecto, la desesperación de la soledad absoluta, las diferentes torturas de la oscuridad le impedían reaccionar violentamente ante lo único que parecía un mustio intento de su cerebro por darle aquello que carecía.
En aquel sueño sentía ansiedad, sentía caricias recorriendo su cuerpo dulce e invitantemente, muchas veces le costaba reaccionar ante tales cosas. Pero era permisivo.
En ocasiones su curiosidad se desencadenaba, no podía más y comenzaba a recorrer con timidez el cuerpo. Era una mujer, pero no era la misma mujer...
La piel se sentía tan real.
Era tan suave que parecía aterciopelada.
El cuerpo era pequeño y se hundía entre su pecho y cuello.
Los besos de ella eran tan deseosos, y su fragancia simplemente lo enloquecían... olía a sol, hierba fresca y arena.
Se perdía en ella, no recordaba en qué momento pasaba de estar tocándola a despertarse en su cama, solo, agitado y sintiendo su miembro erecto adolorido e hinchado bajo el peso de su cuerpo.
Algunas veces, solo sobrevivía por la mañana un efímero recuerdo de lo que había soñado. Y aunque no recordaba haberse tocado, ni lucían manchadas las sábanas, podía sentir que su virilidad se había descargado. Era frustrante.
Este sueño era cada vez más insistente en sus noches, cada vez más húmedo. Despertaba con una sensación amarga, deseando poder tener más. Poder ver a esa mujer y descubrir quién era, enterrarse en ella, marcarla, llenarla... retenerla.
En ese momento, en una galaxia muy, muy lejana... Rey creía que estaba agonizando.
Esa había sido una noche terrible para ella. Su estómago crujía, los cólicos eran insoportables. Había comido hasta atiborrarse en la reunión donde había escoltado a Leia Organa y posibles aliados.
No había visto tanta comida junta en toda su vida y ella en el evento era como un rathtar, que engullía todo a su paso. A la mañana siguiente tenía una mezcla entre dolor de panza y nauseas. Sudaba, se sentía morir.
Mientras vomitaba apoyada al inodoro, por décima vez esa mañana se rió para sí de su miseria, se sentía muy débil. Su estómago no debía estar acostumbrado a comer comida real. Era tan patético el escenario. Tomó unas pastillas para esas ocasiones y entró a ducharse para ver si servía de algo.
Días más tarde ya tenían un nuevo crucero estelar, e integrantes nuevos viajarían para unirse a la creciente flota de la Resistencia. Rey aún permanecía ligeramente intoxicada por la última reunión, pero decidió que era buen momento para servirse algunos bocados de pan y dulce, alimentos ligeros ya que temía una recaída.
El nuevo crucero era similar al Raddus, también un MC85 pero éste tenía algunas modificaciones completamente estéticas que lo hacían ver imponente. Rey hizo un leve silbido de sorpresa al verlo en todo su esplendor.
Y de repente de nuevo, puso una mueca extraña que Leia percibió, le parecía como si el aire estuviera viciado y todos los olores más marcados que nunca. Una cosa llevó a la otra y de nuevo corrió al baño a devolver.
-Oh querida... creo que tienes un virus persistente- dijo Leia con voz amable mientras le fregaba la espalda. -Necesitas que te revisen apenas estemos en el crucero-
-Mhjm...- Rey murmuró asintiendo con la cabeza
Rey observó pálida como la aguja de la jeringa se introducía en su brazo y casi se desmalla. Sin dudas había sufrido heridas peores, pero esto le daba mucha más impresión. Se sintió engañada cuando le dijeron que eso era como una picadura de mosquito. Definitivamente no lo era. En Jakku si estabas enfermo tenías que preparar o comprar brebajes con lo que había. El curandero local no tenía la tecnología ni la capacidad de un médico, pero un dolor de estómago se curaba fácil o pasaba solo si no había suficiente dinero.
Pero en el estado que estaba y ansiosa por empezar los entrenamientos accedió a esto con la esperanza de comenzar cuanto antes.
Luego de una tortuosa extracción de sangre, la enfermera le colocó una gasa sobre el punto rojo que empezaba a fluir -Los resultados estarán mañana, es necesario que guardes reposo por si es algún virus contagioso- le indicó con una sonrisa amable.
A Rey se le frunció el ceño, no le hacía mucha gracia estar encerrada. Pero recordó que ese día Leia le había mencionado que le designarían una habitación para ella. Una habitación propia, nunca había tenido algo así, y un At-At a medio enterrar en la arena del desierto no se le podía comparar. Pensó que después de todo no sería tan malo instalarse allí, limpiar y quizá acomodar un poco el lugar para hacerlo más acogedor.
Se dirigió hasta allí acompañada de Rose y Finn. Recordaba que Leia tenía los hombros algo caídos y la voz un poco apagada cuando le decía que las habitaciones individuales eran demasiado pequeñas, que esperaba mucho más y que ella deseaba poder brindarle más comodidades de las que allí tendría. A Rey no le preocupaba si sólo era una silla lo que entraba en el lugar. Así que su sorpresa fue inmensa y sus ojos se abrieron como platos cuando la vio... la habitación no debía tener más de 20 m². transitables, la cama estaba incrustada en la pared tipo madriguera, en ella un colchón alto y suave con varias mantas pardas de lana dobladas cuidadosamente, tenía un desayunador pequeño que era una mesa alargada y rebatible con una silla, un baño cómodo con ducha y eso era muchísimo más de lo que Rey necesitaba para estallar de felicidad. Empezó a saltar y toquetear todo asombrada como una niña pequeña.
-¿En serio vas a estar bien?- preguntó su amigo con dejo de preocupación.
Rey ni siquiera recordaba que tenía "el día libre" por estar enferma, asintió vivazmente con una amplia sonrisa.
-Rey- la joven Rose la abrazó con calidez y demasiada preocupación -Vendré a verte-
-Gracias- sonrió desbordada de gratitud.
Cuando por fin estuvo sola se arrojó a su cama, aspirando su olor, las sábanas eran nuevas, perfumadas, suaves, las acarició como si estuviesen vivas. Y finalmente la arrastraron al mundo onírico.
Ella también solía despertar dentro de un confortable sueño a menudo, y aquello parecía uno, y en el la envolvían cuidadosas caricias que apenas la rozaban, primero en sus brazos, luego el roce siguió la curva de su cintura hasta el hueso de su cadera y se posó un momento en su vientre con algo de peso. La mano era enorme y caliente. Se sentía muy débil bajo su calor, y el adormecimiento la embobaba, le calmaba cualquier dolor. Se sentía regocijar ante aquellos cariños que ni siquiera sabía si eran reales. Anheló demasiado tiempo aquella dedicación tan celestial. Era algo tan íntimo, sabía que en su sueño esa persona la adoraba y todo su cuerpo ardía placenteramente.
Otro brazo la rodeó y fue arrastrada a la fuente de calor. Allí, presionando un cuerpo contra el otro, sus recuerdos comenzaron a hacerse borrosos como si cayera en el más profundo y cálido sueño. En la mañanas le era costoso recordar en su totalidad lo que había pasado.
Bostezó un par de veces y se estiró, se sentía demasiado bien para estar enferma. Quería empezar cuanto antes a entrenar, pero primero debía tener el alta médico.
En un crucero estelar y galaxia distintos...
Hacía algunas horas que el hombre de cabellos negros estaba de pie, sudaba por el esfuerzo físico y mental mientras asestaba otro golpe con su sable. El enemigo era un holograma. Después de más de 5 horas continuas de entrenamiento, de aplicar distintas técnicas no podía dejar de tener sus pensamientos a la deriva. La noche pasada lo habían dejado descolocado.
En principio se sintió algo extraño, ella no había dado el primer paso como otras veces, pero él supo que estaba allí, era la misma fragancia que solía envolverlo, algo cohibido por el repentino cambio de papel decidió seguir, quería conocer a la mujer con la que tenía ese tipo de sueños. Sintió electricidad cuando sus dedos finalmente hallaron piel, la recorrió deseoso, cuando la atrajo hacia su cuerpo para acurrucarse fue a Rey quien vio entre sus brazos.
Y luego, como si se tratara de una broma, la conexión se cortó tan violentamente que sentía que la cabeza iba a estallarle. Un gemido doloroso salió de sus labios.
¿No habían sido un sueños después de todo? él estaba despierto, vibrante, cuando su presencia desapareció. Intentó buscarla pero sabía que no había caso. Ella no estaba ahí por muy real que se sintiera.
¿Cuánto tiempo había pasado desde que su vínculo en la fuerza los asaltaba en momentos tan... inapropiados? Aprovechándose de la debilidad de aquel estado y de sus impulsos más naturales? Ella lo había visto a él?
Su rostro pálido se vio acalorado mientras no dejaba de pensar en ello. Gruñó con amargura.
La médica en persona le había entregado los resultados en un sobre, y en ese momento Rey no había percibido qué pasaba o por qué la sonrisa con la que le entregó el papel tenía un dejo de tristeza. La médica parecía humana, tenía el pelo blanco y había vivido tantas décadas en guerra que podría curar lo que sea. Le dijo que gozaba de una salud excelente, que solo había tenido una gastro leve... de cualquier forma ya lucía mucho mejor y Rey se alegró de que no fuera nada.
-Pero...-
Si no se tratara de una eminencia entre los miembros de la Resistencia aquel 'pero' no hubiese significado nada para ella. Su voz parecía titubear y Rey la observaba atenta adelantándose a algo posiblemente muy grave.
La medica se acomodó las gafas antes de volver a mirar a Rey a los ojos con cierta pena -Rey, tienes un embarazo de unas 4 semanas ¿Lo sabías, no?- anunció lentamente, esperando la reacción de la joven. La anciana intentó sonreír, pero sabía que en épocas de guerra y con tantas pérdidas aquello estaba lejos de ser una bendición. Un bebé, en un mundo tan bélico era una noticia difícil...
Rey sintió como sus piernas se aflojaron y casi se va directo al suelo. Sujetó una camilla antes de caer, e intentó respirar pero sentía que las vías respiratorias no coordinaban para poder tomar aire. La medica puso una mano en su hombro y la hizo sentar. -¿Quieres que llame a alguien...?- dijo preocupada.
Pero Rey no la escuchó, el shock de esa noticia la habían golpeado con tanta fuerza que sentía que iba a sufrir una insuficiencia general de todo su cuerpo. Su expresión de extrema sorpresa rápidamente se perdió y sus ojos se inundaron de lágrimas mientras intentaba tomar aire con desesperación.
-N-no puede ser- negó entre amargos sollozos. -Yo no he...-
Había una mezcla de emociones y un creciente terror en ella, y solo no pudo evitar esa reacción.
La medica siguió sujetando a Rey y de a ratos le daba palmaditas en la espalda para tranquilizarla. -Necesitas tranquilizarte, esto no es bueno para ti- añadió.
Rey tragó saliva, intentaba calmarse. Se llevó las manos a los ojos e hincó los codos en sus rodillas, aquello simplemente no podía ser, ella no había estado jamás con alguien de esa manera. Tenía que estar mal algo o no tenía sentido.
-No puede ser- dijo con un hilo de voz -yo no he estado nunca con nadie-
Aunque no la veía se dio cuenta que la médica la seguía observando y esta vez sus palmaditas cesaron, se entre rió algo incrédula pero rápidamente recordó algo -Tus midiclorianos están alterados y cada vez son más, por el crecimiento del embrión, no hay dudas de que estas embarazada. Hay algunas leyendas que cuentan que la fuerza a veces... obra de formas extrañas como esta- Rey nuevamente sintió un nudo en la garganta y el pecho desbocado, quería romper en llanto como nunca lo había hecho.
No estaba lista para esto en medio de la guerra.
-Rey... necesitas de verdad descansar- la medica le ofreció unas pastillas para relajarla -Debes decirle a alguien sobre esto cuanto antes, no tomes decisiones sola y sabes que cualquiera sea esa decisión estoy aquí para ayudarte, aún estás a tiempo de interrumpirlo- le dio una sonrisa amable antes de que esta se pusiera de pie, casi sin tener sentidos. Frotó sus ojos enrojecidos por lágrimas, le agradeció y salió por los pasillos.
No sabía a quién avisar. Apenas podía entender la magnitud de lo que se le venía. Incluso ella no caía en la realidad. Se quedó sola en su habitación, ignorando las sugerencias de su médico.
Ella no estaba lista para pasar por esto...
Sus ojos no tardaron nada en cargarse de nuevas lágrimas de amargura. Lloró en silencio, de alguna forma avergonzada... intentó formar pensamientos pero se sentía demasiado devastada con la noticia de que algo crecía en ella. Siempre tuvo presente la idea de tener su propia familia, pero no era precisamente esto lo que ella imaginaba cuando soñaba con su futuro.
Para su desconsuelo sabía lo que significaba la vibración en la fuerza. Ahogó su llanto aplastante contra la almohada mientras la persona que probablemente menos deseaba ver aparecía ante ella.
Y aunque ocultaba su rostro contra la almohada su respiración cortada y la angustia eran fáciles de percibir, y más aún para él que sintió el malestar como una presión en su propia garganta.
-¿Rey...?- le costaba comprender qué situación podría ser tan grave para generar en ella eso. Él tardó un momento en moverse hasta su lado, examinándola con los ojos, ella no estaba herida. Y no sabía desde cuando eso le parecía un alivio.
Un -Fuera- apenas comprensible fue lo que obtuvo. No era la respuesta que quería escuchar.
Kylo Ren no era una persona insistente ni acostumbrada a estas cosas, pero sabía que desaparecer no era una opción sencilla. Respiró profundamente, se sentía incómodo, él simplemente no debería estar ahí en ese momento. Con mucha lentitud se arrodilló a su lado y vaciló un momento antes de volver a hablarle, su voz era suave y apenas audible -Puedes con esto, eres fuerte... puedo escucharte- ni siquiera sabía lo que podía generar ese estado en ella pero tampoco la conocía demasiado.
Rey negó con la cabeza contra la almohada
Los ojos de Kylo estaban escrutables y brillantes, odiaba la situación. Antes de que pudiera decir palabra más ella se incorporó un poco.
-Dejame sola, te lo suplico...- y la suplica se escuchaba tan real. El entrecejo de Kylo se frunció en aflicción -Sabes como funciona esto...- susurró.
Rey nunca tuvo tantos deseos de empujarlo lejos y abrazarlo al mismo tiempo, en definitiva no le importaba quien fuera en ese momento. La intrusión de alguien entrando como un rayo a su habitación casi derribando la puerta le hizo cambiar un poco el semblante. Aunque en su interior seguía siendo un caos.
-Ben- el nombre salió suavemente de los labios de Leia. Lo vio justo antes de que la conexión se viera forzada a desaparecer por la aparición de un tercero en la fuerza. Fue unos escasos segundos, Leia rogaba poder verlo más tiempo y aún cuando había desaparecido sus ojos seguían en el punto donde él había estado, como si aún pudiera verlo. Los ojos de Leia eran amables y llenos de ilusión con su hijo a pesar de todo lo que había sucedido.
Leia caminó hasta ella y observó donde momentos antes estaba su hijo, una sonrisa triste se dibujó en ella antes de perderla por completo al observar a la abatida Rey.
-¿Él se fue...?- preguntó la otrora princesa con algo de timidez.
Rey asintió
Leia no sabía como funcionaban exactamente estos encuentros. Pero indagó para saber que nadie más estaba ahí así Rey podría sincerarse. -Rey...- los labios de Leia temblaban, ella ya había sido informada de lo que sucedía -Crees que pueda leer eso que tienes...?- la joven extendió hacia ella el sobre.
Leia entonó los ojos para poder leer la pequeña letra. Luego de un momento sus labios se entreabrieron, buscando las palabras correctas. Sus ojos demasiado brillantes y sorprendidos.
Solo pudo preguntar una cosa -¿De quién...?-
-No lo sé- se apresuró en responder. -No sé qué está pasando- Rey se puso de pie y caminó en círculos como un animal estresado.
Leia arqueó una ceja inquisitiva -¿No es de Poe, verdad...?-
La joven la miró con furia como si fuese a saltarle al cuello. Leia se encogió de hombros -Lo siento, mi niña, tenía que preguntar-
-Nunca estuve con un hombre- reveló con seriedad y pudo notar como eso desordenó todo lo que Leia quería preguntarle.
-Hace 4 semanas estaba en Ahch-To...- recordó.
La General recordó algo luego de un momento en silencio -Rey...- la llamó con dulzura, con ojos inmensos y comprensibles -¿Crees que tus conexiones con Ben... por lo que me habías contado fue en ese mismo tiempo...- Leia farfullaba tan deprisa que no podía terminar una frase, la idea se tejía en su mente más rápido de lo que sus labios podían formular coherentemente lo que quería explicar con tanta emoción, Rey de todas formas lo entendió y pudo ver que sus ojos también se llenaban de lágrimas aunque las de Leia eran por razones muy diferentes.
-Se dice que mi padre, Anakin Skywalker fue concebido así. Tu conexión con La Fuerza y con Ben probablemente han vuelto a provocar este milagro- dijo finalmente.
Rey se horrorizó. No fue eso que le decía Leia sino por el frío recuerdo de la hilarante voz de Snoke cuando indicó que esa conexion fue amasada por sus manos. Rey casi enloqueció con ese pensamiento. ¿Y si en esos momentos ella estaba gestando el fruto de Snoke...? caminó hacia atrás dándose la espalda contra la pared, temblando de terror y algo parecido a asco. Era probable que aquel monstruo tuviera semejante poder para hacer eso y esto no sea otra cosa que sus planes. Ella había visto lo que ese despreciable ser era capaz.
Cuando sintió el abrazo cálido y maternal de Leia no pudo evitar romper en llanto. Se encontraba muy asustada y sensible. Ella le acariciaba el pelo con delicadeza, y le susurraba que todo estaría bien. Pero ella estaba lejos de estar bien, definitivamente no deseaba eso. Recordaba como Luke había irrumpido completamente fuera de sí en la cabaña aquella noche y temía que eso fuese una advertencia, nadie le había avisado que esto podía implicar tanto peligro. ¿Por qué nadie le había dicho entonces...? ¿Kylo sabía que esto podía ocurrir...?
Todo era tan irreal, deseaba volver a despertarse como en sus sueños y recordar todo esto ajeno, como si solo fuese una pesadilla.
N/A: Bueno, tuve que editar cosas que no sé si se entendían. Básicamente lo que vemos aquí es que al mismo tiempo que empezaron sus conexiones en la fuerza en estado consciente (las que vemos en The Last Jedi) también existieron otras que no vimos, tanto en estado consciente como INCONSCIENTE que ellos no controlaban en absoluto. Además de esto, Kylo Ren/Ben Solo vuelve a tener sueños y con ello despiertan algunas cosas... y no solo sentimientos (?).
Bueno, espero que les guste este nuevo fic. También pueden leer In a dream, In a Nightmare que ya está algo más avanzado.
