Amor Violento
Por mayraexitosa
Capitulo 1
Nosotros
Una mujer fue encarcelada de forma injusta nada extraño para la vida, si lo injusto tuviera precio, muchos tuvieran una pequeña fortuna en este tipo de inversión. La mujer lloraba y oraba por morir antes de cargar con una minita de oro de este tipo, si las injusticas al ser conocidas y saber quien las hace, pesan mucho, más si esa persona es importante para ti. La mujer embarazada, daba a luz, una religiosa se llevaba a su hijo con la encomienda de entregarlo a su padre, ella sabía que no lo dejaría solo, cuando supiera lo que ella había pasado, la vida le cobraría su inversión.
El niño creció en brazos de la religiosa por diez años, pues el padre no estaba en el país había sido engañado brutalmente, de que la mujer que lo amaba lo había abandonado, hasta que llego a sus manos una carta de caridad misma que maldijo pero asistió, ahí se enteraría de la injusticia que le hicieron. La mujer que amaba fue encarcelada, dio a luz a un hijo a quien dio por nombre Terrance, quien fue cuidado por una religiosa, el hombre al enterarse fue a la cárcel la mujer había sido ultrajada, violada y tratada con brutalidad la saco de ese lugar, sin posibilidad de sobrevivir se la llevó, vio a su hijo sin decirle que ella era su madre se sentía avergonzada, no quería que la viera, el hombre que más la amaba la cuido y hasta que murió de tristeza, al ver su justicia llegar sin poderla cobrar, se la regalo al hombre que más había amado.
-No es buena, dios dice que no hay que tener rencor, pero vivir con ella pesa de tal manera que no hay consuelo, ni siquiera al ver a mi hermoso hijo sano y fuerte, lleno de vida, veo poder sopesar, los años que cargue con una injusticia por las mentiras y ambiciones de un hombre Robert Colman, todos me dijeron que Dios se encargaría, que me ayudaría, pero no vi que lo hiciera, solo me recordé todo el tiempo lo mal que haya hecho para cargar con esta maldita herencia, separarme del hombre que ame, alejarme de mi hijo y morir lentamente.
No hay nada que pueda agradecer, solo te pido que mi hijo no sepa nada de mí, porque donde vaya, solo reclamare a quien no haya hecho nada por impedir esta injusticia, así que aléjate de mí, no me mires ni pienses en mí, porque no voy a descansar jamás. Gracias por recordarme hasta este momento, desgraciadamente ya no tengo nada que darte, mi pequeño Terrance creció sin ambos, es libre, no lo dejaré atado a nada.
El hombre por fin supo lo que sucedió jamás fue abandonado, jamás lo dejo de amar su hijo estaba ahí, su vida fue mutilada por la ambición, al saberlo todo era el portador de una herencia de injusticia, que no podía cargar a su hijo con ella, pero que a él le hacía descansar, pues su mujer nunca lo dejo.
-Papá que pasa porque lloras.
-Nada hijo tenemos que irnos, no sabía que existías, pero por favor pídeme lo que sea, porque todo te lo daré.
-Nos podemos llevar a mi amiga
- ¿Tu amiga?
-Si, ella es Candy llego aquí hace tiempo, jure que la cuidaría cuando llegó, no la puedo dejar ahora.
-Pero si es muy pequeña, nunca he tenido hijas
- ¿Cuántos hijos tienes?
-Solo tu Terrance
-Es lo mismo, un niño y una niña
-Esta bien, pensé que por ser hombre no sufrirías al estar conmigo pero ella es una niña, como la cuidare, si no puede estar conmigo.
-Pues estará conmigo.
Con un suspiro la pequeña fue adoptada por Richard como hermana de Terrance este la cuidaba, era su amiga, la única que lo hacía reaccionar, o mínimo no molestarse. El padre no se enteró que su hijo tenía una fuerza interior que lo violentaba. Y que esa niña al llorar lo tranquilizaba. Richard, investigo sobre Robert Colman, todo lo que tenía con quien estaba casado, sus hijos, todo.
Un día Terrance se acercó vio que había papeles de una investigación, los leía en el escritorio, su Padre entraba.
-Hijo esa gente es mala, no debes saber nada de ellos, el padre no es bueno y su familia no debe estar cerca de la mía.
- ¿Por qué?
-No debes saberlo, déjame eso a mí. Ve con Candy llego la niñera que la va a cuidar.
- ¡niñera!
- ¿De verdad piensas bañarla y cambiarla?
La cara del niño hizo como que no le importaba, pero fue a ver quien cuidaría de su niña, una mujer seria poco agradable, pero Terrance se sonrió de medio lado.
Pasaron varios años, Richard ya tenía todos los bienes de Robert en sus manos, solo fue caso de dejarlo sin nada, para que una amante de este acabara con todo, el hombre quedo sin nada, la esposa y sus hijos lo abandonaron al darse cuenta de la amante. Richard no cometió ninguna injusticia, su nombre jamás se involucro en nada, solo le quito todo el dinero dejando a Robert en la miseria, la amante lo dejo, ya no tenía caso seguir a su lado.
-Papá es un cheque muy cuantioso,
-Si es un dinero que no quiero, se lo daremos a la religiosa que te cuido de niño
-Iremos de nuevo a verla
-Candy quiere ir, no es así
-Sí. Ella piensa que es su madre la señora que nos cuidaba.
-Bueno hay que visitar a la mamá de Candy dile que saldremos al hogar de Pony
-Si Papá. Al entrar Candy estaba desnuda, estaba cambiándose, Terrance cerró los ojos, se sonreía
- ¡Ya te vi!
-Te dije que debes tocar la puerta
-Estaba abierta, debiste ponerle seguro
-Aun así debiste tocar
-No tocas cuando vas a mi cuarto, porque le tienes miedo a los rayos
-Y que rayo te asustó a ti,
-Iremos al hogar de Pony a visitar a tu mami
Candy corrió lo abrazo, le dio besos, brincaba, se terminaba de cambiar y formaba una maleta, para ir de visita, estaba de brincos mientras Terrance ya dejaba de ser regañado por su pequeña, sonreía suave mientras la veía, estaba que echaba chispas, este salía en espera de ella. Se le olvido el desnudo, con ropa intima lo había abrazado para cambiarse sin importar que la viera.
Terrance tenía quince ella diez, pero aun así se llevaban mejor que cualquier par de hermanos, en el trayecto del viaje ocurrió un accidente donde el tren se descarriló, muchos murieron, muy pocos sobrevivieron, Richard murió, Terrance fue llevado a un hospital y Candy no fue localizada con el impacto ella salió tirada con un golpe en la cabeza, una familia de campo la encontró y la ayudo pero no recordaba nada, hay había dos niños ninguna niña, la madre de los chicos le tomo cariño, la reporto en la comisaría del pueblo de que ella estaba extraviada y se quedaría en su casa, mientras su familia viniera por ella.
Terrance estuvo varios meses en el hospital, cuando despertó solo recordó que Candy estaba viva, que la tenía, pero que ella no lo reconoció vio a su Padre muerto.
Llegaban abogados de su Padre que lo llevaban para su hogar en Inglaterra, la fortuna estaba en una cuenta de Richard, otra estaba con un cheque que se cancelo, todo quedaba a nombre de Terrance por orden del padre, la niña desapareció, el único heredero era él, recibió toda la documentación, sus estudios seguían contrato investigadores para encontrar a Candy, advirtiéndoles que ella no recordaba nada.
En otra parte Candy no recordaba, su golpe en su cabeza sanaba, pero ella seguía sin recordar, los niños la tenían como una hermana, el mayor Tom, la enseñaba a montar y Jim el menor le ayudaba en las labores de la granja, los tres salían a jugar, Candy quería recordar, pero solo podía ver en su mente una mirada intensa y una sonrisa de lado, sin saber quién era, no sabía su nombre, no sabía nada de él, pero suspiraba, quería pensar que si lo veía podía saber quién era ella, solo sabía que su nombre era Candy.
El padre de los chicos al pasar tres años la adopto tomo el apellido Stevens, la madre murió dejando a Candy con ellos el padre la envió a estudiar como enfermera, mientras Tom fue a la universidad como Administrador, Jim pronto lo alcanzaría ella se quedo cerca del Padre, lo cuidaba y le ayudaba en la granja.
-Papá ya llegue la señora Miller dijo que pasaras a visitarla, voy a montar ¿necesita algo?
-No hija. Eres muy buena, ¿cómo te fue en el hospital?
-Muy bien, tendremos doctor nuevo.
-Que bien hija, a este pueblo le hace falta un aire mejor.
Candy montaba cerraba sus ojos, veía la cara del hombre que recordaba, ahora en su juventud la hacía estremecer, despertaba en ella otras etapas ella lo sabía. Se sonreía al pensarlo. Regreso antes del anochecer encontró a su Padre en el suelo, trato de reanimarlo pero ya era tarde, el se había ido, llamo a Tom y a Jim ambos fueron vendieron todo, se llevaron a Candy a la ciudad, esta se despedía del hospital.
-Doctor Brown, lo siento mi padre murió, ahora se queda a cargo, pero estos son los pacientes que hay me tengo que ir, mis hermanos me llevarán con ellos.
-La comprendo el hombre de ojos cielo al frente la vio, sintió que el corazón saltaba al verla, le dijo
-Usted donde nació,
-Doctor ya me voy
-Espere por favor en mi familia perdimos a una niña, sería como usted me puede decir donde nació
-No lo sé no recuerdo nada de mis primeros diez años, sufrí un golpe en la cabeza, nadie me reclamo, fui adoptada por la familia Stevens.
-Deme una muestra de su sangre, si es la niña que mi familia perdió la buscaré. Candy sonrió, pensó no creo que sea una manera para conquistarme de este doctor, pero si lo hace se las verá con mis hermanos. Le dio la muestra de sangre los datos de su nuevo domicilio en New York.
Los tres tenían un departamento en New York, cuatro recamaras, tres baños, sala, estudio comedor cocina, ella feliz se daba de alta como enfermera por fin en la ciudad. El hospital Lennox Hill, cerca estaba la escuela de medicina, muchos médicos pasaban, ella fue tomada como enfermera de emergencias para empezar.
-Tom te llamo Rubí dijo que te esperaba en la entrada, - Jim, estos son los documentos que me dejo tu amigo para ti un joven Alister Cornwall, ya me voy los veo en la noche.
Caminaba para llegar y se encontró con un hombre alto cabello castaño un poco largo, con lentes obscuros, traje obscuro, se detuvieron ambos al verse.
- ¿Candy?
-Sí.
Al quitarse los lentes, vio la cara que ella recordaba, era el hombre con el que su mente jugaba con ella, le dijo su nombre, la conocía. Este se acercó la abrazó, besaba su cabeza dejando a Candy sorprendida, pero tenía que decirle quien era de donde la recordaba. Ella lo separo lentamente, no podía quitarlo, quería que la siguiera abrazando pero no sabía su nombre, no sabía nada de él.
-Candy, mi Candy estas hermosa, porque vistes de blanco
-Soy enfermera, ¿quién eres?
-Soy Terrance, tu chico rebelde.
- ¡Mi chico rebelde! Candy se comenzó a marear, Terrance que la tenía tomada de sus brazos la elevo y la subió a su auto. Llevándola a un hospital el St. Luke`s – Roosevelt, este de inmediato la hospitalizó.
-Candy Grandchester fue adoptada, desapreció hace diez años, cuando tenía diez, mi padre la adopto a los siete años. Sufrimos un accidente en el tren rumbo a Chicago, se descarrilo y la perdimos. Todo lo escuchaba Candy quien recordaba poco de Terrance. Este se acercó al ver que intentaba despertar, estaba muy cerca de ella, la veía sonreía.
Candy abrió los ojos le dijo
-No somos hermanos, me adoptaste para no dejarme sola, íbamos a visitar a mi madre en la casa donde me adoptaron. Terrance sonrió, lo estaba recordando hasta que dijo
- ¡Terry!, gritando el recordó el impacto del tren, ella lo abrazó del cuello, este la abrazó, al estar tan cerca en vez de besar su frente unieron sus labios, quedando ambos unidos en un beso, Terry sorprendido continuo con el beso que ella le daba, le respondía feliz porque por fin la había encontrado, a su niña, la que daba tranquilidad a su alma. Cuando pudieron separarse un poco desprendiendo el beso, este la abrazo a él posesivamente le dijo
-Candy, mi Candy por fin te encontré, sabía que mi mente no me engañaba, estabas viva, lo sabía, no he dejado de buscarte, después del accidente, te juro que no te deje nunca, te lo juro.
-Lo sé, solo que me perdí, encontré a unas personas, me ayudaron, no pude darle información de mí, no recordaba nada lo juró Terry, no recordaba nada solo tu cara, tu sonrisa y tus ojos, cuando te vi…
-Te desmayaste mi pequeña. Ya estoy aquí, no te dejaré sola jamás lo juro, ya no tienes miedo a los rayos.
-Si, pero tengo dos hermanos, se burlaban de mi porque tenía miedo, hasta que ahora me aguanto, ambos se comenzaron a reír, entraban dos hombres que veían a Terry abrazando a Candy.
-Suelta a mi hermana imbécil dijo Tom, mientras Jim lo jaló tratando de que soltará a su hermana. Candy se volvió a desmayar sin decir nada. Terry se levantó molesto con cara enfurecida, dijo
-Tranquilos ella es mía, es de mi familia, la acabo de encontrar y nadie me la quitará, nadie. Dejando a ambos sorprendidos. El doctor entró, dijo
-Ella tuvo un golpe de amnesia temporal, al no ver a su familia se quedo sin reconocer a nadie, haciendo de su vida algo nuevo, recordando solo lo básico, ella muestra un cambio, Sr. Grandchester ella se recuperará, no hay lesiones graves ya se han curado todas, lo que sucede es que es violento para ella recordar cosas pero estará bien.
Los tres hombres escuchaban, Terry se acercó a Candy besaba su mano, Tom continuo diciéndole
-Tiene diez años en que se convirtió en nuestra hermana, desde entonces la hemos protegido, tiene miedo a los rayos, le gusta el olor suave, prefiere los colores suaves, le gusta cantar, montar y bailar, es muy buena con el lazo, sabe ganarse a la gente, dice que no hay en el mundo mejores hermanos que nosotros le dimos el apellido de mi familia. Terry los escuchaba les dijo
-Me dijo que tiene dos hermanos a los que quiere mucho, no soy su hermano yo la amo, la ame desde niño, le pedí a mi padre que no la dejáramos ella es mi vida, la perdimos en un accidente de tren. La cuidaba de los rayos, ella dijo que siempre seria mía, que no la dejará nunca, lo juré, la encontré hace unas horas. Jim le pidió disculpas, dijo
-Ella jamás ha estado cerca de un hombre, menos que estuviera abrazándola, vivimos en una granja al sur de Virginia, mis padres murieron nos acabamos de mudar a New York ella es enfermera en el hospital Lennox Hill. Nosotros la hemos cuidado y es una hermana para nosotros. Terry dijo
-No hay problema solo quiero que este bien que despierte, no me iré a ninguna parte hasta verla bien. Lo decía sin quitar la vista de Candy, su mente se fue al beso que se dieron y que ambos hermanitos no vieron, sonrió de medio lado y pensó, tengo derecho de antigüedad, los documentos originales los tengo, así que ella se va conmigo.
Candy soñaba, cuando niña con Terry, como la protegió, en la madre Marie, en cuando jugaba con ella, en los besos que ella le daba de niña, como lo quería, sonreía feliz, sin darse cuenta que estaba haciéndolo a la vez frente a Terry en el hospital decía… Terry te quiero mucho… si te vas quien me cuidará de los rayos… no te vayas… entonces si tienes papá… también es mi papá… bueno pero me voy contigo… si te vas me escapare y te alcanzaré… eres muy importante para mi… tengo miedo… Terry donde estas… gracias, por eso te necesito…
