YO NO SOY ESA MUJER

Hola a todos!!

Soy Kalulu13 y este es mi primer fan fick, estoy tan nerviosa… espero que les guste, si me dejan consejos se los agradeceré de todo corazón, es un RM, pero necesitaré ayuda en esa parte, nunca he escrito algo así, pero he leído y más o menos tengo la idea, espero de vdd que me ayuden, me estan temblando las manos…no hace falta decir que no soy dueña de los personajes, que nada de ellos ni del manga son mios, esto es sólo por diversión sin nada a cambio (excepto sus valiosos y hermosos comentarios… ), su apoyo es oro en manos pobres! Nos vemos!

YO NO SOY ESA MUJER

Capitulo 1: Un equipo algo roto, muy roto.

Había quedado como una completa estúpida, sus piernas no le respondían y sus manos no lograban formar su característico puño, simplemente fue un estorbo, y ella lo había prometido, se lo había prometido a él, a su mejor amigo, a su casi hermano, al ahora el ser más importante para ella… le prometió a Naruto ayudarle…

Y falló.

Ahora estaban de nuevo en el hospital de Konoha, atendiendo las heridas de Naruto y su sensei temporal…

--Ne, Sakura-chan, ¡La próxima vez te prometo que no fallaré!--grito con su típica energía y entusiasmo el rubio cabeza hueca hiperactivo número uno de la aldea oculta entre las hojas --¡Mi entrenamiento es genial! Pronto seré muy fuerte--

La pelirosa le miro con dulzura, siempre era así, siempre se esforzaba de más, siempre alegre, optimista, fuerte, decidido… útil…

"Eres una molestia"

El recuerdo de esas palabras hizo eco en su cabeza, él se lo había dicho más de una vez, y ella jamás pudo demostrarle lo contrario.

¿De que sirvió todo entonces? ¿No era acaso ella la Ninja femenina más famosa de su villa? ¿No era ella quien había igualado la fuerza sobre humana de Tsunade-sama y también quién se convirtió en la médica más reconocida? ¿Quién sino una integrante del equipo Kakashi? ¿¡No fue acaso ella una de las responsables de la muerte de un Akatsuki!?

Entonces… ¿Por qué no pudo hacer nada?

Recordaba cada segundo con masoquismo detalle, esa mirada fría, carente de vida, de sentimiento, después esa espada filosa atentando contra la vida del rubio, atacando por la espalda, "cobarde" pensó, sin embargo cuando el se había acercado fue de frente, sin vacilación, sin escrúpulos, sin pensarlo… ¿Realmente pensaba matar a Naruto?

La respuesta era más clara que el cielo de ese día. Ese maldito día.

No pudo evitar que su rostro se contrajera de sólo pensarlo… perder a Naruto… ¡No! ¡Eso jamás! ¡Nadie le arrebataría a su fastidioso!, ni siquiera ese, ese traidor.

¿Cuántas veces el ojiazul la había salvado? Incontables.

¿Cuántas veces ella le había agradecido? Ninguna.

Y al final el decía: ¡Vamos Sakura-chan!

Había sido consiente de los sentimientos del chico, no era estúpida, no, todo lo contrario, era una genio, una genio con un idiota corazón y una pésima empatía. Siempre supo lo que ella representaba para Naruto, pero siendo ingenua, caprichosa y enojona, se había aferrado a un sueño que ni nube tenía.

Pero el siempre era fiel y constante, cálido y expresivo… tan diferente al otro, a ese otro.

Un enfermero se acerco a ella proporcionándole la tablilla del diagnóstico de Naruto "Bien, sólo estará aquí 1 día", al fin y al cabo el poder del zorro de las nueve colas era de gran ayuda en esos casos.

Le sonrió una última vez antes de acercarse a la puerta y abrirla, recordó lo que hizo la vez anterior en que se encontraban en la misma situación, ella le había hecho una promesa… y no cumplió.

Pero ahora era diferente. Ahora todo era más claro.

Había colocado la balanza de la forma más arbitraria que jamás se hubiese creído capaz de hacer.

Por un lado estaba él, su primer amor quien la desprecio y la dejo abandonada en una banca, su motivación para convertirse en Ninja y aprenderse todos los jutsus, por quien perdió a su primera y mejor amiga quien también fue su modelo a seguir en un principio… y por otro lado estaba Naruto, Kakashi, Tsunade, Ino y muy recientemente Yamato y… Sai.

Todos ellos eran su familia, su vida, su esperanza y su fuerza.

Sería una estupidez dudar de que lado se inclinaba más.

Ya estaba decidida, sentía que la venda que traía en sus ojos por casi 8 años había desaparecido con dolorosa rapidez… Sasuke solo había sido una obsesión insana, un espejismo, algo que jamás había sido y que jamás sería, sólo un maldito recuerdo forjado con cadenas de espinas…

Y ella le paso la cadena a Naruto.

Era notorio con el pasar del tiempo que ellos dos habían forjado cierta "amistad", a pesar de sus diferencias ellos empezaban a formar un equipo, un vínculo y ella había deseado formar parte de eso… trato, pero siempre terminaba siendo la damisela en peligro, una carga, y ellos quienes tenían que protegerla, cuidarla, salvarla.

Ya no más.

Sabía de antemano que el amar a una persona no garantiza que esta te corresponda, lo sabía por que ella amaba a Sasuke y por que Naruto la amaba a ella.

¿Ella realmente no amaba a Naruto?

Lo amaba, sin duda, pero era un sentimiento diferente al que ella consideraba amor, ella lo quería, lo respetaba, lo admiraba y se preocupaba por el… eso sí, ella era algo tosca al demostrarle esos sentimientos, pero los tenía, y eran mucho más valiosos que el recuerdo de algo que nunca fue.

El rubio no se merecía eso, ya sufría demasiado con haber perdido a ese amigo como para que ella le obligase a prometer traerlo de vuelta.

Traerlo de vuelta ¿Para qué?

Era ilógico que todo regresara a la normalidad, simplemente imposible, si Sasuke regresara sería tratado como lo que era, un traidor, tanto como por unirse al grupo de Orochimaru como por haber atacado a Naruto. Sería encarcelado y vigilado constantemente por los Anbu en el mejor de los casos, ya que conociendo a Tsunade-sama ella le pondría la pena de muerte, el exilio, o quizás algo peor…

… Todo lo que estaban haciendo era una completa perdida de tiempo, aquel que vieron ya no era Sasuke-kun, ya no…

-- Ne, Sakura-chan, ¿estas bien?--

La pelirosa despertó de su entendimiento interno, se giro para observar al chico que estaba en la camilla, no tenía heridas visibles, solo había sufrido un desmayo por haber forzado mucho su chakra, también Yamato se encontraba en el mismo estado, solo que este ultimo estaba dormido.

-- No es nada Naruto-kun, vendré por ti mañana--

Y salio de aquella habitación, el rubio tenía una clara confusión en su rostro, ¿ella le había llamado Naruto-kun? ¿Kun? Y además… ¿Ella iría por el mañana?

¿Qué le había pasado a Sakura?

--No es nada Naruto, ella esta creciendo—

--¡Kya! ¡Yamato-sensei! ¡No me asuste de esa forma dattebayo!—exclamó completamente consternado, su sensei era ya de por si terrorífico sin necesidad de estar sorprendiendo a los demás – ¿Creciendo?—

El castaño observo minuciosamente a su discípulo temporal, al parecer el había crecido mucho, no solo en su estatura, sino también en su poder, tal como se lo había dicho Hatake… pero aún así seguía siendo por dentro aquel ingenuo y despistado niño, y Sakura sufría de lo mismo, pero aparentemente esta estaba despertando de su letargo, no sabía si alegrarse o preocuparse, posiblemente el equipo Kakashi se rompería más de lo que ya estaba…

Sakura cerro la puerta tras de si y observo el pasillo que se extendía a sus costados… ¿Siempre había sido así de largo?, no quiso preguntarse más ni responderse siquiera, por lo que avanzó sin mucho cuidad hasta llegar a la salida del prestigiado hospital. Algunas enfermeras y médicos la saludaron al reconocerla ¿y como no? Si era la alumna de la Quinta, la que a sus 15 años de edad, ya desempeñaba el puesto de doctora en el edificio y en las misiones más peligrosas.

-- No es recomendable caminar con la cabeza gacha—susurró una voz a sus espaldas, la pelirosa rápidamente se giró para encarar al vociferador.

-- Kakashi-sensei—susurró igual la chica, ni siquiera se percato de donde estaba, justo frente a la torre de la Hokage.

-- Mhm…¿Qué te preocupa?—pregunto con su típico tono y postura desganado, era increíble que una persona tan holgazana a primera vista resultara ser un jounin de tan prestigiado nivel.

-- ¿Cuidará siempre de Naruto-kun? ¿Pase lo que pase?—el Ninja copia estaba casi shockeado, ¿de cuando acá Sakura mostraba tan abiertamente su preocupación por Naruto? ¿y que era eso del kun?. La pregunta estaba de más, ambos lo sabían, pero la joven necesitaba su palabra para poder continuar tranquila, sabía perfectamente que el peliplateado tenía una "deuda" moral con Sasuke que ella en realidad ignoraba, pero era muy evidente la preferencia que le tenía al peliazul sobre el rubio, y aunque sonará feo o desconfiado, en el peor de los casos, Sakura prefería volver a ver a Naruto que a Sasuke, más no saber si Kakashi pensaba igual la mortificaba…

-- Siempre cuido de mis camaradas Sakura—respondió simple.

Eso no la alivio, pero no podría pedir más por el momento. Sólo tenía un día para arreglar todo y hacer lo que en realidad quería.

Madurar.

Le dio una sonrisa muy característica de ella y se alejo hacia el despacho de su maestra, la princesa Tsunade.

-- Adelante—se escucho detrás de la puerta. Sakura abrió sin más, ya era mucha la confianza entre ellas, la joven en verdad admiraba e idolatraba su sensei, ella representaba todo lo que quería, quería coraje, fuerza, superación, valentía y carácter.

-- Tsunade-sensei—saludo la chica. La rubia la miro con detenimiento, cada día estaba más alta, más bonita, en realidad esa chiquilla que llego a su oficina pidiéndole ser su alumna en un intento desesperado por ayudar a sus amigos ya había cambiado, ya no la sentía como su alumna, era una compañera, una aliada… casi su hija.

-- ¿Si? ¿Ocurre algo?—

-- Sensei, he decidido ir a las tierras del país de la arena a entrenar y servir—respondió muy segura, sus ojos de jade, un verde hermoso, de esmeralda, brillaron con la convicción de una guerrera. La Quinta de sorprendió rápidamente, desde que habían regresado de su misión de salvar a Gaara, una águila mensajera había pedido solícitamente que Haruno Sakura fuese a su país a entrenar y educar a los Ninja médicos de ahí, además al mismo tiempo se ofrecían a darle cualquier entrenamiento que ella quisiese, claro que también por sus servicios compartirían las plantas tan inusuales que crecían solo en esa arena y bajo su cuidado. La oferta era muy tentadora, si Sakura iba los lazos entre la arena y la hoja se volverían más fuertes, además Sakura regresaría con nuevas habilidades y conocimientos que podría transmitir a los médicos de Konoha.

Pero pedirle a Sakura que abandonara la villa por tres años era mucho.

El equipo Kakashi estaba en la misión de salvar al Uchiha y sabía de antemano que Sakura estaba muy deseosa de volver a ver al chico, faltaban solo 5 meses para que Orochimaru utilizase ese cuerpo, por lo que era ilógico que en ese momento la joven misma, la pelirosa, le estuviese pidiendo que la mandara… algo había sucedido, ella no aceptaría de buenas a primeras esa oferta, lo supo cuando se lo dijo por compromiso y la chica se había negado rotundamente a abandonar a su equipo y su misión, ya hacía una semana de eso, y muy en el fondo ella también hubiese extrañado a la chica.

Sin embargo ahí estaba, firme.

-- ¿Entenderás lo que eso significa, no? Si te vas Sakura, no podré garantizarte que el Uchiha regrese, aunque bien podría llamar a por ti en caso de que la misión se lleve a cabo o…--

-- No es necesario, solicíteme sólo si la aldea o alguno de mis camaradas me necesita, por lo demás no se necesita mi presencia—contesto segura, al ver la cara de estupefacción de su maestra decidió aclarar – Atenderé al llamado de mi pueblo, pero no me pida interrumpir mi entrenamiento por un traidor—

Continuará…