5 meses atrás.
Templo Hikawa.
Una semana antes de la boda de Serena y Darien.
P.O.V. Rei.
Habían pasado ya tres años desde que mis amigas y yo nos enfrentáramos en batalla contra Sailor Galaxia; desde entonces, habíamos vivido en paz y armonía en la tierra, preocupándonos solamente por cosas mundanas como cualquier otra chica de nuestra edad. La vida nos había sonreído a todas, y así, poco a poco estábamos logrando nuestros propósitos, aunque a veces, claro está, no precisamente como lo habíamos planeado. En el caso de Ami, ella había ganado una beca para irse a estudiar medicina a Berlin, razón por la cuál ahora se encontraba lejos de Japón y sólo la veíamos en vacaciones o cuando teníamos multicharlas por Facebook o Skype. Lo último que supe de ella, hace dos días, es que estaba de novia con un apuesto alemán de quien vimos fotografías y cuyo nombre es Dereck... Un chico que si bien, no es el prototipo de hombre que yo siempre me imaginé para ella, por lo que veo en sus fotografías, la hace feliz.
En el caso de Minako, ella poco antes de terminar la preparatoria había tocado puertas en muchas agencias, llevando sus álbumes de sesiones fotográficas para hacer realidad su sueño de convertirse en una famosa modelo. Su propósito de verse caminando por las pasarelas no se hizo realidad y dudo que se haga, el cruel director de una agencia le hizo ver que aunque de cuerpo y rostro era hermosa; era demasiado bajita como para subir en la pasarela; sin embargo, mi rubia atolondrada no se dio por vencida, y gracias a su tenacidad, ahora está estudiando diseño de modas y ya ha confeccionado algunos vestidos de novias para damas de la alta sociedad o ha logrado que sus diseños sean modelados en desfiles de pasarela locales, logrando que algunos de sus diseños sean vendidos.
En cuanto a Makoto, ella siempre tuvo definida cuál era su vocación; ahora mismo se encuentra compaginando sus deberes como estudiante de gastronomía y como ayudante de cocina en un reconocido y lujoso restaurante de comida internacional. No ha dejado de ser la chica enamoradiza que siempre está en búsqueda del amor, razón por la cual suelo regañarla tanto; aunque de últimas fechas parece sólo tener ojos para Motoki Furuhata. Sí, el mismo chico del crown por quien tuvo un crush en sus años de estudiante de secundaria; no hace un año siquiera que él cortó con su eterna novia, quiso el destino que él y Makoto se reencontraran... y bueno, mi amiga se convirtió en algo así como su paño de lágrimas; al principio yo estaba en contra de que Makoto estuviera tan cerca de él, conociendo lo enamoradiza que es ella y sabiendo que un hombre dolido puede querer utilizar a la primera que esté bien dispuesta, cuando se encuentra dolido por causa de amores... pero a estas alturas, he logrado aceptarlo, sé que entre esos dos hay algo y que si no son novio aún, en algún momento me darán la buena noticia. Mi instinto me dice que Motoki ya la ve de manera distinta, no como un premio de consolación, sino como algo más, pero claro, esa es cosa de ellos y no seré yo quien me meta y les diga que hacer con sus vidas.
Por supuesto, no me he olvidado de Serena, mi mejor amiga; a ella también la vida le ha sonreído. Al terminar la universidad, decidió que debía estudiar una carrera para estar a la altura de Darien, aunque ni ella misma sabía que era lo que quería de la vida. No confiaba demasiado en si misma ni en que fuera sencillo quedar seleccionada en TODAI, así que para que todo resultara, decidió aplicar a administración por ser una de las carreras con menos demanda; tristemente no quedó seleccionada, pero tuvo la suerte de que cinco alumnos que habían quedado en la carrera desertaran, y entonces, ella que se encontraba en una lista de espera, ocupo el quinto lugar... ¡No es eso buena suerte!
En mi caso, yo me olvidé de mis sueños guajiros de ser una cantante famosa, con el tiempo me había dado cuenta de que era solo una fantasía de niña, me gustaba la música, sí, en mis ratos libres seguía componiendo y tocando el piano, pero no quería que tan hermosa pasión se convirtiera un negocio, así que un buen día y tras mucha reflexión, decidí que quería estudiar relaciones internacionales, y ahora no puedo estar más feliz por haber escogido dicha carrera..Esas eran mis amigas, habíamos compartido tantas cosas juntas que les había llegado a tener aprecio. Sin embargo, pese a que la vida parecía sonreírme, tenía que aceptar que del todo no estaba contenta, no me sentía plena; mi adorable abuelito había muerto hacía un año y lo que terminó por hacer que me derrumbara y que ayer estallara en llanto fue ver la invitación de bodas que me trajo Serena. Sí, en una semana se casaba, y yo, pese al paso de los años seguía condenada a ese amor que tanto mal me hacía.
Desde que terminó la última batalla, poco a poco me alejé de Serena, para evitar encontrármela con el hombre que yo también amaba, pero sin duda a la boda estaba obligada a ir.
Rei.- Escuché de pronto esa voz que provocaba que el fuego de la pasión recorriera mi cuerpo. No quería voltear, pero entonces sentí sus manos tocando mis hombros bajo la chihaya.
Me aparté rápidamente. Eso no estaba bien.
-¿Qué quieres, Darien?
-Tú sabes bien a que vengo Rei Hino.- Respondió el mirándome con sus ojos azules penetrantes.
-No lo sé.- Respondí tratando de aparentar seguridad frente a él.
Darien tomó una bocanada de aire. Me miró con tanto amor, que tuve miedo de que me propusiera mandar todo al diablo para estar juntos, pues sabía que si me lo proponía, yo sin dudar aceptaría.
-No amo a Serena.- Dijo acercándose más. Tomando mis manos entre las suyas.- Creo que sabes perfectamente que a quien amo es a ti.
Y claro que sabía que me amaba. Hacía un par de meses, después de mucho tiempo sin vernos, nos encontramos en la fiesta de cumpleaños de Serena. Sentí su mirada recorriendome, huí para no tenerlo cerca, pero al llegar a casa lo encontré esperándome y tuvimos sexo hasta saciarnos. Me entregué a Darien olvidándome de que es el novio de mi mejor amiga, si es que aún le puedo llamar así; aunque después me arrepentí de haberme dejado llevar por mis impulsos.
-No digas eso, sabes que lo nuestro es imposible.
-No lo es y tú lo sabes.- Dijo.-Cierto es que no puedo dejar a Serena, ella y yo estamos destinados a estar juntos, de ello depende el nacimiento de Rini y el futuro de Tokio de Cristal. Pero lo que exista entre tú y yo no es necesario que los demás lo sepan.
-¿Me estás proponiendo que me convierta en tu amante?.- Pregunté indignada.
-Serías la mujer que amo.
Creo que en el fondo, muy dentro de mí, deseaba que me dijera que iba a cortarla, esperar un tiempo propicio a que Serena viviera su duelo, y después hacer oficial nuestra relación ante todos... ¡Qué tonta había sido!... Darien podía amarme, pero no dejaba de ser un cobarde... ¿Y yo?... Yo no dejaba de ser una zorra, una mala amiga que se había dejado arrastrar por el abrasador fuego de la pasión entregándome y anhelando una vida con el hombre prohibido.
P.O.V. Seiya.
Fue demasiado tarde cuando regresé al planeta tierra en búsqueda de mi adorable bombón. Me había costado mucho trabajo tomar la decisión de dejar Kinmoku para regresar a este planeta. La princesa Kakyuu, al saber que había entregado mi corazón a una bella y adorable terrestre me concedió el deseo de poder vivir como hombre en el planeta azul, pero a cambio, el precio que debía pagar era no poder volver a Kinmoku. Siempre estuve seguro de que ella me amaba tanto como yo, que si estaba con Darien era porque así se lo dictaba la gata parlante, porque consideraba que era su obligación, que había un destino que ya estaba escrito y ella debía seguir... pero yo, tonto e idealista tomé la decisión de abandonarlo todo para venir a la tierra de manera permanente y luchar por su amor.
¡Qué tonto había sido!... Al llegar e ir a su casa, me abrió su padre, diciéndome que Serena ya no vivía ahí; que se había convertido en la señora Chiba y estaba de luna de miel con su marido.
"Sé que en la tierra está tu verdadera felicidad, querido Star Fighter, por eso permitiré que te vayas." Habían sido las palabras que me dijo la princesa Kakyuu antes de verla por última vez.
Pues bien, mi sabia princesa se había equivocado, porque desde que llegué, mi vida parecía ser sufrimiento tras sufrimiento. Ahora estaba sólo en la tierra, ya sin mis hermanos, sin la esperanza de una vida al lado de bombón y viviendo como un indigente en un parque, vistiendo gabardina obscura, lentes negros y una gruesa bufanda que cubría mi rostro para así evitar ser reconocida por alguna fan del extingo grupo musical three ligths. De pronto, cuando me estaba quedando dormido escuché una voz conocida llamándome por mi nombre terrestre:
-¿Eres tú, Seiya?.
¿Alguna fan que querrá obsesivamente un autógrafo o tomarse fotos conmigo?... ¡No!... Hubiera querido salir corriendo de ahí, pero en mi naturaleza no estaba el ser grosero con una dama; sin embargo, al levantar la vista me di cuenta de que a quien tenia frente a mí no era una fan, sino Rei Hino, aquella chica que había combatido en las batallas como Sailor Mars protegiendo siempre a Serena. Cierto que hace algunos años no le había prestado mucha atención al resto de las chicas e incluso poco recordaba la voz de cada una de ellas, ya que todos mis pensamientos eran para Serena, pero en ese momento, al ver parada frente a mi a Hino, me pareció como si hubiera visto a la mujer más hermosa de toda la galaxia; cuerpo perfecto, cabello largo y negro, labios rojos y unos ojos preciosos ojos de un extraño color púrpura que la hacían ver como una diosa de la belleza.
-Seiya te estoy hablando.- Volvió a decir ella interrumpiendo mis pensamientos.- Aunque te escondas tras unas gafas y una bufanda sé que eres tú. Reconozco tu aura.
Me sentí apenado pues seguramente ella había ya percibido que la miraba como un idiota, sólo esperaba que no pensara que soy un lujurioso.
-Perdón, mucho gusto en verte Rei, y si soy yo, Seiya.
-¿Pero que haces aquí en la tierra?…¿Pensé que jamás volverían?.- Cuestionó ella.
-Ellos no volvieron, yo sí, y fue viaje sin retorno.- Dije con pesar.
-¿Puedo saber el motivo de que estés aquí cuando sabes que no puedes regresar a tu planeta, con tu gente?.- Cuestionó ella como si con sus palabras me dijera que había cometido la mayor de la estupideces.
Yo tan solo agaché la mirada apenado, no quise contestarle, creí que se burlaría de mí, pero entonces se sentó a mí lado y para mi sorpresa, puso una mano sobre mi hombro, dedicándome una mirada compasiva, y el solo sentir ese roce de su mano tocar mi piel me hizo sentir el corazón agolpándoseme en el pecho.
-Perdóname, soy una estúpida, sé porque vienes y te entiendo. Yo también me enamoré de un imposible.- Respondió con pesar.
Sabía perfectamente quien era aquel tipo que amaba, muchas veces lo descubrí en su mirada y anhelé que Darien Chiba se fijara en ella para tener el camino libre con mi amada bombón. Sí, lo reconozco, también he tenido pensamientos egoístas... como todo humano, como todo ser que habite la galaxia; sin embargo, en ese momento también odié al idiota de Chiba por hacer sufrir a Rei Hino.
-¿Tienes a donde ir?.- Cuestionó ella sacándome de mis pensamientos.
-Eh… la verdad no, mañana buscaré a mi manager para que me ayude con mi carrera... cantar es lo único que sé hacer y yo necesito dinero para sobrevivir.- Respondí.
Ella por toda respuesta movió la cabeza negativamente y se levantó de la banca.
-Vendrás a mi casa, no te puedo dejar aquí solo a tu suerte.- Me dijo ella con preocupación en su voz.
-La verdad no quisiera incomodarte…- No pude terminar de articular palabra, pues ella con su decidida mirada prácticamente me ordenó que lo siguiera y yo como hipnotizado me deje llevar tras sus pasos.
P.O.V. Rei.
Había pasado ya un mes desde que me había encontrado con Seiya y lo había llevado a casa para darle alojo. El pobre chico al principio se sentía incomodado pues no sabía que haría en este planeta en el que no sólo no tenia amigos ni familia, sino que además la mujer por la que había venido hasta aquí se había ya casado con otro, comprobando así que la idea de que ella lo amara era sólo un espejismo de su mente.
Varias veces le hizo llamadas a su manager, sin lograr localizarlo, aunque podía darme cuenta de que no tenía muchas ganas de estar bajo la luz de los reflectores; así, un día se me ocurrió que ocupaba un ayudante en el temploo este templo, pues aunque mis funciones como miko las cumplo con devoción, ahora que el abuelo y Nicholas no estaban, se me hacía muy pesado compaginar dichos deberes con mis tareas escolares. Afortunadamente Seiya aceptó de buena gana, dejándome claro que en cuanto localizara a su manager seguro no podría seguir cumpliendo con este trabajo.
Cierto día en que llegue muy cansada de la universidad, al entrar al templo me llegó el olor agradable de mi platillo favorito: pez fugu. Al entrar me di cuenta de que Seiya tenía dos platos servidos en la mesa y me esperaba.
-Hola Rei, espero hayas tenido un buen día en la universidad.- Me dijo con una sonrisa en su cara que lo hacía ver realmente encantador.- ¡Demonios que estupideces estaba pensando, había pasado apenas un mes desde que el amor de mi vida se había casado con una de mis mejores amigas y a mí se me ocurría pensar en los atributos físicos de otro hombre!
-Gracias Seiya.- Respondí con una suave sonrisa.- El pez fugu es mi preferido. ¿Pero sabías que es peligroso comerlo si no está bien preparado?. Yo lo he comido desde siempre, estoy acostumbrada, pero tú , bueno tú eres de otro planeta no sé que tan bueno sea para ti.
-Se perfectamente como prepararlo.- Respondió.- Sé que es una delicia mortal y estoy dispuesto a correr el riesgo, aunque yo sea de otro planeta.- Terminó diciendo mirándome con esa mirada seductora que él sólo tenía.
Pero ¡Gran Kami!…Ya estaba yo de nuevo pensando en los atributos de Seiya, si las cosas seguían así terminaría por enloquecer. No sé porque yo tenía la suerte de enamorarme de los hombres que amaban a Serena, porque aunque ella ya estaba casada, Seiya la seguía amando.
¿Enamoramiento?… Ya estoy yo de nuevo pensando en estupideces. Por supuesto que no estaba enamorada de Seiya, aunque no podía negar que era realmente atractivo y muy apuesto.
-Te tengo buenas noticias Rei.- Dijo el sacándome de mis pensamientos.- El día de hoy me encontré con mi ex manager. Me propuso que empezara de nuevo mi carrera. Claro ahora como cantante solista.
-¡Me da mucho gusto por ti Seiya, felicidades!.- Respondí llena de alegría y sin pensarlo me dejé llevar por mis impulsos y me levanté para abrazarlo.
Cuando nos separamos de nuevo, él me miró con esos ojos tan lindos que tiene, que me hicieron sonrojarme. Seguro si seguía comportándome así pensaría otras cosas de mí.
P.O.V. Seiya.
Sentir los brazos de Rei rodeando mi cuerpo y percibir el delicioso olor de su cabello tan cerca de mí, me hizo imaginarme por un momento cosas muy pecaminosas.
Cierto que anteriormente cuando estuve aquí con mis hermanos mis ojos sólo eran para Serena, y no me había dado tiempo de tratar al resto de las chicas, mucho menos a Rei ya que ni siquiera estudiaba en la misma preparatoria que ellas. Pero ahora que había vuelto, me había parecido que Rei era una mujer hermosa, con un halo lleno de misterio que la hacía aún mas encantadora…¿será que antes no era muy agraciada?…¿algo había cambiado en ella o porque no me había dado cuenta antes de su belleza?.
Al separarse de mí, logré notar cierto rubor en sus mejillas que sólo realzaban su natural hermosura.
Rei se había convertido para mí en tan buena amiga, que después de unos días de haber llorado juntos por nuestros respectivos amores yo había logrado olvidar a Serena. Sí sé que suena difícil creerlo, pero ahora podía salir y gritar a los cuatro vientos que no amaba a Serena, que mi corazón era ya libre. Al menos me gustaría que ella también dejara de sufrir por ese imbécil y se encontrara a un hombre que realmente mereciera su amor. Esos bellos ojos color amatista no merecían derramar más lagrimas, y menos por un imbécil como Darien Chiba.
-Sabes, te vez linda cuando te sonrojas.- Se me ocurrió decirle al mirarla así, que tonto había sido no había pensado en lo que había dicho. Espero que no pensara mal de mí.
-Gracias.- Respondió ella dibujando una sonrisa en su rostro.
-Sabes, creo que después de todo el público no me ha olvidado. El día de hoy, cuando salí a comprar la despensa me encontré con una chica. Gritó emocionada al verme y me pidió un autógrafo.- Le comenté a Rei el suceso de la mañana.- Creo que después de todo no será difícil iniciar de nuevo mi carrera como solista.
-Bien, pues me da gusto por ti.- Respondió como de mala gana.
-¿Estas molesta conmigo?.- Pregunté al notar ese tono en su voz. Había aprendido a tenerle cariño a Rei en este corto tiempo que no me gustaría causarle molestia alguna.
-Por supuesto que no… sólo que recordé que tengo mucha tarea el día de hoy. Los profesores en la universidad se han puesto un poco pesados.- Respondió mas tranquila, pero en sus ojos pude notar algo de preocupación, seguro sus deberes escolares la tenían agobiada.
-No te preocupes, creo que me puedo hacer cargo del templo yo solo. Por mientras tú estudias.- Respondí.
P.O.V. Rei.
Habían pasado ya dos meses desde que Seiya había llegado, y un mes desde aquel día en que me comento que reiniciaría su carrera como cantante y que las odiosas fans volverían al ataque. Pero bueno, no sé porque me molestaba, ultimadamente eso era parte de la vida de un cantante.
Seiya había comenzado a ir a la disquera, pues la grabación de su primer sencillo como solista estaba en proceso y pronto saldría a la venta.
Me acongojaba pensar que quizá al ser famoso pronto se iría del templo para vivir en un lugar más lujoso y de nuevo yo me quedaría sola, sola y vacía, como hoy en que Seiya estaba con su manager.
Al escuchar el sonido de un auto levanté mi mirada y miré un auto negro estacionarse frente al templo. No tardé mucho en reconocer que era el nuevo auto de Motoki, en el cual venía mi queridísima amiga Makoto sentada en el asiento del copiloto.
De pronto y sin más me pareció ver que mi amiga y el ya conoció rubio amigo de Darien se besaban.¿Era mi imaginación o realmente se estaban besando?. Bueno no tardaría en comprobarlo, pues enseguida ella bajó con una gran sonrisa y el auto se fue.
-¡Hola Rei-chan!.- Saludó ella con más alegría de la normal.
-Una semana sin venir a visitarme, veo que has estado muy "OCUPADA".- Respondí yo con sarcasmo a lo cual en poco tiempo su cara paso por todas las gamas del rojo ya existentes para después soltar una risita nerviosa.
-Algo así.- Respondió ella.
-¿Por fin tú y Motoki son novios o aún siguen con el coqueteo?.- Pregunté yo que si por algo me caracterizaba era por no tener pelos en la lengua e ir directo al grano.
-¿Novios?…¿Motoki y yo?…Aún no me ha dicho nada, ni siquiera sé si le gusto.- Respondió con pesar.
-¿Eres idiota Mako?…Obvio que le gustas sino, no se metería entre tus piernas.- Le respondí yo.- Si tan solo no se te hubiera ocurrido la estupidez de decirle que te recordaba a tu sempai.
-Por cierto…¿Dónde esta Seiya?.-
- En la disquera, tú sabes, grabando su primer CD como solista.- Respondí yo.
Seguro Makoto debe haber notado la tristeza en mi mirada pues pronto me atacó con una pregunta incomoda.
-¿Cómo te has sentido desde la boda de Serena, amiga?
-Pues no me la he encontrado, seguro debe estar tan ocupada con su matrimonio que ya no la he visto.- Dije.- En cuanto a Darien… la verdad ya no me interesa, no me duele que esté con otra, y eso te lo digo con sinceridad.- Respondí yo que por fin me había librado de ese sentimiento.
-¡Qué felicidad, amiga!…seguro pronto encontrarás a tu verdadero príncipe azul y no a ese horrible sapo que sólo quería darte las sobras.- Me dijo Makoto con alegría. Debo aclarar que ella era la única de mis amigas a la que le había contado todo sobre mi desliz con Darien.
Justo en ese momento, mi celular timbró, a lo cual inmediatamente contesté encontrándome con la voz de mi recién casada amiga.
-¡Hola Rei!… Sólo te hablaba para comentarte que Luna me dijo que es necesario que hagamos una reunión pronto. Tiene algo importante que decirnos a todas…¿podría ser en el templo?.- Escuché que me preguntó mi amiga por teléfono.
No me parecía muy grato tener que verle la cara al idiota de Darien, cierto que no lo amaba ya, pero la última vez que lo vi me sentí humillada por sus palabras. De igual manera sabía que si Luna lo pedía es porque era algo importante por lo que no me quedó de otra.
-De acuerdo. Mañana a las 6.- Respondí yo antes de colgar.
-Tendremos reunión mañana…¿verdad?.- Cuestionó Makoto que al parecer había captado perfectamente de que estaba hablando Serena conmigo.
-Así es, Luna dice que es importante, espero que no sea que ha llegado otro enemigo a acechar nuestras vidas.- Respondí yo que realmente no tenia ganas de volver a pelear como senshi.
Makoto y yo seguimos platicando de tantas cosas, entre ellas sobre su coqueteo con Motoki, sobre Seiya, y entre otras cosas como nuestros asuntos en la universidad, hasta que el auto negro de Motoki que volvió a estacionarse frente al templo nos hizo entender que ya era tarde.
Juntas volteamos hacia arriba y miramos que las estrellas ya habían salido, iluminando la majestuosa ciudad de Tokio.
-Mira, ha llegado tu querido Motoki.- Le dije yo a lo cual ella volteó y pude ver que sus verdes ojos se iluminaban llenos de alegría.
Motoki bajó el vidrio del auto y sin bajarse me saludó desde lejos con un movimiento de mano a lo cual respondí.
-Makoto, aclara las cosas con Motoki, dile lo que sientes por él. Si quiere una relación en serio contigo, adelante, si sólo quiere estar contigo para entretenerse. Entonces mándalo al demonio.- Aconsejé yo.- Sé que lo amas, pero a la larga no es saludable estar así. Además yo estoy segura de que él también te quiere tonta.
-En realidad tengo muchas cosas que decirle a Motoki, no sólo sobre mis sentimientos. Creo que esta noche será definitiva y seguro puede arder Troya.- Respondió ella con algo de nerviosismo.
-Makoto…¿no me digas que tú y Motoki?…Hay Mako.- Respondí yo con voz dura y pude ver su cara aún mas angustiada.
No era necesario que me dijera que era lo que pasaba, sus pocas palabras y esa angustia en su cara me revelo ló que sucedía con mi querida amiga.
-Pase lo que pase yo te apoyaré como tu amiga que soy Mako. No tengas miedo.- Respondí yo ahora con mas suavidad.
-Gracias Rei.- Respondió ella y después corrió al auto negro y subió.
A los pocos minutos de que Makoto desapareció en el auto de Motoki, apareció ante mis ojos mi querido Seiya. Al verlo sentí que mi alma se ilumino, pero de pronto recordé la estúpida reunión que tendría el día siguiente y me sentí rabiosa al recordar que el vería a Serena y eso removería algo en su corazón.
P.O.V. Seiya.
Había pasado todo ese día metido en la disquera con mi manager, estaba feliz porque pronto saldría a la venta mi primer CD como solista y podría dejar de estar viviendo a expensas de Rei. Cierto era que yo trabajaba mucho en el templo, pero me incomodaba saber que ella había ya hecho mucho por mí y yo nada por ella. Pero cuando tuviera las primeras ganancias de mi nuevo proyecto pensaba recompensarla por ser tan linda, quizá la llevaría de viaje a algún lugar especial, o bueno, cualquier cosa que a ella le ilusionara, sólo quería verla feliz.
De pronto, al llegar la vi parada, la luz de las estrellas iluminaba su hermoso rostro adornado por esos hermosos ojos que más que ojos parecían dos hermosas amatistas.
-Seiya, tengo algo que decirte.- Me dijo ella con seriedad en su voz.
-¿Qué sucede Rei?…¿Tienes algún problema con tus clases?.- Pregunté yo al notar preocupación en su voz.
-No es eso…- Respondió ella, y después hizo una pausa para poder continuar.- Luna ha convocado a una reunión en casa el día de mañana, creo que tiene algo muy importante que decirnos.- Respondió ella aún con más molestia a lo cual comprendí al ver sus ojos, que su sentir se debía a que volvería a ver al imbécil de Darien Chiba.
-Lo entiendo…¿quieres que el día de mañana me desaparezca durante el tiempo que dure la junta?.- Pregunté yo.- Tal vez ella no quería que Chiba supiera que yo vivía en el templo.
-Como quieras, sé que quizá te incomode un poco tener que mirarla a ella.- Me dijo.
-Yo ya no amo a Serena.- Respondí con sinceridad mirándola a los ojos. Se veía tan bella ataviada con su Chihaya de Miko.
P.O.V. Rei.
Sonreí como una estúpida al escuchar que el dijo que ya no amaba a Serena. Me pregunté en ese momento que demonios sucedía conmigo. Seiya antes era un cero al izquierda para mí, y ahora todo lo referente a él me preocupada, me parecía raro sentir un poco de celos al imaginármelo pensando en Serena o siendo acosado por alguna de sus fans.
-¿De verdad?.- Cometí la estupidez de preguntarlo con la esperanza de que me confirmara lo que me acababa de decir.
Seiya se acercó y sin que me lo esperara me tomó ambas manos y me las besó, ¡Sí, me besó las manos!.
-Te lo juro Rei, no la amo.- Respondió mientras me miraba a los ojos con esa bella mirada azul.
Al sentir su mirada sobre mis ojos suspiré como una tonta. Era demasiado tarde cuando me di cuenta de ello.
Un silencio incomodo se empezó a formar entre nosotros, así que rápidamente antes de que se diera cuenta de mis locuras me solté de su agarre.
-Tengo un poco de sueño, creo que es mejor que duerma o mañana no podré despertar a buena hora.- Dije yo.
El se acercó y me dio un beso en la mejilla que logró quemarme la piel y me hizo sentir mi corazón agolpándoseme en el pecho.
-Qué descanses Rei.- Me dijo con dulzura.
P.O.V. Makoto.
Durante el trayecto a mi casa había estado pensando una y otra vez en las palabras de Rei.
Si bien era verdad que la primera vez que vi a Motoki me atrajo porque según yo le había visto algo en común con mi ex amor platónico, sí, y digo mi ex amor porque eso ya ha quedado en el pasado; así, de ver a Motoki como alguien similar a aquel tipo me había dado cuenta de que él era muy diferente y que nada tenían en común, para no darle tantas vueltas al asunto, me había enamorado de Motoki.
Cierto día se me había ocurrido la estupidez de decirle que me atraía de él su parecido con aquel tipo del que mejor no me quiero acordar. Él para entonces ya parecía haber superado lo de Reika y había empezado a frecuentarme, yo estúpidamente creí que estaba interesado en mí, pero nada mas alejado de la realidad.
Bueno, en realidad sí estaba interesado en mí, pero no para que fuera su novia, no para amarme como la amó a ella, sino para tener una aventura. No sé en que momento empezamos a coquetear el uno con el otro, situación a lo cual Rei llamaba histériqueo, hasta que las cosas fueron subiendo de tono, primero las caricias inocentes, besos, las caricias un poco más intensas hasta que llegamos a, bueno hasta que llegamos a eso. No sé en que momento me convertí en su amiga con derecho pero no estaba dispuesta a seguir siéndolo ni un minuto más y ahora con mi situación mucho menos.
-¿Te sientes mal, Mako?.- Preguntó él después de que apagó el motor del carro
Yo me quedé callada mirando en silencio hacia mi departamento, para lo que le iba a decir necesitaba mucho valor, seguro ahí terminaría nuestra "amistad".
Estaba a punto de articular palabra cuando de pronto sentí que tomo mi barbilla con su mano y se acercó a mi boca a la vez que metía su otra mano por debajo de mi minifalda.
-Te deseo Makoto, quiero tenerte ahora, quiero escuchar tus melodiosos gemidos y empañar los vidrios de mi auto.- Me dijo él con su ya habitual voz cargada de lujuria cuando estábamos a solas.
De pronto se acercó, unió su boca con la mía y me empezó a besar con desesperación en los labios mientras metía sus manos por debajo de mi ropa.
Tengo que reconocer que me era difícil resistirme a Motoki, pero por mi dignidad tuve que hacer un esfuerzo para que mis neuronas vencieran a mis hormonas y lo aparté de mi lado con un fuerte empujón.
-¿Pero que te sucede, linda?…¿Por qué me evades?.- Cuestionó Motoki impresionado de que lo rechazara.
-Motoki…yo te quiero mucho y no quiero seguir siendo tu amiga con derecho.- Dije con el poco valor que había acabo de reunir.- Quiero todo o nada.
Cierto que lo amaba desde hace mucho y por eso había consentido a que poco a poco llegáramos hasta este punto, pero ya no quería estar más en esa situación, no ahora que me había dado cuenta de que mis actos irresponsables habían ya tenido consecuencias.
-¿De qué hablas?
¿Acaso se estaba haciendo del idiota?…¿Cómo no podía darse cuenta de que yo lo amaba?…¡Maldito imbécil!.
-¡No te hagas estúpido Motoki!... ¿Cómo es posible que no te des cuenta de que te amo, eres idiota o te haces?.- Le grité bastante molesta conteniendo mis ganas de írmele a los golpes.- ¡Además nuestros encuentros debajo de la sabana han tenido consecuencias!…¿Cómo es posible que habiendo estudiado medicina no te hubieras preocupado por los métodos de anticoncepción?.- Le pregunté con reproche en mi voz, mientras él se quedaba mirándome como idiota, como si estuviera ido.
-¿Tú estás enamorada de mí?.- Tuvo el descaro de preguntármelo todavía, como si no fuera obvio.
-¿Sabes qué Motoki?, sé que tú no sientes lo mismo por mí, también sé que sigues amando a Reika y lo comprendo, estuvieron muchos años juntos, y además yo también tuve la culpa por entrar en este jueguito.- Dije con mas tranquilidad, total no era el fin del mundo y tampoco sería la primer mujer que viviera ésto sola, y para aventuras ya había vivido bastantes cuando luche como Sailor scout al lado de mis amigas.
-Yo también te amo Mako.- Dijo mientras tomaba mi mano, pero yo creí que aquello era parte de mi imaginación y no le presté atención.
-No importa Motoki, no tienes porque sentirte culpable, después de todo yo también…- No pude terminar de decir lo que tenía en mente, pues de nuevo escuché la voz de Motoki.
-Dije que yo también te amo Mako.- Volvió a decir él, y entonces me convencí de que no estaba soñando y volteé a verlo como a quien no se le entiende lo que acaba de decir.
-No es cierto, tú no me amas…si me hubieras amado me hubieras pedido que fuera tu novia y nunca lo hiciste.- Respondí moviendo la cabeza de un lado a otro.- Estuve esperando que me lo pidieras y nunca lo hiciste, sólo me buscabas para que te calentara la cama.
-Te iba a pedir que fueras mi novia pero tu lo echaste a perder todo, Makoto.- Respondió él con seriedad.
¿Yo?…¿Cuándo?…Motoki no mientas, que nuestros actos irresponsables hayan tenido consecuencias no quiere decir que tienes que estar conmigo.- Dije yo, pues tampoco pensaba retener a un hombre que seguía pensando en otra mujer.
-Fue hace 8 meses para ser preciso…¿recuerdas el día que te invité a cenar a mi departamento?.-
-Claro.
-Ese día pensaba pedirte que fueras mi novia, pero tenías que recordar a tu "querido Sempai", me convencí de que yo te recordaba a él y tampoco quería estar con una mujer que viera en mí a otro hombre.- Respondió Motoki.
Entonces comencé a recordar esa cena.
Flash Back.
Makoto había subido las escaleras para llegar hasta el departamento de Motoki, ese ida se había puesto un ceñido y corto vestido en color turquesa y llevaba su cabello suelto con una sencilla diadema del mismo color del vestido. Antes de que pudiera tocar la puerta, Motoki ya la había abierto y la miraba con una sonrisa en su rostro.
-Hola Mako…que bonita te vez hoy.- Dijo Motoki mirando a la joven desde los pies a la cabeza.
-Gracias.- Respondio ella sonrojándose ligeramente.
Al entrar al departamento, Makoto pudo notar todo realmente ordenado, lo cual le sorprendió, pues si por algo se distinguía Motoki era por ser un poco desordenado.
Pero sin duda lo que sorprendió más a Makoto fue ver la mesa adornada especialmente para dos personas con velas, flores, dos platos, una botella de vino, dos copas y el delicioso olor de la cena, todo parecía indicar que era una cena romántica en la cual, Motoki le haría una declaración de amor, lo cual la hizo emocionarse.
Después de la cena, Motoki recogió los platos dejando la mesa limpia y se sentó de nuevo asu lado, seguían platicando de una u otra cosa, hasta que él, un poco nervioso y decidido tomó la mano de la muchacha entre la suyas.
-Mako, yo te quería decir algo muy importante.
Makoto sintió su corazón latir desesperado dentro de su pecho, y ansiosa esperaba escuchar lo que ella suponía que Motoki le diría.
-¿Quisieras ser mi…?.- Motoki no termino de hablar, pues en ese momento su inoportuno celular timbró interrumpiendo lo que iba a ser la declaración de amor.
Motoki puso una cara de desagrado al escuchar aquella voz y se levantó de la mesa para meterse en su habitación.
-¿Qué quieres Reika?.- Es lo único que alcanzó a escuchar Makoto antes de que Motoki se encerrara en su cuarto.
Makoto se sintió dolida al saber que Motoki aún tenía contacto con su ex novia, y sin darse cuenta empieza a llorar en silencio, estaba tan emocionada pensando que Motoki sentía algo por ella.
De pronto sintió una mano que acariciaba su cabello y escuchó la voz de Motoki detrás de ella.
-¿Qué te sucede Mako, te sientes mal?.
Mako lo miró a los ojos y se sintió estúpida y ridícula llorando por él, así que esbozó una sonrisa forzada en su rostro.
-¿Sabes?, es que cada vez que escucho tu voz me acuerdo de mi "adorado Sempai".- Respondió ella.- Tienen la voz idéntica.
Motoki se sintió desilusionado tras escuchar eso y decidió que era mejor olvidarse de la idea de hacerle una declaración amorosa a Makoto, ya que sólo había dos opciones, que lo rechazara o que lo aceptara sólo porque algo de él le recordaba a su ex novio.
-No me siento bien, me iré a casa.- Dijo Makoto
-Si quieres te llevo.- Respondió Motoki con desgano.
-No es necesario, traje mi auto… y además vivo a tres cuadras por si no lo recuerdas.
Makoto salio de casa de Motoki, y él, con toda la desilusión de un hombre enamorado se dirigió a su habitación y miró un ramo de rosas en color rosado que había comprado especialmente para Makoto y las cuales siempre no le había dado.
Desilusionado tomó el ramo de rosas y lo depositó en el bote de basura.
Fin del Flash Back.
Después de que recordé todo aquel evento, y de que Motoki me comentara que me iba a regalar un ramo de flores, de las que son mis favoritas me sentí un poco apenada.
-Yo estaba molesta porque pensé que ibas a volver con Reika.- Respondí.
-Y yo estaba desilusionado porque tú seguías pensando en, bueno en el tipo ese.
De pronto me di cuenta de que todo entre Motoki y yo había salido mal por un estúpido malentendido, y me puse feliz, pues todo estaba claro, él me amaba, así que decidida a que me aceptaría tomé la iniciativa de retomar lo que él había empezado aquella vez.
-¿Quieres ser mi novio, Motoki?.- Pregunté mientras lo miraba a los ojos.
Él por toda respuesta pasó una de sus manos por mi cabello y sonrío.
-No, Mako, no quiero.- Respondió él logrando romperme el corazón.
Respiré hondo y exhaé, era normal que no quisiera estar con una tipa que había enredado todo de esa manera, así que no me quedaba de otra que hacerme cargo de los cambios que se darían en mi vida yo sola.
-No quiero que seas mi novia, Mako…yo quisiera que fueras mi mujer, mi esposa.
-Motoki…¿estás hablando en serio?.- Cuestioné yo sintiendo un nudo en la garganta, aún no podía creer tanta felicidad.
-Por supuesto Mako, quiero que los dos estemos juntos para siempre.- Me dijo él.- Bueno, más bien debería de decir los tres…¿cierto?.
No pude responder con palabras pero asentí moviendo la cabeza de arriba abajo. De pronto sentí sus brazos rodeando mi cintura y sus labios besando los míos.
Sin duda mañana tendría algo interesante que contarle a mis amigas.
P.O.V. Seiya.
Ese día era sábado así que Rei no había asistido a la universidad. Durante todo el día la había visto bastante nerviosa, triste y molesta; seguro el pensar en el idiota de Chiba la ponía así y yo sentía morirme de celos.
De pronto la descubrí mirándome con detenimiento y pareció apenarse cuando supo que me percaté de éso.
-¿Sucede algo, Rei?.
-Hoy verás a Serena.
-Lo sé. Y tú veras a Darien.- Respondí yo no de muy buena gana.
-También yo lo sé.- Respondió ella.
De pronto, frente al templo vi estacionarse el auto rojo de Darien, sabía que vería a Serena, y a decir verdad, eso no causaba ninguna emoción en mí, pero saber que ella vería a ese imbécil me hacía rabiar.
Tras escuchar los pasos, Rei volteó hacia atrás y se encontró con la parejita de recién casados: Serena y Darien.
Noté que Serena me miraba entre sorprendida y melancólica, pero su presencia ya no causaba emoción alguna en mí.
-Hola Seiya.- Escuché su voz
