¡Hola! Gracias por entrar a leer mi historia.
Antes que nada, aclaro que Naruto y sus personajes pertenecen a su respectivo creador; y que solo el fic es mío.
Sin más que decir, disfrútenlo.
Nii-san.
Sentías como tu cuerpo pesaba, y tus piernas perdían fuerza. La muerte te asechaba de cerca, casi tocándote con sus esqueléticas manos.
Sentías que no podrías dar un solo paso más, y que el escudo a tu alrededor se debilitaba drásticamente. Estabas sangrando.
Sin embargo, necesitabas seguir caminando. Debías dar más pasos, acercarte a él. A Sasuke.
Sasuke te atacaba, aprovechando tu pequeño momento de debilidad. La enfermedad que te había estado afectando desde hacía tiempo había empeorado enormemente tu rendimiento. Deseabas tener más fuerzas, más poder, solo para poder encomendárselo a tu hermano, y confiar en que eso lo protegería de todo.
Respiraste profundo, haciendo que todos tus músculos dolieran. Diste un paso más, y otro, y otro…
Llegaste frente a él, sintiendo como se alejaba de ti y quedaba aprisionado contra la pared. Apenas podías ver su silueta, borrosa. Tus ojos casi no veían. Acercaste tu mano hacia él, y él tembló al pensar que ese era su fin. Te dolió su miedo, porque tú jamás serías capaz de hacerle daño. Lo tocaste en la frente, dedicándole una sonrisa, como tantas veces habías hecho en su niñez.
"Lo siento, Sasuke. No habrá una próxima vez."
Y eso había sido todo. Sabías que esas serian tus últimas palabras, y que ya después no habría tiempo para nada más. Sabías que la muerte te abrazaría, y que sucumbirías ante el más profundo y largo sueño. Y, en ese momento, solo deseabas una única cosa en el mundo: que Sasuke volviera a llamarte "Nii-san".
Si, sonaba tonto, ridículo y extremadamente cursi; pero lo hubieras dado todo por oírlo llamarte así solo una vez más. Una única vez más.
Añorabas aquellos tiempos en los que Sasuke te miraba con aquellos ojos negros y brillantes, rebosantes de inocencia, y te pedía que fueras a jugar con él. Esos tiempos en los que él te admiraba y te amaba como ninguna otra persona en el mundo. Esos tiempos en los que tú eras su mayor meta.
Pero todo había cambiado, y tú morirías sin decirle la verdad a Sasuke. Sin decirle que lo amabas, y que todo lo que habías hecho había sido por amor. Morirías sin decirle que le querías, y que él había sido siempre lo más importante que tuviste en tu vida. Y eso era lo que más dolía.
En el fondo, sabias que era por una buena causa. En cuanto tú murieras, Sasuke regresaría a Konoha, y sería el héroe que mató al asesino del clan Uchiha. Sería el shinobi que había asesinado a un criminal, y que por lo tanto había limpiado al mundo de una escoria.
Suspiraste. Deseabas tener tan solo unos momentos más junto a Sasuke. Deseabas abrazarlo y rogarle porque te perdonara. Pero eso era imposible.
Caíste, hasta el lugar que se convertiría en el lugar de tu muerte. Y entonces solo un pensamiento comenzó a rondar en tu cabeza:
Si tan solo… Si tan solo Sasuke te llamara una vez más "Nii-san"…
Y aquel deseo se convertiría en el último pensamiento anterior a tu muerte. Luego todo se tornaría oscuro, y te sumirías en el más profundo de los abismos. Al menos… al menos ya todo había acabado. Habías cumplido con tu deber de héroe anónimo.
Y lo habías hecho tan bien que nunca nadie había podido distinguir tus ilusiones de la realidad. Habías sacrificado todo por tu aldea, pero más por tu hermano. Porque no querías que él viviera en un mundo en guerra, y porque esperabas que creciera en un lugar con paz.
Y sí, lo habías dado todo y recibido nada. Pero no importaba. Porque al fin y al cabo, siempre serías Itachi Uchiha de La Hoja.
¡Gracias por leer!
No olviden dejar review.
