-Rin-Chan, no creo que debieramos estar aqui, es decir, si no nos invitaron creo que fue por algo.
-Makoto, makoto- Dice mientras se apoya en él- ¿Cómo crees que permitiré que mi mejor amigo pase su cumpleaños mal?
-Claro Mako-Chan. Además Sou-Chan y Haru-Chan han tenido todo el fin de semana para estar solos, hoy es para celebrarlo entre amigos.
-¡Nagisa-San! ¡Matsuoka-Senpai! Sigan los consejos de makoto senpai, él tiene razón.
-ma, ma, Rei, gracias por apoyarme, pero ¿Podrías dejar el senpai?, hace años que terminamos la preparatoria.
-Sumimasen
-ahora chicos, les repito que debe haber una razón, sino ellos se hubieran quedado en Tokyo y no habrían escapado al campo.
-Conoces a Haru tanto como yo, sabes que seguro se ha encargado que el pobre Sou coma caballa de desayuno, comida y cena en este fin de semana. Y si bien en casa él no pelea para que no lo manden al sofá, si me entiendes, yo su mejor amigo del mundo, lo salvaré de tener que comer caballa hoy.
-No creo que haya algo que diga para que nos devolvamos, así que terminemos de llegar.
Los cuatro iban en el carro de Rin a la mansión frente al lago que habian comprado entre todos con el dinero que habían ganado en el mundo de la natación, antes de retirarse y cada uno buscar una carrera diferente.
En esta occasion, Sousuke y Haruka habían pedido la casa para ellos, por ser el fin de semana del cumpleaños del primero. Lo que le pareció raro a los chicos ya que esas fechas suelen celebrarlas juntos.
Al llegar y desmontarse los recibió una brisa como único sonido, acompañada con la fresca temperatura, que les recordaba la diferencia entre la ciudad y las montañas.
Makoto, siendo el mejor amigo de Haru, comprendió el deseo de este de alejar a su pareja del estrés de la gran ciudad y aunque no tenia idea de lo que tuviera planeado su amigo, trataría por una última vez de que los demás se fueran. – Chicos ¿Me harían caso si les digo que aún estamos a tiempo de irnos?
-Imaginas como fue el despertar de Sou hoy – Dice Rin y pone cara seria, tratando de imitar a Haruka- Feliz cumpleaños Sousuke.
-¡Ya!¡Ya! Yo quiero jugar también Rin-Chan- Grita Nagisa para también ponerse serio – Gracias Haruka… jajaja que divertido, ya quiero ver la cara de ellos cuando los sorprendamos.
Entran a la casa y los recibe el silencio. Buscan en la sala y siguen sin ver a nadie. Hasta que una música romántica llega a sus oídos, la siguen hasta llegar a la puerta que da al muelle.
Ahí, entre decenas de linternas de velas pueden distinguir cerca de la orilla del lago, una mesa, preparada para una cena romántica. Cerca de ahí la pareja estaba perdida en la melodía romántica que los rodeaba.
Sousuke miraba fijamente a los ojos de Haruka, mientras acariciaba los brazos del más bajo, ambos reían y parecían decirse muchas cosas sin apenas hablar.
Lentamente acercaban sus rostros hasta besarse sin dejar nunca de bailar. Lo único que oyeron fue a Haru decir Feliz cumpleaños antes de marcharse de ahí y decidir que con ellos Sousuke podía celebrar otro día.
